julio - LiahonaSud
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en la obra misional, y también citó lo que<br />
dice en Doctrina y Convenios, que<br />
". . . el Libro de Mormón y las santas<br />
Escrituras de mí proceden para vuestra<br />
instrucción. . ." (D. y C. 33:16), y que<br />
". , . los élderes, presbíteros y maestros<br />
de esta iglesia enseñarán los principios de<br />
mi evangelio que se encuentran en la Biblia<br />
y el Libro de Mormón . . ." (D. y C.<br />
42:12). Dijo que es obvio que a menos<br />
que leamos, estudiemos y aprendamos<br />
los principios que se encuentran en el Libro<br />
de Mormón, nosotros, los élderes,<br />
presbíteros y maestros de esta Iglesia, no<br />
podemos cumplir con este mandato de<br />
enseñaren cuanto a ellos.<br />
"Pero hay otra razón por la que debemos<br />
leerlo", continúa el presidente<br />
Romney, "porque al hacerlo llenaremos<br />
nuestra mente y la refrescaremos con un<br />
flujo constante del 'agua' que Jesús dijo<br />
que tendríamos en nuestro interior, . . .<br />
'una fuente de agua que salte para vida<br />
eterna' (Juan 4:14). Debemos obtener<br />
una fuente de esa agua para poder resistir<br />
el mal y retener las bendiciones de haber<br />
nacido otra vez.<br />
". . . Para lograr evitar los males del<br />
mundo, debemos seguir una senda en la<br />
que a diario se nutra nuestra mente y nos<br />
mantenga cerca de lo espiritual. Y la mejor<br />
forma de lograr esto es leer el Libro<br />
de Mormón ..."<br />
Entonces finaliza: "Por lo tanto, mis<br />
amados hermanos y hermanas, y amigos<br />
en todas partes, os aconsejo que forméis<br />
el hábito de leer unos minutos el Libro de<br />
Mormón todos los días de vuestra vida.<br />
"Bstoy seguro de que si en nuestros<br />
hogares los padres leen el Libro de Mormón<br />
regularmente entre ellos y con sus<br />
hijos, y oran al respecto, el espíritu de<br />
este libro tendrá una gran influencia sobre<br />
los que allí viven. El espíritu de reverencia<br />
aumentará como también el respeto<br />
y la consideración mutuas. El espíritu<br />
de contención desaparecerá. Los padres<br />
podrán aconsejar a sus hijos con más<br />
amor y cordura y los hijos responderán<br />
mejor a tales consejos. La bondad aumentará,<br />
y la fe, la caridad, el amor puro<br />
de Cristo serán más abundantes en nuestra<br />
vida y en nuestro hogar, llenándolo de<br />
paz, gozo y felicidad." (Conference Report,<br />
abril de 1960, págs. 110-13.)<br />
Ahora quisiera hablaros de un tema<br />
que me preocupa bastante y que merece<br />
que le dedique más tiempo del que tengo.<br />
Es el tema del orgullo.<br />
En las Escrituras no existe tal cosa<br />
como el orgullo justo. Siempre se considera<br />
un pecado. No estamos hablando de<br />
un beneficioso sentido del valor individual,<br />
el que se establece mejor cuando se<br />
tiene una buena relación con Dios, sino<br />
que hablamos del orgullo como el pecado<br />
universal, como alguien lo ha llamado.<br />
Mormón escribe que: "El orgullo de<br />
esta nación, o sea el pueblo de tos nefitas,<br />
ha sido la causa de su destrucción"<br />
(Moroni 8:27). En Doctrina y Convenios<br />
el Señor dice: "Cuidaos del orgullo, no<br />
sea que lleguéis a ser como los nefitas de<br />
la antigüedad" (D. yC. 38:39).<br />
En esencia, el orgullo es querer hacer<br />
la voluntad propia en lugar de la de<br />
Dios. Lo contrario del orgullo es la humildad,<br />
la mansedumbre, la sumisión<br />
(véase Alma 13:28), y estar dispuestos a<br />
escuchar y a aprender.<br />
En los primeros tiempos de la Iglesia<br />
restaurada, el Señor amonestó a dos<br />
de sus miembros más destacados en<br />
cuanto al orgullo. A Oliverio Cowdery le<br />
dijo: "Cuídate del orgullo, no sea que entres<br />
en tentación" (D. y C. 23:1). A Emma<br />
Smith le dijo: "Continúa en el espíritu<br />
de mansedumbre y cuídate del orgullo"<br />
(D. yC. 25:14).<br />
"No serás altivo de corazón" (D. y<br />
C. 42:40), el Señor exhorta; y el Libro de<br />
Mormón dice: "Debéis . . . humillaros<br />
ante Dios" (Mosíah 4:10).<br />
Cuando la tierra se limpie en los últimos<br />
días por medio del fuego, los orgullosos<br />
serán como el rastrojo. (Véase 3<br />
Neñ25:l;D. y C. 29:9; 64:24.)<br />
El espacioso edificio que Lehi vio<br />
representaba al orgullo del mundo, y allí<br />
estaban reunidas las multitudes de la tierra<br />
(véase 1 Nefi 11:35-36). Los que se<br />
mantuvieron en el camino estrecho y se<br />
aferraron a la palabra de Dios y participaron<br />
del amor de Dios soportaron la burla<br />
de los que estaban en el edificio (véase I<br />
Nefi 8:20, 27, 33; 11:25).<br />
"Los humildes discípulos de Cristo"<br />
(2 Nefi 28:14) son pocos.<br />
El orgulloso no le presta atención a<br />
Dios ni se preocupa por hacer lo que está<br />
bien. Mira hacia los lados y discute con<br />
los hombres para probar que tiene razón.<br />
El orgullo se manifiesta en el espíritu de<br />
contención.<br />
¿Acaso no fue el orgullo lo que llevó<br />
al diablo a transformarse en diablo?<br />
Cristo quería servir, pero el diablo quería<br />
tener el poder. Cristo quería lograr que<br />
todos los hombres fueran como El; el diablo<br />
quería estar por encima de todos.<br />
Cristo logró la perfección porque se<br />
puso en segundo plano; pidió que se hiciera<br />
la voluntad del Padre y no la suya.<br />
El orgulloso se caracteriza por preguntarse<br />
"¿Qué quiero hacer con mi vida?"<br />
en lugar de preguntar "¿Qué desea<br />
Dios que haga con mi vida?" Es tratar de<br />
hacer la voluntad propia en lugar de la de<br />
Dios. Es temerles a los hombres más que<br />
a Dios.<br />
El humilde responde al saber la voluntad<br />
de Dios, teme su castigo y desea<br />
complacer a los que lo rodean. Al orgulloso<br />
le halaga la adulación del mundo, al<br />
humilde le satisface la aprobación del<br />
cielo.<br />
Se dice que el orgulloso no se contenta<br />
con tener algo, sino únicamente con<br />
tener más que los demás. El Señor dijo<br />
de un hermano: "No estoy bien complacido<br />
con él, porque pretende sobresalir, y<br />
no es suficientemente manso delante de<br />
mí"(D. yC. 58:41).<br />
Los dos grupos que en el Libro de<br />
Mormón parecen tener más dificultad<br />
con el orgullo son "los instruidos y los<br />
ricos" (2 Nefi 28:15). Pero la palabra de<br />
Dios puede abatir el orgullo (véase Alma<br />
4:19).<br />
El orgullo acarrea muchas maldiciones;<br />
en cambio, son muchas las bendiciones<br />
de la humildad. Por ejemplo, se nos<br />
dice: "Sé humilde; y el Señor tu Dios te<br />
llevará de la mano y dará respuesta a tus<br />
oraciones" (D. y C. 112:10). El humilde<br />
será bendecido y fortalecido desde lo alto,<br />
y recibirá conocimiento (véase D. y<br />
C. 1:28). El Señor es "misericordioso<br />
con aquellos que . . . confiesan [sus pecados]<br />
con corazones humildes" (D. y C.<br />
61:2). La humildad puede aplacarla ira<br />
de Dios (véase Hel. 11:11).<br />
Mis amados hermanos y hermanas,<br />
a medida que limpiemos el interior del<br />
vaso, tendrán que verificarse cambios en<br />
nuestra propia vida, en la de nuestra familia<br />
y en la Iglesia. Los orgullosos no<br />
tratan de cambiar para ser mejores, sino<br />
que buscan excusas para justificar su manera<br />
de ser. Para arrepentirse es necesario<br />
cambiar, y para cambiar se necesita<br />
ser humilde. Pero todos podemos lograrlo.<br />
Estoy seguro de ello.<br />
Hemos progresado muchísimo en el<br />
pasado, y alargaremos nuestro puso en el<br />
futuro; pero para hacerlo, primero tenemos<br />
que limpiar el interior del vaso siendo<br />
moralmente limpios, utilizando el Libro<br />
de Mormón de tal manera que Dios<br />
nos libre de la condenación y, finalmente,<br />
venciendo el orgullo por medio de la<br />
humildad.<br />
Podemos lograrlo. Yo sé que podemos.<br />
Ruego que sea así para todos nosotros.<br />
Que Dios os bendiga por todo el<br />
bien que habéis hecho y el que llevaréis a<br />
cabo. Dejo mis bendiciones con vosotros,<br />
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.<br />
Amén.<br />
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