Charlie SheenEL CORAZON DE LASTINIEBLAS Arriba: Charlie en1977 a los 11 años con su papá,Martin Sheen, en <strong>la</strong>s Filipinas,durante <strong>la</strong> filmación deApocalipsis Now. A <strong>la</strong> izquierda:jugando al béisbol para elequipo de <strong>la</strong> secundaria, <strong>la</strong>Malibu Park Junior High.el programa, y si <strong>la</strong>s cosas salen bien (si los primerosdiez episodios alcanzan cierto rating, FXestá obligado a comprar noventa episodios másy asegurar <strong>la</strong> distribución) con el tiempo puedellegar a ganar 200 millones, lo cual es un montónde energía que mueve cosas, man.Sin embargo, en este momento está en su casa,fumando cigarrillos, tomando café y tratando deexplicar los cómo y los porqué del Mayor Co<strong>la</strong>psode Charlie Sheen en <strong>la</strong> Historia, que tuvo lugar e<strong>la</strong>ño pasado. Su hogar está decorado con un estilomoderno, muy austero, muy tranquilo, con muybuen gusto. Tiene en exhibición algunos objetoscoleccionables de béisbol, una espada de samurái,un impresionante telescopio Meade LX200-AFC, una gran rocko<strong>la</strong> antigua, y un enorme afichede su papá y Marlon Brando en ApocalipsisNow, con fondo rojo furioso. No hay desordenen ningún <strong>la</strong>do, salvo en <strong>la</strong>s puertas de <strong>la</strong> he<strong>la</strong>dera.Ahí tiene varias fotos de sus hijos, juntocon souvenirs, guardados en bolsitas y rotu<strong>la</strong>dos,de varias noches en <strong>la</strong> ciudad: un cigarro amedio fumar de Ray Lewis, un paquete de cigarrillosvacío de Sean Penn, una birome que RussellBrand usó para firmar autógrafos.Afuera, en el patio, mientras mira <strong>la</strong> pileta,Charlie enciende otro Marlboro Red (“fumo 40por día… No, 30”), y, como es su costumbre, nopara de hab<strong>la</strong>r, de forma muy graciosa, con suvoz carrasposa. Por supuesto, en primer lugar seocupa de Chuck Lorre, <strong>la</strong> causa inmediata de suco<strong>la</strong>pso. “Perdón, este tipo me saca de quicio”,dice Charlie, pero da <strong>la</strong> impresión de que no lepreocupa demasiado salirse de quicio. “Es un sorete.Un sorete. Lo bueno es que ya no lo tengopegado debajo de <strong>la</strong> sue<strong>la</strong>.” El problema principalde Charlie con Lorre (y tiene millones de problemascon él) es <strong>la</strong> negativa de éste a escribir másepisodios luego de que, oh sorpresa, Charlie finalizaraantes de tiempo otra temporada en rehabilitaciónexigida por contrato (<strong>la</strong> llevó a caboen su casa, que Denise Richards apodó PosadaValle Sobrio, en un récord de dos semanas). Ladecisión de Lorre no sólo le costó a Charlie unmontón de p<strong>la</strong>ta, sino también al resto del elencoy del equipo de filmación de Two and a HalfMen. Así que Charlie explotó. Pero nada explicaqué provocó que Charlie explotara de esa manera,como un bombardeo masivo. Todo el mundopiensa que fueron <strong>la</strong>s drogas, habida cuenta desu <strong>la</strong>rgo historial de abuso de sustancias, especialmente<strong>la</strong> cocaína, de <strong>la</strong> cual se “bajaba piedrasde siete gramos, porque así me gusta a mí”,etcétera. Pero él insiste en que no tomó ningunadroga; se sometió a varias pericias toxicológicasen aquel<strong>la</strong> época, y todas arrojaron resultadosnegativos. “Charlie fumaba como una chimenea,pero más allá de eso, no tomaba alcohol ni drogas”,dice <strong>la</strong> actriz porno y ex diosa de Sheen,Bree Olson. “Sólo estaba enojado, y no le dabamiedo mostrarlo.”La otra explicación frecuente fue el “trastornobipo<strong>la</strong>r”, pero a Charlie tampoco le gustó nimedio. “¡Guau! ¿Y eso qué significa? ¡Guau! ¿Yahora qué? ¿Cuál es <strong>la</strong> cura? ¿Remedios? ¿Paraque sea como ellos? Ni loco. Soy bi-ganador. Sisoy bipo<strong>la</strong>r, ¿entonces no tendría que haber momentosen que me acurruco enun rincón a <strong>la</strong>mentarme: «Ay,Dios, es todo culpa de mamá»?Cal<strong>la</strong>te. ¡Cal<strong>la</strong>te! ¡Pará! Andápara ade<strong>la</strong>nte.”Así que, si no fueron <strong>la</strong>sdrogas ni un trastorno mental,¿qué pasó?Charlie ensaya una explicación:“No creo que haya sidosólo el programa. Fue comp<strong>la</strong>cera demasiada gente, sin tomarmelos suficientes respiros,durante treinta años, lo que seconvirtió en un tsunami queexplotó”, dice y hace un gestode estallido con <strong>la</strong>s manos.“No hice una consulta psicológica para indagaren <strong>la</strong>s causas del episodio”, prosigue, “peropor unas dos semanas fui <strong>la</strong> persona más famosadel p<strong>la</strong>neta. Te cuento por qué pienso que tuvotanta resonancia y tanta tracción cósmica. No dije«gano» o «gané». Dije «estoy ganando». Todoestá en el aspecto durativo del verbo «ganar». Aun tipo lo despiden, sus re<strong>la</strong>ciones están como elorto, está embarcado en una gira bizarra... Estác<strong>la</strong>ro que no está precisamente «ganando» nada.Digo: ¿cómo puede ser que un tipo que está evidentementeempantanado piense que eso es unavictoria? Era incapaz de aceptar <strong>la</strong> realidad. «Estamosganando.» Qué locura”.Hace una pausa, reflexiona, tal vez con <strong>la</strong> esperanzade que sus ideas se ac<strong>la</strong>ren. Luego de untiempo, como eso no ocurre, dice: “Loco, ¿qué esmi vida? Ni yo tengo idea, man. Esto es lo bueno:fue tremendamente divertido estar en <strong>la</strong> crestade <strong>la</strong> o<strong>la</strong>. Muy estimu<strong>la</strong>nte. Pero sí, parece quealgunas ondas han llegado a <strong>la</strong> oril<strong>la</strong>”. Hace unapausa. “Lo que carajo sea que eso signifique.”Y, acto seguido, deja de <strong>la</strong>do su intento deexplicación. No tiene nada más para decir. Enverdad, está tan desconcertado como cualquiera.“Miro filmaciones de mivida y no tengo idea de dóndesalió todo eso”, dice. “Es muyextraño. Es como un <strong>la</strong>rgopoema interpretado por unpersonaje estrafa<strong>la</strong>rio, quehab<strong>la</strong> de cosas que no tienenasidero en <strong>la</strong> realidad.”Tal vez no, pero a lo que sí le debe mucho elepisodio es a su amor, muy característico en él,por dos pelícu<strong>la</strong>s, Apocalipsis Now, protagonizadapor su padre, y Tiburón, protagonizada porun tiburón enorme. Ha visto ambas pelícu<strong>la</strong>s másde 150 veces. Está obsesionado con el<strong>la</strong>s. Se <strong>la</strong>ssabe de memoria, “línea por línea, pa<strong>la</strong>bra porpa<strong>la</strong>bra, y todavía sigue viéndo<strong>la</strong>s constantemente”,dice Olson. Y muchos de sus neologismos,que parecen salidos de ninguna parte, en realidadprovienen de estas pelícu<strong>la</strong>s: por ejemplo,lo de <strong>la</strong> “leche de tigre” y lo de los “brujos” vienede Apocalipsis Now; de Tiburón, eso del “torpedode <strong>la</strong> verdad”. Y quizá <strong>la</strong> influencia de ambosfilmes haya sido lo que lo llevó a agarrárse<strong>la</strong>s conLorre (que es –como mucho– un pusilánime remedode Kurtz, pero que en efecto tiene algunastendencias monomaníacas) y con el consorcioCBS/Warner Bros., con su boca voraz de afi<strong>la</strong>dosdientes, de <strong>la</strong> forma en que lo hizo, b<strong>la</strong>ndiendo<strong>la</strong>s únicas armas que tenía a <strong>la</strong> mano: su reforzadoingenio verbal y su voluntad –inspirada en<strong>la</strong>s pelícu<strong>la</strong>s– de hacer lo que sea para derrotar aun enemigo mucho más grande y fuerte, aunqueeso conllevara su propia perdición. O algo así.fotos: janet sheen48 | <strong>Rolling</strong> <strong>Stone</strong> | Agosto de 2012
Pero el punto es que, vistas de esta manera, susacciones, aunque imprudentes, sólo pueden considerarseheroicas. Y en ningún momento pusoexcusas por lo que estaba haciendo ni se escudóen <strong>la</strong> ofuscación, que es una de <strong>la</strong>s virtudes quetiene, que hace que le caiga tan bien a <strong>la</strong> gente yque lo sigan defendiendo.“Es un hombre extraordinario, pero profundamentedefectuoso, como todos”, dice su padre.“De todos modos, te voy a decir algo sobre él.Nunca jamás mintió para salir de una situación.Se hace cargo. Se hizo cargo toda <strong>la</strong> vida. Su honestidades apabul<strong>la</strong>nte.”En efecto. Ahora, por ejemplo, volvió a tomar,y no trata de ocultarlo. “Digo, funciona. Perdónpero funciona. En cualquier caso, no le veoproblema a tomarse unos tragos. ¿Qué te gustatomar? ¿Tequi<strong>la</strong>? A mí vodka. Solo, porque siempredije que el hielo es para <strong>la</strong>s lesiones, ja ja.”Pasa al bar de su casa, y esta noche, en verdad, seinclina por el tequi<strong>la</strong>: busca una botel<strong>la</strong> de DonRamón P<strong>la</strong>tino, sirve un shot, se lo toma seguidode un trago de Coca-Co<strong>la</strong>, pero no sin antesbrindar: “Por nosotros y los que son como nosotros”,un brindis tradicional de guerrero, quesuele decirse para recordar batal<strong>la</strong>s del pasado,cosa muy apropiada para Charlie, en este momentode su vida.––––––––––––––––––––Cinco dias despues de nacer,cuando todavía estaba amoratadoy azul a causa de los golpesde Irwin Chabon, Martin yJanet se lo llevaron, junto consus hermanos Emilio (Estevez)y Ramón, de gira con una obraque se l<strong>la</strong>maba The Subject Is Roses. Charlie, cuyosegundo nombre es Irwin, en homenaje al médicoque le salvó <strong>la</strong> vida, pasó sus primeros nuevemeses de esa manera, dando vueltas por el país;de hecho, pasó <strong>la</strong> mayor parte de su niñez así. Porejemplo, a los 10 años, estuvo ocho meses en <strong>la</strong>sFilipinas, porque su papá estaba filmando ApocalipsisNow ahí, y pasó tiempo con Marlon Brandoy Dennis Hopper. “Imaginate <strong>la</strong>s cosas que via esa edad. Y <strong>la</strong> violencia y <strong>la</strong> carnicería. Me lo explicaron,pero igual me impactó en el nivel celu<strong>la</strong>rmás profundo.” Eso sin mencionar que Martinsufrió un ataque cardíaco durante <strong>la</strong> producción,y Charlie se ocupó personalmente de <strong>la</strong> recuperaciónde su padre, llevándolo a tomar sol en sil<strong>la</strong> deruedas y haciéndolo <strong>la</strong>nzar una pelota de béisbol,hasta que se repuso lo suficiente como para mantenerseen pie por sus propios medios.Durante <strong>la</strong> adolescencia, vivió en Malibú, y asistióa <strong>la</strong> secundaria Santa Mónica, donde se destacócomo pitcher e hizo pelícu<strong>la</strong>s en súper 8 consu hermano Emilio, Sean Penn y Rob Lowe, entreotros. Sin embargo, eran mayores que él, así quecuando empezaron a actuar y comenzaron a ser conocidoscon el mote de Brat Pack, no tuvo más remedioque mirar desde afuera. “Estaba celosísimo,me quería matar”, dice. “Se agarraban a todas <strong>la</strong>schicas, todas <strong>la</strong>s comidas gratis, todas <strong>la</strong>s drogas,todo. Me prometí: «Los voy a eclipsar a todos».Estaba decidido a tener lo que ellos tenían, peromás, y en forma más consistente.”Cuando tenía unos 16 años, sus padres le compraronun BMW, y eso, junto con sus inclinacionesnaturales, le abrió un mundo nuevo de problemas.Una vez fumó porro en el auto y se quedódormido, y lo despertó un policía que pronto encontró<strong>la</strong> droga de Charlie, además de pipas ysedas, un cuchillo que llevaba atado al tobillo conuna correa y una cachiporra con incrustacionesen marfil; sólo <strong>la</strong> amistad de su madre con unjuez pudo salvarlo de <strong>la</strong> cárcel. Un año después,lo detuvieron por una defraudación con tarjetasde crédito. El último año de <strong>la</strong> secundaria, seenojó tanto con una profesora que hizo un bollode papel y se lo tiró en medio de <strong>la</strong> frente; “y enmedio de mi ataque de furia le dije que teníasuerte de que todavía no <strong>la</strong> hubiera matado”. Elcolegio interpretó sus pa<strong>la</strong>bras como una amenazade muerte y expulsó a Charlie. Esto fue tressemanas antes de que terminaran <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses. Poreso, nunca se recibió. En otras pa<strong>la</strong>bras, el Charliede hoy es el Charlie de siempre.Sin embargo, eso no es <strong>completa</strong>mente cierto.Martin se acuerda de <strong>la</strong> vez que llevó a Charlie,que por entonces tenía 4 años, y al resto de <strong>la</strong> familiaa México, durante <strong>la</strong> filmación de Trampa22, y de lo angustiado que se mostró su hijo todoel tiempo. “Alqui<strong>la</strong>mos un dúplex cerca de un matadero”,cuenta. “Y, durante meses, todas <strong>la</strong>s mañanas,Charlie subía gritando: «¿Dónde estamos?¿Qué día es? ¿Cuándo volvemos a casa?».”Después, a los 7 años, Charlie empezó a tartamudear,por <strong>la</strong> misma época en que tuvo un enfrentamientocon dos matoncitos de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>.“Cursaba segundo o tercer grado, Emilio estabaen sexto, y estábamos esperando que nos pasarana buscar”, dice Charlie. “Y había dos chicos queeran muy desagradables, muy pero muy desagradables,muy agresivos y violentos. No nos hicieronnada. Pero lo que nos dijeron que nos ibana hacer fue incluso peor. «Los vamos a tirar porarriba del a<strong>la</strong>mbrado para ver cómo se les hacepapil<strong>la</strong> el cerebro. Les vamos a sacar los ojos».Algo horrible de escuchar para un chico de 7 años.Recuerdo que pensé: «Vamos a morir. Estos chicosnos van a matar».” Empezó a tener ataquesde pánico, y de repente comenzó a tartamudear.“Era una mierda. Imaginate que en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>,cuando <strong>la</strong> maestra me nombraba, yo de <strong>la</strong> nadadejé de responder. Me sabía todas <strong>la</strong>s respuestas,pero dejé de levantar <strong>la</strong> mano. Me quedé muy cal<strong>la</strong>ditopor muchísimo tiempo.”Después se le pasó el tartamudeo y pasó de estarcal<strong>la</strong>do a hab<strong>la</strong>r hasta por los codos. Y sigue contodo, sin p<strong>la</strong>nes de parar. “Me quedan 14.000 días,y pienso disfrutar cada uno de ellos”, le gusta decir.“Ey, man, no sabía que hubiera otra forma de vivir.”Dicho esto, ha consumido todos los bienes consumibleshabidos y por haber: muchísimas pastil<strong>la</strong>s,muchísimo alcohol, muchísima cocaína (“<strong>la</strong>gira que me pegué hizo que Sinatra, Jagger y Richardsparecieran unos nenes amputados de párpadoscaídos”, dijo después de un atracón), autos,armas, relojes, varios sabores de merme<strong>la</strong>da (eneste momento en su he<strong>la</strong>dera: pera, durazno, jengibre,mora), café que prepara con una máquinapara una so<strong>la</strong> taza y a <strong>la</strong> que le agrega una cucharadade café instantáneo Chock full o’Nuts, souvenirsde béisbol, arte, billetes de lotería (gasta 4.000“El objetivo era ser el ultimo sobreviviente”,dice Charlie. “Cuando todos los demas se habianresguardado, yo era el que quedaba ahi diciendo:‘Vamos, que <strong>la</strong> fiesta no termino’.”–––––––––––––––––– ––dó<strong>la</strong>res por semana en ellos)… Lo que se les ocurra,sofisticado o vulgar, ha intentado consumirlopara llenarse. Cuando era adolescente, lo apodaronMachine, por Ma Sheen, un juego de pa<strong>la</strong>bras consu nombre y su apellido. “La idea era ser el últimosobreviviente. Cuando todos los demás se habíanpuesto a cubierto, yo era el que quedaba ahí diciendo:«Vamos, que <strong>la</strong> fiesta no terminó».”Pero un día <strong>la</strong> fiesta va a terminar, ¿y qué ocurrirácon él entonces?“Charlie es un gran misterio para mí, como losoy yo mismo, y no hay explicaciones”, dice Martin.“Va a ser necesario un mi<strong>la</strong>gro, pero ya le vaa llegar el momento. Cuando se dé cuenta decuánto lo quieren y empiece a quererse, todo vaa cambiar.” Son <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de un padre, lleno deesperanza, de dudas y de temor por su hijo.Charlie esta en su casa, y noen otra parte. Es martes, alrededorde <strong>la</strong>s cinco de <strong>la</strong> tarde,el principio del día para él, yaquí viene el señor de <strong>la</strong> casa,duchado, afeitado y descansado,con una camisa b<strong>la</strong>ncaAgosto de 2012 | <strong>Rolling</strong> <strong>Stone</strong> | 49