El Tajo que habló - Calzada de Valdunciel

EL TAJO QUE HABLÓ, pág. 20
CON RAMAS
Un día había una fuerte tormenta en la selva, y vieron algo que
en esa forma natural conocían hacía mucho tiempo, que fue que a
través del rayo hubo un fuego y como siempre salieron todos
corriendo hacia otros lugares para no morir abrasados. Pero alguno
del grupo se le ocurrió que si podían mantener una lumbre, en una
parte pequeña y controlada le podía ser útil. Así fue, y empezaron a
meter trozos de carne en una palo, lo acercaron al fuego, lo asaron.
Lo probaron varios de ellos y les gustó.
Pero el fuego aquél se les apagó; esto hizo que pensaran cómo
podían ellos hacer fuego. Alguno se dio cuenta de que cuando ellos
golpeaban piedras duras (de pedernal) unas con otras salía algo de
ellas que los quemaba la piel. Se dijeron: sí ponemos unos pelos o
mechones apelmazados debajo de donde sale ese calor que
desprenden las piedras duras cuando las golpeamos unas con otras
conseguiremos hacer fuego. Así nació el sistema de prender la
mecha, para a su vez hacer el fuego. Este método lo empleaban
nuestros abuelos para encender los cigarrillos. Yo lo conocí. Con una
piedra que llamaban ellos china, dándole en su vértice con un trozo
de chapa de hierro o acero y poniendo debajo un trozo de mecha la
conseguían encender, y aproximando a la mecha la punta del cigarro
y aspirando se encendía el cigarro. Si ponían cerca del cigarro o la
mecha encendida hojas secas o papeles finos y soplaban con fuerza,
se producía la llama, el fuego. Con este sistema, pero con brasas
encendidas que se metían entre las cenizas calientes de la lumbre de
ese día, al día siguiente se sacaban esas brasas de entre las cenizas,
se le ponían cerca papeles, pajas u hojas secas y se soplaba, con la
boca o con el fuelle de mano que había en todas las casas antiguas,
se hacía el fuego. Otro sistema era encender un papel en la llama de
los candiles que se utilizaban para poder ver por las noches en las
casas. Candiles de aceite con torcía empapada en aceite, o candiles
de carburo, más modernos, porque al meter los trozos de carburo en
el agua, producía un gas (acetileno) que pasaba a una especie de
campana - una dentro de otra- y por un pequeño tubo que salía en la
parte de arriba de la campana se encendía con alguna llama viva -
cerilla- y producía la llama. Antes no había luz eléctrica en las casas.
Antonio Gordillo Asunción