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Arquitectura escrita - Círculo de Bellas Artes

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<strong>Arquitectura</strong> <strong>escrita</strong> La arquitectura tal y como se alza en el libro 41<br />

19 Heinrich Heine, Harzreise, en Sämtliche<br />

Schriften, ed. Klaus Brieglieb, tomo 3, Munich,<br />

1976, p. 118.<br />

20 John Berger en conversación con el autor,<br />

el 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2006; véase John Berger,<br />

Hier, wo uns begegnen, Munich, 2006.<br />

21 Michel Butor, Der Zeitplan, Munich,<br />

1960, p. 305; para los elementos específicamente<br />

laberínticos <strong>de</strong>l Nouveau Roman,<br />

véase Michel Foucault, Raymond Roussel,<br />

Frankfurt, 1989, pp. 87-113.<br />

22 Hellmuth Petriconi, Metamorphosen <strong>de</strong>r<br />

Träume, Frankfurt, 1971; Elisabeth Frenzel,<br />

Motive <strong>de</strong>r Weltliteratur, Stuttgart, 1992;<br />

Frenzel apunta ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su introducción al<br />

motivo <strong>de</strong>l jardín, que Petriconi analizaba<br />

como «lugar <strong>de</strong> la seducción» <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Richardson<br />

hasta Goethe.<br />

Frans Masereel, Die Stadt (1925),<br />

Hamburgo, 1961.<br />

se sentaba tras la estufa, frente a la gran alacena, es probable<br />

que hubiera estado sentada allí ya un cuarto <strong>de</strong> siglo y sus pensamientos<br />

y sentimientos han crecido seguramente en su interior<br />

con todas las esquinas <strong>de</strong> esa estufa y todos los ángulos <strong>de</strong><br />

esa alacena. Y alacena y estufa viven, pues un ser humano les ha<br />

añadido algo <strong>de</strong> su alma» 19 . Al contrario, volver a «oír» la vida<br />

<strong>de</strong> los seres humanos a partir <strong>de</strong> objetos y espacios que se nos<br />

transmiten sólo como envoltorios pue<strong>de</strong> servir como principio<br />

configurador <strong>de</strong> una creación literaria. Así John Berger <strong>de</strong>scribirá<br />

su forma <strong>de</strong> trabajar diciendo que, a la hora <strong>de</strong> escribir, él se<br />

ro<strong>de</strong>a <strong>de</strong> numerosas fotos <strong>de</strong> edificios y obras <strong>de</strong> arte que reúne<br />

en sus viajes o que toma <strong>de</strong> libros y que, en medio <strong>de</strong> estas imágenes<br />

<strong>de</strong>l recuerdo, trata <strong>de</strong> «oír» sus historias, las historias a<br />

partir <strong>de</strong> las que él formará una novela 20 .<br />

La ósmosis entre hombre y arquitectura mostrada por Heine<br />

pue<strong>de</strong> ampliarse también a ciuda<strong>de</strong>s completas y convertirse<br />

en el principio <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> una novela. Así, en El empleo <strong>de</strong>l<br />

tiempo <strong>de</strong> Michel Butor, la ciudad ficticia <strong>de</strong> Bleston se fun<strong>de</strong><br />

con las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l héroe <strong>de</strong> la novela; la propia ciudad y su<br />

irracionalidad laberíntica se convertirán en un elemento impulsor:<br />

«He estado vagando por las calles, andando a tientas sin<br />

una meta, como si un dolor <strong>de</strong> muelas me estuviera sacando <strong>de</strong><br />

quicio, moviéndome en círculo, atrapado en una trampa gigantesca,<br />

entre las ruedas <strong>de</strong> molino <strong>de</strong> las casas, que se frotaban<br />

unas con otras crujiendo y me rociaban con su lluvia inexpresiva<br />

<strong>de</strong> frías chispas» 21 .<br />

Es un tema tan viejo como inagotable el hecho <strong>de</strong> que los edificios<br />

y las ciuda<strong>de</strong>s, los espacios y las infraestructuras se convierten<br />

en metáforas <strong>de</strong> los seres y las socieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> su vida y<br />

su acción. Las comparaciones individuales se dan como motivos<br />

que varían una y otra vez a lo largo <strong>de</strong> la literatura universal. Algunos<br />

elementos arquitectónicos se analizan en investigaciones<br />

sobre motivos; una representación global sólo resultaría segura<br />

si se llevara a cabo en una gran obra en muchos volúmenes 22 . La<br />

abundancia <strong>de</strong> motivos, referencias, metáforas y símbolos que<br />

pasan <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> la arquitectura a la literatura no pue<strong>de</strong> aquí<br />

ni siquiera esbozarse. Los títulos arquitectónicos remiten ya <strong>de</strong><br />

muchas formas a las referencias motívicas <strong>de</strong>l contenido: La torre<br />

<strong>de</strong> Hugo von Hofmannsthal es un símbolo <strong>de</strong>l aislamiento; El<br />

castillo <strong>de</strong> Franz Kafka <strong>de</strong>nomina, con la repelente arquitectura<br />

señorial, el inasible po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la burocracia; el Gran Hotel [Menschen<br />

im Hotel] <strong>de</strong> Vicky Baum alu<strong>de</strong> al lugar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sarraigados;<br />

El inverna<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Wolfgang Koeppen sirve como metáfora para<br />

el mundo aislado <strong>de</strong> los políticos en Bonn; La biblioteca <strong>de</strong> Ba-

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