50El vestido gris del Tío de América continúa viviendo en el espectáculo y meacompaña al narrar mi matrimonio y <strong>la</strong> primera noche de boda. Al final sedesploma luego de un disparo y un soldado lo arrastra fuera de <strong>la</strong> escena.Cada mañana atravieso todo el espacio escénico con <strong>la</strong> caminata de losbrazos paralelos y extiendo <strong>la</strong>s te<strong>la</strong>s sobre <strong>la</strong> caja-ataúd que está en el centro.Siento que mi personaje, incluso habiendo sido transformado en mujer, existe.Ahora soy <strong>la</strong> refugiada, <strong>la</strong> que mira con maravil<strong>la</strong> y envidia el país en donde secome sin tener hambre y se bebe sin tener sed. Soy aquel<strong>la</strong> que, en <strong>la</strong> mitad delespectáculo es aceptada en este país de Bengodi con una ceremonia en donde <strong>la</strong>transforman en coja, luego de <strong>la</strong> cual tengo el permiso de subir a <strong>la</strong> "balsa" delbienestar. No puedo estar allí desde el inicio del espectáculo. Y un día, repentinamente,es Roberta <strong>la</strong> que debe cubrir <strong>la</strong> caja con <strong>la</strong>s te<strong>la</strong>s que yo le paso desdeafuera. Luego, durante los ensayos abiertos en el Grotowski Institute en Wroc<strong>la</strong>w,Polonia, Eugenio explica que no pertenezco al espacio de los otros y me preguntadónde podría hacer <strong>la</strong> primera escena en <strong>la</strong> cual me presento. Me desespero ante<strong>la</strong> idea de que no me quede ni siquiera <strong>la</strong> primera caminata, de ser relegada todoel tiempo al corredor angosto de<strong>la</strong>nte de los espectadores y poder estar en escenasolo cuando ya está llena con otras personas. Logro salvar mi identidad y minecesidad de espacio sugiriendo que sea Tage quien me expulsa. Esto vuelvetambién más c<strong>la</strong>ro el rol de Tage, además del mío.Sin embargo ahora como refugiada, para no ser patética, debo mostrartambién que poseo maldad. Recibo <strong>la</strong> tarea de maltratar a Sofía, <strong>la</strong> única quetiene menos poder que yo. Aumenta el fastidio que causo a los espectadoresgolpeando sus piernas cuando paso corriendo por el estrecho corredor que estáentre ellos y <strong>la</strong> escena. Un día estallo en l<strong>la</strong>nto. Los observadores/espectadoresmiraban exactamente hacia el <strong>la</strong>do opuesto de donde yo venía corriendo. En unafracción de segundo me di cuenta de que podía tropezar y hacer mal a alguien.Grité y enseguida <strong>la</strong> tensión me provocó <strong>la</strong>s lágrimas. "No me gusta verte llorar",me dice Ana Woolf, una de <strong>la</strong>s asistentes de dirección, al finalizar el ensayo. ¿Quésucedió? Cuando el espectáculo aún no está terminado e incorporado, cada paso,cada acción, cada reacción, comporta una atención total. El ensayo es unasituación de riesgo continuo, estoy en máxima tensión para interactuar, absorbery recordar. Los imprevistos que se deben resolver sin el tiempo para pensarexplotan como un globo inf<strong>la</strong>do al máximo, golpean como un puñetazo que nostoma por sorpresa, porque <strong>la</strong> sensibilidad está agudizada al máximo. Pero llorares también una protesta, un modo para hacer comprender al director que elproblema del espacio invadido por <strong>la</strong>s piernas de los espectadores es serio.De un día para el otro el espacio cambia totalmente. Los espectadores queestaban dispuestos en U sobre los tres bordes de <strong>la</strong> "balsa" pasan a los <strong>la</strong>dos, uno
frente al otro. De<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong> "balsa", que había sido hasta el momento el espacioescénico de los actores, se crea un gran vacío que debe ser llenado. Durante losensayos Eugenio corre de un actor a otro para cambiar <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones espacialesque habíamos aprendido en los meses pasados. Tratamos de seguir <strong>la</strong>s indicacionescasi sin comprender de qué se trata, adaptando de <strong>la</strong> mejor manera eltiming con los otros. Cuando retomamos los ensayos luego de una semana depausa, me divierto al ver el desconcierto del director frente a <strong>la</strong> confusión totalde sus actores. Parecemos zombis que perdieron el conocimiento de <strong>la</strong> realidaden <strong>la</strong> cual se encuentran. El nuevo espacio canceló cada referencia y norecordamos <strong>la</strong>s secuencias más simples. Los meses de trabajo parecen habersedisipado. Textos, música, cantos, acciones se ven envueltos en un totaldesbarajuste; nadie logra ser preciso, decidido, incisivo. Nos dirigimos constantementea Ana Woolf, <strong>la</strong> asistente de dirección que cada día anota durante losensayos hasta los mínimos cambios: "¿Qué pasa ahora? ¿A dónde tengo que ir? ¿Cuáles <strong>la</strong> próxima escena? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué digo?" Me pregunto silograremos seguir ade<strong>la</strong>nte. Al día siguiente volvemos a repetir detalle trasdetalle para reconstruir el territorio en donde debemos sentirnos en casa.El espacio vacío de<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong> "balsa" habitada por los otros actores, sevuelve mío. Para llenarlo comienzo a dibujar en el suelo con <strong>la</strong>s cartas. Losdibujos son desp<strong>la</strong>zados del suelo al muro negro detrás de mí. Pienso en <strong>la</strong> Kabay mis cartas forman un recuadro de fotografías, pero también el perfil de unapuerta por <strong>la</strong> cual saldrán Sofía y Elena Floris con su violín. Así también <strong>la</strong> l<strong>la</strong>veque usa Roberta adquiere una función ulterior. Pero yo no entro por <strong>la</strong> puerta.Pierangelo Pompa, otro asistente de dirección, sugirió que entrara arrastrándomepor el suelo, con <strong>la</strong> sartén que deberá indicar cómo invado el almacén del fondode <strong>la</strong> "balsa" y lo transformo en mi casa. Trabajando sobre "mi" casa, un díaaparece también un televisor.En cada nuevo espectáculo nos confrontamos con el problema de <strong>la</strong> lengua.Luego de <strong>la</strong> experiencia de El sueño de Andersen y de <strong>la</strong> difícil traducción de lostextos daneses a los otros idiomas de los lugares en donde representábamos elespectáculo, Eugenio quería un espectáculo sin este tipo de problema. Piensa enun texto que no deba ser comprendido, que podría incluso ser una lenguainventada. Imagina un espectáculo en donde <strong>la</strong> dramaturgia no está necesariamentesostenida por el texto. Al mismo tiempo, Tage, preparando unademostración de trabajo, dec<strong>la</strong>ra que lo que le interesa ahora es trabajar con <strong>la</strong>spa<strong>la</strong>bras y su significado, con <strong>la</strong> historia y <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones entre voz y acciones. Tagerecuerda con antipatía el proceso seguido para aprender los textos en copto ygriego antiguo que usamos en El Evangelio de Oxyrhincus: él también puede llegara dejar el espectáculo.51
- Page 1 and 2: LA VIDA CRONICADedicado a Anna Poli
- Page 9 and 10: Eugenio BarbaEl primer día(De mi d
- Page 13 and 14: De esta manera el espectáculo fue
- Page 15 and 16: Las Indias negras delOdin TeatretEs
- Page 17 and 18: artístico estaban llenos de compro
- Page 19 and 20: La Virgen negra (Iben NagelRasmusse
- Page 21 and 22: la fábula ni su moraleja. Entonces
- Page 23 and 24: afrenta a la naturaleza del teatro"
- Page 25 and 26: teatrales. Cuando tuve 17 años, ll
- Page 27: En mi cuaderno de trabajo escribí:
- Page 30 and 31: 30A Eugenio le gustó el vestuario,
- Page 32 and 33: 32comprensible, y después, regresa
- Page 34 and 35: nombres a las personas de las que s
- Page 36 and 37: 36El músico rock de las islas Faro
- Page 38 and 39: 38telas, una sobre la otra, fue par
- Page 40 and 41: 40la danza junto a los participante
- Page 42 and 43: Febrero 2008: Una actriz en busca d
- Page 44 and 45: 44mostrar mis materiales y no quer
- Page 46: 46los ojos, las pego a la lengua, l
- Page 52 and 53: 52Recuerdo el espectáculo Talabot
- Page 54 and 55: 1 231. El abogado danés (Tage Lars
- Page 56 and 57: Roberta CarreriNuestra vida crónic
- Page 58 and 59: 58carta les ruego que organicen mi
- Page 60 and 61: otros, pero compramos ese en donde
- Page 62 and 63: ¿Y si fuera en la dirección opues
- Page 64 and 65: Para dar cuerpo a la maratón de da
- Page 66 and 67: El 10 de noviembre por la mañana v
- Page 68 and 69: En Wroclaw, Eugenio trabaja en el e
- Page 70 and 71: 70La Virgen negra (Iben Nagel Rasmu
- Page 72 and 73: sujetada a una manta de terciopelo
- Page 74 and 75: 74La figura aparecía tan frágil q
- Page 76 and 77: 76escénicas. ¿Cómo se mueven? ¿
- Page 78 and 79: a diestra y siniestra en un chorro
- Page 80 and 81: La vida crónicaEspacio escénicoEs
- Page 82 and 83: 82Foto: Jan Rüsz
- Page 84: ODIN TEATRETNORDISK TEATERLABORATOR