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Un paso adelante - Rolling Stone

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zas, y quedó. Ahí me empecé a autosebar y logré tocar<br />

como miembro estable. Igual, Sergio tenía mucha más<br />

participación y yo metía algún solito, algún rulito por<br />

ahí. Pero a los tres meses de tocar, ya estaba grabando.<br />

¡Y así suena! Bueno, en realidad suena mucho mejor de<br />

lo que podría ser por tan poco tiempo. Mi primer show<br />

fue en un boliche en Martínez, tocando sólo un par de<br />

temas: un instrumental y “Basta de llamarme así”. Me<br />

encantaba tocar los temas de Flavio, que es un tipo más<br />

apasionado, romántico, para componer. Pero para bailar<br />

me gustaban los ska más cuadrados; cuando se pudría...<br />

Lo sentíamos mucho; la verdad es que lo sentíamos. Eso<br />

era lo lindo de los Cadillacs: que sentíamos todo, las pilchas<br />

que usábamos, las canciones, todo.<br />

n a c o g o l d f i n g e r<br />

✜✜ Con Mario habíamos dado el primer <strong>paso</strong> y los Cadillacs<br />

ya estábamos en la sala de ensayo, con un aire<br />

a Los Twist que pronto quedó tapado por el 2-Tone. Y<br />

cuando con Naco y Luciano vimos a Día D me enamoré<br />

del toque refinado de Ricciardi. Le decían “El Ramone”<br />

porque antes tocaba en un grupo más punk y tenía el<br />

corte de pelo y la campera ramoneros. De hecho, para<br />

los viejos punks, Fernando Ricciardi todavía hoy es “El<br />

Ramone”. También necesitábamos un brass y nos gustó<br />

Rotman. Así que a los pocos días fuimos a buscarlo a la<br />

casa, cerca de donde había tocado, y le dijimos: “Mirá,<br />

tenemos una banda, nos gusta Madness y hacemos ska”.<br />

A la semana vino a ensayar a nuestra sala en Tucumán y<br />

Larrea. Con Rotman adentro, enseguida llegó Ricciardi<br />

también y ya estábamos listos para salir.<br />

flavio c i a n c i a r u l o<br />

✜✜ En Los Encargados me sentía medio sapo de otro<br />

pozo, así que en un momento opté por quedarme con<br />

los Cadillacs; elegí tocar con amigos con los que salía,<br />

con los que estaba más cómodo. Y también por la energía<br />

de la música, en contraposición con la onda Brian<br />

Eno, Kratfwerk... la frialdad de las máquinas de Los<br />

Encargados. Mucho después fui algo así como “el tipo<br />

tranquilo” de los Cadillacs, pero en los primeros shows<br />

era un descontrolado. Creo que los primeros discos de<br />

Madness y Specials llegaron al grupo de amigos vía Naco,<br />

que había vivido en Alemania porque el viejo era embajador.<br />

Naco te recibía en la casa a las dos de la tarde<br />

con saco de tres botones y sombrero... En un punto fue<br />

una especie de mentor ideológico de la banda. Antes<br />

de los Cadillacs, nunca había tenido un saxo, pero de a<br />

poco y sin mucho esfuerzo terminó tocando.<br />

m a r i o siperman<br />

✜✜ La persona con la colección más amplia de long plays<br />

de ska en esa época era Aníbal García, baterista de Alphonso<br />

S’Entrega y responsable de la musicalización del<br />

excelente programa radial “El tren fantasma”. En cuanto<br />

a Ignacio Pardo Argerich, alias Naco Goldfinger, su padre<br />

era diplomático de carrera, por lo que había vivido<br />

en Londres y en Frankfurt y sabía mucho de ska, pero de<br />

fines de los años setenta en <strong>adelante</strong>; mientras que García<br />

te podía hablar del ska jamaiquino original.<br />

d a n i e l p i c a s<br />

A Naco lo conocimos en el público de los Cadi-<br />

✜✜<br />

llacs. <strong>Un</strong>a vez fuimos a Taxi Concert, pero encontramos<br />

el lugar cerrado, quién sabe por qué. Nos fui-<br />

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