El Tajo que habló - Calzada de Valdunciel

EL TAJO QUE HABLÓ, pág. 2
Hoy yo, Antonio, pretendo escribir un relato de lo que conocí
durante varios años de mi vida. Lo titulo: EL TAJO QUE HABLÓ.
Nací en el año 1933 en el pueblo de Calzada de Valdunciel, a
catorce kilómetros al norte de Salamanca capital. Pertenece a la
comarca de la Armuña; el terreno tiene algunos pequeños cerros,
siendo más bien llano. Produce cereales, leguminosas y algo de
ganado, tiene pocas huertas y arboleda. Por la parte norte hay un
monte de encinas y alcornoques, a unos seis o siete kilómetros.
Quiero comentar cómo eran las casas antiguas del pueblo,
cómo las hacían y cómo vivían sus habitantes.
El suelo que ocupan las casas del pueblo es de arcilla algo
arenosa; tiene unos metros de desnivel, más alto en el sur que en el
norte, por donde pasa un arroyo (regato) por el cual corre el agua
varios meses al año.
LAS CASAS
Cuando se proponían hacer una casa, se tenían que adaptar a
los pocos recursos de que disponían; calcular el terreno para la casa y
cuadras para el ganado; pajar y corral.
Por fin ya tenían decidido dónde, cómo y quién haría la casa. El
trabajo de albañilería lo hacía el albañil Manuel y sus hijos, pero
también le ayudaría la familia -que era numerosa, como la mayoría
de las del pueblo- del que sería el dueño de la futura casa.
Lo primero que había que hacer era el pozo, del que utilizarían
el agua para hacer la obra, y después quedaría para el consumo de la
familia y del ganado. El lugar donde se hace el pozo es el que será el
corral de la casa. Al pozo le suelen dar una profundidad de cuatro o
seis metros y un diámetro de uno y medio aproximadamente. Se
hace cavando la tierra con azadón, pico y pala. Sacaban la tierra y
posible peña, agua y barro por medio de un torno, polea o a mano.
Cuando ven que va manando ya el agua suficiente que necesitan, ya
no lo hacen más hondo. Al pozo lo recubren en su interior, con
piedras pegadas a las paredes, desde abajo, hasta sobresalir unos
noventa centímetros de la superficie del suelo. Esa parte saliente se
llama brocal; hace de barrera o defensa para que no se caigan dentro
personas, animales o cosas.
Empiezan la obra y lo primero que hacen es un replanteado de
cómo será la casa, el corral y el resto de las dependencias. Una vez
Antonio Gordillo Asunción