Vivir, es soñar, y es caminar, con fe, por caminos de ... - Passio Christi

NO SÓLO SE MUEREN LOS DEMÁSEn el bosque vivía un maestro espiritualal que no le preocupaban nilas alimañas ni la falta de comodidades.No temía a nadie, ni a maleantesni a bandoleros. Tras muchosaños de entrega y meditación habíaalcanzado la inconmovible paz interiory nada le perturbaba. Ciertodía, un grupo de sacerdotes fueron avisitarle.–¿No temes a la muerte? –le preguntóuno de los visitantes.–Al nacer, morí aotra forma deexistencia; al morir, naceré a otraforma de existencia. ¿Teme el espacioa las flechas que puedan surcarle?–Pero, maestro –dijo otro de los visitantes–,¿no te atormenta ver enqué condiciones está el mundo ycómo nos destruimos unos a otros?–Veo el estado en que el mundoestá sumido debido a la ofuscación,la codicia desmedida y el odio. Hastaun ciego podría verlo. Pero si meafligiera, añadiría amargura a laamargura, confusión a la confusión...–Maestro –dijo otro de lossacerdotes–, ¿no temes que estandosolo y siendo tan frágilpuedan atacarte los malhechores?–Todo es posible –dijo–. La seguridadno existe, ya que todo es transitorio.Eso no me preocupa. Entoncesotro de los visitantes dijo:–Admiramos tu sencillez, tu sosiegoinquebrantable, tu plena armonía.Pero, dinos, ¿no hay nada eneste mundo que pueda sorprenderte?El sabio espiritual repuso:➡Sí, pensar que solamente semueren los demás...✒ José Fernándezdel CachoEn “Espejos de la Palabra”Revista Pasionario/321