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Los Relámpagos de Agosto - UAM Azcapotzalco

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Reseña<br />

hombres; mundo que se regía por i<strong>de</strong>ales<br />

claramente expuestos que se repetían <strong>de</strong><br />

generación en generación para convertir<br />

a las niñas en mujeres virtuosas que no<br />

<strong>de</strong>bían “salir <strong>de</strong> sus cámaras interiores ni<br />

siquiera mediante la imaginación”, o bien,<br />

las indicadas en las Tres Obediencias:<br />

“Cuando seas niña, obe<strong>de</strong>ce a tu padre;<br />

cuando seas esposa, obe<strong>de</strong>ce a tu esposo:<br />

cuando seas viuda, obe<strong>de</strong>ce a tu hijo”.<br />

(p.33)<br />

Des<strong>de</strong> el inicio, la vieja dama <strong>de</strong>ja claro<br />

que siempre necesitó que la amaran,<br />

aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niña sabía que eso no le<br />

correspondía, por lo que siempre trató <strong>de</strong><br />

ganarse el afecto <strong>de</strong> su familia obe<strong>de</strong>ciendo<br />

a cuanto se le señalara. De ahí, que se prestó<br />

diligentemente a que le vendaran los pies,<br />

a soportar estoicamente el lacerante dolor<br />

<strong>de</strong> los huesos quebrados <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />

los pies, a aceptar calladamente que a sus<br />

seis años y por el resto <strong>de</strong> su vida –salvo<br />

cortas excepciones-, sólo vería “lo que se<br />

atisbaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ventana con celosía <strong>de</strong> la<br />

habitación <strong>de</strong> las mujeres” (p.21), todo eso<br />

y más, con la esperanza <strong>de</strong> recibir aunque<br />

sea una pequeña muestra <strong>de</strong> cariño. La<br />

autora <strong>de</strong>scribe con minuciosidad la cruel<br />

costumbre y el sufrimiento <strong>de</strong> la niña que,<br />

por correspon<strong>de</strong>r a una realidad bárbara,<br />

ofen<strong>de</strong>n y erizan la piel <strong>de</strong> quien lee; mientras<br />

más perfecto fuera el resultado mayores<br />

las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un buen casamiento.<br />

Así, el principal requisito era la longitud <strong>de</strong>l<br />

pie, siete centímetros como medida i<strong>de</strong>al,<br />

y la forma <strong>de</strong>bía semejarse a un capullo <strong>de</strong><br />

loto lo que obligaría al cuerpo a <strong>de</strong>scansar<br />

todo su peso únicamente sobre el <strong>de</strong>do<br />

gordo, y para conseguirlo era necesario<br />

romper el puente y los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>ben<br />

74 Tiempo y Escritura No.18 | Reseña<br />

doblarse hasta tocar el talón. “La belleza<br />

sólo se consigue a través <strong>de</strong>l dolor”, se les<br />

repetía a LB y a su hermana y a su prima,<br />

que pasaban por el mismo tormento. El<br />

relato es tan preciso que trasmite el olor<br />

<strong>de</strong> la carne en <strong>de</strong>scomposición sobre el<br />

perfume con el cual intentaban atenuarlo<br />

y, nerviosamente, mientras se voltea la<br />

hoja, se hace audible el chasquido <strong>de</strong> los<br />

huesos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos al quebrarse entre<br />

los apretados vendajes durante la obligada<br />

caminata. Otra leyenda refiere que el<br />

emperador Li Yu, en el siglo X, or<strong>de</strong>nó a<br />

su concubina favorita que se vendase los<br />

pies con cintas <strong>de</strong> seda y bailara sobre<br />

una tarima que tenía tallada una flor <strong>de</strong><br />

loto; igual que con el Nü Shu, no se cuenta<br />

con el dato preciso <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l vendaje<br />

<strong>de</strong> pies, pero sí se tiene conocimiento <strong>de</strong><br />

que las primeras en hacerlo fueron las<br />

bailarinas <strong>de</strong> palacio, para acentuar la<br />

gracia <strong>de</strong> sus movimientos; así, <strong>de</strong> la corte<br />

pasó a las clases altas y en el siglo XVI se<br />

extendió por todo el territorio chino y fue<br />

adoptado como uno más <strong>de</strong> los valores<br />

femeninos propuestos por Confucio: la<br />

vida doméstica, la maternidad y el trabajo<br />

manual. No sólo representaba un incentivo<br />

erótico para el hombre, sino que era un<br />

signo <strong>de</strong> posición elevada; las familias<br />

pobres no podrían permitirse el gasto <strong>de</strong><br />

la preparación y particularmente <strong>de</strong> los<br />

materiales empleados, las cintas <strong>de</strong> seda<br />

y los <strong>de</strong>licados zapatos preciosamente<br />

bordados que siempre <strong>de</strong>bían cubrir el “loto<br />

dorado” –incluso durante el acto sexual-,<br />

y que <strong>de</strong>bían cambiarse continuamente a<br />

medida que el pie se reducía. La influencia<br />

extranjera en el siglo XIX propiciaron su<br />

prohibición en 1911, pero en las zonas<br />

rurales persistió por más tiempo; fue<br />

duramente perseguido por el gobierno<br />

comunista y su <strong>de</strong>saparición constituyó un<br />

paso significativo para la mo<strong>de</strong>rnización<br />

<strong>de</strong> China.<br />

Imagen tomada <strong>de</strong><br />

http://www.japoneitor.com/?p=2801<br />

Lisa Lee contrasta esa sociedad implacable<br />

y brutal en la cual también figuraba un<br />

<strong>de</strong>stello <strong>de</strong> humanidad, <strong>de</strong> piedad para las<br />

mujeres y que les daba un respaldo para<br />

soportar el encierro y el sometimiento<br />

al que estaban sujetas: la amistad. De<br />

hecho, El abanico <strong>de</strong> seda es el retrato<br />

<strong>de</strong> la unión afectiva entre dos niñas que<br />

durará toda la vida pues no se interrumpirá<br />

ni siquiera cuando contraigan matrimonio<br />

(caso <strong>de</strong> las hermanas <strong>de</strong> juramento).<br />

Gracias a la insistencia <strong>de</strong> la casamentera,<br />

la señora Wang, que iba <strong>de</strong>rribando uno a<br />

uno los recelos <strong>de</strong> la madre, a la vez que<br />

iba preparando el terreno para la futura<br />

boda <strong>de</strong> LB al acrecentar el valor <strong>de</strong> la<br />

niña al hermanarla con Flor <strong>de</strong> Nieve, que<br />

pertenecía a una familia <strong>de</strong> mayor alcurnia,<br />

aunque en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia. De ese modo, por<br />

medio <strong>de</strong> una ceremonia ancestral, ambas<br />

niñas se convirtieron en laotong con lo<br />

cual se estableció un vínculo permanente,<br />

más profundo que el <strong>de</strong>l matrimonio. En su<br />

vejez, LB reconoció que:<br />

dra. Ana María peppino Barale<br />

Mi única rebelión llegó con el nu shu, la<br />

escritura secreta <strong>de</strong> las mujeres. Rompí<br />

por primera vez la tradición cuando Flor<br />

<strong>de</strong> Nieve –mi laotong, mi “alma gemela”,<br />

mi compañera <strong>de</strong> escritura secreta- me<br />

envió el abanico que ahora está encima<br />

<strong>de</strong> la mesa, y volví a romperla <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> conocerla. (p.10)<br />

Lirio Blanco y Flor <strong>de</strong> Nieve comenzaron a<br />

intercambiar mensajes en Nü shu escritos<br />

en un abanico <strong>de</strong> seda que era llevado <strong>de</strong><br />

una casa a la otra por una sirvienta; a lo<br />

largo <strong>de</strong> los años pudieron intercambiar sus<br />

emociones y pensamientos más íntimos,<br />

a la vez que encontraron consuelo para<br />

sobrellevar las penalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l matrimonio<br />

y <strong>de</strong> la maternidad. Pero antes <strong>de</strong> casarse<br />

e ir a vivir a la casa <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong>l esposo,<br />

pudieron compartir la preparación <strong>de</strong> sus<br />

respectivos ajuares, laboriosa tarea que<br />

ponía a prueba la habilidad y paciencia <strong>de</strong><br />

las jóvenes que, por otro lado, gozaban los<br />

momentos compartidos en la habitación<br />

<strong>de</strong> las mujeres y la intimidad <strong>de</strong>l lecho.<br />

La vida familiar fue sacudida por la muerte<br />

<strong>de</strong> la abuela, <strong>de</strong> la hermana pequeña <strong>de</strong><br />

LB y <strong>de</strong> la prima que vivía con ellos, lo que<br />

da lugar a la <strong>de</strong>scripción y significación<br />

<strong>de</strong> las ceremonias mortuorias, entierro y<br />

duelo. La casamentera ya ha arreglado el<br />

matrimonio <strong>de</strong> LB y <strong>de</strong> su hermana Luna<br />

Hermosa con jóvenes <strong>de</strong> Tongkou, una<br />

población cercana <strong>de</strong> don<strong>de</strong> es Flor <strong>de</strong><br />

Nieve quien les explica a las hermanas que<br />

ambos pertenecen a familias <strong>de</strong> buena<br />

posición. LB entrará en una casa con<br />

muchos sirvientes y don<strong>de</strong> su suegro es<br />

el jefe <strong>de</strong> la villa, lo que le permitirá una<br />

vida más <strong>de</strong>sahogada que la llevada en su<br />

hogar original. Ante sus futuros suegros,<br />

los diminutos pies <strong>de</strong> LB representan su<br />

Tiempo y Escritura No.18 | Reseña 75

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