G E N E R A C I Ó N - Ediciones Universitarias

museos y cultura
Por Maribel Tomas Profesora de la Escuela de Arquitectura Universidad Anáhuac México Norte
El Monumento a la
Revolución es uno de
los iconos nacionales
más reconocidos en
todo el mundo
esculturas que rematarían las columnas centrales
que representan la paz, la elocuencia, la juventud y la
verdad, están actualmente en el Palacio de las Bellas
Artes, y el águila que remataría este monumento
terminó en el Monumento a la Raza.
El presidente Porfirio Díaz llegó a colocar la primera
piedra, y se levantaron la estructura metálica, la
estructura central y las alas laterales. La primera
corresponde a la cúpula que se conserva, mientras
que las últimas fueron desmanteladas.
Museo del
Monumento
a la Revolución
Foto: Miguel García Mora
Durante el gobierno de Porfirio Díaz se iniciaron obras arquitectónicas
que tendrían como fin la confirmación de la estabilidad de su gobierno
después de tres décadas. El progreso económico de los últimos años se
vería reflejado en las obras realizadas para conmemorar los 100 años de
la Independencia de México. Muchas de éstas sí vieron su conclusión,
tal es el caso del Monumento a la Independencia, el Palacio de Correos y el Palacio de
Comunicaciones, entre otras, pero hubo algunas que no se terminaron por el estallido
de la Revolución en 1910. Tal es el caso del Monumento a la Revolución.
Cronología de su construcción
El Monumento a la Revolución originalmente fue el proyecto destinado a ser el
Palacio Legislativo. En el año de 1897, fueron muchos los arquitectos que participaron,
entre ellos, Adamo Boari (quien construyó el Palacio de Correos), pero tras una
dif ícil y polémica selección, el premio fue adjudicado al arquitecto francés Émile
Bernard. Este proyecto tenía distintas influencias, la más importante era la clásica.
En su decoración, se usarían ónix y mármol, además de la estructura de hierro, influencia
de la revolución industrial y de las exposiciones universales. En cuanto a las cuatro
Fue el arquitecto Carlos Obregón Santacilia quien
retomó el proyecto. Propuso entonces al secretario
de Hacienda, Alberto J. Pani, emplear la estructura
de la cúpula del antiguo Palacio Legislativo para erigir
el Monumento a la Revolución Mexicana. Se elaboró
una serie de esculturas para los cuatro remates
superiores, creación del artista Oliverio Martínez y
de estilo art déco, que representan la Independencia,
las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y las Leyes
Obreras. Cada una de ellas se encuentra compuesta
por tres figuras, menos la cuarta, que tiene cuatro.
Las esculturas tienen un marcado trazo geométrico
lo que les da un aire de fuerza y fortaleza. Las
lámparas que se encuentran situadas al lado del
monumento también corresponden a este periodo.
En 1936 se emitió un decreto que permitió que el
Monumento a la Revolución cumpliera también con
funciones de mausoleo. En las cuatro columnas se
encuentran las criptas con los restos de Venustiano
Carranza, Francisco I. Madero y Plutarco Elías
Calles. Además están los restos de Lázaro Cárdenas y
Francisco Villa, todos ellos personajes destacados del
movimiento revolucionario y representantes de los
ideales de la Revolución.
Icono nacional
En 1986 se inauguró el museo con una exposición
permanente que recibió el nombre de “Sesenta y tres
años en la historia de México, 1857-1920”, y se iniciaba
con la promulgación de la Constitución de 1857, para
rematar con la presidencia de Venustiano Carranza.
En el año 2010, para los festejos del centenario de la
Revolución Mexicana, fue remodelado y ampliado
1,325 metros cuadrados, con lo que se pudo incluir
una sala donde se pueden ver las etapas constructivas
del antiguo Palacio Legislativo. Se aumentaron
piezas que corresponden al periodo de la Reforma
hasta el Cardenismo. La museograf ía fue modificada
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