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Comienzo 21

Recibir informes de las fábricas, colonias, escuelas, etcétera, enviados por los corresponsales obreros es nuestro gran reto, esto es lo que hace vivo a un periódico, lo que despierta el interés de la clase obrera por saber cómo se han organizado en otras fábricas, estados, colonias, etc. Esta labor es importante también para que la clase obrera confíe en sus propias fuerzas y se hagan preguntas cada vez más profundas acerca del por qué de las cosas. Son precisamente las luchas por demandas inmediatas las tienen que ir enlazadas a la necesidad de la transformación social y para esto es necesario la construcción del partido, siendo el periódico la expresión de las luchas inmediatas se convierte al mismo tiempo en un organizador colectivo de la clase pues enlaza la cuestión concreta con la necesidad de derrumbar el capitalismo y establecer la democracia obrera.

Recibir informes de las fábricas, colonias, escuelas, etcétera, enviados por los corresponsales obreros es nuestro gran reto, esto es lo que hace vivo a un periódico, lo que despierta el interés de la clase obrera por saber cómo se han organizado en otras fábricas, estados, colonias, etc. Esta labor es importante también para que la clase obrera confíe en sus propias fuerzas y se hagan preguntas cada vez más profundas acerca del por qué de las cosas. Son precisamente las luchas por demandas inmediatas las tienen que ir enlazadas a la necesidad de la transformación social y para esto es necesario la construcción del partido, siendo el periódico la expresión de las luchas inmediatas se convierte al mismo tiempo en un organizador colectivo de la clase pues enlaza la cuestión concreta con la necesidad de derrumbar el capitalismo y establecer la democracia obrera.

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16<br />

Me encuentro ante la difícil tarea de escribir sobre ciencia y<br />

dialéctica, y siendo yo uno de aquellos que dan valor al contexto,<br />

veo necesario comentar que son poco menos de dos años los que<br />

he dedicado al estudio autodidacta de la realidad en que existimos,<br />

cosa que me coloca en seria desventaja ante aquellos que han<br />

dedicado su vida a la ciencia o a la filosofía. Tras el derrumbe<br />

de mi antigua concepción del mundo, que más que concepción<br />

era inercia mental, la curiosidad por todo aquello que a uno le<br />

enseñan en primaria, llegó a mí de golpe.<br />

Es probable que el lector comience a sospechar de este texto,<br />

tan exhibicionista y pretencioso, pero es que me es imposible<br />

separar mi ser de toda conclusión a la que llego. Recomiendo<br />

indulgencia, me declaro ignorante.<br />

Poco menos de dos años es un tiempo muy corto para<br />

encontrar y explicarse lo que por tantos miles de años hemos ido<br />

descubriendo por mera curiosidad de homo sapiens, y mi estudio<br />

imperfecto e informal, lleno de empirismo y subjetividad, recién<br />

comienza a sintetizarse en una visión personal de la realidad.<br />

Reitero, no soy científico o filósofo, ni pretendo serlo, pero creo<br />

que todo ser humano tiene la oportunidad, acaso la obligación<br />

–casi nunca los medios-, de explicarse el mundo por sí mismo, a<br />

través del estudio de lo real y más allá de únicamente adoptar las<br />

conclusiones de otros, generar las propias para someterlas a continua<br />

revisión, en un incesante proceso de comprensión genuina.<br />

El materialismo es una corriente filosófica que antepone la<br />

materia al pensamiento y la conciencia. Es así que nuestro universo<br />

es material y existe objetivamente, independientemente de nuestra<br />

capacidad de razonamiento; el planteamiento zen de Lisa en aquel<br />

capítulo de los Simpson en que Bart acude a ella para mejorar su<br />

técnica en el golf, resulta falaz para el materialismo, pues cuestiona<br />

la realidad del árbol que cae, simplemente por no haber quien lo<br />

escuche.<br />

Concuerdo con dicha forma de comprender la realidad. El<br />

descubrimiento de la astrofísica y de la física de partículas significó<br />

para mí, el principio del cuestionamiento constante acerca de<br />

lo que es verdadero. Así comencé a hacerme consciente de mi<br />

infinita ignorancia y del verdadero papel que la humanidad juega<br />

en términos más que cósmicos, reales, siendo parte de un universo<br />

en acelerada (¡acelerada!) expansión, cuya extensión es tan inconcebible<br />

como la cantidad de partículas de las que estamos hechos.<br />

Es imposible comenzar a lidiar con semejantes temas sin<br />

tambalearse ante lo anteriormente ignorado. Comprender la realidad<br />

del ser propio como resultado de la interconexión del espacio<br />

y el tiempo en incansable convivencia, implica entender que el<br />

que esté yo escribiendo en esta computadora es consecuencia de<br />

cuando menos 13.8 billones de años de evolución constante. Las<br />

Reflexiones dialécticas (pt.1)<br />

Ecce.Oso<br />

ciencias comenzaron a ofrecerme, parcialmente, la belleza en la<br />

complejidad de la realidad. Todo el conocimiento que el hombre<br />

ha extraído de la experiencia es sobrecogedor e inspira ansiedad,<br />

pero sobre todo, una maravilla difícil de comunicar.<br />

Los primeros textos marxistas que leí son de la autoría de<br />

Engels. Me encontré, buscando entre los libros olvidados de<br />

mi casa, con un muy delgado librillo color azul, cuyas páginas<br />

amarillentas contenían dos breves textos: El papel del trabajo en<br />

la transformación del mono en hombre y la Introducción a la<br />

dialéctica de la naturaleza. Los leí sin mayor problema y me alegró<br />

descubrir que dicho autor (de quien sólo tenía una idea muy<br />

vaga) era tan entusiasta de la ciencia como yo. Sin embargo, en<br />

dicho momento no pude evitar sentir cierto recelo ante la orientación<br />

del pensamiento científico que Engels plasmaba: concebí su<br />

texto como uno resultante de cierta demagogia científica. Aquella<br />

noche compartí un extracto en Facebook, haciendo alusión al rico<br />

contenido de datos que hablaban del interés tan pronunciado de<br />

Engels en dichos temas, pues para seguirlos tan apegadamente en<br />

tales épocas tan lejanas del internet, debió poseer una curiosidad<br />

poderosa.<br />

Tanto Marx como Engels, padres del marxismo y de su<br />

método, fueron conscientes de la importancia de la ciencia, pues<br />

el conocimiento real y comprobable de la materia permitía separar<br />

todo lo que es, de lo que no es, todo lo verdadero de lo falso,<br />

desmitificando al idealismo al ofrecer hechos contundentes del<br />

mundo físico, y no meras conceptualizaciones.<br />

El lector más minucioso habrá levantado ya la ceja. ¿Cómo<br />

puedo enunciar en el mismo párrafo al materialismo dialéctico y<br />

a la frase “separar lo que es de lo que no es”? Pregunta válida que<br />

me ha quitado la tranquilidad desde que comencé a acercarme<br />

más al marxismo.<br />

El método marxista, sobre el que descansa toda su concepción<br />

de la realidad, no es el simple materialismo, sino el materialismo<br />

dialéctico. La dialéctica nace en la antigua Grecia como un método<br />

filosófico que hacía uso de la contraposición de argumentos para<br />

generar un conocimiento más completo, adjetivo que considero<br />

más adecuado que “mejor” o “bueno” para evitar caer en juicios<br />

morales. Siglos después, este concepto es retomado por Kant y<br />

después por Hegel, quien lleva la dialéctica a un plano superior<br />

al postularla como propiedad y motor inherente de la realidad<br />

idealista.<br />

Debo mencionar que el método de razonamiento me parece<br />

de gran valor y lo empleo prácticamente en todo momento, pues<br />

el conocimiento científico sin duda se apoya de un sistema de<br />

oposiciones para enriquecer, validar o invalidar. Para escribir este<br />

texto, por ejemplo, he procurado leer escritos que defienden la<br />

concepción dialéctica y critican la posición positiva y a la<br />

inversa, textos que defienden el método positivo y que critican la<br />

dialéctica, para así, alcanzar mis propias conclusiones y evitar caer<br />

en el dogmatismo de la mera apropiación de ideas. Esta tarea no<br />

es sencilla para quien ha comenzado a leer ciencia y filosofía hasta<br />

hace poco, pero pretendo, al terminar este escrito, haber ordenado<br />

mejor mis ideas sobre el tema.<br />

El materialismo dialéctico reposa sobre tres principales leyes<br />

que enumero y describo a continuación:<br />

1. Ley de la unidad y lucha de contrarios.<br />

2. Ley de transición de la cantidad a la cualidad.<br />

3. Ley de negación de la negación.<br />

La primera ley enuncia que para que el movimiento sea<br />

posible, necesita de la interacción entre contrarios, que con su<br />

“lucha” –proceso, desarrollo- se complementen. Este tipo de<br />

conflictos pueden encontrarse en diferentes niveles, pudiendo ser<br />

contradicciones –lógico-, opuestos –realidad- o antagonismos –<br />

social-. Una de las observaciones del mundo real que buscan dar<br />

sustento a esta ley es, por ejemplo, una estrella como el sol, cuya<br />

existencia y desarrollo depende de dos cualidades aparentemente<br />

contrapuestas, la fuerza gravitatoria que le da forma al comprimirla<br />

y la continua expansión de su energía. Expansión y compresión<br />

conjuntas.<br />

La segunda ley recae principalmente en los diferentes niveles<br />

de organización de la realidad y la interconexión entre estos. Así,<br />

una dada cantidad de procesos biológicos cerebrales se convierten<br />

en una cualidad psicológica, o una dada cantidad de procesos<br />

químicos da origen a cualidades biológicas. La vida misma<br />

sería entonces expresión de dicha ley, pues tras cierto desarrollo<br />

cuantitativo entre los átomos de los distintos elementos químicos<br />

–materia inorgánica-, las primeras biomoléculas habrían aparecido.<br />

Los diferentes estados de agregación del agua suelen citarse<br />

como ejemplos más sencillos, en los que con ciertos cambios<br />

cuantitativos (aumento o decremento de la temperatura), logran<br />

percibirse cambios cualitativos en la materia. “Unificar” en una<br />

sola ley los cambios entre distintos niveles es importante, pues las<br />

propiedades entre estos son diferentes y las reglas que los rigen<br />

suelen ser exclusivas. Las propiedades que describen los procesos<br />

biológicos en el cerebro no pueden ser tomadas en cuenta como<br />

propiedades de los pensamientos, recuerdos o ideas.<br />

Otro concepto que se remarca en esta ley es el de la existencia<br />

de los saltos cualitativos. Estos son cambios considerados rápidos<br />

para su normal desarrollo, en el que los niveles se transforman<br />

rápidamente de unos a otros, tras la contención suficiente de<br />

cambios cuantitativos. Esto puede ejemplificarse con la teoría del<br />

equilibrio puntuado que trata de ampliar la síntesis de la teoría<br />

de la evolución, oponiéndose al gradualismo (largos tiempos de<br />

cambio) y haciendo hincapié en los registros fósiles que no describirían<br />

cambios graduales, sino relativamente rápidos.<br />

La tercera ley es la más desafiante para conceptualizar. Debido<br />

a que nada es estático y todo está en movimiento, todo lo existente<br />

es negación de la negación. Citando el ejemplo más popular: el<br />

capullo de determinada planta niega su ser capullo al convertirse<br />

en flor, y a su vez, esta flor niega su ser flor al convertirse en fruto,<br />

negando también la primera negación.<br />

La dialéctica explicaría, partiendo de la dinámica tesis-antítesis-síntesis,<br />

la realidad a través de estas tres leyes interactuando entre<br />

sí, en un proceso en que todo lo existente entra en un conflicto<br />

con algo más y consigo mismo, impulsando así su desarrollo y el<br />

de lo demás, que involucra la conversión de lo cuantitativo de un<br />

nivel a lo cualitativo de otro.<br />

Bien. Estas leyes generan un conflicto para mi pensamiento<br />

crítico, pues pretenden explicar toda la realidad a partir de<br />

proposiciones que no son susceptibles de ser falseadas, condición<br />

primordial de cualquier tesis científica en su sentido más positivo.<br />

La mayoría de las ejemplificaciones dialécticas son congruentes<br />

dentro de sí mismas, pero no hay método o manera de comprobar<br />

la causalidad de la correlación entre los estatutos dialécticos y<br />

la comprensión un tanto empírica de los aspectos científicos. Uno<br />

de los argumentos principales que me han llevado a no creer en<br />

algún dios, es el mismo que me genera incertidumbre ante dichas<br />

leyes.<br />

Mi primer rechazo se debe a la manera en que se aborda el<br />

aspecto científico dentro del comunismo. El socialismo científico<br />

suele explicarse como una ciencia, cuyo método de estudio de<br />

la realidad sería el método dialéctico. La obra cumbre marxista,<br />

El Capital, emplea dicho método para analizar la ciencia económica,<br />

acudiendo a él para plantear una alternativa a los métodos<br />

científicos, neutros por sí mismos pero claramente orientados<br />

hacia intereses burgueses. Los resultados de este intento fueron<br />

despreciados por la ciencia positiva, debido principalmente a su<br />

incapacidad de cubrir con los rigurosos principios que la caracterizan,<br />

relegando su estudio al de una pseudociencia.<br />

En el Anti-Dühring, Engels dice que el materialismo dialéctico<br />

“no es una filosofía, sino una simple concepción del mundo, que<br />

tiene que sostenerse y actuarse no en una sustantiva ciencia de<br />

la ciencia, sino en las ciencias reales. En él queda “superada” la<br />

filosofía, es decir, “tanto superada como preservada”; superada en<br />

cuanto a su forma, preservada en cuanto a su contenido real”. Así,<br />

el autor le otorga a esta concepción del mundo, no un carácter<br />

superior ni igual a la ciencia positiva, sino más bien de inspiración<br />

y guía para la investigación y para la interpretación de dichos<br />

conocimientos en la realidad inmediata. Digo esto puesto que tal<br />

sentencia es un tanto ambigua al hablar de una “simple” concepción<br />

del mundo y al mismo tiempo de una ciencia real.<br />

. . .<br />

17

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