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julio - LiahonaSud

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manzanas; hasta el niño de seis años ayuda<br />

a doblar los periódicos y amontonarlos<br />

en grupos. Los niños pagan el diezmo,<br />

ahorran para la misión y los estudios, y<br />

se pagan la mayoría de sus propios gastos<br />

con lo que reciben de ese trabajo.<br />

—El trabajo es pesado, pero vale la<br />

pena —dice su madre—. Nos hemos establecido<br />

algunas metas para la familia, y<br />

estamos decididos a alcanzarlas.<br />

Otra madre sola, la hermana Delia<br />

Rodríguez, de Guasave, México, también<br />

les enseña estos principios de bienestar<br />

a sus seis hijos. Cuando su hijo<br />

mayor, Martín, decidió salir en una misión,<br />

ella puso un negocio para hacer yogurt<br />

para la venta. Actualmente, los ingresos<br />

del negocio mantienen a Martín en<br />

la misión; y los otros hijos en edad de<br />

ayudarla también están adquiriendo valiosos<br />

conocimientos en materia de traba­<br />

jo-<br />

Algunas metas de administración.<br />

económica y de recursos que podemos<br />

analizar con nuestra familia son: el pago<br />

de diezmos y ofrendas; la administración<br />

adecuada del dinero; la vida de acuerdo<br />

con lo que se tiene; la planificación de<br />

todas las compras grandes y el evitar las<br />

compras a crédito, si es posible; el esfuerzo<br />

por la compra de una vivienda; la<br />

liberación de las deudas; el ahorro planificado;<br />

un plan preventivo de seguridad<br />

económica para el futuro; y el cuidado de<br />

nuestras posesiones.<br />

". . .la vida se compone de acciones<br />

pequeñas", dijo la hermana Barbara B.<br />

Smith, cuando era presidenta general de<br />

la Sociedad de Socorro. "Para ahorrar en<br />

la alimentación tenemos que gastar menos<br />

centavos aquí y allá. Para achicar el<br />

presupuesto de la ropa tenemos que repararla<br />

(arreglarla), puntada por puntada.<br />

La casa se arregla con un clavo aquí y<br />

otro allí. Un hogar providente no se consigue<br />

por arte de magia, sino que llega a<br />

serlo por medio de 'pequeneces' que se<br />

hacen bien día tras día. Una vez que nos<br />

demos cuenta del verdadero propósito,<br />

lograremos alcanzarlo paso a paso."<br />

("Sed buenos seguidores", Liahona, feb.<br />

del981,pág. 171.)<br />

En estos últimos días, el captar la<br />

visión de la autosuficiencia es una parte<br />

importante de la responsabilidad que tenemos<br />

de llevar una vida providente y<br />

ayudar a nuestros semejantes. El Señor<br />

es nuestro mejor aliado en este esfuerzo.<br />

Si oramos para pedir su ayuda y guía, y<br />

hacemos lo que esté de nuestra parte, estaremos<br />

preparados.<br />

Y "si estáis preparados, no temeréis"<br />

(D. y C. 38:30). •<br />

AUMENTEMOS EL SERVICIO<br />

CARITATIVO<br />

Después que los niños se fueron por<br />

fin a la cama, Esteban se dejó hundir<br />

en un sillón, con la mirada perdida<br />

en el vacío, tratando de no recordar las<br />

responsabilidades del día siguiente. Se sentía<br />

aplastado bajo un gran peso. Los alumnos<br />

del cuarto grado escolar requerían ese<br />

año paciencia y energía extras; su reciente<br />

llamamiento para integrar la presidencia de<br />

la rama le absorbía mucho tiempo; y además,<br />

el presidente de la rama acababa de<br />

exhortar a los miembros a que rindieran<br />

mayor servicio a la comunidad. ¡Pero él<br />

quería pasar más tiempo con su familia!<br />

¿Cómo podía cumplir todas esas responsabilidades<br />

si ni siquiera podía determinar<br />

cuáles eran las más importantes?<br />

Luisa, una viuda de ochenta años,<br />

se pasaba hora tras hora sentada junto a la<br />

ventana mirando para afuera. Confinada<br />

en su casa la mayor parte del tiempo,<br />

aquella mujer, que una vez había estado<br />

llena de energía, por causa de enfermedades<br />

se había visto privada de su capacidad<br />

para ayudar a otras personas. Antes,<br />

el mayor gozo de su vida era saber que<br />

podía hacer algún bien, pero en el presente<br />

se sentía inútil, sin poder contribuir<br />

con nada al mundo.<br />

Esteban y Luisa, aunque en circunstancias<br />

totalmente diferentes, enfrentan<br />

el mismo problema: Cómo aplicar el<br />

mandamiento del Señor de amar y servir<br />

a nuestros semejantes, y de dónde sacar<br />

el tiempo y la energía para hacerlo. La<br />

familia, los amigos, la Iglesia, la comunidad,<br />

hasta los mismos extraños, todos<br />

nos necesitan. Pero ¿cuándo podemos<br />

ayudarlos, y cómo? ¿Cómo podemos servir<br />

cuando nuestras circunstancias nos limitan?<br />

Todos tenemos diversidad de aptitudes,<br />

y el Señor sabe mejor que nadie cómo<br />

podemos utilizarlas para bendición de<br />

aquellos que nos rodean. Si nos acercamos<br />

más a El, nos ayudará a comprender<br />

cuál es la mejor forma de emplear esas<br />

aptitudes en nuestras circunstancias particulares.<br />

Las preguntas y sugerencias que hay<br />

a continuación pueden sernos útiles para<br />

entender mejor cómo podemos servir:<br />

1. Hay tanta gente a mi alrededor<br />

que me necesita: en mi familia, en la<br />

8/

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