Nº 34, Septiembre 2011 - Centro de Estudios Garrigues

Carta
del director
Ángel Bizcarrondo
Director del Centro de Estudios Garrigues
Cuando se interroga a los recién titulados en derecho
por los motivos que les llevan a aspirar a integrarse
en un gran despacho jurídico suelen esgrimir muy
diversos argumentos, que dependen de las características
personales y de las inclinaciones profesionales de cada
candidato; pero en todos los casos se enuncia una razón
determinante: la convicción de que una firma reconocida es
el mejor lugar para formarse como abogado; de modo que
desde esa perspectiva uno de los rasgos que definen a un
gran despacho es el de constituir un centro de formación de
profesionales del derecho.
Se han cumplido diecisiete años desde que en la primavera
de 1994 Garrigues adoptó la iniciativa de crear un centro de
estudios con la finalidad de ofrecer a los universitarios recién
licenciados la oportunidad de formarse en lo conocimientos,
los métodos y las técnicas propias del ejercicio profesional
más exigente. Nos movía en este proyecto una doble
creencia: por una parte, que el ejercicio del derecho requiere
una preparación rigurosa en los conocimientos específicos de
cada práctica y el desarrollo de las actitudes personales y la
adquisición de las habilidades y destrezas que garanticen un
ejercicio profesional de calidad.
Por otra parte, estábamos persuadidos de que esta tarea
no podía llevarse a cabo sin la participación destacada de
personas comprometidas con la práctica profesional y
entendimos que formaban parte de nuestra responsabilidad
ante la sociedad ofrecer una aportación propia que permitiera
trasladar a quienes pretendían incorporarse al ámbito de la
práctica del derecho los conocimientos, los métodos y las
técnicas más evolucionadas y además debíamos hacerlo con
un ánimo abierto a la cooperación de otros profesionales
de diferentes procedencias, la administración pública, la
magistratura, otros despachos y empresas.
Recientemente, tras numerosas vicisitudes se ha
aprobado el reglamento que desarrolla la ley de acceso a la
abogacía tras una “vacatio legis” de cinco años. La norma
resuelve buena parte de las cuestiones suscitadas por la ley y
abre algunas incertidumbres que convendría fueran aclaradas
en breve plazo. Con el objeto de ofrecer una información tan
completa y actualizada como sea posible hemos previsto
disponer de una sección de consulta en nuestra página web.
Más allá de los claroscuros de la norma, ha de celebrarse
su aprobación y el acierto en el enfoque general que pone fin
a un periodo excesivamente dilatado de dudas y vacilaciones.
Desde la perspectiva del Centro de Estudios Garrigues se
confirma nuestra intuición inicial, pues la norma se asienta
sobre tres ejes: necesidad de formación, participación de
profesionales como profesores y colaboración entre las
instituciones afectadas; que han constituido desde el inicio
las claves de nuestra concepción estratégica.
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