HIELO EN KANDERSTEG - Senderoxtrem
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Opinión<br />
DESDE EL CORAZÓN DE LAS ROCOSAS<br />
Por Xavi Fané<br />
Crepuscular<br />
Me encanta salir al monte en el crepúsculo y la noche, cuando<br />
las sombras se hacen impenetrables y la luz es solo suficiente para<br />
iluminar las más vivas imaginaciones. Es una fascinación que sobretodo<br />
he desarrollado en los últimos años, desde que me dedico con<br />
cierta seriedad a la fotografía. Las horas del día quedan normalmente<br />
reservadas para el trabajo o para perseguir mis necesidades atléticas<br />
y adrenalínicas. En cambio, durante las horas crepusculares y alguna<br />
que otra noche cuando las condiciones encajan con mis planes,<br />
salgo en pos de una montaña más íntima y reservada que solo muestra<br />
sus secretos si te mueves atento y con parsimonia, respirando<br />
profundamente esa luz que se desvanece y observando como una<br />
a una las estrellas aparecen en el firmamento. Intentar capturar con<br />
la cámara esa belleza fugaz y salvaje que ven mis ojos y siente mi<br />
ser, me supone además un reto técnico, un juego emocionante y casi<br />
siempre imposible de lograr, que logra mantenerme motivado en mi<br />
profesión.<br />
Con todo, sería injusto decir que mi único motivo principal para<br />
salir a estas vampirescas horas del día es mi afición por la fotografía.<br />
Más bien podría decirse que se trata de un vehiculo, de una mera<br />
excusa para internarme en ese mundo alienígena de la noche en la<br />
montaña a la búsqueda de nuevas sensaciones y posibles revelaciones.<br />
Durante esas horas que a veces paso ahí sólo con el trípode y la<br />
cámara, pacientemente esperando ese subjetivo y evasivo momento<br />
perfecto, a menudo me da por reflexionar sobre mi precario lugar en<br />
el universo. De noche y en una cumbre fría y ventada, la soledad en<br />
ocasiones se acentúa hasta convertirse en un artefacto punzante,<br />
doloroso e incluso vigorizante como los mismos cristales de hielo que<br />
arremeten contra mi cara.<br />
Algunas de mis mejores experiencias en la montaña han tenido<br />
lugar durante estas expediciones vespertinas o nocturnas. Mas de<br />
una vez me ha ocurrido, sobretodo en invierno, que absorto en la belleza<br />
del paisaje y en alcanzar un punto de vista óptimo desde el que<br />
tomar las fotos me he olvidado de esbozar un plan de bajada para<br />
cuando haya terminado. De esta manera que me he encontrado en<br />
plena noche pasando miedo en palas de 40º, con la cabeza dándome<br />
vueltas porque mis sentidos no están acostumbrados a esquiar en la<br />
mortecina luz de la luna que ahora ha quedado velada tras unas nubes,<br />
o intentando trazar una ruta esquiando a través de la espesura<br />
del bosque con las pilas de la frontal en las ultimas. En una ocasión<br />
sorprendí a una manada de elks (un enorme cérvido de las Rocosas)<br />
8<br />
C U A D E R N O S T É C N I C O S