YUJA WANG - Blog del Auditorio Miguel Delibes

virtuosismo al servicio de la imaginación artística. Debussy
incluyó sistemáticamente el trabajo específico sobre la
sonoridad dentro de las dificultades que el “estudiante” de
sus piezas debía superar. Rachmaninov no dio ese paso. Así,
los Estudios op. 39 nº 4, 5, y 6 desarrollan diferentes tipos
de dificultades –cromatismos, arpegios, acordes, diversas
figuraciones–, sin embargo predomina la sonoridad plena
típica del estilo “sinfónico” al que antes hacíamos referencia
y que se asocia a una atmósfera al mismo tiempo legendaria
y sombría que también se aparece en la Elegie op. 3.
Ludwig van Beethoven
(Bonn, 17-x i i-1770; Viena, 26-iii-1827)
Sonata quasi una fantasía en Mi bemol mayor,
nº 13, op. 27 nº 1 (1800-1)
A propósito de las sonatas para piano op. 26 y op. 27,
concluidas en 1801 y publicadas en 1802, la crítica publicó
lo siguiente: “Los músicos menos cultos y quienes sólo
esperan de la música un entretenimiento fácil se dedicarán
en vano a estas obras.” Eran obras que se destinaban a un
público de “connoisseurs”. En esta perspectiva, la Sonata
op. 27 nº 1 no deja de mostrar cierto sentido del humor:
si su comienzo parece el de una sonatina, a medida que
avanza va desarrollando un estilo cada vez más virtuosístico,
que refleja seguramente el muy aplaudido estilo pianístico
de su autor. Cuando la escribió, Beethoven ya estaba en
Viena, donde llegó a ser uno de los artistas preferidos de
la aristocracia. La Sonata op. 27 nº 1 no es tan popular
como su hermana, la célebre sonata conocida como Claro
de Luna, catalogada como op. 27 nº 2. No obstante, ambas