Los Relámpagos de Agosto - UAM Azcapotzalco
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Reseña<br />
doméstico diverso, que eran regalados entre<br />
las mujeres <strong>de</strong> la familia. Así ese legado<br />
secreto fue saliendo a la luz y al interés<br />
<strong>de</strong> investigadores locales y externos por<br />
ese lenguaje que se consi<strong>de</strong>ra único por<br />
sus características y por su uso exclusivo<br />
femenino y que no se lee sino que se lo<br />
canta. De tal modo, en esa remota provincia<br />
china, las mujeres crearon hace siglos<br />
un lenguaje secreto para comunicarse<br />
libremente entre sí. Aisladas en sus casas,<br />
prácticamente inmovilizadas por sus<br />
diminutos pies atrofiados y sometidas a la<br />
férrea autoridad masculina, el Nü shu fue<br />
su única vía <strong>de</strong> escape. A través <strong>de</strong> sus<br />
mensajes bordados <strong>de</strong>jaron testimonio<br />
<strong>de</strong> un mundo tan estructurado y complejo<br />
como <strong>de</strong>sgraciado.<br />
Imagen tomada <strong>de</strong>:<br />
http://sugoi.com.ar/2007/01/02/la-escritura-nushu-<strong>de</strong>jiangyong/<br />
La primera vez que Lisa See oyó hablar<br />
<strong>de</strong>l Nü Shu fue cuando escribía una reseña<br />
para <strong>Los</strong> Angeles Times <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Wang<br />
Ping, Aching for beauty. Footbinding in<br />
72 Tiempo y Escritura No.18 | Reseña<br />
China (2000), 1 y se obsesiono por el tema.<br />
Si bien Lisa nació en Paris (1955), creció<br />
en <strong>Los</strong> Ángeles (USA) don<strong>de</strong> vive con su<br />
madre pero tiene un gran acercamiento<br />
con la familia <strong>de</strong> su padre en Chinatown,<br />
<strong>de</strong> hecho su narrativa tiene como leitmotiv<br />
las costumbres <strong>de</strong> origen chino; en su<br />
primer libro –The Gold Mountain-, relata<br />
la odisea <strong>de</strong> su bisabuelo Fong See <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
su llegada a la nación americana hasta<br />
constituirse en el patriarca <strong>de</strong> Chinatown<br />
<strong>de</strong> <strong>Los</strong> Ángeles.<br />
<strong>Los</strong> rasgos físicos <strong>de</strong> la autora <strong>de</strong> El<br />
abanico <strong>de</strong> seda, los heredó seguramente<br />
<strong>de</strong> su madre que no <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong> origen<br />
chino (aunque los datos sobre ello<br />
resultan confusos al grado que no me<br />
queda claro cual <strong>de</strong> sus progenitores<br />
es <strong>de</strong> origen chino), sin embargo, por el<br />
contenido <strong>de</strong> sus libros se advierte que,<br />
por el momento, su corazón, su mente y<br />
su interés están estrechamente ligados<br />
a <strong>de</strong>sentrañar la cultura china. Tal es así<br />
que, como ella misma relata en las notas<br />
y agra<strong>de</strong>cimientos <strong>de</strong>l libro aquí reseñado,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> informarse acerca <strong>de</strong>l Nü Shu<br />
<strong>de</strong>cidió empren<strong>de</strong>r viaje al condado <strong>de</strong><br />
1 Versión ampliada <strong>de</strong> la disertación doctoral<br />
<strong>de</strong> Wang Ping (Shanghai, 1957), académica y<br />
escritora sinoamericana, que ubica el vendaje<br />
<strong>de</strong> pies <strong>de</strong> las niñas chinas como un fenómeno<br />
profundamente arraigado en la herencia<br />
cultural <strong>de</strong> la época, llamando a no interpretarlo<br />
fundamentalmente como una función <strong>de</strong> la opresión<br />
masculina sobre las mujeres. Efectivamente<br />
la ablasión y el burka son también “herencias<br />
culturales”, si bien más burdas y mucho menos<br />
refinadas que la búsqueda <strong>de</strong> la “belleza”<br />
<strong>de</strong>strozando el pie femenino.<br />
Jiangyong (otoño <strong>de</strong> 2002), situación nada<br />
sencilla porque esa región aún estaba – o<br />
está-, vedada a la visita <strong>de</strong> extranjeros por<br />
lo que <strong>de</strong>bía viajar acompañada por un<br />
funcionario <strong>de</strong>l condado quien resultó un<br />
gran apoyo pues gracias a él se le abrieron<br />
muchas puertas. Tuvo la fortuna <strong>de</strong> conocer<br />
a Yang Huanyi, en ese momento <strong>de</strong> 96 años<br />
y fallecida dos años <strong>de</strong>spués, la mujer más<br />
anciana que conocía el lenguaje secreto<br />
y que relató a Lisa See su experiencia<br />
dolorosa con los pies vendados; también,<br />
la instruyó sobre los ritos nupciales. <strong>Los</strong><br />
seis meses pasados en ese remoto lugar le<br />
permitieron conocer <strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong> primera<br />
mano, ritos, costumbres, vida cotidiana,<br />
relaciones familiares y comunitarias, que le<br />
permitieron construir su novela, apoyada<br />
igualmente por lecturas específicas<br />
y conversaciones sobre el tema con<br />
investigadoras especializadas.<br />
Lisa See<br />
A diferencia <strong>de</strong> la escritura ríspida, cruda,<br />
sin concesión, con que Chang Jung<br />
(Cisnes salvajes, Circe 2004), refiere su<br />
propia historia y la <strong>de</strong> su madre y <strong>de</strong> su<br />
abuela, que entrelaza ineludiblemente con<br />
la historia china <strong>de</strong>l momento (en la caída<br />
<strong>de</strong>l Imperio, la República <strong>de</strong> los Señores<br />
dra. Ana María peppino Barale<br />
<strong>de</strong> la Guerra, la dominación japonesa, el<br />
gobierno <strong>de</strong>l Kuomintang, la guerra civil,<br />
la dictadura comunista, el Gran Salto<br />
A<strong>de</strong>lante y la Revolución Cultural), la prosa<br />
<strong>de</strong> Lisa See es refinada, directa, con una<br />
ambientación minuciosa y con particular<br />
sentido costumbrista. La autora aclara<br />
que se trata <strong>de</strong> “una obra <strong>de</strong> ficción que<br />
no preten<strong>de</strong> explicarlo todo acerca <strong>de</strong>l nu<br />
shu”, y que es una historia que ha tejido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su corazón, su experiencia y sus<br />
investigaciones. (p.316) Dicha trilogía da<br />
lugar a un po<strong>de</strong>roso y cautivador retrato<br />
<strong>de</strong> una anciana que, sin su esposo, siente<br />
alargarse los días, mientras va perdiendo<br />
el gusto por los manjares que le preparan<br />
y el interés por los sucesos felices que<br />
ahora sí se producen bajo su techo, pero<br />
a la vez va <strong>de</strong>scubriendo un único interés:<br />
el pasado. Ahí, en el tiempo pretérito, está<br />
la razón <strong>de</strong> su vida. Es hora <strong>de</strong> contarla<br />
ahora que no tiene “nada que per<strong>de</strong>r y<br />
pocos a los que ofen<strong>de</strong>r.”<br />
Así comienza la historia <strong>de</strong> Lirio Blanco<br />
(LB), nacida en el “sexto mes <strong>de</strong>l tercer<br />
año <strong>de</strong>l reinado <strong>de</strong>l emperador Daoguang”<br />
(1823), en Puwei, un poblado <strong>de</strong> la etnia<br />
yao que si bien sus habitantes no eran<br />
ricos nunca fueron tan pobres “como para<br />
que las mujeres tuvieran que trabajar en el<br />
campo”, situación que favorecía la reunión<br />
en la habitación <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>dicada a la<br />
costura, bordado, tejido y don<strong>de</strong> “dormían<br />
las muchachas solteras <strong>de</strong> la familia”(15).<br />
En ese tiempo y cultura, esa habitación<br />
era ocupada únicamente por las mujeres<br />
don<strong>de</strong> no sólo compartían el trabajo sino<br />
también sus pensamientos. Esa realidad<br />
<strong>de</strong>l mundo confuciano configura el ejemplo<br />
más preciso <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong>l ámbito<br />
privado, doméstico y cerrado femenino<br />
en contraste con la esfera exterior <strong>de</strong> los<br />
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