ver contenido - Yacht Club Argentino
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Mar del Plata, el<br />
YCA y el motor<br />
Eduardo Erik Ehrenbolger<br />
En un artículo previamente<br />
publicado en El <strong>Yacht</strong>, se narraba<br />
que poco después de la<br />
fundación del <strong>Club</strong> en 1883,<br />
varios de sus socios efectuaron<br />
navegaciones de vela hacia<br />
distintos lugares de nuestro<br />
litoral atlántico, incluyendo entre<br />
ellos a Mar del Plata.<br />
Según consta en Actas y/o Memorias de nuestro <strong>Club</strong>,<br />
en aquellos años anteriores a la Primera Guerra<br />
Mundial, varios de sus miembros -muchos de ellos<br />
expertos yachtsmen de vela- se fueron volcando a la<br />
pasión por la navegación de motor.<br />
Hacia 1910 la tecnología vigente ya incursionaba hacia<br />
la producción de motores de combustión interna “a<br />
parafina”, mucho más livianos que los de combustión<br />
externa “a vapor” de los cuales aún por entonces, la<br />
mayoría lograba el calor necesario quemando carbón<br />
mineral. Aquellos primeros motores livianos de<br />
“explosión” se empezaron a necesitar para propulsar<br />
los automotores y las aeronaves que entonces se<br />
desarrollaban febrilmente en Europa y en los Estados<br />
Unidos, resultando inevitable su aplicación en las<br />
embarcaciones livianas.<br />
El gigantesco adelanto tecnológico que la Primera<br />
Guerra Mundial impulsó en los principales países<br />
beligerantes, se ofreció comercialmente en los años<br />
posteriores. Entre tantas otras actividades como la<br />
aviación y el automovilismo, el yachting de motor<br />
experimentó un crecimiento notable, con unidades más<br />
veloces, más marineras y más confiables.<br />
En 1924 la Hon. Comisión Directiva del <strong>Club</strong> realizaba<br />
trámites para que el YCA ingresase como miembro a la<br />
Unión Internationale du <strong>Yacht</strong>ing Automobile, hoy<br />
Unión Internationale Motonautique (UIM), instancia que<br />
se formalizó en 1927.<br />
Cuando nuestro <strong>Club</strong> inauguró sus primeras<br />
instalaciones en Mar del Plata durante la década del<br />
30, una de las tantas premisas era la navegacion de<br />
motor “en aguas de mar”, cosa que hasta hoy se ha<br />
cumplido sobradamente. Porque desde entonces, Mar<br />
del Plata ha sido un destino muy especial, por la<br />
distancia y por la di<strong>ver</strong>sidad de condiciones al<br />
atravesar el ancho Río de la Plata y el bravo Atlántico<br />
Sur, sin contar en nuestras costas con puertos de<br />
alternativa seguros y próximos.<br />
La travesía Buenos Aires - Mar del Plata es como<br />
mínimo, de 270 millas y muchas veces ha resultado en<br />
navegaciones aventuradas con muchos inconvenientes<br />
de di<strong>ver</strong>sa índole, desde los meteorológicos hasta los<br />
mecánicos y los físicos, alternativas que siempre le han<br />
conferido a este itinerario en particular, un mérito muy<br />
especial.<br />
En los registros del <strong>Club</strong> figuran numerosas<br />
navegaciones de crucero a motor realizadas<br />
exitosamente desde nuestras sedes en San Fernando o<br />
en Dársena Norte hasta nuestra sede en Mar del Plata.<br />
En la década pasada, varios cruceros y “day – cruisers”<br />
han completado viajes entre Bs. As. y Mar del Plata,<br />
algunos de ellos repitiendo dos o tres veces la feliz<br />
experiencia: “Chancay”, al mando del Sr. Juan Manuel<br />
Sandberg Haedo; “Brisa”, Sr. Carlos Jasson Hardie;<br />
“Chipiron”, Carlos Miguel De Elias; “Sea Witch”,<br />
Osvaldo Scuderi; “Stettin”, Daniel Robelo; “Sin Apuro”,<br />
Osvaldo Scuderi. Los capitanes mencionados fueron<br />
acompañados por otros miembros del YCA, como los<br />
Sres: Roberto Authier, Alejandro Bares, Andrés Cusi,<br />
Ruben Junco, José María Gioffre, Eduardo Lanari,<br />
Armando López León, Hermenegildo Pini, Manuel<br />
Alberto Sandberg Haedo, y otros.<br />
Cada una de esas travesías debió ser cuidadosamente<br />
planificada hasta en sus últimos detalles. Partes<br />
meteorológicos; tripulación; cartografía;<br />
comunicaciones, instrumental, condiciones mecánicas,<br />
estructurales y eléctricas de la embarcación; repuestos<br />
y herramientas; equipos de seguridad y de<br />
supervivencia, etc. son algunos de los capítulos<br />
principales que fueron considerados y solucionados<br />
antes de zarpar. Sin excepción, todos los periplos<br />
hasta nuestro principal balneario atlántico, recibieron el<br />
apoyo permanente de la Prefectura Naval Argentina,<br />
que brinda sus servicios de control, comunicaciones y<br />
aún de asistencia directa con sus embarcaciones y<br />
aeronaves.<br />
Recalar en Mar del Plata al término del viaje, es<br />
siempre una experiencia de inmensa satisfacción, que<br />
especialmente demuestra un nivel destacable de<br />
destreza marinera y de espíritu deportivo.<br />
18 El <strong>Yacht</strong> enero 2008