LA MUJER QUE OPERARON EN UN OVNI

LA MUJER QUE OPERARON EN UN OVNI
costanera. Estábamos muy abrigadas y dispuestas a esperar varias horas el momento del
contacto, pero antes teníamos que observar las características del sitio.
Nos sentamos en una escalinata que daba justo a la playa de arena, algo barrosa;
teníamos unos 150/200 metros de playa poblada de charcos de agua, y luego el río plagado de
luces en el horizonte. Algunas titilaban y estaban fijas, y se veían barcos y veleros, hacia
nuestra derecha el muelle quedaba a unos 300 metros más o menos, a la izquierda, después
de una separación de terreno, el embarcadero. Detrás nuestro una pasarela oscura, un
bosquecito de árboles y más atrás la calle, que luego de las 20 horas casi no tenía ya tránsito.
Mientras esperábamos tomamos algo caliente y oímos la música que “ellos” le dejaron a
Mónica; mi hermana hizo las runas ODIL y UR.
Eran ya las 19,45 horas; inmediatamente después de las runas mantralizadas por
Marcela se encendió a lo lejos una luz amarillo-anaranjada y Mónica prendió la linterna para
responder con señales, comenzando entonces un juego de luces que se prenden y apagan
sobre la superficie del agua, en dirección al muelle pero más cerca: nosotras nos pasamos la
linterna e hicimos señales sin seguir un sentido especial, esto duró unos 20 minutos hasta que
algunas luces se apagaron quedando encendidas fijas solo dos, una en cada extremo del
supuesto aparato que apareció como por generación espontánea a nivel del agua.
Por un largo rato no ocurrió más nada, tratamos de entrar en calor moviéndonos un
poco, sacamos fotos y caminamos por la zona, sin alejarnos mucho.
De pronto vimos aparecer un hombre que venía de la playa pasando frente a unos
arbustos que estaban a unos 40 metros; caminaba rápido y firme, venía en nuestra dirección y
después se desvió subiendo las escalinatas, tomando la pasarela en la parte iluminada: lo
perdimos de vista. Mónica, que estaba un poco más cerca del sitio desde el cual se comenzó a
observar al individuo, se sorprendió doblemente porque -sostenía- “esa persona viene de la
nada”.
Pese a ese extraño hecho nos quedamos mirando sin terminar de entender desde
donde podía venir ese hombre; el lugar no parecía conducir a alguna parte... ¡es entonces
cuando aparece un segundo hombre que hace el recorrido a la inversa, y cuando está en el
medio de la playa se detiene como mirándonos!; en ese instante Mónica le toma una fotografía,
resultando evidente que, al ver la luz del flash, el individuo regresa muy apurado hacia la
escalinata. En ese momento decido alcanzarlo respondiendo a un impulso y “me lo cruzo” sin
mirarlo: él se detiene a unos pasos y, de reojo, veo que me mira. No pude verle la cara pero me
pareció un hombre...común, y me paralicé, supongo que con cierto temor, sin preguntarle nada,
ni siquiera si bajando por la playa se puede ir a algún lugar o acortar camino...en fin, ahora me
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