julio - LiahonaSud
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COMO EMPEZAR A MEJORAR<br />
EL AYUNO<br />
Afín de aprovechar más el privilegio<br />
de ayunar, quizás deseen considerar<br />
las siguientes ideas:<br />
• Presentar una lección en la noche de<br />
hogar sobre el tema de por qué ayunamos<br />
y damos ofrendas. (Como materiales de<br />
recurso, véase el discurso en este número<br />
de Liahona acerca del ayuno, páginas<br />
28 ; véanse también Manual de<br />
sugerencias para la noche de hogar y<br />
Principios del evangelio.)<br />
Animar a los hijos a que ayunen, sin<br />
jamás forzarlos a que lo hagan. Algunos<br />
padres sugieren que sus hijos se abstengan<br />
de una comida después de cumplir<br />
los ocho años, y que ayunen durante<br />
veinticuatro horas cuando cumplen los<br />
doce.<br />
• Determinar un propósito específico para<br />
el próximo ayuno, analizando juntos la<br />
fe que se requiere. Empezar y terminar el<br />
ayuno con una oración.<br />
• Asistir como familia a la reunión de<br />
testimonios los domingos de ayuno.<br />
• De vez en cuando ayunar juntos en un<br />
día que no sea el domingo de ayuno.<br />
• Enseñar la importancia de "saciarse" de<br />
la palabra de Cristo durante el ayuno, o<br />
sea, estudiar las Escrituras y las palabras<br />
de los profetas modernos, analizar el<br />
evangelio, cantar himnos, prestar servicio<br />
a los demás y orar. De esta manera<br />
las personas que no pueden ayunar (por<br />
ejemplo, los niños pequeños, los enfermos<br />
y las mujeres embarazadas o las que<br />
amamantan) pueden participar del espíritu<br />
del ayuno.<br />
• Instar a los hijos, tanto a los pequeños<br />
como a los grandecitos, a que den ofrendas<br />
de ayurío; el dar tan sólo una cantidad<br />
pequeña puede producirles gozo.<br />
» Aun cuando las ofrendas de ayuno se<br />
pueden entregar al obispo junto con el<br />
diezmo, sería buena idea darlas en los<br />
sobres de ofrendas de ayuno que los poseedores<br />
de Sacerdocio Aarónico llevan a<br />
los hogares de los miembros, ya que de<br />
esa manera, el hacer las contribuciones<br />
se convierte en un asunto familiar.<br />
• Meditar y analizar la exhortación de<br />
que demos "mucho más" que el valor de<br />
las comidas de que nos abstenemos.<br />
• Enseñar a la familia a dar ofrendas con<br />
alegría y de buena voluntad, con la conciencia<br />
de que el dar de mala gana no<br />
aprovecha nada. (Véase Moroni 7:6-8.)<br />
LOS SERVICIOS DE<br />
BIENESTAR: UNA HERENCIA<br />
DE COMPASIÓN<br />
Apesar de la enorme necesidad que<br />
existe y la pequeña cantidad de<br />
obreros, la generación actual añade<br />
una nueva dimensión y otros métodos a la<br />
herencia de compasión que nos dejaron<br />
nuestros antepasados. Este año, cincuenta<br />
desde el comienzo de los Servicios de Bienestar,<br />
proporciona a los Santos de los Últimos<br />
Días una buena oportunidad de repasar<br />
este legado y poner en evidencia el hecho<br />
de que si bien los principios básicos no han<br />
cambiado a través de los años, la manera<br />
de aplicarlos va cambiando a medida que se<br />
hace necesario adaptarlos a distintas necesidades<br />
y circunstancias.<br />
El plan del Señor para dar socorro<br />
Los principios de bienestar que Dios<br />
ha revelado a través de la historia podrían<br />
resumirse de la siguiente manera:<br />
1. En el principio, Dios mandó al<br />
hombre que ganara el pan por medio de<br />
su trabajo. (Véase Génesis 3:19.)<br />
2. De los frutos de su trabajo, el<br />
hombre debe cuidar a los de su propia<br />
casa. (1 Timoteo 5:8.)<br />
3. Del excedente, aunque más frecuentemente<br />
por medio del sacrificio, el<br />
hombre debe compartir el pan con los<br />
pobres y necesitados. (Véase Mosíah<br />
4:16-19.)<br />
4. El hombre debe vivir en armonía<br />
con los que lo rodean, estimando a los<br />
demás como a sí mismo, procurando hacer<br />
que todos sean iguales en las cosas<br />
terrenales a fin de que todos puedan recibir<br />
las bendiciones del Espíritu. (Véase<br />
D. y C. 78:5-6.)<br />
5. El hombre debe usar íos recursos<br />
que el Señor le ha dado para adelantar la<br />
obra de Dios. (Véase D. y C.<br />
104:11-12.)<br />
Estos principios son una herencia<br />
invalorable, y cuando se viven debidamente,<br />
nos permiten aliviar el sufrimiento,<br />
fomentar la integridad de las personas<br />
y crear unidad entre los fieles.<br />
Para preparar una sociedad Sión<br />
Viviendo estos principios, los santos<br />
de las dispensaciones anteriores nos<br />
revelaron las posibilidades que tenemos a<br />
nuestro alcance.<br />
Por ejemplo, la ciudad de Enoc se<br />
convirtió en Sión, y Dios moró allí con<br />
Su pueblo. (Véase Moisés 7:16.) "Y el<br />
Señor llamó SION a su pueblo, porque<br />
eran uno en corazón y voluntad, y vivían<br />
en justicia; y no había pobres entre<br />
ellos." (Moisés 7:18.) El registro contiene<br />
sólo los logros de Enoc y su pueblo;<br />
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