Vidente Darly Chagas da Silva, 'Flor de Trigo' - Apariciones de ...

vosotros no podéis venir.” Pedro insistió y Le preguntó a Jesucristo dónde iría Él y Jesucristo le
dijo, “—Donde Yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más tarde irás.”
Mis hijos, Judas no podía disculparse ante Jesucristo, porque él no tenía temor de Dios, él dejó
la mesa porque estaba avergonzado, él se fue para ganar más tiempo en su plan diabólico,
tenía prisa para vender y recibir por lo que hizo.
Jesucristo ahora se estaba preparando para la hora de Su traición, que Judas estaba
armando, y luego también preparó a Sus discípulos a continuar sin Él, a partir de
entonces. Ellos necesitaban mantener siempre viva la esperanza de que la lucha no terminaba
allí, que acaba tan solo de empezar, el día de la Victoria de Jesucristo era más importante que
todo el sufrimiento que pasaría a partir de ahora.
Yo, como vuestra Madre, os digo, Yo también Me sentí triste por lo que Él tenía que sufrir, pero
también sentía alegría porque tenía la certeza —nadie la tenía como Yo— que Él salvaría al
mundo del pecado, pues cuando San Gabriel, el Ángel del Señor, vino a Mi primer encuentro, él
Me había consolado por este pasaje que Mi Divino Hijo tendría que pasar para salvar al mundo.
Cuando Jesús os dio a Mí como hijos, Yo sabía que si Él fue capaz de llegar a ser Humano
como nosotros y venir al mundo para salvar a los pecadores, Él era ya Vencedor. Nada
puede quitarle la victoria de Dios y Jesucristo es Dios, Él dio Su Vida por todos nosotros,
incluso por Mí, porque Él Me eligió para ser Su Madre y la vuestra, y también sabía que Yo iba a
sufrir para ayudar a salvar a Mis hijos. Yo también di Mi vida por vosotros.
Nosotros somos familia del Padre, Madre e hijos, es Jesucristo, sois cada uno de vosotros
pecadores, Mis hijos a los que amo mucho.
Mis hijos, también está cerca vuestra Pascua. Mientras os estáis preparando para revivir ese
momento que sucedió hace más de dos mil años, vosotros debéis aumentar vuestra fe, vuestra
esperanza; vosotros también subiréis vuestro Calvario, vosotros habéis sido juzgados por
vosotros mismos y por el mundo, a menudo habéis sufrido injusticias, enfermedades, hambre,
todas las miserias del mundo, pero con la venida del Espíritu Santo vosotros seréis
consolados con la Verdad y luego tendréis también la gran alegría de la celebración
de vuestra Pascua. Él celebrará con vosotros, en frente de vosotros; vosotros veréis Su
verdadero Rostro, veréis Su Luz, veréis Sus Ojos mirándoos y diciéndoos: “—Vamos todos a
celebrar vuestra felicidad.”
Vosotros no sufriréis más porque todo habrá pasado, solamente estará Dios y
aquellos que merecen vivir con Él en el Cielo.
Es esto es lo que Yo vengo a revelaros hoy para vuestra conversión. Lo más importante para
vuestra conversión es la fe, la esperanza, la fidelidad a Dios. Es para que el hombre
sepa que debe perdonarse a sí mismo y a los hermanos, es para que el hombre reconozca que
es una criatura, que él no es Dios, que no puede estar por encima de nadie, sino que todos
juntos caminando uno al lado del otro, tomados de la mano y confiando en tener a Dios
reinando sobre vosotros. Unidos superaréis todas las batallas.
Mientras vosotros estéis meditando la Pasión y Muerte de Jesucristo, arrepentíos de vuestros
pecados y pedid perdón a Él con verdadero arrepentimiento.
Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por los
religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, el tiempo se acaba.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, uníos, hijos Míos, no continuéis cerrando
vuestros ojos para no mirar a vuestros hermanos. Mirad con un corazón abierto,
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