septiembre de 2003 - Ramona

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RAMONA FEDERAL / ROSARIO | PAGINA 89
¡Cuánto ego,
mamma mía ...!
A propósito de la experiencia “Egorosario”.
por Marcela Römer (junio de 2003)
dores y ambiente en general, a participar de su proyecto
móvil. Fernando Castro Flórez, crítico y participante
del “Proyecto Ego” dice al respecto: “Ego
El espacio museográfico no siempre es
cuestionado, sí, muchas veces re-visto y
re-pensado para la construcción de un paseo
de visión del espectador. ¿Qué quiere decir esto?
Se asemeja a la idea de que el artista, junto con
el curador y el diseñador del espacio de exposición
piensan fuertemente en el cómo mostrar la obra.
es una obra única, pero no deja de ser un proceso
colectivo, se podría entender como un pliegue barroco,
un laberinto: articulación politonal. (...) en cierta
medida se advierte que el destino es incierto si se
continúa simulando la burocracia de la institución
museográfica, el sistema generalizado, al que se
pretende criticar.” 1
Ego se constituyó inicialmente en un espacio de crítica
a lo instituido; el diseño de un mueble como ámbito
museográfico viajaría por diferentes geografías,
inicialmente por España, ahora por Sudamérica, para
ser intervenido por diferentes artistas; de esta manera
se cuestionaba el espacio diseñado para la ex-
¿Qué implicancias tendría para los diseñadores del
proyecto (españoles) que grupos diferentes de artistas
latinoamericanos colaboraran, o rediseñaran,
la idea primigenia? ¿Habría cabida para un rediseño
de lo primigenio?
posición. El “Espacio Ego”, con sugestiva denominación
de múltiples lecturas, invitaba a artistas, cura-
Así comenzó la experiencia Egorosario. La Directora
del Centro Cultural Parque de España, Susana