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HISTORIA DE SERVICIO PAÍS EN LA
COMUNA DE LEBU
El Programa Servicio País partió en Lebu
en el año 1998 con la gestión de un abogado y un
geógrafo, los que focalizaron su acción en la regularización
de títulos de dominio.
En esta comuna se trabajó hasta el año 2001
con dos equipos: uno ubicado en Lebu y otro en la
Isla Mocha. Hasta ese año, las intervenciones del
Programa se realizaron en coordinación con otras
instituciones, enfocando el actuar al mejoramiento
de la calidad de vida y actividad productiva en cuatro
localidades. Si bien se logró parte del objetivo
propuesto (mejora de la actividad productiva, organizaciones
más cohesionadas y mayor participación
de las localidades a nivel comunal), aún quedan
muchos planes por ejecutar, sobre todo en el
aspecto organizacional.
Desde mediados del 2001 se optó por la
línea de regularización del territorio, proyecto que
pese a no arrojar resultados alentadores, sí logró
que -a menos de un año- esté la problemática en la
agenda de las instituciones.
Mediante Servicio País la comuna ha postulado
a diversos fondos concursables, entre los que
destaca el Programa Chile Costa 2000, el que favoreció
a las localidades de Quiapo y Marhuilla.
Los proyectos en estas localidades comenzaron a
ejecutarse en mayo del año 2002, poniendo énfasis
en los temas de fortalecimiento organizacional, mejora
productiva y manejo de los residuos sólidos.
Además, la Conadi financió dos proyectos en
Marhuilla, uno en el área productiva y otro en la
social, los que se orientaron al mejoramiento de las
condiciones laborales mínimas y al rescate de la
cultura mapuche del lugar.
En tanto, en Isla Mocha el trabajo de los
profesionales del Programa se enmarcó dentro de
la regularización de títulos de dominio en la Parcela
32 y en capacitaciones a las organizaciones de base,
esencialmente al Sindicato de Pescadores.
El equipo Servicio País, además, elaboró
un proyecto financiado por el Fosis, consistente en
la restauración de la matriz de agua para la parcela
32. También, se gestionó la ejecución de un proyecto
por medio de la CONAMA, el que permitió
realizar talleres en la Escuela de la comuna sobre
educación ambiental y equipar una pequeña biblioteca
para profesores y niños.
Por último, se postuló al Fondo Solidario
de Subsidio a la Vivienda, en cuyo diseño arquitectónico
participó un profesional del equipo en conjunto
con las personas que postulaban.
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