Dominical - La Opinión de Zamora
Dominical - La Opinión de Zamora
Dominical - La Opinión de Zamora
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Domingo, 8 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2012 / LA OPINION-EL CORREO<br />
dominical / IX<br />
De izquierda a<br />
<strong>de</strong>recha y <strong>de</strong><br />
arriba abajo,<br />
torre <strong>de</strong> la iglesia<br />
en Sagallos, roble<br />
en <strong>La</strong> Majada,<br />
muralla <strong>de</strong> El<br />
Castillote.<br />
mos atrás el empalme <strong>de</strong> don<strong>de</strong> arranca<br />
el ramal que lleva hacia los pueblos<br />
vecinos meridionales. Siguiendo para<br />
arriba queda un pozo con artístico brocal<br />
y un amplio cartel en el que nos<br />
po<strong>de</strong>mos informar <strong>de</strong> los principales<br />
atractivos <strong>de</strong> la zona. Más allá, un tanto<br />
apartado, por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los últimos<br />
edificios <strong>de</strong>l pueblo, se ubica el palomar<br />
<strong>de</strong> la Ermita, arruinado en nuestros<br />
días. Desarrolla planta semicircular,<br />
marcada con unas recias pare<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> piedra, pero carece <strong>de</strong> techumbre<br />
que hubo <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> losas <strong>de</strong> pizarra. Su<br />
nombre es probable que se <strong>de</strong>ba a la<br />
pretérita existencia <strong>de</strong> algún humilla<strong>de</strong>ro<br />
alzado en las campas inmediatas.<br />
Ya arriba <strong>de</strong>l todo, ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong><br />
campo libre, a mano izquierda sale<br />
una pista que es la que vamos a seguir.<br />
Tras avanzar por ella unos pocos<br />
pasos, se nos presenta una bifurcación<br />
en la que hemos <strong>de</strong> optar por el camino<br />
que se dirige <strong>de</strong>cididamente hacia<br />
el norte. Momentáneamente avanzamos<br />
por una zona <strong>de</strong>spejada, poblada<br />
<strong>de</strong> escobas y brezos. No muy lejos, a<br />
unas <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> metros hacia poniente<br />
y sobre un berrueco que asoma<br />
poco <strong>de</strong>l suelo, reposa la llamada<br />
Cruz <strong>de</strong> los Adiles. Es un signo cristiano<br />
humil<strong>de</strong>, cincelado en piedra,<br />
que parece haber perdido parte <strong>de</strong> su<br />
brazo inferior que hubo <strong>de</strong> ser más<br />
largo. Hasta él acu<strong>de</strong>n, o al menos<br />
acudían, los vecinos en años alternos,<br />
para cumplir con el rito <strong>de</strong> la bendición<br />
<strong>de</strong> los campos. Cuando la función<br />
propiciatoria no se realizaba aquí<br />
era porque se iba hacia el otro extremo<br />
<strong>de</strong>l pueblo, don<strong>de</strong> estaba la llamada<br />
Cruz <strong>de</strong>l Valle.<br />
Penetramos pronto en el bosque.<br />
En un principio queda formado por<br />
robles, que se espesan hasta engullirnos<br />
por completo entre sus sombras.<br />
Pronto se agregan los pinos formando<br />
en conjunto una intrincada floresta.<br />
Aunque se marcan algunos carriles<br />
que parten <strong>de</strong>l que llevamos, siempre<br />
hemos <strong>de</strong> seguir la pista principal que<br />
es la que sigue a mano izquierda en<br />
todo el trayecto. Un espeso sotobosque<br />
inva<strong>de</strong> todos los espacios, por lo<br />
que resultaría sumamente dificultoso<br />
el avanzar campo a través. Después <strong>de</strong><br />
bajar por una cuesta empinada, tras<br />
acce<strong>de</strong>r a un sector algo más <strong>de</strong>spejado,<br />
hemos <strong>de</strong> prestar atención a las la<strong>de</strong>ras<br />
que se elevan a mano <strong>de</strong>recha.<br />
Por fortuna, se ha realizado recientemente<br />
una corta <strong>de</strong> pinos, rentables<br />
para su aprovechamiento ma<strong>de</strong>rero, y<br />
se ha aclarado parcialmente el lugar.<br />
Hemos llegado a las proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>stino que nos habíamos propuesto,<br />
el citado Castillote. Con ciertas dificulta<strong>de</strong>s<br />
divisaremos las consi<strong>de</strong>rables<br />
<strong>de</strong>fensas que protegieron tal asentamiento<br />
castreño. Prosperan sobre ellas<br />
ciertos robles que disimulan su efectiva<br />
realidad. Al analizar los baluartes<br />
reconoceremos la existencia <strong>de</strong> un<br />
profundo foso tras el que se alza un<br />
murallón que hubo <strong>de</strong> poseer unos<br />
cinco o seis metros <strong>de</strong> altura. Esa barrera<br />
superior llegó a nuestros días reducida<br />
a un enorme lomo térreo que<br />
oculta en sus <strong>de</strong>rrumbes el paredón<br />
formado con gran<strong>de</strong>s lajas pétreas.<br />
Tras pasar al interior <strong>de</strong>l recinto, comprobaremos<br />
sus condiciones estratégicas.<br />
El enclave viene a ser una mesetilla<br />
dominante, protegida hacia el<br />
norte por agrestes <strong>de</strong>sniveles que caen<br />
hacia el curso originario <strong>de</strong> Tera.<br />
A<strong>de</strong>más, tanto por el oriente como por<br />
el oeste existen profundas vaguadas,<br />
esta segunda menos <strong>de</strong>finida, pero erizada<br />
por escarpados lastrones. Al parecer<br />
sobre los solares yermos aparecían<br />
en superficie fragmentos <strong>de</strong> cerámica.<br />
Ahora nada se divisa,<br />
recubierto todo por las ramas abandonadas<br />
y la pinocha, materiales <strong>de</strong>sechados<br />
tras la tala reciente <strong>de</strong> los citados<br />
pinos que todo lo ocupaban. En<br />
tiempos pasados se araban y sembraban<br />
todos esos espacios, repitiéndose<br />
leyendas sobre el hallazgo <strong>de</strong> tesoros<br />
diversos. Dicen que al arar, los bueyes<br />
<strong>de</strong> las yuntas metían la pata en cavida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>sconocidas, escondrijos con<br />
ollas llenas <strong>de</strong> monedas. De otro caso<br />
relatan que hallaron una especie <strong>de</strong><br />
brasero lleno <strong>de</strong> un polvo poco atractivo,<br />
material que arrojaron creyendo<br />
que no tenía valor alguno. Gentes <strong>de</strong><br />
Villar<strong>de</strong>ciervos recogieron lo <strong>de</strong>sechado<br />
y se enriquecieron, pues eran limaduras<br />
<strong>de</strong> oro. Cuentan también sobre<br />
la existencia <strong>de</strong> una cueva o pasadizo<br />
subterráneo por el que los<br />
pobladores podían <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r al curso<br />
fluvial a proveerse <strong>de</strong> agua sin ser localizados<br />
por hipotéticos enemigos.<br />
Todavía se sigue afirmando que se<br />
oculta por ahí un gran tesoro. El mito<br />
<strong>de</strong> tanta riqueza ha excitado las codicias.<br />
Bien a las claras se aprecian los<br />
<strong>de</strong>strozos <strong>de</strong> buscadores furtivos que<br />
realizaron hoyos profundos.<br />
Subidos en la zona más alta, allá<br />
don<strong>de</strong> la vegetación lo permite, po<strong>de</strong>mos<br />
divisar el solitario valle <strong>de</strong>l río,<br />
anegado ahora por el embalse. Por<br />
esa parte asoman crestones pizarrosos<br />
enhiestos, bravíos, que agregan al<br />
montaraz rincón un carácter hostil y<br />
salvaje. Cincelado en una <strong>de</strong> esas piedras<br />
ha <strong>de</strong> estar el que llaman el Altar<br />
<strong>de</strong> las ofrendas. Al parecer cuenta con<br />
dos escalones, pero no fuimos capaces<br />
<strong>de</strong> localizarlo. Impresiona el evocar<br />
la vida <strong>de</strong> las gentes que hubieron<br />
<strong>de</strong> residir en este lugar, incómodamente<br />
enriscadas para contar con<br />
ciertas ventajas <strong>de</strong>fensivas frente a<br />
otras tribus, a su vez establecidas en<br />
parajes similares.<br />
En la base, un poco aguas abajo, a<br />
orillas <strong>de</strong>l cauce fluvial se emplazó<br />
antaño el molino local, ahora anegado<br />
e invisible. El camino por el que<br />
llegamos servía para acceso hasta él,<br />
salvando la cuesta última con diversos<br />
y continuados recodos. Esta zona,<br />
en conjunto, es <strong>de</strong>signada como <strong>La</strong><br />
Fraga, <strong>de</strong>nominación que ya <strong>de</strong>nota<br />
su frondosidad y aspereza.<br />
Tras apreciar toda su impactante<br />
realidad, <strong>de</strong>bemos iniciar el regreso.<br />
Volveremos por la misma pista por la<br />
que llegamos, remarcada en estos<br />
tiempos por el paso <strong>de</strong> camiones para<br />
la extracción <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra. Ya recorrida<br />
media distancia, sale <strong>de</strong> frente un<br />
carril semiborrado que en disputa con<br />
los matorrales que lo inva<strong>de</strong>n nos llevaría<br />
hasta el pago conocido como <strong>La</strong><br />
Majada. En caso <strong>de</strong> no localizar ese<br />
<strong>de</strong>svío, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cerca <strong>de</strong> la carretera podremos<br />
acce<strong>de</strong>r allá en breve incursión.<br />
Merece la pena acudir porque, sobre<br />
los terrenos antes <strong>de</strong> pastos permanecen<br />
tres robles centenarios, gruesos<br />
y frondosos, <strong>de</strong> troncos nudosos y<br />
ahuecados. Son árboles bien notables,<br />
<strong>de</strong> los más sobresalientes entre todos<br />
los <strong>de</strong> su especie en la provincia.