Educar para vivir libres de violencia - Conafe
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Las palabras mágicas<br />
Vivía una vez en la montaña un conejito llamado Cariñoso. Mamá<br />
Coneja y papá Conejo se habían ido al cielo <strong>de</strong> los conejos, cuando<br />
él era muy pequeñito, así que vivía con su abuelito Don Conejo<br />
Mayor, que lo trataba con mucho afecto y le enseñó que todo lo que<br />
hacemos, bien o mal, se refleja en la manera <strong>de</strong> con<strong>vivir</strong> con los <strong>de</strong>más,<br />
así que hay que ser bueno con los seres que nos ro<strong>de</strong>an.<br />
Cariñoso era un buen aprendiz <strong>de</strong> las enseñanzas <strong>de</strong> su abuelito, pues<br />
lo quería mucho y se portaba muy bien: era un conejito muy amigable,<br />
que a todo el mundo caía bien, porque siempre saludaba y ayudaba a<br />
todos los animalitos <strong>de</strong>l bosque si los veía en apuros, sólo por ayudar:<br />
que si le curó la patita a una avecilla que encontró lastimada, que si<br />
cubrió un nido <strong>de</strong> hormigas <strong>de</strong> la lluvia, que si le llevó comida a unos<br />
conejitos porque su mamá se tardaba en llegar... En fin, que todos<br />
querían a Cariñoso, por su buen corazón y le quedaban muy agra<strong>de</strong>cidos,<br />
así que el pequeño conejito escuchaba todos los días la palabra<br />
“Gracias” y dormía feliz. Soñaba que estaba en el cielo y ahí muchas<br />
veces jugaba con sus padres y con toda la comunidad <strong>de</strong> animalitos en<br />
el mundo pacífico <strong>de</strong> los sueños.<br />
Un día, llegó el conejo Travieso a <strong>vivir</strong> al bosque, y sí que le hacía honor<br />
a su nombre, porque molestaba a todos los animalitos y les exigía las<br />
cosas sin <strong>de</strong>cir jamás “gracias”... Y todos le huían. Cuando Cariñoso<br />
supo <strong>de</strong> las andanzas <strong>de</strong> Travieso se acercó a él y le propuso un trato:<br />
lo invitaría a jugar con él en el mundo maravilloso <strong>de</strong> sus sueños, si se<br />
portaba bien y si <strong>para</strong> comenzar pedía las cosas “por favor” y daba<br />
las gracias.<br />
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