12.07.2015 Views

La disciplina hace al hombre. Apuntes sobre el ... - FedIcaria

La disciplina hace al hombre. Apuntes sobre el ... - FedIcaria

La disciplina hace al hombre. Apuntes sobre el ... - FedIcaria

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

7pretéritos t<strong>al</strong> y como an<strong>al</strong>iza Carlos Lerena en brillantes páginas, (Lerena, 1983, 9-17).Entusiasmo que va haciendo suyo <strong>el</strong> Estado desde la Ilustración y que no ha parado de<strong>al</strong>imentarse, ampliarse y fort<strong>al</strong>ecerse hasta <strong>el</strong> día de hoy. Y para proyectar, gestionar,dar sentido y eficacia <strong>al</strong> encierro <strong>disciplina</strong>rio de la escu<strong>el</strong>a, también de forma solidaria,la moderna didaktica, un saber que cada vez se <strong>hace</strong> más específico, y que se configuracomo un poder cuyo ejercicio es la producción de sujetos educados.Puede decirse que ciertas tradiciones pedagógicas cuyos ecos llegan hasta <strong>el</strong> presentecomo remozadas y “siempre nuevas” propuestas de innovación 11 , forman parte de unsaber, de unas técnicas ya presentes en <strong>el</strong> pensamiento reformista de la modernidad. <strong>La</strong>didáktica se constituyó como arte de gobernación para un nuevo orden soci<strong>al</strong>; se tratatambién de un poder que se ejerce <strong>sobre</strong> diversos tipos de infancia. El sujeto colectivo <strong>al</strong>que específicamente se dirigía la tradición discursiva inspirada en Comenio es lainfancia de capas populares. Y así es durante mucho tiempo, aún después de la puestaen marcha de los sistemas nacion<strong>al</strong>es de enseñanza, durante <strong>el</strong> modo de educacióntradicion<strong>al</strong> <strong>el</strong>itista.<strong>La</strong> <strong>disciplina</strong> <strong>hace</strong> <strong>al</strong> <strong>hombre</strong>Ya desde <strong>el</strong> siglo XVI, se encuentran testimonios <strong>sobre</strong> distintas percepciones de lainfancia. Julia Var<strong>el</strong>a recoge p<strong>al</strong>abras de sentido muy contrario en <strong>el</strong> mismo autor, JuanBonifacio, cuando éste jesuita habla d<strong>el</strong> v<strong>al</strong>or de la educación y de la labor d<strong>el</strong> maestroo cuando habla desde la posición d<strong>el</strong> maestro que tiene que afrontar directamente ladoma de sus discípulos: niños como flores d<strong>el</strong>icadas, inocentes, obedientes, moldeables,dulces, en <strong>el</strong> primer caso y, por otro lado niños díscolos, holgazanes, perversos,incluso crimin<strong>al</strong>es:«Como puede observarse existe una contradicción entre las ide<strong>al</strong>izaciones propias de lasnuevas teorías pedagógicas y las necesidades derivadas de las prácticas educativas. Almenos en esto la pedagogía d<strong>el</strong> s. XVI no parece diferir demasiado de la de nuestrosdías». (Var<strong>el</strong>a, 1983, 49).Pero esas visiones no responden solamente a las diferencias entre un ide<strong>al</strong> teórico de losmor<strong>al</strong>istas y <strong>el</strong> duro oficio de domesticar a la infancia. Al fin y <strong>al</strong> cabo la visión11El sedimento arqueológico d<strong>el</strong> código pedagógico d<strong>el</strong> entorno se inscribe en esa vetusta tradicióndiscursiva. Sin embargo, tras la apariencia de que “nada hay de nuevo bajo <strong>el</strong> sol” los discursos sufrieronprofundos cambios de los que aquí no podemos ocuparnos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!