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len<strong>gua</strong>je no sexista, no se limita a la representación de varones y mujeres, sino<br />
que opta por términos más neutros (en cuanto al peso representativo de uno u<br />
otro sexo) como “personas”, “ciudadanía”, etc. Prevé también el uso del asterisco<br />
o la X en casos como: “l*s niñ*s”, “lxs esperamos”, dejando abierta la posibilidad<br />
de incluir otras identidades.<br />
Es también el caso de discursos que refieren a la diversidad de las formas y<br />
condiciones de existencia de las personas, incluyendo referencias étnicoraciales<br />
variadas, de capacidades diferentes nombradas en forma no peyorativa,<br />
etc. Aunque parezca contradictorio, cuantos más elementos incluyamos en<br />
el discurso para representar a más grupos, más inclusivo se vuelve dicho<br />
discurso por la posibilidad de visibilización que abre, ya que si sólo hablamos de<br />
“personas”, debido al desarrollo histórico de la adquisición de derechos, alguien<br />
podría entender que ese “personas” no incluye realmente a “todas las personas”.<br />
Una de las limitaciones que implica este modelo de discurso es que si bien pude<br />
incluir un abanico más amplio de identidades, no hace foco en ninguna en especial,<br />
por tanto no es la forma ideal a la hora de pensar en políticas de discriminación<br />
positiva específicas para un sector de la población. Ej., leyes o reglamentaciones<br />
que prevean cuotas especiales para determinado grupo, donde es importante<br />
que quede claro a qué grupo se le da prioridad. Tampoco deberíamos utilizarlo<br />
en casos donde hagamos referencia a situaciones de desventaja que vivan por<br />
ejemplo las mujeres. Si hablamos de violencia doméstica y utilizamos una forma<br />
absolutamente neutra de discurso, puede quedar la idea de que en nuestro país<br />
las mujeres y varones sufren de violencia doméstica en el mismo grado, algo que<br />
como sabemos no se condice con los datos de la realidad, donde la violencia hacia<br />
las mujeres tiene una altísima prevalencia en relación a la sufrida por varones. 8<br />
Con esto no queremos decir que los varones no sufran de violencia, pero tal vez<br />
debía buscarse una figura diferente para describirla, ya que al incluirlos dentro de<br />
esta categoría, se invisibiliza lo particular de esta situación.<br />
Por las razones aquí expuestas es que decimos que antes de tomar una<br />
determinación en relación al tipo de discurso que vamos a emplear, debemos<br />
pensar con claridad qué objetivo tenemos, a quiénes queremos hacer visibles o<br />
qué posibles diferencias queremos anular. Esta decisión debe estar presente y<br />
ser explícitamente reflexionada a la hora de programar cualquier política, sea<br />
cual sea el ámbito en el cual nos desempeñemos. No hacerlo puede generar<br />
consecuencias negativas e incluso contradictorias con los objetivos que<br />
motivaron nuestras acciones.<br />
Si deseamos hacer visibles a las mujeres, y que se les posibilite acceder a un espacio<br />
8<br />
Para más información sobre el tema puede consultarse: http://www.infoviolenciadomestica.org.uy/<br />
indicadores_ministerio_interior.php<br />
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