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Nº20 | marzo | 2009 - Mass Cultura

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INMIGRACIÓNLas dos orillasPor M. J. Tabar. Fotografía de Guillermo RodríguezCuando Cheikhou Ousmane habla de El hombre delmar, una poesía que está escribiendo sobre las travesíasen patera, todavía no han embarcado las 28 personasque naufragarían un día después a 20 metros de una costaáspera y desentendida como es la de Los Cocoteros (Teguise).Es sábado 14 de febrero, y la calle huele a sol seco, despuésde varios días de ducha natural.Cuando en punto indeterminado del Magreb se roza el mediodía,una mujer se prepara para viajar en barco. Y el barco, quecon la “o” suena fornido, todavía no se ha materializado enuna barquilla que mide siete metros de eslora. De plástico.Cuando Cheikou nacía en Dákar (Senegal) en el año 1989,el contador estadístico empezaba a cifrar las víctimas quemorían en el tránsito de Marruecos a España. Con 15 añosse despidió de su casa, de su madre, de todos sus hermanospequeños, de su abuelo y los animales que cuidaba, delcolegio, de todos sus amigos, de los interminables partidosde fútbol. Anunció que se marchaba a Canarias, a Lanzarote,para trabajar con su padre y con su hermano. Pudo tramitarseun visado.Cuando Cheikou terminaba de formarse como camarero en laEscuela de Hostelería, en la costa de en frente (a dos horas sies a bordo de una zodiac recia de verdad), decenas de magrebíeshacían cuentas con los dedos para calcular los euros restanteshasta llegar a 3.000. Ó a 4.000. Habían vendido casa yterreno para mudarse en busca de un lugar donde el sustentodiario estuviese, mal que bien, asegurado. Un sitio donde noconocieran las guerras étnicas. Llegarían el 15 de febrero.“Cuando llegué no tuve ninguna ayuda. No es fácil a vecesconseguir dinero para salir adelante”. Para y murmura un parde palabras en francés, buscando el sinónimo español másapropiado, y añade: “Se lo digo a mis amigos. Pero no tecreen. Nunca te creen”. Él trabaja como voluntario en CruzRoja. Organiza actividades, distribuye alimentos, está dondese le necesita. Vive con su hermano. Su padre se marchó aMurcia. A trabajar. La reagrupación familiar es un mito. Comola infertilidad del primer sexo o el avistamiento de San Borondón.Cuando a Senegal regresa un hombre con cadena de oro, queha mantenido a una familia durante 15 años y además ha tenidosueldo para comprarse un BMW, no regresa un hombre;sino un mito. Un español de piel oscura y bolsillos dorados.Vuelve con estrella, cuenta bancaria y, a veces incluso con unestandarte que enarbola de manera inconsciente. Un folletoque invita a subirse en patera para conseguir una vida mejor,donde crecen eureros perennes que dan billetes de 50 en primavera,televisión y ADSL.Cuando Cheikhou escribe es que tiene el alma encabritada.Para bien o para mal. Es que pica el amor en la distancia oes que se ha cabreado. Es que pide el bien para los desaparecidosy más de lo mismo para aquellos que viven pero lohacen lejos, con el ánimo sin raíz. Madre África está teniendoya mucha paciencia. “Y la que le queda”, que contestaríaalgún otro.Cuando se terminan de escribir estas líneas, gorgotea en elcielo un helicóptero de Salvamento Marítimo que sigue buscandoen el mar a los tres ocupantes que faltan de la pateranaufragada. La radio dice que han fallecido 19 personas, yque 15 de ellas eran niños y adolescentes entre 7 y 17 años.Finalmente fallecieron 25 personas.Cuando terminaba el fin de semana, y el sol se preparabapara dejar las mejores postales en los Hervideros a los valentinos;en el Norte sólo quedaban los ecos naranjas de laluz. Y a dos surfistas, primero, y a varios vecinos, bomberos,policías y ciudadanos después, se les cerraban las gargantas.Sin saber bien qué decir. Sin saber si era útil llorar o quejarsemás porque había sucedido en la puerta de casa.El Tambor de mi abueloEscucha _ escucha...Escucha el ritmo del tambor que te confía las palabras desu larga existencia durante las noches del tiempo pasadoEscucha el ritmo del tambor que te enseña la leyenda desu historia desde los siglos anteriores...Escucha el ritmo del tambor que te enseña el arte desu cultura tradicional, la paciencia de su unidad y de su esperanzaTambor _ tamborTambor a la llamada,tambor por la alegría, y a la esperanza de su ritmo típicotradicional que animaban los bailes alrededor delfuego...Escucha el ritmo del tambor que toca las sombras de lasabana africanaY de su trayecto que te está llamando...Cheikhou Ousmane I.B12<strong>marzo</strong> <strong>2009</strong>

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