Educar para vivir libres de violencia - Conafe

Violencia sexual
La violencia sexual es la acción u omisión mediante la cual se impone la
realización de prácticas sexuales no deseadas que degradan o dañan
el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima, y que por tanto atentan contra
su libertad, dignidad e integridad física. También se refiere a la privación o
coacción del ejercicio de la sexualidad de la víctima, como al impedirle la
expresión del placer o castigarla por hacer cualquier mención de sus deseos
sexuales.
Los niños y adolescentes desgraciadamente son víctimas de actividades sexuales
ilícitas, como la violación, el estupro, el incesto, la exposición a material sexualmente
explícito, el manoseo corporal, la masturbación, el sexo oral o anal, el exhibicionismo,
las insinuaciones sexuales y la observación obligada del abuso sexual a otros.
La explotación sexual supone un fin de lucro, como en el caso de la prostitución, la
pornografía, el turismo sexual, la trata de personas, la corrupción de menores y el
lenocinio.
La mayoría de los abusos sexuales en contra de niños y adolescentes ocurren en el
hogar, y el agresor suele ser algún miembro de la familia o próximo a ella, pero la
violencia sexual también se manifiesta en el entorno escolar.
El tipo más grave de violencia al que se puede someter a un niño es la sexual, ya
que afecta su sano desarrollo psicosexual y deja al menor de edad huellas profundas
que le imponen serios obstáculos para asumirse posteriormente como hombre
o mujer, como padre o madre.
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