En el continente blanco

“Hoy, cualquier proyectocientífico no puede ignorareste hecho; la investigaciónen biología se ha hechoabsolutamente transversal90. Los resultados quitaron la razón a sus críticos.Hoy disponer de la secuencia de un genoma es casianecdótico y se convierte en una necesidad paracualquier ser vivo que se estudie.La secuencia de un genoma no sólo nos informadel número y estructura de cada uno de los genesde un organismo o de los elementos estructuralesy funcionales de los cromosomas. A partir de ella,y gracias a los nuevos avances tecnológicos, podemosconocer cómo, cuándo y cuánto se expresancada uno de sus genes, la colección completa de lasproteínas (proteoma) de un organismo o las redesde interacciones físicas y funcionales de sus genesy proteínas. Además, podemos generar coleccionescompletas de organismos en las que cada individuotiene desactivado un gen diferente; definir los patronesde expresión específicos de tipos celularesy tejidos, de diferentes tipos de tumores o de enfermedadesvarias; hacer filogenia molecular de unaexquisitez difícil de imaginar o identificar nuevosgenes responsables de enfermedades genéticas. Pero,sobre todo, nos ha hecho constatar la cantidadde genes que compartimos los seres vivos, desde lalevadura a la especie humana o desde animales aparentementetan dispares como la mosca y el ratón.Hoy, cualquier proyecto científico no puede ignorareste hecho; la investigación en biología se ha hechoabsolutamente transversal. Entender el funcionamientode un proceso celular básico en humanosse nutre de lo que ya sabemos de organismos mássimples. En definitiva, la investigación del genomaañade una nueva dimensión.NÚMERO 21 • 61