Vivir, es soñar, y es caminar, con fe, por caminos de ... - Passio Christi

Carta del Secretario de Estado del Vaticanoal Superior General de los Pasionistascon ocasión de su 46º Capítulo GeneralDel Vaticano, 9 septiembre 2012Reverendísimo Padre:Con motivo del 46º CapítuloGeneral de la Congregación dela Pasión de Jesucristo, elSumo Pontífice se complace endar la bienvenida a los capitularesreunidos para un acontecimientotan importante de discernimientoy de programacióndel camino espiritual de estafamilia religiosa, y asimismoanimados del deseo de seguirunidos a toda la Iglesia, particularmenteal Vicario de Cristo,al que vuestro fundador, S. Pablode la Cruz, se sentía tanunido por un intenso afecto, fruto de su fe.Entre otros puntos, en este capítulo os ocuparéis de dar un orden definitivo a lareestructuración de la congregación, inicia hace algunos años, con el fin de aseguraruna vitalidad renovada. El camino ya hecho os ha llevado a esforzaros por conjugarlas exigencias de una mejor organización con las de la solidaridad: en la distribucióndel personal, en el compromiso por la formación y en el reparto de los bieneseconómicos. El valor que representa la solidaridad, que debe animar a cualquierfamilia humana, llega a ser más necesario cuando se trata de una comunidadreligiosa que ha sido llamada a dar testimonio de la caridad de Cristo que seenardece ante “el pensamiento de que uno murió por todos a fin de que los que viven,no vivan para sí mismos, sino para Aquel que murió ha resucitado por ellos”(2 Cor 5,14). Este mensaje lleva a la profundidad del misterio de la Pasión de Jesús,que vosotros, los pasionistas, estáis llamados a contemplar y propagar, y queos esforzáis diligentemente por investigar cada día más incluso a nivel teológico;pues se trata de un misterio inagotable, que es fundamento de liberación de todoslos males que aquejan a la humanidad.A este propósito, el Santo Padre observaba recientemente: “La dialéctica humanabusca frecuentemente la autorrealización en la fuerza, en el dominio, en los mediospoderosos. El hombre sigue queriendo levantar con sus propias fuerzas la torrede Babel para alcanzar por sí mismo la altura de Dios, para ser él mismo comoDios. En cambio la Encarnación y la Cruz nos recuerdan que la plena realizaciónconsiste en conformar la propia voluntad a la voluntad del Padre, en vaciarse delpropio egoísmo y en llenarse del amor, de la caridad de Dios, a fin de ser verdaderamentecapaces de amar a los demás (Catequesis en la Audiencia General del 27Revista Pasionario/304