Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
humana; el valor de la maternidad y paternidad; el<br />
significado genuino de la paternidad responsable; el<br />
modo humano y cristiano de afrontar los posibles problemas<br />
del matrimonio en este sentido…<br />
Es útil también contar con el testimonio de<br />
familias que vivan con fidelidad y generosidad la<br />
misión de transmitir y educar la vida.<br />
En referencia a los “métodos de conocimiento<br />
de la fertilidad” hay que reconocer inicialmente<br />
nuestra falta de preparación en un grado exagerado.<br />
En esto ha contribuido la mentalidad antinatalista<br />
dominante pero también debemos reconocer nuestro<br />
escaso interés en formarnos.<br />
Urge formar personas especializadas en los<br />
distintos métodos, en colaboración con las asociaciones<br />
existentes a estos efectos. Se debe cuidar especialmente<br />
que no sea un mero aprendizaje de una<br />
“técnica” sino que se trate de una auténtica educación<br />
en la virtud. Estos métodos empobrecen su sentido o<br />
incluso lo llegan a perder en la medida en que se<br />
separen de la antropología adecuada que permite<br />
personalizarlos en el marco de la vida matrimonial.<br />
Su enseñanza se debe enfocar dentro del<br />
reconocimiento que hacen los esposos de la voluntad<br />
de Dios sobre sus vidas. Por eso hablamos de “conocimiento<br />
de la fertilidad” para indicar que no se trata<br />
de “métodos anticonceptivos naturales” sino de conocimiento<br />
de la fertilidad, ya que sirven de hecho para<br />
conocer mejor cuándo es posible lograr una concepción.<br />
En esta educación entran en juego elementos<br />
en el matrimonio de:<br />
-Comunicación<br />
-Confianza mutua<br />
-Crecimiento en la virtud del autodominio<br />
-Ponerse en manos de Dios y de su gracia<br />
Estos métodos respetan el cuerpo de los<br />
esposos, fomentan el afecto entre ellos y favorecen<br />
la educación de una libertad auténtica.<br />
En este capítulo de “conocimiento de la fertilidad”<br />
debemos hablar de los “métodos naturales”<br />
frente a los “artificiales”. En la prensa, estos métodos<br />
naturales suelen obviarse o bien son tachados de “falsos<br />
métodos” y nunca refieren de ellos ni el tanto por<br />
ciento de eficacia a pesar de sí existir datos al respecto.<br />
En general, su eficacia dependerá de la educación<br />
recibida al respecto; la habilidad de la mujer<br />
para observar e interpretar sus signos de fertilidad; la<br />
adecuada formación moral, afectiva y sexual que<br />
incluya el dominio de sí por medio de la virtud de la<br />
castidad; etc.<br />
Estos métodos naturales requieren una<br />
buena comunicación y cooperación entre los esposos,<br />
condición que se presume en un matrimonio cristiano.<br />
Este conocimiento de la fertilidad y su aplicación<br />
responsable ayuda a crecer en el autoconocimiento,<br />
el autocontrol y el respeto mutuo. Requiere la<br />
abstinencia del coito vaginal durante aproximadamente<br />
la mitad de los días del ciclo menstrual.<br />
Estos métodos basados en el conocimiento<br />
de la fertilidad no producen ningún efecto secundario,<br />
ni riesgo para el feto, ni precisan de medicamento<br />
alguno. Hay que tener en cuenta que la abstinencia<br />
periódica y el temor de tener embarazos no “previstos”<br />
pueden crear tensión y estrés psicológico en<br />
algunas personas. Todo esto, idealmente, debería<br />
ser estudiado en los cursos prematrimoniales y<br />
durante el noviazgo.<br />
Repasando estos métodos de conocimiento<br />
de la fertilidad, tenemos:<br />
1. Método Ogino (1924). Es necesario hacer un<br />
calendario e identificar los días de ovulación para<br />
evitar practicar el sexo durante ese tiempo. Este<br />
método lo ideó el ginecólogo japonés Ogino, en<br />
1924, y requiere una serie de pasos:<br />
• La mujer debe determinar la duración de<br />
cada uno de sus ciclos menstruales durante un año.<br />
<strong>El</strong> ciclo abarca desde que comienza el sangrado<br />
hasta el día anterior a la siguiente regla.<br />
• <strong>El</strong> cálculo de los días que no son fértiles se<br />
obtiene restando 18 al ciclo más corto y 11 al más<br />
largo. Por ejemplo, si el ciclo más corto fue de 25<br />
días (25 - 18= 7) y el más largo duró 32 (32 - 11 =<br />
21) los días de mayor fertilidad van desde el siete al<br />
21 de cada ciclo. Antes y después de estas fechas,<br />
según la teoría de Ogino, el riesgo de embarazo es<br />
menor.<br />
2. “<strong>El</strong> método Billings”. Basado en la correlación<br />
entre los acontecimientos fisiológicos del ciclo reproductivo<br />
de la mujer y las observaciones realizadas<br />
en la vulva (Drs. Billings) Se trata de averiguar el<br />
momento aproximado de la ovulación observando el<br />
estado del moco cervical, que varía a lo largo del<br />
ciclo menstrual. Las garantías de este “método” se<br />
basan en que el flujo modifica su constitución por<br />
efecto de las hormonas: si su aspecto es denso,<br />
amarillento y opaco, se trata de la etapa infértil.<br />
Cuando adquiere humedad, transparencia y flexibilidad,<br />
la mujer atraviesa un período fértil.<br />
Este método es simple, efectivo (98.5%<br />
según la OMS en 1972) saludable, gratuito y culturalmente<br />
aceptable. Pero, recordemos que la Iglesia<br />
no aprueba sin más este método ni otro natural cualquiera.<br />
Pide el discernimiento de la “paternidad responsable”:<br />
“La Iglesia enseña que es lícito tener en<br />
cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones<br />
generadoras para usar del matrimonio sólo en<br />
periodos infecundos y así regular la natalidad sin<br />
ofender los principios morales” (Humanae Vitae)<br />
3. Temperatura basal. Esta práctica se basa<br />
en los cambios que sufre la temperatura basal de la<br />
mujer a lo largo del ciclo menstrual. Esta temperatura<br />
es la que el cuerpo tiene en el momento de despertarse,<br />
sin haber realizado ningún tipo de ejercicio<br />
físico y en ayunas. La teoría de este “método” se<br />
asienta en que, después de ovular, la temperatura<br />
corporal se eleva entre 0,2 y 0,5 grados centígrados<br />
y se mantiene así durante 14 a 16 días.<br />
Página 24 Parroquia de San Lorenzo Mártir Octubre 2007