Lo verdadero y lo falso - Juventud Rebelde
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06<br />
NACIONAL<br />
DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE DE 2008<br />
juventud rebelde<br />
Contradicciones<br />
por RODOLFO DÁVALOS<br />
digital@jrebelde.cip.cu<br />
HE leído varias veces la sentencia del Onceno<br />
Circuito de Apelación de Atlanta que rechazó <strong>lo</strong>s<br />
recursos interpuestos por <strong>lo</strong>s abogados de <strong>lo</strong>s<br />
Cinco, que solicitaban una audiencia en banc<br />
ante el Pleno de <strong>lo</strong>s 12 jueces del Circuito, y ratificó<br />
el veredicto de culpabilidad por todos <strong>lo</strong>s<br />
cargos pronunciados contra el<strong>lo</strong>s, ratificó las sentencias<br />
dictadas contra Gerardo y René, anuló<br />
las sentencias de Ramón, Fernando y Tony, y<br />
devolvió el expediente nuevamente a la Corte<br />
Federal de Miami Dade para que se les impusiera<br />
nuevas condenas. En cada lectura encuentro<br />
más contradicciones.<br />
La sentencia en sentido amplio consta de<br />
tres partes: la sentencia conjunta de <strong>lo</strong>s tres jueces<br />
(Prior, Birch y Kravicht) y <strong>lo</strong>s votos particulares<br />
de <strong>lo</strong>s dos últimos. La primera, que es la que<br />
resulta condenatoria, es contradictoria en muchas<br />
de sus partes.<br />
Una de las primeras causales o motivo de<br />
apelación presentado por <strong>lo</strong>s abogados defensores<br />
de <strong>lo</strong>s Cinco se fundamentaba en la falta<br />
de evidencias para sustentar las condenas<br />
por «Conspiración para cometer espionaje», o<br />
sea, para transmitir información sobre defensa<br />
nacional. Es precisamente esta acusación, el<br />
«estigma» de <strong>lo</strong>s Cinco tildados de «espías»; la<br />
cortina de humo tras la cual el Gobierno ha pretendido<br />
actuar a sus anchas, violando una y<br />
otra vez la Ley, y marcando una diferencia sustancial<br />
entre este caso y cualquier otro de <strong>verdadero</strong><br />
y comprobado espionaje.<br />
La sentencia, al analizar y rechazar este motivo,<br />
concluye que el gobierno presentó suficiente<br />
evidencia para sustentar las condenas<br />
por el cargo imputado, o sea, «que <strong>lo</strong>s acusados<br />
conspiraron para transmitir a Cuba información<br />
relacionada con la defensa nacional».<br />
Razonamiento que pretende sustentar la ratificación<br />
del veredicto de culpabilidad.<br />
Sin embargo, la propia sentencia de <strong>lo</strong>s tres<br />
jueces, más adelante, al analizar concretamente<br />
el caso de Ramón, plantea: «Como el<br />
tribunal de Distrito no encontró que se haya<br />
obtenido o transmitido información de secreto<br />
máximo, nosotros remitimos para nueva sentencia».<br />
Igualmente se pronuncian <strong>lo</strong>s jueces al<br />
analizar concretamente el caso de Tony: «Como<br />
explicamos antes, el tribunal de distrito<br />
erró… (cita de artícu<strong>lo</strong>s de la Ley)…al no demostrar<br />
que se haya recolectado o transmitido<br />
información de secreto máximo y este error<br />
socava las bases de la conclusión por el tribunal<br />
de distrito»…<br />
¿En qué quedamos? ¿Había o no información<br />
de seguridad nacional? Se ratifican <strong>lo</strong>s veredictos<br />
por el cargo de «conspiración para cometer<br />
espionaje» por un lado, por otro se ratifica<br />
la exagerada condena a Gerardo por ese<br />
cargo, y finalmente se dice que no hay evidencias<br />
de que se haya obtenido o transmitido<br />
información de secreto máximo, y, consecuentemente,<br />
se anulan las sentencias dictadas a<br />
Ramón y Tony por ese cargo, para que la Corte<br />
de Miami imponga una inferior.<br />
Como abogado pienso que «se ha jugado»<br />
con <strong>lo</strong>s términos «Secreto» y «Secreto Máximo»<br />
que contiene la ley norteamericana, pretendiendo<br />
adoptar posiciones distintas entre la intención<br />
de, por un lado, mantener el veredicto de<br />
culpabilidad para poder condenar<strong>lo</strong>s, y, por otro<br />
lado, la necesidad de acercarse un tanto y adecuar<br />
el fal<strong>lo</strong> ante la abrumadora prueba que<br />
contiene el expediente sobre el particular cargo<br />
del espionaje.<br />
Recuérdese que altos oficiales de las fuerzas<br />
armadas de Estados Unidos y otros expertos<br />
en la materia, expusieron como testigos y<br />
peritos, algunos de el<strong>lo</strong>s propuestos por la<br />
Defensa, y otros, incluso, por la Fiscalía, que<br />
como personas conocedoras del controvertido<br />
tema del espionaje ilustraron a la Corte sobre<br />
ese punto, y todos el<strong>lo</strong>s, sin excepción, negaron,<br />
o no pudieron probar, que <strong>lo</strong>s acusados<br />
hubiesen realizado espionaje. Entre el<strong>lo</strong>s fue<br />
e<strong>lo</strong>cuente, y vale la pena recordar, el testimonio<br />
del General de División del Ejército de <strong>lo</strong>s<br />
Estados Unidos, Edward Breed Atkison, quien<br />
fuera Instructor de la Escuela de Inteligencia<br />
para la Defensa durante diez años, que fue<br />
categórico al ser interrogado sobre ese particular:<br />
—¿En el examen que hizo de todos <strong>lo</strong>s<br />
materiales encontró instrucciones para que<br />
<strong>lo</strong>s acusados consiguieran material clasificado?<br />
—NINGUNA.<br />
—¿Encontró alguna instrucción para materiales<br />
que resultarán perjudiciales a <strong>lo</strong>s Estados<br />
Unidos?<br />
—NO.<br />
¿De qué se está hablando entonces? ¿A<br />
qué viene eso de que no es secreto máximo<br />
pero sí es secreto, si no se ocupó un so<strong>lo</strong> material<br />
clasificado, ni nada que tenga que ver con<br />
la seguridad nacional o resultare perjudicial a<br />
<strong>lo</strong>s Estados Unidos?<br />
No hubo secretos, ni «secretitos», que pusieran<br />
en peligro la seguridad nacional, y el veredicto<br />
por el cargo debió ser anulado, y consecuentemente,<br />
las sentencias impuestas a<br />
tres de <strong>lo</strong>s acusados sancionados por ese delito<br />
(Gerardo, Ramón y Tony).<br />
Esta verdad, ya constatada tantas veces,<br />
hace evidente otra contradicción, pues si no se<br />
ocupó ningún material clasificado no debió aplicarse<br />
nunca CIPA (Ley de Procedimiento de<br />
Información Clasificada), y no debió rechazarse<br />
otro de <strong>lo</strong>s motivos de apelación alegado por la<br />
defensa, que señala: «el tribunal de distrito<br />
erró en su fal<strong>lo</strong> acerca del descubrimiento de<br />
la información clasificada». En el caso de <strong>lo</strong>s<br />
Cinco, al no encontrar documentos clasificados,<br />
el gobierno clasificó todos y cada uno de <strong>lo</strong>s<br />
documentos ocupados a <strong>lo</strong>s acusados como<br />
secreto máximo, y luego argumentó que debido<br />
a la existencia de documentos clasificados<br />
en el proceso, este debía celebrarse bajo las<br />
previsiones de CIPA. Entonces, a la defensa le<br />
negaron el acceso a muchos de <strong>lo</strong>s propios<br />
documentos de <strong>lo</strong>s acusados, que fueron utilizados<br />
como pretendida prueba del supuesto<br />
espionaje.<br />
Si a el<strong>lo</strong> añadimos las razones por las cuales<br />
se emiten <strong>lo</strong>s votos particulares, queda en<br />
precario la propia sentencia. Para Birch, no hubo<br />
jurado imparcial en Miami y la solicitud de<br />
cambio de sede para un nuevo juicio debió ser<br />
concedida. Para Kravicht, el gobierno no presentó<br />
evidencias que sustenten la condena a<br />
Gerardo por el cargo 3 (Conspiración para cometer<br />
asesinato).<br />
Es así que la sentencia está llena de contradicciones,<br />
como un colador lleno de agujeros.<br />
Y es que las contradicciones inundan este<br />
proceso desde el principio, como inundan la<br />
justicia en Estados Unidos, que ha venido tomando,<br />
como señala un importante sector de<br />
la mejor doctrina del Derecho internacional<br />
contemporáneo, una posición conservadora,<br />
<strong>lo</strong> que hace peligrar cada vez más la existencia<br />
de <strong>lo</strong>s va<strong>lo</strong>res éticos en la sociedad norteamericana.<br />
Esperemos que la Corte Suprema de Estados<br />
Unidos, instancia a la cual habrán de dirigirse<br />
ahora <strong>lo</strong>s abogados de la defensa, sepa,<br />
quiera y pueda poner las cosas en orden en<br />
este caso, y jugar el papel que tiene reservado<br />
por la Constitución en defensa de la Justicia<br />
por encima de <strong>lo</strong>s intereses políticos, <strong>lo</strong> que,<br />
como es usual en <strong>lo</strong>s procesos de alta significación,<br />
será seguido con mucha atención por<br />
la opinión pública. Por el<strong>lo</strong> debemos seguir<br />
uniendo esfuerzos, y que el clamor de justicia<br />
llegue hasta <strong>lo</strong>s oídos de <strong>lo</strong>s jueces de la Corte,<br />
que suelen prestar mayor atención cuando<br />
el impacto de su decisión trasciende más allá<br />
del propio caso controvertido.<br />
Nuestra esperanza<br />
son ustedes<br />
El proceso contra <strong>lo</strong>s cinco revolucionarios cubanos<br />
antiterroristas que están presos injustamente en<br />
cárceles norteamericanas, considerado político más<br />
que legal, entra en una etapa crucial. Uno de el<strong>lo</strong>s,<br />
Gerardo Hernández Norde<strong>lo</strong>, cifra su solución definitiva<br />
en la solidaridad de <strong>lo</strong>s pueb<strong>lo</strong>s<br />
Queridas compañeras y compañeros:<br />
ARRIBAMOS al décimo aniversario del arresto<br />
de <strong>lo</strong>s Cinco en un momento crucial de<br />
nuestro proceso legal (…así le llaman aunque<br />
tal vez sería más apropiado decir «proceso<br />
ilegal»). El Onceno Circuito de Apelaciones<br />
radicado en Atlanta acaba de dar por<br />
terminada nuestra apelación. Quiere decir<br />
que, si por el<strong>lo</strong>s fuera, todo se quedaría así,<br />
y algún día mis huesos tendrían que ser<br />
enviados a Cuba, cuando la muerte me libre<br />
de las dos cadenas perpetuas.<br />
La referida corte ha dado señales inequívocas<br />
del tipo de «justicia» a la que <strong>lo</strong>s Cinco<br />
podemos aspirar en este país. Cuando<br />
hubo una decisión 3-0 a nuestro favor, con<br />
93 páginas de sólidos argumentos en las<br />
que un panel de tres jueces calificó como<br />
«The perfect storm» (La tormenta perfecta)<br />
<strong>lo</strong> ocurrido en nuestro juicio, la corte en pleno,<br />
contra todos <strong>lo</strong>s pronósticos no so<strong>lo</strong><br />
aceptó revisarla, sino que la revocó sin muchas<br />
explicaciones. La tormenta perfecta,<br />
de pronto, se convirtió en una simple l<strong>lo</strong>viznita.<br />
Sin embargo, esta vez, cuando la decisión<br />
fue 2-1 en contra de <strong>lo</strong>s Cinco, con<br />
obvios errores legales, con una jueza argumentando<br />
en 16 páginas que la Fiscalía no<br />
presentó absolutamente ninguna prueba<br />
que sustente el cargo de conspiración para<br />
cometer asesinato, con un juez que —aun<br />
al votar en contra nuestra— reconoció que<br />
se trata de un «very c<strong>lo</strong>se case» (un caso<br />
muy cerrado, o muy reñido) y con varios argumentos<br />
de la defensa que ni siquiera fueron<br />
debidamente analizados, el Onceno Circuito<br />
se niega rotundamente a revisarla. Como<br />
decimos en Cuba: «Más claro, ni el agua».<br />
Hemos dicho una y otra vez que este es un<br />
caso político, y quien aún no <strong>lo</strong> vea así, es<br />
porque no quiere ver<strong>lo</strong>.<br />
Alguien mencionaba recientemente que<br />
ahora la última palabra la tiene la Corte Suprema.<br />
Yo diría que es —en todo caso— la<br />
penúltima. La última palabra en el caso de<br />
<strong>lo</strong>s Cinco la tienen ustedes, nuestras hermanas<br />
y hermanos de Cuba, de <strong>lo</strong>s Estados<br />
Unidos y de todo el mundo, que a <strong>lo</strong> largo de<br />
estos años han sido nuestra principal fuente<br />
de aliento.<br />
Nuestras esperanzas no están depositadas<br />
en ninguna corte. Diez años son más<br />
que suficientes para habernos curado de<br />
cualquier ingenuidad. Nuestra esperanza son<br />
ustedes, quienes a base de sacrificios y nadando<br />
contra la corriente, han <strong>lo</strong>grado que<br />
hoy en todos <strong>lo</strong>s continentes se conozca la<br />
injusticia cometida contra <strong>lo</strong>s Cinco. Ustedes,<br />
que hoy no andan de paseo, ni están<br />
descansando en sus casas, sino que nos<br />
honran con su presencia en diferentes actividades,<br />
conmemorando el décimo aniversario<br />
de nuestro encarcelamiento. A ustedes<br />
corresponde continuar luchando para<br />
desenmascarar la doble moral de un gobierno<br />
que invade a otros países supuestamente<br />
para combatir el terrorismo, al tiempo<br />
que alberga y protege a connotados terroristas,<br />
y encarcela a quienes trataban de<br />
impedir sus actos criminales. En ustedes<br />
confiamos para poner al descubierto la hipocresía<br />
de las grandes corporaciones de la<br />
información y de ciertas organizaciones internacionales,<br />
que convierten en sufridos<br />
presos políticos a mercenarios que traicionan<br />
a su pueb<strong>lo</strong> por un puñado de dólares<br />
o una visa, mientras silencian miserablemente<br />
el caso de dos mujeres que han sido privadas<br />
durante una década del derecho elemental<br />
de visitar a sus esposos en prisión.<br />
Sabemos que la razón está de nuestra<br />
parte, pero para que se haga verdadera justicia<br />
necesitamos un jurado de mil<strong>lo</strong>nes de<br />
personas en todo el mundo, y <strong>lo</strong>s necesitamos<br />
a ustedes, defensores de las causas<br />
justas, para dar a conocer nuestra verdad.<br />
La injusticia cometida contra <strong>lo</strong>s Cinco<br />
nos ha mantenido por diez años alejados<br />
de la Patria, pero no ha impedido que acompañemos<br />
a nuestro pueb<strong>lo</strong> en las alegrías y<br />
también en <strong>lo</strong>s sufrimientos. Hace apenas<br />
unos días el huracán Gustav causó grandes<br />
daños en Cuba, principalmente en la Isla de<br />
la <strong>Juventud</strong> y en Pinar del Río, dos territorios<br />
desde donde hemos recibido en estos<br />
años numerosas muestras de apoyo y de<br />
cariño. Estamos seguros de que <strong>lo</strong>s pineros<br />
y pinareños, junto a las autoridades <strong>lo</strong>cales<br />
y nacionales, con la solidaridad de todos<br />
<strong>lo</strong>s cubanos dignos y de muchos amigos<br />
del mundo, sabrán crecerse en estos momentos<br />
difíciles y —como caracteriza a <strong>lo</strong>s<br />
revolucionarios— convertirán el revés en<br />
victoria. Aunque no pueda ser físicamente,<br />
hoy más que nunca <strong>lo</strong>s Cinco estamos, de<br />
corazón, junto a nuestros hermanos de la<br />
Isla de la <strong>Juventud</strong> y de Pinar del Río, que<br />
tanto han aportado a la lucha por nuestra<br />
liberación.<br />
Compañeras y compañeros:<br />
A diez años de aquel 12 de septiembre<br />
de 1998, les damos una vez más las gracias<br />
por haber andado este largo y accidentado<br />
camino junto a nosotros. Sabemos que,<br />
para continuar la marcha, podemos seguir<br />
contando con ustedes, y también ustedes<br />
podrán contar siempre con nuestra firme<br />
disposición de resistir, con la frente en alto,<br />
el tiempo que sea necesario.<br />
¡Hasta la Victoria Siempre!<br />
Gerardo Hernández Norde<strong>lo</strong><br />
Prisión Federal de Victorville<br />
California, septiembre 2008