Regulacion_hipotalamica_de_las_funciones_hormonales.pdf
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276 SECCIÓN III Neurofi siología central y periférica<br />
en el hipotálamo son parte <strong>de</strong> fenómenos más complejos, como<br />
la alimentación, y <strong>de</strong> emociones, como la ira. Por ejemplo, la<br />
estimulación <strong>de</strong> algunos puntos <strong>de</strong>l hipotálamo, en particular<br />
áreas laterales, origina <strong>de</strong>scarga simpática difusa y mayor secreción<br />
<strong>de</strong> la médula suprarrenal, que es la <strong>de</strong>scarga simpática masiva<br />
observada en animales expuestos a estrés (reacción <strong>de</strong> huida<br />
o lucha; cap. 17).<br />
Se ha planteado que áreas hipotalámicas separadas controlan<br />
la secreción <strong>de</strong> adrenalina y noradrenalina. En algunas situaciones,<br />
se advierte la secreción diferencial <strong>de</strong> una o <strong>de</strong> otra <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
dos catecolaminas <strong>de</strong> médula suprarrenal (cap. 22), pero son pequeños<br />
los incrementos selectivos.<br />
El peso corporal <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l equilibrio entre el ingreso energético<br />
y la utilización <strong>de</strong> calorías. Surge obesidad cuando el primero<br />
rebasa la segunda. El hipotálamo y <strong>las</strong> partes vinculadas<br />
<strong>de</strong>l encéfalo intervienen <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>cisiva en la regulación <strong>de</strong><br />
la ingestión <strong>de</strong> alimentos. La obesidad se expone en <strong>de</strong>talle en el<br />
capítulo 27 y, en el capítulo 21, se comenta la relación entre ella<br />
y la diabetes mellitus.<br />
En el capítulo 15, se <strong>de</strong>scribe la regulación <strong>de</strong> los ritmos <strong>de</strong><br />
sueño y circadianos por parte <strong>de</strong>l hipotálamo.<br />
SED<br />
Otro mecanismo <strong>de</strong> apetencia regulado por el hipotálamo es la<br />
sed. El consumo <strong>de</strong> líquidos es regulado por la osmolalidad p<strong>las</strong>mática<br />
y por el volumen <strong>de</strong>l líquido extracelular (ECF), <strong>de</strong> modo<br />
muy similar a como ocurre con la secreción <strong>de</strong> vasopresina. La<br />
ingestión <strong>de</strong> agua aumenta cuando se intensifica la tensión osmótica<br />
efectiva <strong>de</strong>l p<strong>las</strong>ma (fig. 18-3), por disminución <strong>de</strong>l volumen<br />
<strong>de</strong> líquido extracelular y por factores psicológicos y <strong>de</strong> otro<br />
tipo. La osmolalidad actúa a través <strong>de</strong> osmorreceptores, receptores<br />
que perciben la osmolalidad <strong>de</strong> los líquidos corporales y los<br />
cuales se encuentran en la zona anterior <strong>de</strong>l hipotálamo.<br />
Intensidad <strong>de</strong> la sed<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
2<br />
0<br />
280 300 320<br />
Osmolalidad <strong>de</strong>l p<strong>las</strong>ma (mosm/kg)<br />
FIGURA 18-3 Relación <strong>de</strong> la osmolalidad p<strong>las</strong>mática con la sed<br />
en adultos sanos durante el goteo intravenoso <strong>de</strong> solución salina<br />
hipertónica. La intensidad <strong>de</strong> la sed se mi<strong>de</strong> en una escala analógica<br />
especial. (Con autorización <strong>de</strong> Thopmson CJ et al: The osmotic thresholds for thirst<br />
and vasopressin release are similar in healthy humans. Clin Sci Lond 1986;71:651.)<br />
Hipertonicidad<br />
Osmorreceptores<br />
Sed<br />
Hipovolemia<br />
Barorreceptores<br />
Angiotensina II<br />
Hipotálamo<br />
FIGURA 18-4 Esquema <strong>de</strong>l mecanismo por el cual los cambios<br />
en la osmolalidad p<strong>las</strong>mática y los que ocurren en el volumen <strong>de</strong>l<br />
líquido extracelular influyen en la sed por vías separadas.<br />
Los <strong>de</strong>crementos <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong> líquido extracelular también<br />
estimulan la aparición <strong>de</strong> sed por una vía in<strong>de</strong>pendiente que media<br />
tal fenómeno en reacción a la hiperosmolalidad p<strong>las</strong>mática<br />
(fig. 18-4); por consiguiente, la hemorragia intensifica el consumo<br />
<strong>de</strong> líquidos, incluso si no cambia la osmolalidad <strong>de</strong>l p<strong>las</strong>ma. El<br />
efecto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong>l líquido extracelular en la<br />
sed es mediado en parte por el sistema renina-angiotensina (cap.<br />
39). La secreción <strong>de</strong> renina aumenta con la hipovolemia, con lo<br />
cual se incrementa la concentración <strong>de</strong> angiotensina II circulante;<br />
esta última actúa en el órgano subfornical, área receptora<br />
especializada en el diencéfalo (fig. 34-7) para estimular <strong>las</strong> zonas<br />
nerviosas vinculadas con la sed. Algunos datos sugieren que actúa<br />
en el órgano vasculoso <strong>de</strong> la lámina terminal (OVLT). Las<br />
zonas en cuestión son muy permeables y constituyen dos <strong>de</strong> los<br />
órganos periventriculares fuera <strong>de</strong> la barrera hematoencefálica<br />
(cap. 34). Sin embargo, algunos fármacos que bloquean la acción<br />
<strong>de</strong> la angiotensina II, no anulan totalmente el fenómeno <strong>de</strong> la sed<br />
en respuesta a la hipovolemia y, al parecer, también intervienen<br />
los barorreceptores <strong>de</strong>l corazón y los vasos sanguíneos.<br />
La ingestión <strong>de</strong> líquidos aumenta durante el consumo <strong>de</strong><br />
alimentos (consumo prandial <strong>de</strong> líquido). Se ha dicho que tal<br />
incremento es una respuesta aprendida o un hábito, aunque no<br />
se ha investigado en <strong>de</strong>talle. Un factor sería el incremento <strong>de</strong> la<br />
osmolalidad p<strong>las</strong>mática, que surge cuándo se absorben <strong>las</strong> sustancias<br />
nutricias. Otro podría ser la acción <strong>de</strong> una o más hormonas<br />
gastrointestinales en el hipotálamo.<br />
Cuando queda anulada la sensación <strong>de</strong> sed, por daño directo<br />
<strong>de</strong>l diencéfalo o por <strong>de</strong>presión o alteración <strong>de</strong> la conciencia, <strong>las</strong><br />
personas ya no beben cantida<strong>de</strong>s a<strong>de</strong>cuadas <strong>de</strong> líquidos. Surge<br />
<strong>de</strong>shidratación si no se empren<strong>de</strong>n <strong>las</strong> medidas a<strong>de</strong>cuadas para<br />
conservar el equilibrio hídrico. Si el sujeto consume gran cantidad<br />
<strong>de</strong> proteínas, los productos <strong>de</strong> su metabolismo originan<br />
diuresis osmótica (cap. 38) y son gran<strong>de</strong>s <strong>las</strong> cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> agua<br />
necesarias para conservar la hidratación. Muchos casos <strong>de</strong> hipernatremia<br />
en realidad provienen <strong>de</strong> la <strong>de</strong>shidratación simple<br />
en individuos con psicosis o enfermedad hipotalámica que no<br />
incrementan su ingestión <strong>de</strong> agua o no pue<strong>de</strong>n hacerlo cuando<br />
es estimulado el mecanismo <strong>de</strong> la sed. Las lesiones <strong>de</strong> la arteria<br />
comunicante anterior también aminoran la sed, porque algunas<br />
ramas <strong>de</strong> ese vaso llevan sangre a <strong>las</strong> áreas hipotalámicas que<br />
intervienen en dicha función vital.