Vivir, es soñar, y es caminar, con fe, por caminos de ... - Passio Christi

Dios: “Pondré enemistades entre tí y lamujer, entre tu linaje y el suyo; ella aplastarátu cabeza y tu le pondrás acechanzasa su carcañal”, Gen 3,15.Eva había tomado parte en la caída deAdán y otra mujer, María, según el plan deDios, habría de tomar parte también en laobra de la SalvaciónAdán y Eva, por su desobediencia a Dios,fueron expulsados del paraíso y sus puertasquedaron cerradas para todos sus descendientes,Pero la obediencia de Maríaque acepta en su vida todos los planes desalvación para los hombres, Lc 1,35, y laobediencia de Jesús que los lleva a cabo,Hebr 10,7, hasta el extremo de dar su vidapor la salvación de todos, Jn 3,16, el Padre,Dios, se sintió tan complacido, que quisoreconocernos a los hombres, al igual que asu Hijo Jesús, como hijos suyos y herederosde su gloria: “Vino a los suyos y los suyosno le reconocieron; pero a quienes le reciben,les da poder ser hijos de Dios “, Jn 1,11-12. “Mas al llegar la plenitud de lostiempos, envió Dios a su Hijo, nacido demujer, nacido bajo la Ley, para redimir alos que estaban bajo la Ley, para que recibiéramosel Espíritu de su Hijo que gritaen nosotros: iAbba! iPadre!. De manera queno eres siervo, sino hijo, y si hijo, tambiénheredero, por la acción de Dios”. Gal 3, 4-7.MARÍA, EL REGALO DE JESÚSA LOS HOMBRESMaría lo había sido todo para Jesús ensu vida. Ella había sido predestinada porÉl y para Él. Por eso, pensar en María, espensar en Jesús, y acercarse a Jesús es encontrarsecon María.María vivió y sigue viviendo enteramentepara la causa de Jesús, primero comoconsagrada enteramente a su persona ydespués en su Iglesia.Nada mejor que su madre tuvo Jesús enla tierra, y por eso, antes de morir comosigno de su amor extremo, nos la dió pormadre nuestra.Viendo, Jesús a su madre y a Juan, eldiscípulo amado, al pie de la cruz le dijo asu madre: “He ahí a tu hijo. Luego dijo aldiscípulo: He ahí a tu madre”, Jn 19, 26-27.Y concluye el texto sagrado diciéndonosque Juan la recibió en su casa. Jn 19,27.Y esto es lo que busca Jesús en todoscuantos nos confesamos ser sus discípulos,que recibamos a su madre María, comomadre nuestra, dentro de la casa de nuestroscorazones, queriendo amarlacomo Él la quiso y deseososde vivir dependientes de suamor, como El lo estuvo.✒ P. Eutiquio López, C.P.Revista Pasionario/317