El Tajo que habló - Calzada de Valdunciel

EL TAJO QUE HABLÓ, pág. 8
PUERTA SALIDA DE SU SITIO –DESQUICIADA -
Seguimos en la obra; se han hecho otros departamentos: un
pajar, para meter la paja y los aperos de labranza. Un establo
comedero, para los bueyes y el burro. Un caseto para los cerdos. Otro
caseto para las gallinas. Otro local para meter sacos de grano y
aperos. Otro local para retrete. Una tinada, con unas maderas
puntales y vigas, formando un cobertizo cuyo techo está formado por
ramas con hojas, de encina y sarmientos; todo ello sirve de almacén
de leña para la lumbre.
En las cuadras y casetos para el ganado se le echa paja en el
suelo, que les sirve de cama cuando se echan. Los animales hacen
ahí sus necesidades; por ese motivo es necesario hacerle limpieza
cambiándole las pajas sucias por limpias. Las sucias se hachan al
muladar del corral. También las basuras del corral se limpian cada
cierto tiempo, se sacan a las afueras del pueblo, a una tierra
dedicada a eso, a ir almacenando las basuras en montones - cada
vecino las suyas- para en el mes de septiembre llevarlas a sus
tierras y esparcirlas en ellas, a modo de abono, en la sementera.
El pajar, local cerrado, es para almacenar paja trillada limpia,
para el ganado, y para hacer la lumbre diaria de la casa. La paja
trillada es transportada en el carro, con unas redes, desde las eras
hasta el pajar de la casa; se vacía en la calle y desde allí se eleva con
una bielda o tornadera hasta el bucarón o ventana que se encuentra
situado a unos dos metros y medio del suelo, en la pared. Una vez
dentro del pajar se separan los dos tipos de paja: la de cereales, para
alimentación de los bueyes y el burro o mula y para echársela en el
suelo como cama, y la de legumbres, para hacer la lumbre de la casa
(dura más y da más calor que la de los cereales).
Antonio Gordillo Asunción