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resistir las hostilidades y violencias que en su dióc, cometían
sus enemigos, y especialmente en el valle de Andorra, pidió
auxilio y asistencia al conde de Foix, Ramón Rogerio, prometiéndole
que le cedería el dominio pro-indiviso de los valles
de Andorra: accedió el conde á la súplica del ob., y con su
auxilio devolvió este á sus contrarios los atropellos y devastaciones
con que le habian antes aflijido.
Desde este tiempo se cree quedó asegurada la soberanía del
valle de Andorra á losob. de Urgel, como se les había donado
Ludovico Pío, y desestimada la pretensión que á ella
tenían, sin fundado motivo, los condes de Urgel, apoyados
en el acta de Carlos Calvo; pues que este les confirió únicamente
todos los derechos que él creia tener. No habiendo pues
nunca poseído la soberanía de Andorra, que su antecesor habia
desmembrado de la corona para adjudicarla á la silla de Urgel,
mal podia trasmitirla álos condes de este nombre. Esta
misma interpretación la corroboran el reconocimiento hecho
por el conde de Uermengol, y su consorte la condesa Adaguis
en 1230, la condesa Aurembiárx en 1231, el reconocimiento y
proclamación libre y espontánea del consejo general en el mismo
año y otro reconocimiento de otro conde Hermengol hecho
en favor de Pedro de Urgió en 1287. Pacificamente disfrutaban
los ob. de Urgel de la soberanía del valle de Andorra desde el
año 1194, en que el conde Rogerio de Foix le vengó lan á
sabor de sus enemigos, sin que ninguno de estos, ni otro señor
le disputase tal derecho, y sin que ni el mismo Rogerio, ni
alguno de sus sucesores, se acordase de reclamar el cumplimiento
del tratado, otorgado entre el ob. y el conde con motivo
de dicha guerra; pero por los años 1270 el conde de Foix
Rogerio Bernardo, tercero de este nombre, heredero de las
casas de Foix, del vizcondado de Castellvo y de otros muchos
dominios y sen., deseoso de libertarse del humilde reconocímíenlo
que debia prestar al cb. de Urgel como soberano de
Andorra, por el sen. del cast. de San Vicente al pie de Montclart,
recordó el compromiso que el mencionado ob. habia
contraído con su antecesor Bogerio Bernardo conde de Foix,
y para requerir al diocesano sobre el cumplimiento del espresado
convenio, entró en sus estados con un ejército de 1,000
ginetes y 20,000 peones, talando y destruyendo cuanto encontraba.
En vano el ob. y el cabildo intentaban resistir á las
absolutas demandas de aquel; conocieron su impotencia y
hubieron de ceder á la capitulación que les otorgó. Entre los
art. de esta había dos, el tercero y cuarto que obligaban al
principe soberano de Andorra, bajo la pena de 50,000 sóus
inelgarienses, á hacer ir de Boma en el término de 4 años
la confirmación de las concesiones, que en virtud de la capitulación
se vio precisado á hacer al arrogante conde: pero pasaron
estos; espiró el plazo sin que hubieran venido las bulas,
y el impaciente Foix volvió de nuevo á invadir los estados
del ob., llevándolo todo á fuego y sangre. Fatal hubiera sido
al diocesano este segundo ataque del impetuoso conde sin la
pederosa y pronta mediación del ob. de Valencia Talberto,
que con sus virtudes y talento, pudo reducir á las partes
beligerantes á que renunciando al estrepitoso tumulto de las
armas, sometiesen sus querellas y pretensiones al juicio de
arbitros arbitradores y amigables componedores: aviniéronse
á tan justa demanda ambos enemigos, y al efecto juraron acta
de compromiso el ob. de Urgel, su capitulo, Bogerio Bernardo
conde de Foix y el rey D. Pedro de Aragón llamado el
Ceremonioso, como caución y fianza, y nombraron por arbitros
al mencionado ob. de Valencia, á Bononato de la Vaine
canónigo de Narbona , á un caballero llamado Isarne de
Tranjan y á Guillermo Bamon de Tosa, Baymundo de Vijia
y Raimundo de Risuldine. Congregados los arbitros en la c.
de Urgel declararon con respecto al sen. de Andorra: 1." que
el conde de Foix Rogerio Bernardo y sus sucesores tengan
el dominio y sen. de los valles de Andorra pro indiviso con el
señor ob. de Urgel Pedro, y sus sucesores: 2." que el conde
de Foix y sus sucesores, puedan hacer pagar y cobrar la
quistia á su arbitrio alternis annis, sobre los naturales y
moradores de los valles; que en aquel año, el de 1278, lo
cobrase el conde de Foix, y que el ob. y sus sucesores, solo
percibirlo año por otro en la cantidad de 4,000 sous melgarienses:
3.° Que uno y otro de los conseñores y sus sucesores
debian de tener alguna persona, á cuyo cargo fuese y perteneciese
administrar justicia, tanto civil como criminal con el
ejercicio de alta, medianía y baja jurisd. ó justicia, mero y
misto imperio sobre todos los hab. y moradores de los valles:
que pueden tener y celebrar sus cortes elijiendo y nombrando
á su juez de tal manera , que si sucediese que el uno
de los vegueres no pudiera intervenir en las cortes, por enfermedad
, ausencia ú otro motivo, aquel que esté presente las
pueda tener y celebrar en nombre de los dichos conseñores;
pero reservándose siempre lo que toque de los emolumentos
de la adra, de justicia al ausente, y que si este llegase á las
cortes en cualquiera estado que se encontraren, deberá ser
admitido por el que las convocó: 4." que de las cuartas partes
de prod. y emolumentos de la adm. de justicia, tenga tres el
conde de Foix y sus sucesores, y que la misma proporción se
guarde para el pago de gastos: 5." que el conde de Foix y sus
sucesores tengan en feudo del ob. y de sus sucesores el cast. de
San Vicente y demás que posean en el valle de Andorra; y que
debia prestarle homenage á contemplación de las cosas y derechos
que tenia en dichos valles: 6." que los dichos señores
tengan tanto el uno como el otro entre los hombres de los
valles (dentro de ellos y no otramente) gente de armas,
infantería y caballería, sin que el uno délos señores pueda
valerse de la dicha gente de armas contra el otro.
Esta sentencia arbitral ó Pariatges fue pronunciada y declarada
por los referidos arbitros en la c. de Urgel á 7 de setiembre
de 1278; y se. firmó, ratificó y promulgó por los arbitros
y partes interesadas, por el rey D. Pedro de Aragón
como caución y fianza, y por oirás muchas personas de distinción;
fue sellada por notario público, confirmada y autorizada
por el Papa Martin IV con fecha del mes de octubre del
año 1288, y presentada al conde de Foix el dia 30 de setiembre
de 1289.
En virtud de la precedente sentencia Bogerio Bernardo y
sus sucesores compartieron la soberaniade los valles de Andorra
con sus ant. señores los ob. de Urgel. Unida después la
casa de Foix á la de Bearne y con las de Moneada y Castell-
' vell de Rosanes, vinieron á caer todos estos sen. en la casa
de Borbon, y entraron á formar parte de la corona de Francia
cuyos reyes son en el dia comprincipes del valle de Andorra
con el ob. de Urgel.
Las armas de esta república se componen de un escudo partido
en cruz con cuatro cuarteles. En el superior de la der., se
ven la mitra y báculo episcopal, para significar que el ob. de
Urgel es el principal y mas ant. señor del valle. En el segundo
cuartel inferior las cuatro sangrientas barras de Cataluña,
para denotar que los valles son parle del Principado.
En el cuartel superior de la izq. las tres barras rojas de la casa
de Foix en señal del condominio que dicha casa ejercía en los
valles, y en el inferior de la izq. las dos Vacas do los principes
de Bearne, como testimonio del derecho que á esta casa
trasmitió su unión con la de Foix: al pie de las armas se lee:
SUSCIl'E SUNT VALI.1S NEDTRIS STEMMATA , SUNTQUE
REGNA QUIBUS GAUDENT N0VILI0SA TEGI :
SINGULA SI 1'OrUI.OS ALIOS ANDORRA BEARUNT
¿QUIDNE JUNCTA FERENT ÁUREA SECI.A TIBÍ?
A pesar del sen. que pro-indiviso ejercen los reyes de Francia
y los ob. de Urgel, y del protectorado que como patronos
de esta dignidad, ejercen los reyes de España, los andorranos
no dependen ni de una, ni de otra nación. Constantes en
su neutralidad, no prestan auxilio de ningún género en las
contiendas que se suscitan en las poderosas naciones de sus
compríncipes, ni se mezclan en las guerras que acerca de sus
derechos puedan tener estos. En los casos en que necesitan el
apoyo de uno de sus consoberanos, lo impetran y nunca les
ha faltado; sin que esta confianza haya puesto jamas en peligro
su libertad é independencia. Cierto es que los reyes de
Aragón confiscaron aquella república dos veces por los escesos
de los conseñores; pero también lo es que respetaron sus
privilegios y franquicias, y que muy luego levantaron el secuestro.
La misma república francesa que hacia temblar con
su poder los tronos y las lestas coronadas, respetó esta independencia
y neutralidad que tan bien han sabido sostener los
andorranos con su prudente conducta. A pesar de que proclamada
la revolución de 1791 no quisieron los franceses nombrar
veguer ni baile, ni admitir la Quistia, abandonando ú
olvidando la consoberania que en aquel pequeño terr. les correspondía;
cuando en 1794 una columna de franceses llegó
hasta el centro de Andorra para ir á sitiar la plaza de Urgel,
retrocedieron sobre el camino en atención á que una diputa-