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Introducción al marxismo {PDF}

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Formación – www.revoltaglob<strong>al</strong>.net<br />

7. Unificación y fragmentación del proletariado<br />

El capit<strong>al</strong>ismo crea <strong>al</strong> proletariado, lo concentra en empresas cada vez más importantes, le inculca la<br />

disciplina industri<strong>al</strong> y, con ella, la cooperación y solidaridad element<strong>al</strong>es en los lugares de trabajo. Pero todo esto<br />

está condicionado por la búsqueda de un máximo provecho, tanto para cada empresa capit<strong>al</strong>ista, tomada<br />

aisladamente, como para la clase burguesa, en su conjunto. Y esta clase es claramente consciente de1 hecho,<br />

confirmado por las primeras explosiones : luchas obreras, de que la concentración y unificación de las fuerzas<br />

proletarias representan para ella la gran amenaza.<br />

Es por ello que el desarrollo del mundo de la producción es acompañado por un doble movimiento<br />

contradictorio: por una parte, la tendencia histórica, fundament<strong>al</strong> a largo plazo, de unificación y homogeneización<br />

del proletariado, del conjunto de los as<strong>al</strong>ariados; por otra, las tentativas repetidas de fragmentar y estratificar la<br />

clase proletaria, sometiendo <strong>al</strong>gunas de sus capas a la sobreexplotación y a la opresión particular, privilegiando<br />

relativamente a otras capas. Ideologías particulares, como el racismo, el sexismo, el chauvinismo, la xenofobia,<br />

sirven para justificar y estabilizar estas formas particulares de sobreexplotación y opresión, que nacen en el seno<br />

mismo de los primeros países capit<strong>al</strong>istas, pero que el coloni<strong>al</strong>ismo y el imperi<strong>al</strong>ismo acentuarán y llevarán <strong>al</strong><br />

paroxismo en la esc<strong>al</strong>a internacion<strong>al</strong>.<br />

El empleo masivo del trabajo femenino y juvenil ha sido uno de los medios preferidos, usado por los<br />

jóvenes industri<strong>al</strong>es para «quebrantar» los s<strong>al</strong>arios en las primeras manufacturas y fábricas. Al mismo tiempo, la<br />

burguesía, apoyándose sobre todo en la iglesia y otros agentes de diseminación de ideologías reaccionarias, ha<br />

estimulado poderosamente en el seno de la clase obrera y de otras clases trabajadoras de la población la idea de que<br />

«el lugar de la mujer está en el hogar», y que la mujer, sobre todo, no debería tener acceso a los oficios y<br />

profesiones c<strong>al</strong>ificados (donde ella haría igu<strong>al</strong>mente correr el riesgo de hacer bajar los s<strong>al</strong>arios).<br />

De hecho, en el régimen capit<strong>al</strong>ista las obreras y empleadas son sobreexplotadas a doble título.<br />

Primeramente porque continúan, en su gran mayoría, peor remuneradas que los hombres, tanto por la<br />

subc<strong>al</strong>ificación como por el pago de s<strong>al</strong>arios, más bajos por un mismo trabajo, lo que aumenta directamente la<br />

masa de la plusv<strong>al</strong>ía de que se apropia el capit<strong>al</strong>. Luego, porque la organización de la vida socioeconómica<br />

burguesa tiene su eje en la familia patriarc<strong>al</strong>, en tanto que célula de base de la consumación, de la reproducción<br />

física de la fuerza de trabajo. En consecuencia, las mujeres están obligadas a proporcionar, en el seno de esta<br />

familia, trabajo no remunerado, t<strong>al</strong> como la preparación de la comida, la c<strong>al</strong>efacción, la limpieza, el cuidado y la<br />

educación de los hijos, etc. Este trabajo no es directamente fuente de plusv<strong>al</strong>ía, puesto que no se inserta entre las<br />

mercaderías, pero indirectamente aumenta la masa de la plusv<strong>al</strong>ía soci<strong>al</strong>, en la medida en que reduce los gastos de<br />

reproducción de la fuerza de trabajo, a cargo de la clase burguesa. Si el proletario debiese comprar todas sus<br />

comidas, vestidos, servicio de limpieza y c<strong>al</strong>efacción en el mercado, si debiese pagar servicios de cuidadores y<br />

educadores de sus hijos fuera del horario escolar, su s<strong>al</strong>ario medio debería ser manifiestamente superior a lo que es<br />

cuando él puede recurrir <strong>al</strong> trabajo no remunerado de su compañera, hijas, madre, etc., y la plusv<strong>al</strong>ía loci<strong>al</strong> se<br />

reduciría otro tanto.<br />

El carácter espasmódico de la producción capit<strong>al</strong>ista, con sus bruscos aumentos y reducciones de la<br />

producción industri<strong>al</strong>, reclama un movimiento no menos espasmódico de aflujo y eliminación periódicos de mano<br />

de obra en los «mercados de trabajo». A fin de reducir los costos políticos y soci<strong>al</strong>es de estos movimientos<br />

violentos acompañados de tensiones y de miseria humana considerable, el capit<strong>al</strong> tiene interés en aprovisionarse de<br />

una mano de obra originaria de países menos industri<strong>al</strong>izados. Cuenta a la vez con su docilidad, producto de una<br />

miseria y un subempleo en principio mucho más pronunciado, y con las diferencias de costumbres y tradiciones<br />

entre esta mano de obra y la clase obrera «autóctona», como para obstaculizar el desarrollo de una verdadera<br />

solidaridad y unidad de clase que englobe <strong>al</strong> conjunto de proletarios de cada país y de todas las naciones.<br />

Grandes movimientos migratorios han acompañado así toda la historia del mundo de producción<br />

capit<strong>al</strong>ista; irlandeses hacia Inglaterra y Escocia; polacos hacia Alemania; it<strong>al</strong>ianos, luego nortafricanos, españoles,<br />

portugueses hacia Francia; indios hacia las colonias británicas primero, hacia Gran Bretaña después; chinos hacia<br />

todas las regiones del Pacífico; coreanos hacia Japón; olas sucesivas de emigrados hacia Norteamérica (ingleses,<br />

irlandeses, it<strong>al</strong>ianos, judíos, polacos, griegos, mejicanos, portorriqueños, sin olvidar los esclavos negros de los<br />

siglos XVII, XVIII y XIX), Argentina y Austr<strong>al</strong>ia.<br />

Cada una de estas olas de inmigración masiva ha sido acompañada, aunque en grados diversos, por<br />

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