12.07.2015 Views

Anuario 2006 - Jesuitas del Perú

Anuario 2006 - Jesuitas del Perú

Anuario 2006 - Jesuitas del Perú

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

30FeC o m p a ñ í a d e J e s ú sEl Padre Ubaldo Ramos Cisneros SJ(1959 – <strong>2006</strong>)Juan Carlos Morante SJConocí a Ubaldo un año y medio antes de nuestroingreso en el noviciado. Yo estaba concluyendolos estudios de ingeniería y él terminaba susestudios en Ciencias de la Comunicación. Aunquehabíamos nacido en la misma ciudad con sólo unaño de diferencia, no nos habíamos conocido anteriormente.Pero cuando comencé la preparaciónpara ingresar a la Compañía, los responsables de laformación me dijeron que buscara a Ubaldo Ramosen Piura, quien también estaba haciendo su candidatadoen nuestra ciudad natal. No fue nada difícilentablar amistad con él desde el primer momento.Y casi enseguida tuve también el privilegio de conocera sus padres y a sus hermanos, y sentir enellos una familia muy fuertemente unida por estrechosvínculos de amor y de profunda fe.Como a sus grandes amigos a lo largo de la historia,muy pronto el Señor probó la fe de Ubaldoy de su familia. Unos meses antes de ingresar alnoviciado le detectaron un cáncer totalmente inesperado.Fue traído a Lima y sometido a una operaciónen el verano de 1981. Luego de que le extrajeranel tumor, le extirparon también una seriede ganglios para comprobar si el cáncer se habíaexpandido o no. Ya en esa ocasión dio muestrasde gran fe y de una confianza enorme en la misericordiade Dios, manteniendo ese ánimo alegrey optimista que siempre lo caracterizó. El lunesde Pascua de aquel año le dieron la buena noticiade que no había habido expansión de la enfermedad.El 30 de mayo ingresamos en el noviciadoy, desde entonces, los que lo conocimos tuvimossiempre la certeza de que Ubaldo había vuelto literalmentea la vida, de que había experimentadouna verdadera resurrección.Ubaldo vivió su vida en la Compañía como sicada día fuera el único o el último. No había dificultadesque lo desalentaran, no había temoresque lo paralizaran; él que había experimentado lacercanía de la muerte tan fuertemente en su vida,podía vivirla con una libertad de espíritu asombrosay, en momentos, hasta temeraria. Siemprelo encontramos con una sonrisa en los labios, unasonrisa que expresaba bondad sincera, acogida,sencillez de espíritu, humildad de corazón, alegríapor vivir. Su extrema vitalidad lo llevaba en ocasionesa tener desacuerdos con compañeros jesuitasy con otras personas, pero a pesar de eso eraimposible que alguien mantuviera resentimientoalguno hacia él, porque sabía hacernos sentir queen él palpitaba un corazón apasionado por la vida,un corazón incapaz de hacer mal alguno. Su vidanos remecía constantemente, reconocíamos queiba muy rápido, que a veces nos dejaba como enel aire; pero también sentíamos que convenía quefuera así, que nos hacía bien que nos remeciera denuestras seguridades programadas.El año pasado nos entregó un testimonio sincerode sí mismo en el que se reconcilia con Dios, conla Iglesia y con cada uno de nosotros que conformaeste cuerpo que es la Compañía y que nos recuerda,con gran valentía y humildad, que somospecadores y al mismo tiempo llamados a ser compañerosde Cristo. Con palabras sencillas y transparentesnos decía: “Evoco un hito en mi vida,hace ya 20 años (hoy, en una situación más o menossemejante), una experiencia límite de la viday la muerte, que me movió a una honda respuestade entrega, pero incompleta o frustrada por unavitalidad descentrada… por miedos y resistenciasa ser yo mismo y a aceptar la vida regalada”.Esa búsqueda de la verdad de sí mismo y de laverdad <strong>del</strong> amor de Dios en él lo llevó a transitarpor muchos lugares de nuestra Provincia jesuitay fuera de ella. Hicimos la Filosofía en Santiagode Chile y luego él hizo la Teología en Belo Horizonte.En ambos lugares dejó hondas huellas desu presencia, traducidas en profundas amistadescon algunas de las cuales mantuvo un contactopermanente. Como jesuita formado vivió intensamentesu misión en lugares bastante diversos:Jaén, Yamakaientsa, El Agustino y Tacna. Su úl-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!