Educar para vivir libres de violencia - Conafe

El hada estaba fascinada. Había entrado en una familia que le daba
mucho afecto, así que se portó bien en la escuela y tuvo tiempo de
jugar. Al salir ya la esperaba Rebeca con mucho cariño, para regresar
a casa.
Estela, que en realidad era el hada, ya en casa quiso ayudar en los
quehaceres y mover un mueble muy grande, pero Rebeca le explicó:
–Estela, mi niña adorada, cuando seas grande podrás hacer más cosas.
Ahora eres muy pequeña. Tu hermana Ruth tiene 15 años y puede
colaborar con los quehaceres de la casa, además de hacer sus
deberes de la escuela. Cuando seas grande, harás lo mismo. Ahora
tu trabajo es estudiar. Por lo pronto, ven, vamos a leer esta carta de
derechos de las niñas y los niños.
Y la mamá de Estela sacó una carta muy bonita, que leyó y explicó a
la que creía su hija cada uno de los derechos de las niñas y los niños:
• Derecho a la vida.
• A la familia.
• A jugar.
• A la educación.
• A un nombre.
• A la alimentación.
• A vestir.
• A la vivienda.
• A la salud.
• A la protección contra el descuido o maltrato.
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