Dominical - La Opinión de Zamora

Domingo, 8 de enero de 2012 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / XV
La mujer que rompió los límites de la Ciencia
En un tiempo en el que se pensaba que en Física ya estaba todo dicho, María Sklodowska-Curie,
nacida hace ahora 144 años, revolucionó la disciplina y recibió dos premios Nobel
✒ Hanna Stefaniak
María Sklodowska-Curie, en 1904, cuando ya había obtenido el premio Nobel de Física.
Médico dermatólogo
Terminó el «Año internacional de la química»,
y aunque más desapercibido, ha sido
también el año de María Sklodowska-Curie,
más conocida como Madame Curie, una polaca
de rostro serio y dulce, y gran encanto
personal, que llegó a ser galardonada con dos
premios Nobel.
Nació en Varsovia, en una época en la que
Polonia no existía como país, tras sufrir el reparto
entre Rusia, Prusia y Austria. Varsovia
era una provincia del imperio ruso, donde el
idioma polaco estaba prohibido y perseguido
en la escuela y en las instituciones. En aquellos
tiempos el acceso de las mujeres al mundo
de la Ciencia era casi una ilusión. La profesora
Meitner, primera catedrática de Universidad
enAlemania, tuvo que trabajar en un
sótano, y tenía prohibido utilizar los servicios
higiénicos de su Instituto de Química.Ya entonces
Madame Curie era premio Nobel y catedrática
en la Universidad de la Sorbona.
María fue hija de un profesor de Matemáticas
y Física de Enseñanza Secundaria. Al
terminar su Bachillerato con la medalla de
oro, quiso prepararse para realizar estudios
universitarios. Comenzó su tarea en el laboratorio
de análisis físico-químico de Varsovia,
en el que trabajaba su primo Jerzy Boguski,
antiguo ayudante de Mendeleiev. Pero
la Universidad rusa de Varsovia no
admitía a las mujeres. Su hermana mayor,
Bronislawa, que a raíz de la muerte prematura
de la madre llevaba la casa y dirigía una
pensión de estudiantes, quiso ser médico,
igual que el hermano de ambas. Con el fin de
financiar los estudios de Bronislawa, la joven
María trabajó durante cinco años como
institutriz de los hijos de la aristocracia rural.
¡Por poco se casa con uno de ellos !
En el otoño de 1891 María Sklodowska se
matricula en la Universidad de Sorbona. En
el grupo de 1.825 estudiantes de la Facultad
de Ciencias Exactas había 23 mujeres, la mayoría
extranjeras. María había terminado ya
su Enseñanza Secundaria hacía ocho años,
pero necesitaba perfeccionar el francés. Tiene
un gran amor propio y vive con extremada
modestia en un ático de París. Al examen
de licenciatura en Física se presentan 66 candidatos
y una mujer: 19 consiguen graduarse
y la señorita Sklodowska con el número
uno. El éxito se comenta en la prensa de Varsovia
y obtiene una beca privada para estudiantes
polacos en el extranjero, que le permite
continuar los estudios de Matemáticas.
Antes de regresar a Varsovia para dedicarse
a la Enseñanza Secundaria, lo máximo
a lo que entonces podían aspirar las mujeres,
María quiso devolver el importe de la beca
recibida ya que no encontraba un laboratorio
para realizar un trabajo sobre el magnetismo
del acero. El azar puso en su camino
al científico Pierre Curie, y surgió el magnetismo
del amor. La pasión científica, el amor
y sus aficiones comunes unieron a la pareja,
que hizo su viaje de novios por Bretaña en
bicicleta.
María trata de ser ama de casa y madre
ejemplar. Trabaja en el laboratorio de su marido
y decide investigar la radiación que emite
el uranio, descubierta por Henri Becquerel.
El tema ya no interesaba incluso a su
descubridor, ya que el mundo estaba fascinado
por los rayos X descubiertos por Roentgen
en 1895. Madame Curie comunica a la
Academia de Ciencias francesa un nuevo fenómeno
que denomina «radioactividad». Su
marido se une a la investigación y en 1898
descubren un nuevo elemento al que dan el
nombre de «polonio», en honor del país de
María. Meses más tarde descubren el radio.
Trasladan el laboratorio a una barraca en estado
ruinoso y consiguen los residuos de una
fábrica que utilizaba pezblenda de uranio. La
barraca emitía por la noche una luz azul tan
intensa que se podía leer. Al cabo de 45 meses
manipulando una tonelada de residuos,
María obtiene un decigramo de cloruro de
radio, único en el mundo. Todo esto ocurre
en un tiempo en el que se cree que en la Física
todo está descubierto. Incluso al futuro
insigne físico alemán Max Planck, su tutor
le desaconsejaba dedicarse a esta rama de la
Ciencia por considerarla «acabada».
Las investigaciones sobre la radiactividad
provocaron una revolución en la Física, con
❜❜
A la muerte de Pierre
Curie se convierte
en la primera mujer
catedrática de la
Sorbona
Su investigación
sobre la radiactividad
la llevó a descubrir
la enorme energía
del átomo
el descubrimiento de la enorme energía del
átomo, y llevó al desarrollo de la mecánica
cuántica, que conduciría a la invención de los
transistores y ordenadores, sin olvidar su repercusión
en medicina.
En 1901 Pierre Curie comunicó a la Academia
de Ciencias la acción de la radiación
sobre la piel de su mano: «una lesión indolora
con aspecto de quemadura». También
María sufría quemaduras en las manos. Se
descubre que bajo el efecto del radio desaparecen
las células cancerígenas. El radio se
convierte en la panacea para todo tipo de
males: caída de pelo, canas, arrugas… hasta
las bailarinas de cabaret se untaban con
bálsamo de radio para brillar en la oscuridad,
que también hacía brillar a las manecillas
de los relojes.
En el verano de 1903, María defiende su
tesis doctoral sobre la radiactividad y en noviembre
la Academia de Ciencias de Suecia
otorga al matrimonio Curie, junto con
Becquerel, el premio Nobel de Física. El
matrimonio no va a Estocolmo a recoger el
premio porque María acaba de perder a su
hija, nacida prematuramente. Pierre recibe
por fin la cátedra en la Sorbona y en 1905
es admitido como miembro de la Academia
de Ciencias.
María compagina su trabajo en el laboratorio
con clases de Física en la Escuela Superior
para señoritas que desean ser profesoras
de Enseñanza Secundaria. A la muerte de
Pierre, atropellado por un carruaje en 1906,
la Sorbona le ofrece la cátedra de Física General
que desempeñaba su marido, convirtiéndose
así en la primera mujer catedrática
en aquella Universidad. En 1911 recibe el segundo
premio Nobel, esta vez en Química.
La siguiente mujer laureada con el premio
Nobel sería su hija Irene Curie, en 1935.
En 1913 María pasa unas vacaciones en
Suiza invitada por Alberto Einstein y su esposa.
En 1914 estalla la I Guerra Mundial y
dedica todo el dinero del premio Nobel a
ayudar a los damnificados. María y su hija
Irene organizan el servicio radiológico en los
hospitales de campo y equipan una veintena
de ambulancias, que ella misma llega a conducir.
En París organiza cursos de radiología
para las enfermeras y sigue luchando con la
burocracia militar, que desconfía de los civiles,
las mujeres y los extranjeros.
María Sklodowska-Curie muere en Suiza
en mayo de 1934, a los 66 años, diagnosticada
de avanzada anemia aplástica maligna,
como resultado de su exposición crónica a la
radiación. Los daños mayores se atribuyen a
su trabajo radiológico durante la guerra.
Su hija Eva solía decir: «En mi familia hubo
cinco premios Nobel. Dos para mi madre,
uno para mi padre, uno para mi hermana y
cuñado (Federico Joliot) y uno para mi esposo
(director de UNICEF, premio Nobel de
la Paz en 1965). Solamente yo no lo obtuve».
Eva fue pianista y escribió la biografía de su
madre, que… curiosamente es lectura obligatoria
en Japón, donde la laboriosidad, esfuerzo
y tenacidad de Madame Curie para
vencer las contrariedades sirven de ejemplo
a las nuevas generaciones.