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La fuerza protón-motriz

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(UCP-1), también denominada termogenina. <strong>La</strong> UCP-1 forma una ruta para el flujo<br />

de protones desde el citoplasma a la matriz. Básicamente, la UCP-1 genera calor cortocircuitando<br />

la batería de protones de la mitocondria. A medida que los protones fluyen<br />

a través de UCP-1 hacia la matriz mitocondrial, la energía del gradiente de protones,<br />

que normalmente se transforma en ATP, se libera en forma de calor. Esta ruta disipadora<br />

de protones se activa cuando la temperatura interna del organismo comienza a<br />

descender. En respuesta a un descenso de la temperatura, se segregan hormonas que<br />

provocan la liberación de los ácidos grasos presentes en los triacilgliceroles que, a su<br />

vez, activan la termogenina (Figura 21.17).<br />

Observando el comportamiento de los cerdos podemos ser testigos de los efectos<br />

de la ausencia de termogénesis sin tiritera. Los cerdos son mamíferos atípicos<br />

porque sus camadas son numerosas y porque son los únicos ungulados (animales<br />

con pezuña) que preparan nidos para el parto (Figura 21.18). Estas características<br />

de su comportamiento parecen ser el resultado de una insuficiencia bioquímica. Los<br />

cerdos carecen de UCP-1 y, por tanto, de grasa parda. Los lechones tienen que recurrir<br />

a otras formas de termogénesis. Hacer un nido, una camada numerosa y tiritar son<br />

métodos que permiten a los cerdos compensar la falta de grasa parda.<br />

Hasta hace poco se creía que los seres humanos adultos carecían de tejido adiposo<br />

pardo. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que los adultos, especialmente<br />

las mujeres, poseen tejido adiposo pardo en el cuello y en las regiones superiores<br />

del pecho y que se activa por el frío (Figura 21.19). <strong>La</strong> obesidad da lugar a una<br />

disminución del tejido adiposo pardo. ■<br />

21.3 Regulación de la respiración 379<br />

Figura 21.18 Nido de lechones. <strong>La</strong> figura<br />

muestra un jabalí salvaje, que es un miembro<br />

de la familia de los cerdos, con sus lechones<br />

en un nido. [Cortesía de Annelie Andersson.]<br />

Figura 21.19 <strong>La</strong> exposición al frío<br />

permite visualizar el tejido adiposo<br />

pardo. Los resultados obtenidos con un<br />

escáner de TEP-TC (tomografía de emisión<br />

de positrones y tomografía computarizada)<br />

muestran la absorción y distribución de<br />

18 F-fluorodesoxiglucosa ( 18 F-FDG), un<br />

análogo de la glucosa que no se metaboliza,<br />

en el tejido adiposo. En un mismo sujeto,<br />

los patrones de absorción de 18 F-FDG<br />

son radicalmente distintos en condiciones<br />

térmicas neutras (a la izquierda) y tras<br />

la exposición al frío (a la derecha).<br />

[Cortesía de Wouter van Marken Lichtenbelt.<br />

Copyright 2009 Massachusetts Medical Society.<br />

Todos los derechos reservados.]

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