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Introducción al marxismo {PDF}

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Formación – www.revoltaglob<strong>al</strong>.net<br />

entre el siglo XIV y el XVI en It<strong>al</strong>ia del norte centr<strong>al</strong> y en los Países Bajos del sur y del norte, viéndose la<br />

desaparición de la servidumbre en estas regiones y en estas épocas; y de hecho los propietarios de las mercancías<br />

que se encontraban en el mercado eran, a grandes rasgos, libres e igu<strong>al</strong>es, más o menos, en derechos.<br />

Es precisamente este carácter de libertad y de igu<strong>al</strong>dad relativas de los propietarios de las mercancías, en el<br />

seno de una sociedad fundada sobre la pequeña producción mercantil, lo que permite entender la función misma<br />

del cambio: permite la continuidad de todas sus actividades productivas esenci<strong>al</strong>es, a pesar de una división del<br />

trabajo ya avanzada, y sin que estas actividades dependan de decisiones deliberadas de la colectividad o de sus<br />

señores.<br />

La organización del trabajo fundada en el reparto deliberado y previsto de antemano de la mano de obra<br />

entre diferentes ramas de actividad esenci<strong>al</strong>es para satisfacer las necesidades de la sociedad se sustituye ahora por<br />

una división del trabajo más o menos «anárquica» y «libre», en la que aparentemente el azar gobierna este reparto<br />

de recursos productivos vivos y muertos (instrumentos de trabajo). El cambio y su resultado se sustituyen ahora<br />

por la planificación usu<strong>al</strong> o consciente para repartir esos recursos. Pero debe hacerse de t<strong>al</strong> forma que la<br />

continuidad de la vida económica esté asegurada (con, ciertamente, numerosos «accidentes de recorrido», crisis,<br />

interrupciones de la reproducción) de t<strong>al</strong> modo que todas las actividades esenci<strong>al</strong>es encuentren practicantes.<br />

3. La ley del v<strong>al</strong>or<br />

Es la misma forma de re<strong>al</strong>ización del cambio lo que asegura sus resultados, <strong>al</strong> menos a medio plazo. Las<br />

mercancías se cambian según las cantidades de trabajo necesarias para producirlas. Los productos de una jornada<br />

de trabajo de un colono se cambian por los productos de una jornada de trabajo de un tejedor. Precisamente en el<br />

<strong>al</strong>ba de la pequeña producción mercantil, cuando la división del trabajo entre artesanos y campesinos no es nada<br />

más que rudimentaria, cuando muchas de las actividades artesan<strong>al</strong>es se practican aún en la granja, es evidente que<br />

el cambio no puede fundarse nada más que sobre una equiv<strong>al</strong>encia semejante. De otro modo, la actividad<br />

económica menos recompensada sería rápidamente abandonada. Se produciría entonces una penuria en este<br />

terreno. Esta penuria haría subir los precios y con ello la recompensa obtenida por estos productores<br />

determinados. De esta forma las actividades productivas se redistribuirían entre los diferentes sectores de actividad<br />

restableciendo la regla de equiv<strong>al</strong>encia: por una misma cantidad de trabajo proporcionado, una misma cantidad de<br />

v<strong>al</strong>or recibido en el cambio.<br />

Llamamos «ley del v<strong>al</strong>or», la ley. que gobierna el cambio de mercancías y, por intermedio de ésta, el<br />

reparto de la fuerza de trabajo, y de todos los recursos productivos, entre las diferentes ramas de actividad. Se trata<br />

de una ley económica que se funda esenci<strong>al</strong>mente en una forma de «organización del trabajo», en relaciones<br />

establecidas entre los hombres diferentes de las que presiden la organización de una economía planificada según<br />

las costumbres o las elecciones conscientes de. productores asociados.<br />

La ley del v<strong>al</strong>or asegura el reconocimiento soci<strong>al</strong> el trabajo convertido en trabajo privado. En este sentido,<br />

la ley debe funcionar basándose en criterios objetivos, igu<strong>al</strong>es para todos. Es, pues, inconcebible que un zapatero<br />

holgazán, que tendría necesidad de dos días de trabajo para producir un par de zapatos, que un zapatero hábil<br />

produciría en una jornada de trabajo, hubiera producido fin<strong>al</strong>mente dos veces más v<strong>al</strong>or que este último.<br />

Semejante funcionamiento del mercado, que recompensa la pereza o la f<strong>al</strong>ta de cu<strong>al</strong>ificación llevaría a una sociedad<br />

basada en la división del trabajo y el trabajo privado a la regresión rápida, a la debilidad. Por eso la equiv<strong>al</strong>encia de<br />

las jornadas de trabajo asegurada por la ley del v<strong>al</strong>or es una equiv<strong>al</strong>encia de trabajo según la media soci<strong>al</strong> de<br />

productividad. Esta media, en una sociedad precapit<strong>al</strong>ista, es gener<strong>al</strong>mente estable y conocida por todos, puesto que<br />

la técnica productiva en ella evoluciona muy lentamente, o nada. Decimos, pues, que el v<strong>al</strong>or de las mercancías está<br />

determinado por la cantidad de trabajo soci<strong>al</strong>mente necesario para producirlas.<br />

4. La aparición del capit<strong>al</strong><br />

En la pequeña producción mercantil, el pequeño granjero y el pequeño artesano van <strong>al</strong> mercado con el<br />

producto de su trabajo. Lo venden para comprar productos de los que tienen necesidad para su consumo<br />

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