Nº 34, Septiembre 2011 - Centro de Estudios Garrigues

COLABORACIONES
su régimen de deducción, a deducir
las cuotas del IVA soportadas como
consecuencia de la adquisición de los
bienes o servicios objeto de cesión.
Dichas conclusiones son aplicadas
por la DGT a retribuciones en
especie, incluidas en planes flexibles,
tales como la cesión al trabajador del
uso de un vehículo cuyo alquiler es
contratado y sufragado por la entidad
empleadora (por la parte del uso
destinado a satisfacer necesidades
privadas del empleado); la cesión al
trabajador del uso de equipos informáticos,
adquiridos o arrendados por
la entidad empleadora, así como su
conexión a Internet; o la cesión al trabajador
del uso de una vivienda cuyo
alquiler es contratado y sufragado por
la entidad empleadora (si bien en este
caso dicha cesión estaría sujeta pero
exenta del impuesto).
La aplicación del nuevo criterio de
la DGT no solo resulta confusa, sino
también discriminatoria. Por ejemplo,
en el caso de dos trabajadores, uno
de ellos de nueva contratación, con el
mismo salario dinerario y a quienes se
les ceda un mismo modelo de automóvil,
se entenderá que la empresa debe
repercutir IVA solo a aquél para quien
la cesión del coche deriva de una novación
contractual. Por el contrario,
la cesión del vehículo al empleado de
nueva contratación no se entenderá
sujeta a IVA por no existir una “contraprestación
cuantificable” (la rebaja
del sueldo dinerario derivada del plan
flexible).
Resulta llamativa la celeridad con
que la Administración Tributaria ha hecho
suyos los argumentos esgrimidos
por el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea en su sentencia y, en cambio,
se niega a aceptar el criterio procontribuyente
puesto de manifiesto, en no
pocas ocasiones, por los tribunales
españoles respecto de la exención en
el IVA del alquiler de inmuebles por
parte de la entidades para su posterior
cesión para viviendas de sus empleados
¿casualidad o conveniencia?
Lo que parece evidente es que,
en los tiempos que corren, en los que
las empresas disponen de muy poco
margen para subidas salariales, cobra
vital importancia el desarrollo de
estrategias retributivas que atraigan,
mantengan y motiven a los profesionales,
tomando gran importancia los
planes de retribución flexible y las retribuciones
en especie, en la medida
que estos pueden suponer, con igual
coste para el empleador, una mejora
sustancial para trabajador. Con este
cambio de criterio, la DGT no hace
sino añadir confusión y desincentivar
el desarrollo o implantación de estas
estrategias, en la medida que la más
que presumible asunción por parte del
empleador de las cuotas de IVA a repercutir
a sus empleados, no hará más
que incrementar el coste de tales planes,
perdiendo parte del atractivo del
que hasta ahora disfrutaban.
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