1 - Sidoc - Fundación Puntos de Encuentro

Este suplemento es una producción de Puntos de Encuentro
Con el apoyo financiero de: Embajada de Noruega, Oxfam-Novib y Terre des
Hommes-Alemania.
Elaboración: Vilma Castillo, Martha Juárez y Teresita Hernández
Con la colaboración de: Julieta Bendaña, Wendy Matamoros y Evelyn Flores
Edición: Helena Ramos
Diseño y portada: Elizabeth Fonseca Bojorge
Tiraje: 27mil ejemplares
Fotos portada: Julieta Bendaña y Archivo La Boletina
Foto contraportada: Internet
Impreso en Copy Express
Managua, Nicaragua
Octubre 2009.
Nota: Las fotos que aparecen en este folleto no corresponden a las mujeres cuyos
testimonios presentamos aquí. Los nombres que aparecen bajo éstos son ficticios
para garantizar confidencialidad.
Se puede reproducir el contenido de este suplemento a condición de citar la
fuente, que se distribuya gratuitamente y que nos manden un ejemplar.
Puntos de Encuentro
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Queridas lectoras:
La maternidad es sin duda una de las experiencias más fuertes en
la vida de las mujeres, y muchas podemos identificarnos con esta
vivencia al hablar de nuestras experiencias en el embarazo, el parto
y la crianza de hijas e hijos. Podemos pasar horas platicando sobre
lo bonito de la maternidad. Nos sentimos orgullosas de nuestra tarea
de dar vida y asumimos los logros y las dificultades de nuestras hijas e
hijos como si fueran propios.
Sin embargo, pocas veces reflexionamos sobre los nudos y los apuros
que se nos presentan cuando vivimos en una sociedad que considera
que todas las mujeres tenemos la obligación de ser madres, y que
sólo hay una manera de ser mamá. Sin duda, la maternidad es una
experiencia muy importante pero no todas las mujeres quieren o
pueden ser madres o tienen las condiciones para serlo. Tampoco
pueden serlo de la misma manera.
Las mujeres tenemos derecho a estudiar, a tener amistades, a
participar en organizaciones de toda clase. Nuestro aporte no se
limita a reproducir la especie. También trabajamos y aportamos
a la producción económica y social de nuestro país. Tenemos
derechos específicos como personas y el Estado debe garantizar su
cumplimiento.
Esperamos que esta lectura sea útil para tu vida, tanto si sos una
mujer adolescente, joven o adulta. Para eso compartimos en este
suplemento algunos de los resultados encontrados durante la
investigación Explorando nudos y contradicciones en torno a los
derechos de las mujeres que Vilma Castillo y Goya Wilson realizaron
en el 2007 en el marco del trabajo de Puntos de Encuentro.
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Maternidad ideal y real
La maternidad maternidad como un sueño bonito
Muchas mujeres viven la maternidad como lo mejor que les puede
pasar, algo que les completa la vida y que despierta sus más nobles
sentimientos.
…un hijo me da una iluminación en mi vida.
Mayra, joven trabajadora
un hijo le da una razón de vida, alguien por quién vivir, por quién
pensar, alguien por quién trabajar... Una mujer para ser completa
tiene que escalar varias etapas… Ninguna otra cosa puede dar los
placeres que da el tener un hijo.
Luisa, joven estudiante
Otras viven la maternidad como una muestra de amor a su pareja
y ven como normal el “tenerle un hijo” y muchas veces deben
abandonar por ello su formación,
sus amistades, entre otros.
Para ser mujer
Muchas pueden vivir el hecho de
ser madre como una forma de
realización personal, porque existe
la creencia de que para ser mujeres
de verdad, hay que tener hijas o
hijos y las que no los tienen no son
mujeres completas. Por eso muchas
personas sufren enormemente
cuando no pueden tener un hijo o
una hija, pues sienten que su vida
no tiene valor ni sentido. Algunas
incluso padecen rechazo de la
pareja, la familia y la comunidad.
Foto: Julieta Bendaña

Para tener “algo” propio
En ocasiones sucede que las chavalas, cuando llegan a la
adolescencia, sueñan con dar a luz una hija o hijo para tener “algo
suyo”, alguien propio a quien querer. Muchas adolescentes y jóvenes
se sienten solas, tristes y sin nada. No encuentran en su familia la
confianza y comprensión que necesitan y creen que teniendo un hijo
o hija van a llenar los vacíos de su vida.
Con esos sentimientos de soledad y deseos de ser amadas y
aceptadas, tienen sus primeras relaciones sexuales sin información ni
medios para protegerse, y quedan embarazadas, complicando de
esta manera sus vidas y su desarrollo personal.
Buscando libertad
Otras veces se desea un embarazo para conseguir libertades. Sandra,
una mujer organizada al ser entrevistada, nos lo explicó así:
No es que te exijan ser madre, es que te dan una idea tan bella de lo
que es la maternidad. Y a veces las muchachas buscan ser madres
con la esperanza de obtener el reconocimiento de la mamá, del
papá, de los abuelos. A veces las chavalas creen que siendo madres
van a tener más libertad y que van a tener el respaldo de un hombre.
Pero la realidad suele ser muy diferente. Una joven estudiante nos
contó que su hermana de 15 años se fue con el novio a la casa de la
suegra:
La verdad, no le veo ninguna ventaja de que se haya ido con el novio
porque no se independizó, ella pasó de mi mamá a su suegra.
Cuando se busca la libertad de esta manera, podemos caer en otro
tipo de dependencia. Además, hay parejas que para controlarlas las
limitan con frases como: “no salgás; no visités a tus amigas; no veás a
tu mamá; ya no estudiés; no andés de vaga en la organización…”. Y
la joven deja sus relaciones y se aísla
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La realidad de la maternidad
Otras mujeres jóvenes entrevistadas nos compartieron las dificultades
que enfrentron sus madres por su maternidad.
Es mucha responsabilidad sólo para las mujeres
En parte por la pobreza de las familias y de las mujeres, es difícil darles
a las hijas e hijos lo que necesitan, pero la situación se pone más difícil
aún cuando el hombre no asume su paternidad y deja a la mujer a
cargo de toda la prole.
Sólo me crié con mi mamá porque mi papá la abandonó, la dejó ahí.
Somos cuatro hermanos…Ella salía a trabajar y me dejaba con mi
hermana mayor. Mis dos hermanos son hijos de otro papá... Somos de
distintos papás y nos tocó duro…
Carmen, mujer estudiante soltera
La mamá de Carmen se quedó sola con la responsabilidad de criar a
sus hijas e hijos. Eso ocurre con frecuencia en Nicaragua y las mujeres
se hacen cargo de la familia, como si hubiesen salido embarazadas
ellas solitas. Asumen la obligación de ganar dinero para mantener
a su familia, comprar comida, medicinas, ropa, libros, pagar la
escuela, y también de dar a sus hijas e hijos cariño y protegerlos de
la violencia, los abusos y otros riesgos. Muy a menudo la madre, sin
el apoyo del padre, carga la responsabilidad a la hija mayor, para
que le ayude a cuidar a sus hermanitos y hermanitas menores. Esta
situación no es justa ni para la madre, ni para la hija mayor, ni para las
niñas y niños.
A veces una niña da a luz a otra niña
A los 15 ella se embarazó. Un romance, me supongo, y de ahí salí yo;
era muy joven mi mamá, ahora sé que no estaba en condiciones de
tener. Era una niña teniendo a otra niña, creo que no era el momento
adecuado para salir embarazada, …
María, joven estudiante

Es de lamentar que las niñas y
adolescentes continúen viéndose
obligadas a enfrentar embarazos
que son de gran riesgo para
la vida de ellas y de las futuras
criaturas.
Decirles a las muchachas que
no se metan con nadie, no
es suficiente para protegerlas
de un embarazo. Si queremos
que se cuiden hablémosles de
sexualidad y de cómo evitar las infecciones de transmisión sexual
(ITS) o los embarazos, y démosles herramientas para enfrentar las
relaciones de poder entre hombres y mujeres.
Esto es una realidad
Según los datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud
(ENDESA-06):
• 79 de cada 100 mujeres encuestadas tuvieron una pareja sexual
por primera vez entre los 13 y los 17 años.
• 65 de cada 100 mujeres encuestadas tuvieron su primer embarazo
entre los 13 y los 17 años.
• 77 de cada 100 mujeres que se habían emparejado a esas edades
dijeron que ni ellas ni sus parejas utilizaron ningún método para
protegerse de las infecciones de transmisión sexual (ITS) o del
embarazo.
Estas cifras nos muestran que las mujeres se exponen a embarazos
no deseados, a las ITS y al contagio del virus de inmunodeficiencia
humano (VIH).
Foto: Julieta Bendaña
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La adolescencia es para formarse
Muchas muchachas al convertirse en mamás, se ven obligadas a
dejar sus estudios, lo que limita su propio desarrollo. Esta situación
también perjudica a la sociedad, al perder ese enorme potencial
que podrían aportar las adolescentes y mujeres que interrumpieron
sus estudios. Nuestro país jamás saldrá de la pobreza, si las mujeres no
tienen educación y herramientas para mejorar su desarrollo personal
y el de sus familias.
Ellas tienen derecho a priorizar proyectos propios: estudiar, tener
amistades, ganar dinero, participar en grupos culturales y sociales.
La adolescencia es un período de preparación para la vida, no de
matrimonio y crianza.
Foto: Julieta Bendaña

La reconciliación no se da por tener sexo o por “darle un hijo”
En tiempo de mis
hermanos mayores las
condiciones económicas
eran pésimas. Mi papá
se enamoró de otra
mujer y las mujeres a
veces piensan que
teniéndoles hijos, los
hombres regresan, y mi
papá no. Él venía en son
de reconciliación y ¡pon!
Salgo yo. ¡Reconciliación
y sale mi hermana!
Joven estudiante
La madre de esta joven
pensó que al tener relaciones
sexuales con el hombre
para reconciliarse, era una
manera de volver a entenderse. Sin embargo, la mayoría de las
veces no sucede así. También es una ilusión creer que si una “le tiene
un hijo”, el hombre se va a quedar con ella. Es muy probable que se
vaya de todas maneras.
Por relaciones sexuales forzadas
Otras mujeres han llegado a la maternidad no porque lo hayan
deseado sino porque sufrieron violación o abuso sexual. Sanar el
cuerpo, la mente y el espíritu después de un trauma así es un proceso
muy doloroso y lento. La maternidad forzada daña la salud física
y emocional de las mujeres y de niñas o niños que nacen de una
violación.
Foto: Julieta Bendaña
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Sexualidad y reproducción no es lo mismo
Aquí vamos a compartir
reflexiones sobre
la sexualidad y la
reproducción de la
especie humana.
Existe la creencia que
para ser vista como
una mujer “honrada”
por su familia y la
comunidad, una
mujer debe tener sexo
solamente para quedar
embarazada. Por eso,
cuando una mujer que
va a tener una relación sexual pide responsablemente usar condón
para evitar un embarazo, es mal vista. Este tipo de creencia impide
separar la sexualidad de la reproducción, es decir el poder tener
relaciones sexuales cuando se desea y evitar un embarazo cuando
no se desea.
Los embarazos no son un castigo
Aún existe la creencia que la sexualidad es sólo aceptable dentro
del matrimonio y para ser madre. Por eso cuando una mujer soltera
o una chavala se atreven a tener sexo fuera del matrimonio, se
les hace creer que si sale embarazada es un castigo por su mala
conducta. Pero la verdad es que un embarazo no es un castigo sino
una consecuencia de haber tenido sexo sin protección.
Imagen tomada de Internet

La sexualidad es placer
Tener conciencia del
deseo y de la búsqueda
del placer sexual es vivir
la sexualidad, y esto es
igual para las mujeres y los
hombres. La sexualidad
puede vivirse consigo
misma, a través de la
masturbación, o de
manera acompañada,
con la experiencia del
placer propio y el de la
otra persona, sea mujer u
hombre, de acuerdo a la
orientación sexual de cada quien.
Lo que importa en la vivencia de la sexualidad es el respeto hacia sí
misma y hacia la otra persona. La sexualidad no está dominada por
los instintos, como a veces se nos hace creer. Sí podemos controlar
el deseo. De ahí que toda relación sexual sin el consentimiento de la
otra persona es una violación y, por lo tanto, un delito.
La sexualidad y el amor son cosas distintas
Sentir amor hacia alguien no implica necesariamente tener relaciones
sexuales con esa persona. Tener relaciones sexuales con alguien
tampoco implica que se le ama o que la otra persona te ama. En
nuestra sociedad, a las mujeres se nos hace creer que el amor es un
requisito para el sexo, mientras que a los varones se les incita a que
adquieran experiencia sexual, haya amor o no.
Preguntémosnos cómo afecta esta creencia en nuestras vidas.
Foto: Archivo La Boletina
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¿Qué es la reproducción?
La reproducción se refiere a la actividad sexual que tiene como
objetivo reproducir la especie. En los seres humanos existe la
reproducción biológica para evitar que la especie humana se
extinga y la reproducción social que garantiza que las nuevas
generaciones aprendan las costumbres, valores sociales y puedan
participar en la vida social, productiva, cultural y muchas otras.
En la reproducción tienen que ver los hombres y las mujeres, y aunque
el embarazo se da en el cuerpo femenino, esto no quiere decir que
la reproducción debe ser responsabilidad exclusiva de las mujeres,
como se nos ha hecho creer. El cuido de niñas, niños, adolescentes y
de personas ancianas o enfermas no corresponde sólo a las mujeres.
Nada impide a los hombres participar en estos trabajos.
Las mujeres y los hombres tenemos partes de nuestros cuerpos
que funcionan para la reproducción de la especie,
como el útero y los ovarios en las mujeres, y los
testículos y la próstata en los hombres.
Contamos con órganos que sirven
a la vez para la reproducción y
para el placer sexual, como la vagina
y el pene. El clítoris de las mujeres es
particularmente para obtener placer
sexual. La piel de todo nuestro cuerpo
es esencial para el disfrute.
Los animales viven la sexualidad y la reproducción
juntas, es decir, tienen períodos de celo en los
cuales tienen relaciones sexuales para que las
hembras conciban y tengan sus crías. Para
los seres humanos es diferente porque no
hay período de celo como en los animales.
Además, ahora los métodos anticonceptivos permiten
separar la sexualidad y la reproducción.
Imagen tomada de Internet

Las mujeres necesitamos informarnos bien
Durante la investigación, algunas mujeres
organizadas dijeron que las mujeres con las que
trabajan no conocen su cuerpo y eso las lleva a
imaginarse que desde el primer momento en
que quedan embarazadas ya tienen
dentro de su cuerpo a “una
personita”, como si ya
fuera un ser humano
completo que puede respirar por
sí mismo.
Una mujer entrevistada analizó el papel del
personal médico en ese proceso de
formar ideas erróneas sobre el embarazo:
¿Quién te explica el proceso de fecundación,
cómo es, cuándo llega a ser un embrión,
cuándo llega a ser un feto? Nadie te lo
explica. No pasa que en tu primer control
el médico te agarra y te dice: “Mirá, vos
ovulaste y como tuviste relación sin
protección éstas son células que se están
formando para desarrollar un embrión”.
¡No! Una va a su cita y lo primero que te dicen:
“¡Oiga su corazón!”. Eso es lo primero que te
van a decir, ¿cómo no vas a
creer que es una persona?
El embarazo es el proceso mediante el cual un óvulo fecundado
se va convirtiendo en embrión, luego en feto hasta desarrollarse
completamente para llegar al parto, nacer y respirar por sí
mismo. Para que haya bebé, debe pasar por todo ese proceso.
Foto: Archivo La Boletina
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Decidir sobre mi cuerpo es decidir sobre mi vida
Decidir sobre mi cuerpo es decidir sobre mi vida
Sin cuerpo no existimos. Yo soy mi cuerpo y mi cuerpo soy yo. No
puedo separar mi vida de mi cuerpo. Tomar decisiones sobre mi
cuerpo es decidir sobre mi vida. Lo que sucede en mi cuerpo, me
sucede a mí, y a mi vida. Por eso es tan importante que las mujeres
tengamos control sobre las decisiones que afectan nuestros cuerpos,
pues se trata de nuestras vidas.
Sin embargo, cuando una mujer permite que el hombre no utilice
condón en una relación sexual, ella no está pensando en lo que ella
quiere para su vida propia, si esto ayuda o atrasa en sus planes, si se
cuenta con condiciones materiales, afectivas y de salud y si se quiere
o no tener un embarazo en esta etapa de la vida.
En vez de sopesar todo esto y decidir por
cuenta propia, ella se olvida de sí misma y
deja en manos del otro una decisión que
afecta su cuerpo y su vida.
Antes de tener una relación sexual sin
protección es importante pensar qué es lo
que realmente queremos. Si nos damos
cuenta de nuestros deseos más profundos,
podremos hacer lo más adecuado.
Una cosa es querer estar con alguien y
desear tener relaciones, y otra cosa, querer
salir embarazada. Es importante que
sepamos que tenemos derecho a vivir una
sexualidad gozosa, y que también tenemos
derecho a elegir no ser madres usando
métodos anticonceptivos.
Foto: Julieta Bendaña

Las relaciones sexuales y los embarazos requieren reflexión
Cuando una mujer, ya sea adolescente,
joven o adulta, inicia una relación
sexual, debe hacerse muchas preguntas
y responderlas a sí misma con mucha
sinceridad para tener claro lo que quiere:
• ¿Voy a esta relación sexual porque deseo
un embarazo? ¿O lo hago porque estoy
enamorada y quiero estar con esta
persona?
• ¿Tengo claro cuáles son mis metas
personales? ¿Cómo hago para no
dejarlas atrás aunque esté enamorada o
quiera gozar mi sexualidad?
• ¿Estoy clara de que si tengo relaciones sexuales sin protección lo más
seguro es que saldré embarazada?
• ¿Estoy lista para vivir un embarazo?
• ¿Qué condiciones materiales y afectivas tengo ahora para ser madre?
• ¿Quiero criar a mi hija o hijo yo sola o quiero hacerlo junto con su padre?
• Ese hombre con quien estaré, ¿quiere ser padre?
• ¿Él sabe cuáles serían sus responsabilidades económicas y emocionales
con la criatura? ¿Estaría dispuesto a asumirlas?
Cuando una mujer no desea un embarazo, debe protegerse con
métodos anticonceptivos en sus relaciones sexuales.
Si una mujer desea un embarazo, debe también estar clara y
aclararle al hombre, que las niñas y niños tienen derechos y
necesidades que su madre y padre tienen que cumplir y satisfacer.
Hijas e hijos tienen derecho a: cariño, alimentación, salud, vestuario,
educación, vivienda, un nombre y apellidos, una familia.
Foto: Julieta Bendaña
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Cuando dialogamos y no pasa nada
Es muy difícil hacer que un hombre use condón, y aunque yo esté muy
empoderada y decidida que no quiero tener hijos y que no quiero
que me pase una enfermedad sabiendo que es infiel, lo primero que
se crea es un conflicto, y lo primero que se piensa es que no quiero
estar en conflicto con este hombre, entonces ni modo, a hacer lo que
él quiera… O sea que si va a haber un conflicto, se limita el derecho,
entonces creo que el derecho no es así, una decisión no tiene que
tener límite.
Julia, mujer organizada
Puede ocurrir que una haya hecho su análisis de la situación y haya
decidido evitar los embarazos, pero la pareja o el novio ejerzan
presión sobre la mujer para obligarla a un embarazo. Puede que
la hagan sentir que es una egoísta por no querer tenerle un hijo o
hija, o que le diga que no lo quiere lo suficiente y por eso no quiere
comprometerse más con un embarazo.
Es muy duro enfrentar esas presiones pero no debemos olvidar
que la pareja no tiene por qué obligar a la mujer a asumir algo
tan importante como un embarazo. En nombre del amor, no se
debe exigir que
una abandone
sus metas, sus
planes laborales
o de crecimiento
personal. Es
preferible enfrentar
un conflicto con el
hombre que dejarse
imponer algo que le
puede afectar toda
la vida.
Foto: Julieta Bendaña

Escoger el método anticonceptivo adecuado
Antes de tener
relaciones sexuales
una debe estar clara
sobre qué quiere en
este momento de su
vida.
Con frecuencia
tenemos la idea
errónea de que los
hombres “tienen
experiencia” en
sexualidad; es posible
que al hombre sólo le interese satisfacer su deseo y no piense en las
consecuencias de sus actos, ni en lo que va a pasar con la mujer si
ocurre un embarazo. En nuestras manos está la decisión fundamental
de proteger nuestra vida y nuestros sueños.
El MINSA debe facilitar los métodos anticonceptivos
El Ministerio de Salud tiene la obligación de facilitar los métodos
anticonceptivos en los puestos de salud de todas las comunidades
y barrios. De esta manera es posible garantizar a las familias de
escasos recursos prevenir un embarazo no deseado y protegerse de
las infecciones de transmisión sexual.
También ocurre que para las muchachas y muchachos es difícil
conseguir los anticonceptivos, porque se sienten observados
y señalados. En vez de felicitarlos por ser responsables, se les
avergüenza. El Ministerio de Salud debe impulsar programas que
garanticen que las y los jóvenes puedan conseguir los métodos
anticonceptivos con confianza y seguridad y así evitar embarazos a
temprana edad que son de alto riesgo.
Foto: Julieta Bendaña
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Métodos que protegen de un embarazo y de las ITS y VIH
El condón masculino es una funda de látex o de
hule que se coloca en el pene erecto antes del
acto sexual, se pone desenrollándolo hasta la
base del pene. Se utiliza un condón distinto por
cada relación sexual. Se retira inmediatamente
después de la eyaculación, cuando el pene
aún está erecto, y se bota. El sobre debe abrirse
con las manos, no con los dientes, y revisar
la fecha de vencimiento para evitar que se
rompa. Desventaja: depende de la voluntad
del hombre para usarlo.
El condón femenino: es una funda suave de
plástico que se usa para cubrir la vagina y
los genitales externos. Bloquea el paso de los
espermatozoides hacia el útero. Casi no se
encuentra en Nicaragua.
Métodos que protegen del embarazo pero no de una ITS:
Las pastillas anticonceptivas, vienen en presentación
de 21 ó 28 píldoras, contienen estrógenos y/o
progestágenos, substancias hormonales que impiden la
ovulación, dificultando el paso de los espermatozoides
al útero, adelgazan el revestimiento del útero para que
los óvulos no puedan permanecer en él, son altamente
eficaces. Si se nos olvida tomar la pastilla una vez, hay
que tomarla en cuanto nos acordemos, además de la
que nos toca ese día. Desventajas: a algunas mujeres les
producen dolor de cabeza, aumento de peso o presión
alta. Se debe descansar de tomarlas cada dos años y
usar otro método por 3 meses. No deben tomarla mujeres que sufren de
presión alta, várices abundantes, diabetes, cáncer y enfermedades del
corazón o hígado.

Las inyecciones intramusculares, contienen grandes cantidades de
estrógenos y/o progestina. Protegen durante 1 mes, 2 meses y hasta
3 meses. Es un método ampliamente utilizado, sin embargo puede
causar alteraciones por la elevada cantidad de hormonas que
contienen.
Anticoncepción de emergencia o píldora del día después: es el único
método que puede prevenir un embarazo no deseado DESPUÉS
de haber tenido la relación sexual con penetración sin haber
utilizado ninguna protección. Debe utilizarse solamente en casos de
emergencia: violación, abuso sexual, o porque se rompió el condón,
no se tomaron adecuadamente las pastillas anticonceptivas, no se
aplicó la inyección. Actúa evitando la fecundación al bloquear la
liberación del óvulo o impidiendo que los espermatozoides lleguen a
éste. No debe usarse seguido porque al usarse regularmente pierde
su efectividad y puede producir dolor de cabeza, náusea, vómito,
fatiga, mareos y sangrado vaginal irregular.
El dispositivo intrauterino o DIU puede
ser una “T” de cobre o una espiral. Es
un aparato pequeño de plástico con
elementos metálicos, que se coloca
en el interior del útero para evitar la
anidación del óvulo. Lo debe colocar
una doctora o enfermera; chequearlo
al mes de colocación y luego una vez
al año o cuando haya molestia o duda.
Su duración es de 2 a 4 años. Se debe
comprobar con los dedos los hilos del DIU
en la vagina para verificar que no se ha
expulsado.
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Espermicidas: son productos químicos que causan la ruptura de las
membranas de los espermatozoides disminuyendo su movimiento
y su capacidad de fecundar el óvulo. Vienen en espumas, cremas,
tabletas vaginales y óvulos. Desventajas: tienen menos efectividad
que las pastillas.
Los métodos quirúrgicos, son definitivos, en el
caso de las mujeres se conoce como “amarre”
de las trompas de Falopio. Es una cirugía
menor en la cual el médico o médica amarra
o corta las trompas de Falopio, por donde
bajan los óvulos al útero, impidiendo que los
espermatozoides lleguen a fecundar el óvulo.
Se realiza en clínicas y hospitales.
La vasectomía se practica en los hombres,
es una cirugía menor, el médico o médica
corta los conductos seminales por donde
transitan los espermatozoides desde los
testículos hasta el pene, esterilizando al
hombre. No tiene efectos secundarios en la
salud ni reduce la potencia sexual.
Los métodos más efectivos que no tienen repercusiones
para la salud son el condón y la vasectomía.
Métodos menos efectivos, el del ritmo; el del moco
cervical; el de la temperatura y la abstinencia. Si se
usan estos métodos hay alta probabilidad de que se
producirá un embarazo.

Responsabilidad al elegir al padre
Algunas mujeres entrevistadas
señalaron que cuando alguien
quiere poner un negocio o
hacer una transacción se fija
con qué clase de persona está
tratando, y a nadie le gusta
juntarse con gente conflictiva
que causa problemas o que no
asume responsabilidades. Sin
embargo, con frecuencia no
elegimos con el mismo cuidado
a nuestra pareja. Una mujer
comentó:
Pero yo veo que al
momento de seleccionar
pareja es como si eso no
fuera importante. Como
si cualquier hombre está
bien. A veces los hombres traen colas de hijos, colas de
delincuencia, de drogas, de alcoholismo, de cualquier
cosa y como si eso no importara. Yo creo que las mujeres
no nos estamos dando el valor que tenemos, debemos
aprender a escoger.
Elegir al socio adecuado para una empresa es una gran
responsabilidad. Si abrimos nuestros ojos, oídos y nuestro
sano juicio, vamos a hacer una buena selección.
Foto: Julieta Bendaña
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Derecho a tener proyectos propios
Aquí compartimos una opinión de mujeres organizadas sobre el rol de
las madres abuelas:
…Hay mamás que están decididas a que sus hijas no sean madres
adolescentes o jóvenes, pero yo creo que hay otra parte de la
realidad que es lo contrario, o sea hay madres que empujan a la hija al
embarazo; la empujan con quince, dieciséis, diecisiete años. Además
aquí tenemos la idea de que donde comen tres comen cuatro, cinco...
Entonces, uno más no importa. Y luego la abuela duerme con el bebé
y lo cuida porque cree que ella lo hace mejor que las jóvenes y se
siente mamá. A veces hasta hay conflictos por eso…
Este comentario lo que resalta es que hay mujeres adultas que se
sienten solas y quieren un bebé que las acompañe y dé sentido
a su vida cuando las hijas e hijos ya se han ido. También indica
que numerosas mujeres no han tenido la posibilidad de desarrollar
proyectos de vida propios y lo único que les hace sentir que valen y lo
que les da satisfacción es el cuido de otras personas.
No da buenos resultados
asumir las responsabilidades
que corresponden a las hijas. Si
bien ellas necesitan del apoyo
y solidaridad de sus madres en
el cuido de las niñas y niños,
es necesario llegar a acuerdos
para evitar abusos y respetar
los espacios de cada quien.
Las mujeres tenemos derecho
a tener proyectos personales:
económicos, educativos,
culturales, para nuestro disfrute y
bienestar.
Foto: Archivo La Boletina

Derecho a la vida
Durante la preñez, el cuerpo de las mujeres sufre transformaciones
y dependerá de su estado emocional y físico que la mujer pueda
desarrollar su embarazo con normalidad y el embrión crezca
para convertirse en feto y después nacer sano. El útero de las
adolescentes, aun cuando ya les haya bajado la regla, todavía no
tiene la maduración necesaria para parir sin riesgo.
Cada embarazo es un riesgo para la mujer y a medida que aumenta
la edad y el número de embarazos, los riesgos son mayores. Si un
embarazo pone en riesgo la salud y la vida de la mujer, el Estado
debe garantizar su vida con medidas públicas de salud como el
aborto terapéutico en los primeros meses de embarazo.
Mujeres, a quien se les detecta un cáncer en los primeros meses de
un embarazo deberían tener el derecho a un aborto terapéutico.
El Estado no puede obligar a una mujer a dejar que le avance un
cáncer únicamente para evitar una interrupción.
Foto: Archivo CEAV
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22
La interrupción interrupción del embarazo embarazo
No todos los embarazos llegan a
término. A veces se interrumpen
de manera espontánea y
ninguna mujer debe ser criticada
o sentir que eso es un castigo.
En otras ocasiones, algunas
mujeres toman la decisión de
interrumpir un embarazo. Ésta es
una decisión difícil a la que las
mujeres se enfrentan por diversas
situaciones. No es una decisión
tomada a la ligera, sin embargo
existen mitos y prejuicios que
llevan a las personas a condenar
a las mujeres que deciden
interrumpir su embarazo.
Una de las mujeres entrevistadas
compartió que al ser legal el aborto, se correría el riesgo de
convertirlo en un método de planificación familiar, pero tampoco les
parece correcto penalizarlo. Una de estas mujeres dijo:
No estoy de acuerdo porque no quiero que agarren el aborto como
método de planificación y que luego todas las mujeres quieran
hacerse aborto, pero tampoco me parecería que cayeran presas.
Otras en cambio piensan que nadie puede saber lo que otra mujer
necesita y decidir por ella:
El cuerpo es de la mujer, por lo tanto ellas son las que tienen que
decidir (…) La decisión la tiene que llevar la mujer...
Foto: Julieta Bendaña

Con relación al mito de que el embrión es “una personita”, una mujer
comentó:
No, todavía no es una personita… Aunque los sacerdotes dicen que
es un bebé, pero no lo creo así (…) De siete semanas es como una
semilla de cacao.
Muchas personas que están en contra de la interrupción de un
embarazo, nunca han pensado qué harían si estuvieran en una
situación desesperada. Una mujer reflexionó sobre estas personas:
Yo siento que ellas pierden el contacto con sus sentimientos, con la
posibilidad de verse en una situación como ésa, porque hablan como
que si estuvieran en otro mundo, donde nunca les va a pasar... A menos
que sean mujeres que si les pasa, van a pagar un médico privado.
Las mujeres creyentes y el libre albedrío
Mujeres cristianas, creyentes practicantes que fueron entrevistadas
dejaron bien claras sus visiones sobre el embarazo.
Consideran que Dios les dio
el “libre albedrío”, es decir, la
capacidad de pensar y escoger
la mejor solución para los
problemas que enfrentan en
sus vidas.
Algunas opinan que las mujeres
deben tener “los hijos que Dios
les mande”. Sin embargo,
también hay mujeres cristianas
que no están de acuerdo con
esto, pues piensan que los
embarazos vienen porque se
tienen relaciones sexuales sin
protección.
Ilustración tomada de Internet
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Una de las muchachas dijo que tuvo su primera hija a los 15 años y
luego tuvo tres más con la siguiente pareja. Después del cuarto se
operó porque no podía continuar pariendo.
Otra muchacha nos compartió que se operó a los 22 años,
después de su segundo niño, porque no tenía confianza en los
anticonceptivos.
Algunas de esas mujeres católicas reconocen que interrumpir
un embarazo no es una decisión fácil para ninguna mujer, y nos
contaron cómo llegaron a esa conclusión.
Comprender la situación
Ellas piensan que Dios da a las mujeres la
capacidad de pensar y analizar la situación
que enfrentan, para tomar sus propias
decisiones. La primera joven dijo:
Dios es tan maravilloso que entiende el
contexto que vos vivís. Cuando Jonás
estaba enojadísimo y la Biblia dice que él
blasfemó, Dios lo pudo haber quemado,
lo pudo haber matado, pero no lo mató,
sería un Dios malo, horroroso que sólo le
interesa él y punto, pero no lo mató, más
bien le dio un arbolito y le dijo ¡calmate!...
Él entiende el contexto en el que podemos
estar…
Y la segunda joven nos compartió:
Yo analicé la situación en que estaba. Estudiando con ayuda de un
hermano, viviendo en la casa de mi madre; mi pareja fue honesta
conmigo, él tiene otro hijo y yo sé que no gana lo suficiente. ¿Qué
podía hacer? Un niño con una madre frustrada no puede ser feliz; me
lo puedo imaginar: un niño regañado por todo porque vive arrimado.
No, no quiero eso para mí, ni para mi hijo. No tengo condiciones
todavía.
Ilustración tomada de Internet

Reconocer que el cuerpo es un regalo de Dios
...De acuerdo al discurso de algunos religiosos, tener relaciones
sexuales está mal porque Dios lo prohíbe (...). Yo no creo que tener
sexo es prohibido y es malo. Él me dio mi cuerpo, Él me regaló la
vida, yo soy dueña de mi cuerpo y yo soy responsable (…). Entonces
yo creo que como Dios es bueno y me conoce y sabe que si soy
responsable de mi cuerpo y si yo tomo la decisión de tener relaciones
sexuales, siempre tengo que hacerlo desde el punto de lo que es
bueno para mí, que es sano para mi cuerpo (…), y si es adecuado
para tu cuerpo tener un hijo a los catorce años...
Tomar responsabilidad sobre sí mismas
y decidir sus propias acciones
…Dios no manda un hijo de puro gusto, nosotros tenemos relaciones…
Sería frívolo de mi parte decir que ¡nada! Tenés que tenerlo aunque
tu mamá no te pueda mantener, que tenés que tenerlo aunque
no te gradués, que tenés que tenerlo vos que sólo tenés 14 años,
¡qué va! Sabiendo que todo es más problemas que soluciones.
Lo que yo digo es que es una decisión súper importante y Dios
entiende esas circunstancias; es difícil, pero es una decisión y tal vez
circunstancialmente la más acertada. Yo puedo decir: “No, no, no”,
pero al estar en ese momento es muy difícil porque nadie sabe hasta
dónde le aprieta el zapato hasta que se lo pone. En el caso de los
hombres es más fácil decir no, o juzgar a las mujeres porque los han
educado en la posibilidad de que no sea suyo, es lo primero que
dicen ¿verdad?: “¿Será que es mío?”, ellos no se hacen cargo de sus
actos.
Hacer un compromiso
Dios entiende que las personas somos diferentes, que algunas nos
equivocamos y Él sabe que yo le puedo pedir: ¡discúlpeme! Pero de
corazón, porque me comprometo a tomar mejores precauciones,
hacer mejor las cosas…
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La decisión es nuestra
A lo largo de este suplemento de La Boletina, hemos ido analizando
cómo el cuerpo de las mujeres está hecho para el placer y el goce
sexual, y que también tenemos el poder de la reproducción de la
especie humana junto con los hombres.
Hemos visto que, aunque el embarazo se produce en el cuerpo de
las mujeres, no quiere decir que nuestra sexualidad y reproducción
están obligadamente ligadas. Los avances de la ciencia, la
inteligencia y el libre albedrío nos permiten separar estas dos
dimensiones muy importantes de la vida, y hacer uso de todo esto es
nuestro derecho.
Separar la sexualidad de la maternidad es uno de los derechos
humanos de las mujeres más disputados y violentados en la
actualidad. Esto se expresa cuando no se asigna presupuesto
del país para abastecer todos los puestos de salud con métodos
anticonceptivos; cuando no se abren programas especiales de salud
Foto: La Boletina/ Ivette Murillo

eproductiva para adolescentes y jóvenes; cuando en las escuelas
no brindan educación sexual científica, cuando se penaliza el
aborto terapéutico condenando a las mujeres a morir por causas
prevenibles, o condenando a las mujeres que deciden por una
interrupción voluntaria.
Sin embargo, es a las mujeres a las que nos toca decidir sobre
nuestros cuerpos porque es nuestra vida. Y para tomar decisiones
tan importantes hay que tener información y reflexionar bien
sobre lo que queremos en la vida, cuáles son nuestras metas,
las condiciones que tenemos para ello y qué necesitamos para
conseguirlo, teniendo en cuenta nuestros derechos y obligaciones
para con nosotras mismas y las demás personas. Nos toca también
exigir el cumplimiento de esos derechos.
Foto: Pascal Chaput
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Los derechos reproductivos
Los derechos reproductivos
Los Derechos Reproductivos forman parte de los derechos humanos
que los gobiernos de los países de todo el mundo en la Organización
de Naciones Unidas han discutido, y casi todos han reconocido y se
han comprometido a respetar.
A nivel internacional contamos con Conferencias y Convenciones
que los gobiernos han aprobado sobre derechos reproductivos
• Primera Conferencia de Derechos Humanos de Naciones Unidas,
Teherán, Irán, 1968.
• Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, El Cairo,
Egipto, 1994.
• Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, conocida como CEDAW por sus
siglas en inglés, 1979.
• Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, 1976.
A nivel nacional contamos con un marco jurídico que ha incorporado
algunos de los acuerdos de estas conferencias y convenciones
internacionales que protegen los derechos reproductivos de las
personas. Aquí te compartimos algunos artículos que muestran cómo
han sido incorporados.
La Constitución Política de Nicaragua
• Arto. 74. Se refiere a la protección de las mujeres embarazadas en
el empleo.
• Arto. 78. Se refiere a la protección de la paternidad y maternidad
responsables.
• Arto. 124. Se refiere a que la educación de Nicaragua es laica.
• Arto. 14. Se refiere a que el Estado no tiene religión oficial.

La Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades
• Arto. 23, obliga al Ministerio de Educación a diseñar políticas
y planes de educación presentando a las mujeres como
equivalentes a los hombres y educación sexual y reproductiva
basada en información científica.
• Arto. 25 obliga al MINSA a brindar servicios integrales de salud
sexual y reproductiva así como informar a los y las adolescentes
del cuido y manejo responsable de la sexualidad.
El Código Penal
• Arto. 494 referido a los crímenes sexuales durante conflictos
armados nacionales o internacionales penaliza la violación,
embarazo forzado y esterilización forzada con penas de hasta 15
años de prisión.
• Arto. 188. penaliza la inseminación sin consentimiento de la mujer.
• Es de lamentar que el Arto. 143 penaliza el aborto, incluyendo el
aborto terapéutico.
Los derechos derechos reproductivos reproductivos son los siguientes:
siguientes:
Derecho a la vida. Además de respetar la vida de las personas,
incluye el derecho de mujeres y hombres a no morir por causas
evitables, como, por ejemplo, las muertes de mujeres por parto y
embarazo. El Estado está obligado entonces a garantizar educación,
acceso a anticonceptivos y a aborto legal y seguro para evitar
muertes de mujeres.
Derecho a decidir el número e intervalo de los hijos. Reconoce que
“...los padres tienen derecho a determinar libremente el número
de hijos y los intervalos entre los nacimientos”. Está relacionado
con reconocer la capacidad de las mujeres de decidir cuándo
y con quién tener relaciones sexuales, reconocido en la CEDAW.
Los Estados tienen la obligación de crear condiciones y establecer
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mecanismos para garantizar que las mujeres puedan controlar
su fecundidad con métodos anticonceptivos de uso cotidiano y
también de emergencia. Este derecho fue reconocido en 1968 en la
Primera Conferencia de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
celebrada en Teherán.
Derecho a la salud. Comprende el derecho a la salud reproductiva y
a la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria sin riesgos
de embarazo y con libertad para decidir tener o no tener relaciones
sexuales, cuándo y con qué frecuencia. Incluye el derecho de
mujeres y hombres a planificar la familia de su elección y a obtener
información para ello. Reconoce, por tanto, la separación entre la
reproducción y la sexualidad.
Derecho a la libertad, seguridad e integridad personal. Reconoce
el derecho de las personas a no ser sometidas a tortura o tratos
crueles, inhumanos y degradantes; a vivir libre de explotación y de
violencia sexual y de género. Incluye el derecho de las mujeres a no
ser torturadas al ser obligadas a desarrollar un embarazo no deseado
o producto de una violación u abuso. En estos casos, el Estado está
obligado por partida doble: Primero en su tarea de garantizar la
libertad de las personas de tomar decisiones, y en segundo lugar de
no imponerles tratos crueles e inhumanos.
Derecho a la intimidad. Se refiere al derecho de mujeres y hombres a
decidir libremente y sin presiones de ningún tipo sobre sus funciones
reproductivas. Como es en el cuerpo de las mujeres donde se da
la reproducción humana, son las mujeres las que sufren mayores
violaciones de este derecho. El Estado o los particulares violan este
derecho al interferir en el derecho de la mujer a tomar decisiones
sobre su cuerpo y su capacidad reproductiva. Presiones de cualquier
tipo, sean por causa religiosa, política u otra para que las mujeres no
puedan decidir desde su propia vida personal atenta contra este
derecho.

Derecho a la igualdad. Es uno de los pilares fundamentales de
los derechos humanos. Sin el derecho a la igualdad, los derechos
humanos casi no tendrían razón de ser. No se puede decir: “Estas
personas no los pueden gozar porque son jóvenes; éstas, porque
son negras; éstas porque tienen discapacidad; éstas, porque son
mujeres”. Cuando hay igualdad, no hay discriminación. Hay igualdad
cuando las mujeres puedan gozar de todos los derecho humanos.
Derecho al matrimonio y a tener una familia. Incluye el derecho
de las mujeres a decidir su función reproductiva en igualdad y sin
discriminación, derecho a contraer o no matrimonio y a disolverlo y a
tener la capacidad y la edad para dar su consentimiento para contraer
matrimonio y fundar una familia. Este derecho está reconocido en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la CEDAW.
El artículo que habla de la igualdad en el matrimonio es el que tiene
más reservas en la CEDAW, precisamente porque si las mujeres tienen
este derecho, no podrían permanecer sometidas a la autoridad
del marido al casarse. Muchas se casan muy jovencitas y pasan
de la autoridad de la madre o el padre a la autoridad del marido,
y así nunca pueden ejercer su derecho a decidir si quedar o no
embarazadas, si usar o no anticonceptivos, cuál anticonceptivo usar,
o cuándo tener o no tener sexo.
Algunos Estados argumentan que el derecho internacional no se
puede meter dentro del matrimonio. Esto es falso porque al decir que
no se mete, en realidad sí lo hace, al dejar que las personas decidan
sabiendo que la mujer está en desigualdad respecto al hombre y no
puede decidir libremente. Es ahí donde más trabajo hay que hacer
porque se trata de un tema delicado y hay muchísima discriminación.
Derecho al empleo y a la seguridad social. Dentro de éste, se
encuentra el derecho a no ser discriminada ni despedida por razones
de embarazo. Esto ni siquiera se plantea como un derecho de las
mujeres, sino como una medida social para proteger a las futuras
generaciones.
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El Convenio 156 de la Organización Internacional del Trabajo
dice que el Estado tiene que hacer algo para que los hombres se
responsabilicen más por el cuido y nutrición de sus hijas e hijos. El
Comité de la CEDAW también habla en este caso de los derechos en
el aspecto laboral y reproductivo.
Derecho a la educación. Es el derecho de las personas a desarrollar
todos sus potenciales y capacidades. Incluye el derecho a la
educación sexual y reproductiva científica y el derecho a la no
discriminación en el ejercicio y disfrute de este derecho. Ha sido
reconocido internacionalmente en varios tratados. La educación y
la información es un derecho que permite gozar de todos los demás
derechos. El Programa de Acción de El Cairo dice que toda persona
tiene derecho a la educación, y que ésta debe concebirse de
manera que fortalezca el respeto por los derechos humanos y las
libertades fundamentales incluidas las relacionadas con la población
y el desarrollo.
Derecho a información adecuada y oportuna. Comprende
la necesidad de elaborar programas innovadores, para que
adolescentes, mujeres y hombres adultos tengan acceso a
asesoramiento y servicios de salud reproductiva, y que informen a los
hombres sobre su obligación de compartir las responsabilidades de la
planificación familiar, de las labores domésticas y de crianza de las y
los hijos. También incluye que los hombres asuman responsabilidad de
prevenir las enfermedades de trasmisión sexual.
Derecho a modificar las costumbres discriminatorias contra las
mujeres. Es un derecho no muy conocido. Se refiere a la obligación
que todas las personas tenemos para cambiar las costumbres
y prácticas discriminatorias contra las mujeres. Ante muchas
prácticas discriminatorias algunos Estados afirman que no pueden
cambiar nada porque va contra las costumbres. La CEDAW dice
todo lo contrario. Es una obligación del Estado cambiar todas
aquellas tradiciones y costumbres discriminatorias para las mujeres.

Significa que se debe cambiar todos aquellas imágenes y lenguaje
discriminatorio que puede haber en libros, películas, medios de
comunicación y otros espacios. El Estado debe eliminar también la
costumbre de culpar a las mujeres por los embarazos no deseados.
Derecho a disfrutar del progreso científico y a dar su consentimiento
para ser objeto de experimento científico. Reconoce el derecho
a utilizar métodos de inseminación artificial, a interrumpir el
embarazo cuando su vida o salud están en riesgo, al aborto seguro
y legal… También reconoce el derecho de negarse a participar en
experimentos científicos, si una considera que dañan su salud. Eso lo
estipula el Artículo 7 del Pacto de los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales.
Fuente: Foros Temáticos organizados por el Centro de Investigaciones de la Mujer de la
Universidad de Costa Rica, junio, 2005. Conferencia impartida por Alda Facio.
Imagen tomada de Internet
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La reproducción es una responsabilidad
compartida
Para acabar con la desigualdad que existe actualmente en el
proceso de reproducción social y humana, el Estado, la comunidad,
la familia, hombres y mujeres tienen que asumir responsabilidades.
Durante la infancia, la adolescencia y la juventud, las personas
necesitan de atención, cuido y educación de calidad. Se requiere
que las tareas de cuido y crianza se repartan equitativamente
entre hombres y mujeres para poder cumplir con ellas. No es posible
hacerlo si no se equilibran las cargas de trabajo y se elimina la
violencia hacia mujeres, niñas, niños y adolescentes y no se asume la
sexualidad, la maternidad y la paternidad con responsabilidad.
La Constitución de nuestro país dice que en Nicaragua el Estado es
laico y reconoce y garantiza los derechos de las personas, sin distingo
de sexo, raza, edad, capacidad, clase social, etnia, religión, partido
político u otra condición social. No podemos dejar que ideologías
partidarias o religiosas atenten contra los derechos de las personas.
Es obligación del Estado crear las condiciones para transformar
todas las situaciones discriminatorias para las mujeres, niñas, niños,
adolescentes que producen desigualdad.
El Estado debe garantizar:
• Educación de calidad, esmerándose porque las muchachas
puedan integrarse y no ser expulsadas de la escuela por razones
de embarazo o maternidad. Incluir educación sexual científica
que permita a chavalas y chavalos conocer mejor sus cuerpos y
saber cómo prevenir embarazos, cuidar su salud sexual, analizar su
entorno y sus vidas para tomar decisiones informadas y apegadas
a su realidad y posibilidades.

• Salud de calidad, con servicios de consejería sexual y
disponibilidad de métodos anticonceptivos de buena calidad y
gratuitos.
• Salud y cuido para las embarazadas, controles prenatales de
calidad.
• Aborto seguro y legal para salvar la vida de las mujeres y evitar
que mujeres por desesperación tomen medidas que ponen en
riesgo su vida.
• Protección a la infancia y adolescencia de la violencia física,
sicológica y sexual (explotación sexual comercial, abusos sexuales
y otros).
• Protección a las mujeres, previniendo y castigando la violencia
física, sicológica y sexual, evitando los asesinatos de mujeres, la
mayoría de las veces a manos de su pareja o ex pareja.
• Protección en los centros de trabajo, castigando el acoso sexual y
los despidos por estar embarazada.
• El subsidio pre y postnatal y la lactancia materna.
• Cuido de hijas e hijos de las mujeres trabajadoras, creando
guarderías y centros de educación especial para la niñez con
discapacidad.
• Programas especiales para la niñez y adolescencia que
garanticen su buena alimentación, vestuario y sana diversión.
• Programas de empleo y generación de ingresos para que los
adultos puedan enfrentar su responsabilidad con las nuevas
generaciones.
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La comunidad debe:
• Cuidar a la niñez y adolescencia, protegiéndolas de la violencia
física, sicológica y sexual, como la explotación sexual comercial y
abusos sexuales.
• Proteger a las mujeres de la violencia física, sicológica y sexual.
• Exigir al Estado que vele por las nuevas generaciones y aportar a
esta tarea.
• Denunciar y/o apoyar las denuncias contra agresores y
abusadores
La familia está obligada a:
• Brindar afecto a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
• Protegerles de cualquier abuso de los adultos, ya sea maltrato
físico o abuso sexual.
• Crearles condiciones adecuadas para que puedan avanzar en
sus estudios.
• Cuidar de su salud, llevándoles al centro de salud, buscar las
medicinas.
• Proteger su integridad física y emocional.
• Hacerse cargo de apoyar su desarrollo: acompañarles,
comunicarse, garantizarles los alimentos, el vestuario y las sanas
diversiones que también son necesarias para el desarrollo integral.
• Repartir equitativamente entre hombres y mujeres la carga de
trabajo del mantenimiento del hogar, de la crianza de los hijos e
hijas y el cuido de la familia.
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Este DVD contiene documentación especializada sobre
Derechos Reproductivos y fue producido por la Dirección
Mujeres en Movimiento de la Fundación Puntos de Encuentro.
Brinda análisis teóricos, datos estadísticos, legislación,
metodologías, investigaciones, herramientas audiovisuales,
enlaces de interés y pistas de utilidad para organizaciones,
investigadoras, docentes y académicas/os interesadas/os en
esta problemática.
Para obtener el DVD podés escribirnos a sidoc@puntos.org.ni