ZEN,MÁS ALLÁ DEL PENSAMIENTO
Revista Conocimiento Interior http://www.actiweb.es/revistagratuita/ http://www.actiweb.es/conocimientointerior/
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trata de transmitir sistemas o técnicas, sino<br />
de preparar nuestro interior a nivel físico,<br />
mental y emocional para que el estado zen<br />
surja, se exprese o se intuya.<br />
El artista tiene que “ser” aquello que<br />
representa, convertirse en su propia obra,<br />
y que la obra sea una parte de sí mismo.<br />
Esto se puede aplicar a cualquier actividad<br />
de nuestra vida, es el desarrollo de la<br />
creatividad en todos los ámbitos. En este<br />
sentido, la creatividad no procede de<br />
proyectos mentales, sino que emana de<br />
nuestro ser más profundo, en absoluta<br />
libertad.<br />
En cuanto al espectador de la obra,<br />
solamente la comprenderá realmente<br />
cuando él mismo se transforma también<br />
en la obra y siente que observar fuera es<br />
discernir dentro ya que expresa una parte<br />
de sí mismo. Entonces, sin importar la<br />
belleza estética y la técnica empleada, el<br />
espectador penetra en el profundo<br />
sentido y lo que encuentra en esta<br />
búsqueda no es ya algo externo que sus<br />
ojos ven, sino un estado interior que se<br />
ubica en las profundidades de su psique.<br />
La pintura zen no se comprende<br />
observándola, del mismo modo que la<br />
música zen no se capta oyéndola. Hay que<br />
“entrar en la imagen o en el sonido”, pasar<br />
a formar parte de ello, franqueando la<br />
frontera del dualismo y penetrando en un<br />
estado en el que “el que observa” y “lo<br />
observado” dejan de existir. Una vez “allí”<br />
la pintura, la música, la poesía... se<br />
convierten en algo inexplicable, este es el<br />
Conocimiento Interior 75 Zen<br />
gran misterio del zen. Sólo entonces el<br />
conocimiento zen se hace realidad. Desde<br />
esta perspectiva mirar una pintura zen es<br />
no verla. Escuchar una música zen es no<br />
oírla.<br />
El arte zen repite una y otra vez los mismos<br />
prototipos estéticos, temas que, si no<br />
podemos ir más allá, resultarán monótonos<br />
y repetitivos ante la mirada de nuestros<br />
ojos físicos.<br />
La obra fue hecha no para crear en el<br />
espectador impresiones estéticas, sino para<br />
llevarle a un estado más allá de los sentidos<br />
físicos, para servir de conexión con su<br />
propio mundo interior y expresarlo. Para<br />
conseguirlo, es importante el estado interno<br />
del artista en el momento de la creación<br />
porque mediante el arte zen se expresa lo<br />
que se “es”. No se dirige al intelecto, a los<br />
sentimientos o a la sensibilidad artística del<br />
espectador o el oyente .<br />
El artista zen utiliza la intuición y se dirige<br />
a la esfera intuitiva de quien lo percibe. Por<br />
esta razón el sentido de la obra no se puede<br />
captar si no abandonamos el flujo del<br />
pensamiento y nos colocamos en un estado<br />
interior de serenidad mental y paz<br />
emocional. Pretender “entender” significa<br />
perder toda conexión con el auténtico<br />
mensaje, y todavía es mayor el error<br />
cuando creemos haber “entendido”. El<br />
espíritu del zen en cada actividad se<br />
caracteriza por un contacto directo con el<br />
momento presente, con el eterno “ahora”,<br />
lo único que existe.