0119 - Viento Sur
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“Empieza a<br />
borda el vaso (demasiadas gotas habían caído a<br />
generalizarse la convicción<br />
de que se supuesto la sacudida que nos ha hecho conscien-<br />
estas alturas para colmar toda paciencia), han<br />
quiere dejar a la tes de la evidencia: todo está sometido a revisión<br />
Escuela Pública en y regresión, los derechos y las garantías legales,<br />
caída libre”<br />
los puestos de trabajo y la función docente,<br />
incluso los recursos indispensables para la buena<br />
marcha de los centros educativos.<br />
Dejando de lado cualquier idealismo ajeno a la realidad de las cosas, no hay<br />
que menospreciar la repercusión que tiene en el quehacer diario de los docentes<br />
el aumento de horas lectivas y el consiguiente incremento de grupos y<br />
alumnos a los que atender. Además de la legitimidad que asiste a cualquier<br />
colectivo de trabajadores para defender sus propias condiciones laborales,<br />
nadie ignora que todo ataque a los empleados públicos es siempre la antesala<br />
para la arremetida contra el propio servicio público en cuestión. Pero lo que<br />
también es verdad, y en esta ocasión ha quedado patente, es que con la degradación<br />
de las condiciones de la docencia lo que se pone en peligro es la existencia<br />
misma de la enseñanza pública y el marco que permite su continuidad<br />
con ciertas garantías de calidad. Esa conciencia compartida por profesores,<br />
estudiantes y amplios sectores de la ciudadanía ha hecho saltar la chispa para,<br />
juntos, parar los centros y salir a la calle.<br />
Lo que está por venir<br />
En segundo lugar, y en relación con esta apreciación, hay que resaltar un cierto<br />
carácter preventivo de un movimiento cuyo recorrido no se agotará en este<br />
primer pulso. Siendo graves los golpes encajados hasta ahora y los anunciados<br />
para el presente curso, cunde en toda la sociedad, y especialmente en los<br />
colectivos implicados directamente en la educación, la mayor de las incertidumbres<br />
sobre la deriva que puede tomar la política educativa en muy breve<br />
plazo. Empieza a generalizarse la convicción de que se quiere dejar a la<br />
Escuela Pública en caída libre. Se extiende la sensación de vértigo por un<br />
desastre anunciado, que no vale pronosticar para generaciones futuras porque<br />
ya nos echa el aliento en la nuca.<br />
Si los planes de reducción del gasto público se llevan a efecto, urgidos por<br />
un nuevo rescate de bancos y cajas y la especulación desatada por los “mercados”,<br />
todas las prestaciones sociales y servicios públicos y en todas sus<br />
modalidades (incluidos los concertados con empresas privadas) van a verse<br />
recortados de forma tajante. No quedará tarta pública que repartir, como en<br />
periodos anteriores, sino arcas vacías y deudas a corto, medio y largo plazo<br />
de todas las administraciones. Las recomendaciones de los poderes económicos<br />
y políticos, que tienen en sus manos el poder de persuasión o de la<br />
imposición sin más, propugnan la desaparición pura y simple de algunos de<br />
114 VIENTO SUR Número 119/Noviembre 2011