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1 2 0 1VANHOK.—Es cosa muy debida, dijo el Príncipe, y no te será negada. Huberto,si vences á este villano, te lleno el cuerno de monedas deplata.—Cada uno hace lo que puede, respondió Huberto; pero mi bisabuelo peleó con su arco en Haustings, y yo no quisiera deshonrarsu memoria.»» Quitóse el primer blanco, y se puso otro del mismo tamaño en sulugar. Huberto, que como vencedor en el primer tiro debia tenerla preferencia, apuntó con gran desembarazo, midiendo largotiempo la distancia con los ojos y sosteniendo con las dos manos elarco y la flecha. Al fin dio un paso adelante, y levantando el arco átoda la altura del brazo derecho hasta poner el centro enfrente delrostro, tiró la cuerda hasta cerca de la oreja. La flecha cortó silbandoel aire, y fué á dar en el círculo pequeño del blanco : pero nojustamente en el centro.«No contabas con el viento, Huberto, le dijo su antagonista preparándoseá tirar; que sin este inconveniente el tiro hubiera sidode los mejores.»Dichas estas palabras, y sin dar las menores muestras de inquietud ni zozobra; Locksley pasó á ocupar su puesto, é hizo la punteríacon tan poco aparente esmero, que casi no miró al blanco. Todavíaestaba hablando, cuando la flecha salió del arco, y se clavódos pulgadas mas cerca del centro que la de su competidor.«¡ Voto á tantos! dijo el Príncipe á Huberto, que si dejas que esemalsín salga vencedor mereces ir diez años á galeras.»Huberto no tenia mas que una respuesta en semejantes ocasiones.«Aunque V. A. me mande colgar, cada uno hace lo que puede;mi bisabuelo peleó con su arco en—Satanás cargue con tu bisabuelo y con toda tu generación,dijo el Príncipe : tira, mentecato ; haz lo mejor que sepas, y sinonos veremos las caras.»Huberto, cediendo á esta insinuación, volvida colocarse, y si);echar en saco roto la lección que le habia dado su adversario, ycontando con el soplo de un ligero vientecillo que acababa de levantarseá la sazón, tiró con tan acertada puntería, que la flechafué á dar en el mismo punto central del blanco.«¡Viva Huberto! Huberto es el vencedor! gritaron los concurrentes,que se interesaban mas en un conocido que en un forastero.

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