01.01.2015 Views

El Bibliotecario - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...

El Bibliotecario - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...

El Bibliotecario - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Jorge Ibargüengoitia en su casa <strong>de</strong> Coyoacán, 1958. Archivo Joy Laville (CNL-INBA).<br />

<strong>El</strong> guanajuatense cultivó prácticamente todos<br />

los géneros literarios: más <strong>de</strong> seiscientos artículos<br />

periodísticos, quince obras <strong>de</strong> teatro conocidas,<br />

seis novelas y un libro <strong>de</strong> cuentos. Los últimos<br />

años <strong>de</strong> su vida radicó en París con su esposa, la<br />

pintora inglesa Joy Laville, hasta el trágico acci<strong>de</strong>nte.<br />

Años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su fallecimiento; fui a visitar<br />

a Joy Laville para regalarle un librito que escribí<br />

sobre su esposo. <strong>El</strong>la vivía entonces en Cuer navaca.<br />

La visita no duró mucho tiempo, el recuerdo<br />

<strong>de</strong> su esposo la conmovió. Antes <strong>de</strong> retirarme me<br />

mostró varias fotografías <strong>de</strong> Jorge Ibargüengoitia,<br />

cuando vivían en Londres, en París, su viaje al<br />

Cairo, etc. La que más me emocionó fue la <strong>de</strong> Rey<br />

Zorro y Tecolote <strong>de</strong> Guadaña, fechada en 1942,<br />

don<strong>de</strong> aparecían frente a una tienda <strong>de</strong> campaña<br />

Felguérez e Ibarbüengoitia.<br />

A treinta años <strong>de</strong> su fallecimiento<br />

Lo primero que uno advertía en él era su corpulencia<br />

física, sus ojos saltones, su sencillez; invariablemente<br />

vestido <strong>de</strong> pantalón <strong>de</strong> mezclilla y<br />

camisa <strong>de</strong> cuadros; antisolemne, que expresaba lo<br />

que sentía sin ro<strong>de</strong>os. Hablaba como escribía y<br />

escribía como hablaba; en todo era espontáneo,<br />

pausado, gesticulador. Eso sí, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las palabras<br />

y <strong>de</strong>l tono tranquilo <strong>de</strong> su voz, qué irónico y<br />

lúcido era; cuando reía, sus carcajadas eran contagiosas,<br />

cuando callaba imponía respeto. Sin duda,<br />

la mejor <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> Ibargüengoitia es la que<br />

hace su propia esposa: “Jorge era agudo, dulce y<br />

alegre, llevaba un sol a<strong>de</strong>ntro”.<br />

Hablaba mucho <strong>de</strong> comidas y bebidas, y cómo<br />

las disfrutaba. Su estudio se encontraba siempre<br />

or<strong>de</strong>nado; entre sus libros predominaban los <strong>de</strong><br />

lengua inglesa: Bernard Shaw, Chesterton, James<br />

Thurber, Evelyn Waugh, el francés Ferdinand Celine<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego muchos <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> México.<br />

Mi primer contacto con Jorge Ibargüengoitia,<br />

mucho antes <strong>de</strong> conocerlo personalmente, fue a<br />

través <strong>de</strong>l periódico Excélsior, don<strong>de</strong> escribió semanalmente,<br />

<strong>de</strong> 1969 a 1976. La primera reacción<br />

frente a sus artículos periodísticos —que nos ha<br />

recuperado Guillermo Sheridan en magníficos<br />

volúmenes antológicos— era siempre soltar la<br />

carcajada; pero por supuesto, luego venía la re­<br />

6

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!