13.07.2015 Views

Paso a paso hacia una Tamborrada en igualdad

Paso a paso hacia una Tamborrada en igualdad

Paso a paso hacia una Tamborrada en igualdad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong><strong>hacia</strong> <strong>una</strong><strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>Beatriz Moral (coordinadora)Margaret Bull<strong>en</strong>, Xabier KerexetaSavina Lafita, Silvia LozaLuz Maceira Ochoa


Donostia-San Sebastián, 2014.Beca de investigación:“1813-2013: Cómo las mujereshemos ido conquistando nuestroespacio <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>” delAyuntami<strong>en</strong>to de San SebastiánEdita:Ayuntami<strong>en</strong>to de San Sebastian.Negociado de IgualdadDiseño y maquetación:Estudio DromImprime:Gráficas LizasoFecha de publicación:Septiembre 2014Numero de ejemplares:350Depósito legal:SS 541/2014


Introducción .................................................................81. Joxemaritar… ¿y Marijoxetar? ..................................... 112. Sobre este trabajo .............................................. 12Evolución, involución, re-evolución. .................................. 14Evolución. .............................................................. 14Involución. ............................................................. 20Re-evolución. ........................................................... 21Capítulo 1. Días de <strong>en</strong>sayos ...................................................241. Cada año nuevas tamborradas, cada vez más son mixtas ................. 252. Cómo ser miembro de <strong>una</strong> tamborrada ............................ 283. El acceso de las mujeres a la fiesta: tres ejemplos, tres hitos .......... 294. Órganos de decisión ............................................ 335. Las tareas de int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35Molto b<strong>en</strong> trovato!!! Las claves de un éxito. ............................. 38¿Cuándo surgió la versión del orig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong>? . .................. 38T<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia g<strong>en</strong>eral del folklore europeo . .................................. 42La especificidad donostiarra. ............................................. 43Iturrian zer dago? . ...................................................... 44Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos ..........................461. Disfraz o uniforme, carnaval o ritual festivo ......................... 482. Diversos roles, diversas composiciones tamborreras ................ 493. La alcaldesa, la cantinera y la abanderada .......................... 514. La aguadora: un hito para la incorporación masiva de las mujeres ..... 545. Aguadora sí, aguadora no ....................................... 58De harinero a cocinero. ............................................. 62Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a. ..................................661. Las sociedades populares y la <strong>Tamborrada</strong> ......................... 672. C<strong>en</strong>as y comidas <strong>en</strong> las sociedades populares ...................... 693. La polémica de la c<strong>en</strong>a de Gaztelubide ............................ 704. En la tamborrada sí, <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a no ................................ 74¿Dónde están las Marijoxetarras?. .................................... 78Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada .............................801. Un acto emblemático . .......................................... 822. Mirada al balcón del antiguo Consistorio .......................... 843. Mirada al tablado ............................................... 874. Mujeres <strong>en</strong> el tablado ........................................... 885. Mujeres dirigi<strong>en</strong>do ............................................. 92Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche ......................941. Una fiesta y <strong>una</strong> sociedad reguladas .............................. 952. Coexist<strong>en</strong>cia, conviv<strong>en</strong>cia y relaciones de poder ................... 973. Desfilando por las calles ........................................1004. ¿Abrir o cerrar las puertas a la primera tamborrada mixta? ..........103Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche ..1061. ¿Qué se espera de <strong>una</strong> mujer (tamborrera)? .......................1082. Las mujeres <strong>en</strong> el público ....................................... 111


Índice3. Las tamborradas hac<strong>en</strong> barrio ................................... 1124. Una fiesta inclusiva para <strong>una</strong> ciudad inclusiva ..................... 114Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil ...............1181. ¿Dónde están las niñas? ........................................ 1202. Las niñas hac<strong>en</strong> retumbar los tambores ........................... 1223. <strong>Tamborrada</strong>s no oficiales ....................................... 1244. Puestos de mando y cargos de honor de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil ...... 1275. La gran cantera ............................................... 130Las doce: la hora mágica. .......................................... 132De doce a doce pasando por las doce:el éxito ritual de <strong>una</strong> adecuación coreográfica casual. ..................... 132Y las otras doce: mediodía. .............................................. 134Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro ...............1361. Mujeres galardonadas .......................................... 1422. Otros premios y hom<strong>en</strong>ajes ..................................... 1453. Otras mujeres hom<strong>en</strong>ajeadas ................................... 148Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada ............................1501. Una aguadora mayor <strong>en</strong> el tablado de la plaza de la Constitución ..... 1522. El inc<strong>en</strong>tivo de las subv<strong>en</strong>ciones y el debate sobre la <strong>igualdad</strong> ....... 1553. La Arriada se hace mixta y la <strong>Tamborrada</strong> ¿más igualitaria? .......... 159Capítulo 10. Más allá del 20 de <strong>en</strong>ero .........................................1621. Mant<strong>en</strong>er relaciones vecinales ..................................1632. Avalar actos de la vida social donostiarra .........................1653. <strong>Tamborrada</strong> de verano .........................................165Hitos <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong> ......................................................168Últimas reflexiones .........................................................1701. La fiesta es algo muy serio ...................................... 1702. Cambios <strong>en</strong> la sociedad, cambios <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> ................ 1713. ¿La <strong>Tamborrada</strong> ha evolucionado de manera “natural”? . ............ 1724. Aguadoras, <strong>una</strong> gran estrategia ................................. 1725. Aguadoras, ¿de solución a obstáculo? ............................ 1736. Las niñas: la conquista sil<strong>en</strong>ciosa ................................ 1747. ¿<strong>Tamborrada</strong> mixta = igualitaria? ................................. 1748. ¿<strong>Tamborrada</strong> participativa = igualitaria? ........................... 1759. ¿Las mujeres no merec<strong>en</strong> ser premiadas? ......................... 17610. La tamborrada: algo privado pero público ....................... 17611. ¿La <strong>Tamborrada</strong> al marg<strong>en</strong> de la ley? ............................ 17712. ¿Historia o mito? ............................................. 17713. En conclusión ............................................... 178Bibliografía ................................................................180Agradecimi<strong>en</strong>tos ...........................................................183


Introducción


El 20 de <strong>en</strong>ero es el día de San Sebastián y de la fiesta más importantede su cal<strong>en</strong>dario: la <strong>Tamborrada</strong>. Durante veinticuatro int<strong>en</strong>sas horas, miles demujeres y hombres con trajes de soldados, cocineros y aguadoras harán sonarsus tambores y barriles por las calles de la ciudad. A lo largo de las semanasque preced<strong>en</strong> al gran día, la fiesta se prepara con mimo y precisión, y los<strong>en</strong>sayos propagan por la ciudad con antelación los redobles y las melodías queel Maestro Raimundo Sarriegui compusiera para esta ocasión. El ambi<strong>en</strong>te seva animando a medida que se acerca la fecha y cuando el 19 de <strong>en</strong>ero ya tocaa su fin, todo está preparado y la ciudad está lista para estallar.El reloj marca las doce. Comi<strong>en</strong>za el día 20 y con sus primeros segundosretumba la ciudad: <strong>en</strong> todos los rincones de la ciudad, tambores y barrilesinterpretan los primeros compases de la Marcha de San Sebastián mi<strong>en</strong>trasse iza la bandera donostiarra. El día de San Sebastián ha com<strong>en</strong>zado. Hastaque no se consuma el último segundo de ese día, barriles y tambores tocaránsin cesar. La ciudad se transforma <strong>en</strong> <strong>una</strong> gran fiesta.A partir de las doce de la noche, <strong>una</strong> vez izada la bandera que da la señalde inicio de la celebración, las tamborradas comi<strong>en</strong>zan a recorrer las callesdando vida a la ciudad. Los sonidos de sus instrum<strong>en</strong>tos se oy<strong>en</strong> <strong>en</strong> todaspartes gracias a las 125 tamborradas que desfilan serp<strong>en</strong>teando las calles dela Bella Easo.Sociedades gastronómicas, asociaciones culturales, asociaciones demadres y padres, clubes deportivos, bares, restaurantes, hoteles, asociacionesvecinales, grupos de amigos o amigas están detrás de estas tamborradas. Y esque si algo se puede decir de esta fiesta es que es trem<strong>en</strong>dam<strong>en</strong>te participativa.En el año 2013, más de quince mil personas desfilaron <strong>en</strong> ella.Cada tamborrada está compuesta por <strong>una</strong> compañía de tambores y otra debarriles, si<strong>en</strong>do esta última siempre más numerosa que la primera. Una banda demúsica interpreta melodías de Sarriegui, y tambores y barriles las acompañancon sus golpes. Las tamborradas desfilan separadam<strong>en</strong>te, pero <strong>en</strong> todas ellasvemos <strong>una</strong> formación más o m<strong>en</strong>os similar: tambor mayor -la máxima autoridad- a la cabeza, casi siempre con atu<strong>en</strong>do militar, dirigi<strong>en</strong>do a todo el conjunto; lesigu<strong>en</strong> los tambores, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te con trajes de soldado, de tipo napoleónico;a continuación la banda o charanga, <strong>en</strong> medio de la formación para que nadiese quede sin oírla; luego el cabo de barriles, con traje de cocinero y dirigi<strong>en</strong>doa la compañía de barriles; y, por último, estos, cerrando la comitiva, vestidosde cocineros y de aguadoras, con más desparpajo y humor que los soldados,usualm<strong>en</strong>te un poco estirados. Y así, con alg<strong>una</strong>s variantes, las tamborradasdesfilan por las calles, las más pequeñas con ses<strong>en</strong>ta y la mayor hasta conseisci<strong>en</strong>tos integrantes.Pero ¿por qué soldados, cocineros y aguadoras? Una mezcla de mito y dehistoria es lo que justifica que <strong>en</strong> la fiesta de la <strong>Tamborrada</strong> haya personajes<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>9


tan pintorescos. Hasta 1863 la ciudad fue plaza militar, por lo que era usualque los soldados hicieran retumbar sus tambores. Al igual que <strong>en</strong> cualquieraglomeración urbana, la población de la ciudad de aquella época se abastecíade agua <strong>en</strong> las fu<strong>en</strong>tes. Hasta aquí la historia. El mito cu<strong>en</strong>ta que unos harineros,al ir a la fu<strong>en</strong>te a por agua y oír los redobles de los tambores, los imitaron consus ut<strong>en</strong>silios. Estos personajes, repiqueteando barriles, son el orig<strong>en</strong> de losactuales cocineros. Esta es, al m<strong>en</strong>os, la narración que posteriorm<strong>en</strong>te dios<strong>en</strong>tido a la <strong>Tamborrada</strong> de los primeros años, que, antes de convertirse <strong>en</strong>la fiesta que conocemos, no era sino <strong>una</strong> comparsa más del carnaval. Lasaguadoras no estuvieron desde el principio <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, sin embargopasaron a formar parte de los personajes que repres<strong>en</strong>tan a la población civilargum<strong>en</strong>tando que, sin duda, <strong>en</strong> aquella fu<strong>en</strong>te también había mujeres.De esta guisa, soldados, cocineros y aguadoras atru<strong>en</strong>an la ciudad duranteveinticuatro horas a golpe de tambor y barril. Las tamborradas se desparramanpor la ciudad consigui<strong>en</strong>do que su sonido llegue a casi todas sus calles. En eljolgorio, sin embargo, hay ord<strong>en</strong>: cada tamborrada desfila disciplinadam<strong>en</strong>tesigui<strong>en</strong>do su itinerario y su horario. Es <strong>una</strong> fiesta que requiere de <strong>una</strong> minuciosaorganización.A las doce del mediodía del día 20 esta dinámica cambia por <strong>una</strong>s horas.Miles de niñas y niños, prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes mayorm<strong>en</strong>te de difer<strong>en</strong>tes c<strong>en</strong>tros escolaresde la ciudad, se congregan ord<strong>en</strong>adam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los Jardines de Alderdi Eder,fr<strong>en</strong>te al Ayuntami<strong>en</strong>to. Se trata de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil. Ahí se reún<strong>en</strong>, sepasa revista e interpretan al unísono la Marcha de San Sebastián. Desde elbalcón consistorial, el g<strong>en</strong>eral o la g<strong>en</strong>eral y la “Bella Easo” (<strong>una</strong> jov<strong>en</strong>citavestida con los colores de la bandera donostiarra) les dirig<strong>en</strong> <strong>una</strong>s palabras.Después, recorr<strong>en</strong> las calles céntricas de la ciudad <strong>en</strong> un mismo y único desfile.El c<strong>en</strong>tro de la ciudad <strong>en</strong>sordece con los golpes de tambor y barril, esta vez,de los palillos de la chiquillería.Mi<strong>en</strong>tras el desfile de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil recorre las calles, <strong>en</strong> elAyuntami<strong>en</strong>to se celebra otro acto muy propio de esta fiesta: la <strong>en</strong>tregadel Tambor de Oro. Se trata de un galardón que reconoce a qui<strong>en</strong>es hayancontribuido <strong>en</strong> la consolidación de <strong>una</strong> imag<strong>en</strong> positiva de la ciudad. En el actode <strong>en</strong>trega del Tambor de Oro la Marcha de San Sebastián es interpretada porla Unión Artesana, tamborrada veterana de la fiesta.Después de estos actos, se sigu<strong>en</strong> sucedi<strong>en</strong>do las tamborradas por todala ciudad, sin descanso, hasta la llegada de, otra vez, las doce de la noche.Minutos antes de la medianoche, las tamborradas que tocan <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>tose vuelv<strong>en</strong> a reunir fr<strong>en</strong>te a la bandera que se izara veinticuatro horas antesy vuelv<strong>en</strong> a interpretar todo el repertorio. Es el mom<strong>en</strong>to de arriar la banderay de dar fin a la fiesta. Se han agotado las veinticuatro horas del día 20 y conellas la <strong>Tamborrada</strong>.10 Introducción


1. Joxemaritar… ¿y Marijoxetar?Cada uno de los actos de esta fiesta está cargado de emoción, pero sobretodo de significado. Ninguno de ellos es baladí, nada es dejado al azar. Si la<strong>Tamborrada</strong> de cada año se repite casi fielm<strong>en</strong>te a sí misma, debe ser porquees importante conservarla d<strong>en</strong>tro de ciertos parámetros. Y es que la fiestaes, sin duda, muy importante, y esto es algo que parece necesario recordar.Si algui<strong>en</strong> opinara lo contrario, no t<strong>en</strong>dría más que contar el número depáginas o el espacio que cubre <strong>en</strong> los medios de comunicación locales, laspersonalidades y autoridades que participan <strong>en</strong> ella de manera activa, o lacantidad de personas que es capaz de convocar. ¿Podría algui<strong>en</strong> asegurar quela <strong>Tamborrada</strong> (al igual que muchas otras fiestas) no es más que un acto lúdicocuyo objetivo es pasar un bu<strong>en</strong> rato? Si esto fuera así ¿qué importancia t<strong>en</strong>dríacambiar su configuración de pies a cabeza? Sin embargo, muchas personaspondrían el grito <strong>en</strong> el cielo si esto ocurriera y esto se debe, precisam<strong>en</strong>te, aque la <strong>Tamborrada</strong> y otras muchas fiestas no son un mero acto lúdico, sinoalgo mucho más importante y significativo. Al fin y al cabo, la fiesta no dejade ser un ritual.La <strong>Tamborrada</strong> es la gran fiesta de la “donostiarridad”, <strong>una</strong> llamada acelebrar la ciudad y todo lo que repres<strong>en</strong>ta. Y esto no es poco. Por eso, hayque preguntarse si toda la ciudadanía ti<strong>en</strong>e cabida <strong>en</strong> la fiesta; y si la ti<strong>en</strong>e,si todas las personas y colectivos participan o no de la misma manera; y, porúltimo, qué significa o conlleva que la participación sea como es.También es aquí donde hay que preguntarse por las mujeres, ya que anadie escapa que esta fiesta ha sido patrimonio masculino durante muchosaños y que, aún hoy <strong>en</strong> día, la pres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina sigue si<strong>en</strong>do limitada dealg<strong>una</strong>s formas. ¿Por qué las mujeres todavía no participan del mismo modoque los hombres <strong>en</strong> la fiesta de la donostiarridad, si<strong>en</strong>do ellas tan donostiarrascomo sus conciudadanos varones?Las características de la <strong>Tamborrada</strong> hac<strong>en</strong> que se trate de <strong>una</strong> fiestamuy participativa y muy abierta, ya que cada tamborrada decide quién ycómo participa. Gracias a ello, la incorporación de las mujeres <strong>en</strong> la fiesta seha ido realizando de manera paulatina y evitando grandes conflictos, si bi<strong>en</strong>no ha estado libre de polémicas. Sin embargo, constatamos que las mujeresestán aún lejos de protagonizar la fiesta de la misma manera que lo hac<strong>en</strong> loshombres. Aquí el problema radica <strong>en</strong> que esta difer<strong>en</strong>cia conlleva asimismo<strong>una</strong> des<strong>igualdad</strong>.Joxemaritar zahar eta gazte, dice <strong>una</strong> de las estrofas de la marcha de SanSebastián, llamando a los hombres a celebrar y a festejar. Esperamos que prontotambién sean llamadas las Marijoxetar a participar <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>11


2. Sobre este trabajoEn este libro analizamos la fiesta, lo que significa, lo que repres<strong>en</strong>ta y quéquiere decir que mujeres y hombres no particip<strong>en</strong> <strong>en</strong> ella de la misma manera.Desm<strong>en</strong>uzamos la fiesta <strong>en</strong> los mom<strong>en</strong>tos que la compon<strong>en</strong>, y señalamos <strong>en</strong>cada uno de ellos dónde están, qué hac<strong>en</strong> hombres y mujeres, y qué quieredecir que las cosas sean de esa manera.El trabajo se organiza <strong>en</strong> capítulos que recog<strong>en</strong> cada uno de los mom<strong>en</strong>tosde la fiesta, empezando por los preparativos y terminando con lo que ocurre másallá del día 20 de <strong>en</strong>ero. Se basa <strong>en</strong> información recogida desde noviembre de2012 hasta noviembre de 2013 a través de <strong>en</strong>trevistas, observación participantey docum<strong>en</strong>tación de fu<strong>en</strong>tes históricas, hemerográficas y registros municipales.Hemos id<strong>en</strong>tificado hitos, puntos de refer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la historia de la participaciónde las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> y los hemos relacionado con los distintosmom<strong>en</strong>tos de la fiesta.Es importante señalar que hemos <strong>en</strong>contrado discordancia <strong>en</strong>tre las fu<strong>en</strong>tes,especialm<strong>en</strong>te si son de transmisión oral, y también, que, desafort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te,muchas cosas no han sido docum<strong>en</strong>tadas y se ha perdido rastro o precisiónsobre varios acontecimi<strong>en</strong>tos. Esto, además de dificultar la investigación, nosobliga a decir que es posible que hayamos dejado fuera hechos o cosas quet<strong>en</strong>drían que haber aparecido aquí, y que algún que otro dato pueda estarequivocado.Consci<strong>en</strong>tes de que la historia se teje con los recuerdos y relatos de lag<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> este texto recogemos las voces y perspectivas de muchas de laspersonas con las que hemos hablado, y sus palabras aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> el texto<strong>en</strong>tre comillas. Utilizamos sus citas por lo que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de repres<strong>en</strong>tativas para<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la fiesta o alg<strong>una</strong>s opiniones más o m<strong>en</strong>os g<strong>en</strong>eralizadas. Refier<strong>en</strong>ideas personales pero que van más allá de <strong>una</strong> visión individual. Por lo g<strong>en</strong>eralno id<strong>en</strong>tificamos a las personas <strong>en</strong>trevistadas, respetando el deseo de alg<strong>una</strong>sde ellas de permanecer anónimas.Intercalamos con esos capítulos que hablan de cómo se vive y se desarrollala fiesta, algunos textos de carácter más histórico, id<strong>en</strong>tificables con <strong>una</strong> tipografíadistinta. Estos aportan perspectiva a la actual imag<strong>en</strong> de la fiesta y al relato <strong>en</strong>tiempo pres<strong>en</strong>te del resto de capítulos.Hay abundante bibliografía sobre la historia de la <strong>Tamborrada</strong>. Este trabajosolo se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> analizar lo escrito sobre su orig<strong>en</strong> y evolución, y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,aquellos aspectos que permit<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der mejor la participación de las mujeres<strong>en</strong> ella. Revisamos lo que ha sucedido con distintas figuras tamborreras yalg<strong>una</strong>s innovaciones y retrocesos a lo largo del tiempo para poder <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derlas formas y estrategias de inclusión y exclusión.12 Introducción


A fin de evitar confusiones, utilizamos el término Donostia para referirnosa la ciudad, y San Sebastián para el santo, el día y la Marcha. En las citas deescritos o <strong>en</strong>trevistas se respeta el original. Asimismo, para referirnos a la fiesta<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral utilizaremos el término <strong>Tamborrada</strong>, con mayúscula, y tamborrada,con minúscula, para cada <strong>una</strong> de las más de ci<strong>en</strong> agrupaciones de tambores ybarriles (y a veces de herradas) con banda musical que desfilan por las callesdonostiarras el 20 de <strong>en</strong>ero.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>13


Evolución, involución,re-evoluciónEvolución¿Participaban las mujeres <strong>en</strong> las tamborradas del siglo XIX? Sí, por supuesto.Pero participación y participación <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> no son lo mismo. Participar <strong>en</strong><strong>una</strong> tamborrada ti<strong>en</strong>e dos verti<strong>en</strong>tes: <strong>una</strong>, la que cada cual hace d<strong>en</strong>tro de ungrupo, y que puede limitarse a eso; otra, la de qui<strong>en</strong> pese a estar fuera (o tal vezpor eso) la observa, oye, calibra, califica, aplaude y/o critica. ¿Se puede celebrar<strong>una</strong> tamborrada sin público? Sí. Y alg<strong>una</strong>s tamborradas, o al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> algunostramos y mom<strong>en</strong>tos, así lo hac<strong>en</strong>, <strong>en</strong> calles que a ciertas horas están o parec<strong>en</strong>vacías, y más hace un siglo y medio. ¿Pero la <strong>Tamborrada</strong> sería igual, lo seríanlas tamborradas, sin público? ¿No perdería gran parte de su s<strong>en</strong>tido? En el sigloXXI, sin duda ning<strong>una</strong>; pero también <strong>en</strong> el siglo XIX.He aquí unos ejemplos publicados <strong>en</strong> diversas fu<strong>en</strong>tes de aquélla época.En 1888:A la comparsa seguían muchos joshemaritarrasde los que pasan la nocheesperando la del alba; [...]Ci<strong>en</strong> chiquillos, cuatro viejasy cuatroci<strong>en</strong>tas criadas,<strong>en</strong>tre rubias y mor<strong>en</strong>as,<strong>en</strong>tre gordas y delgadas,formaban la comitivaque iba cerrando la marcha (Sada: 1977, p. 51).En 1890:En 1893:Muchas jóv<strong>en</strong>es madrugadoras [...] circulan para las cinco de lamañana por la Plazuela de Lasala, ‘escuchando a cada <strong>paso</strong> lasfrases a que por su belleza y gracia se hac<strong>en</strong> acreedoras (ibid.: 54).Se prohíba permanecer <strong>en</strong> la Plaza de la Constitución, a las muchasniñeras que pres<strong>en</strong>cian los bueyes con tiernas criaturas <strong>en</strong> losbrazos, porque, de lo contrario, por alg<strong>una</strong> de estas maritornes,no será difícil que t<strong>en</strong>gamos que sufrir un disgusto (ibid.:60).14 Evolución, involución, re-evolución


Aunque no es el fin de este trabajo hacer un estudio histórico de la <strong>Tamborrada</strong><strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, hay que recordar que nació y durante décadas fue <strong>una</strong> comparsa decarnaval que anunciaba la salida del “buey <strong>en</strong>sogado”, y que cuando este fueprohibido a principios del XX, y no sin polémica, la <strong>Tamborrada</strong> fue adquiri<strong>en</strong>domayor autonomía y protagonismo social y coreográfico.En 1896:Mas qui<strong>en</strong> pudiera volverotra vez a aquellos tiempos;y dando con los palillosfuertes golpes sobre el cuerocuanto más fuertes mejor,sobre todo a contrapeloy danzando <strong>una</strong> habaneracomo ningún habanero;y mirando a las chiquillas,con cariño y embeleso,como así miraban ellas,a los locos tamborreros (ibid.:66).En 1904:En este día, Juan Donostiarra no t<strong>en</strong>ía punto de reposo. Muytemprano se vestía de granadero, agarraba el tambor y se pasabarevista al espejo, probando el parche, con un redoble y despertandoa sus hijos que, al ver a su padre tan donosam<strong>en</strong>te ataviado,quedaban con tamaña boca abierta (ibid.:88).No se dice quién preparaba el atavío, pero lo más probable es que fuera sumujer, o al m<strong>en</strong>os <strong>una</strong> mujer.Una vez “liberada” la <strong>Tamborrada</strong> de su función anunciadora del buey <strong>en</strong>sogado,<strong>en</strong> vez de salir muy temprano (décadas después aún había qui<strong>en</strong> reivindicabaque el “verdadero” horario era a las cinco de la madrugada), la fiesta cambió suhorario despertador por el contrario, el de toque de retreta. Y precisam<strong>en</strong>te unode los daños colaterales de tal decisión fue que las criadas que acompañaban alos tamborreros ya no pudieron acudir, puesto que estaban sirvi<strong>en</strong>do la c<strong>en</strong>a asus señores.En 1910:Pudo notarse el cambio de hora (a las 22:30) por la falta de elem<strong>en</strong>tofem<strong>en</strong>ino: los miembros de esa b<strong>en</strong>emérita institución que son lascriadas de servicio, estaban <strong>en</strong> las cocinas y no corrían, como otrasveces, delante de las bandas (Sada, 1977, p. 103).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>15


Pero para <strong>en</strong>tonces ya habían com<strong>en</strong>zado a incorporarse alg<strong>una</strong>s mujeres a la<strong>Tamborrada</strong> como cantineras. Y, a partir de 1900, junto con la <strong>Tamborrada</strong>, peromás como complem<strong>en</strong>to que como partícipe, se introduce <strong>en</strong> <strong>una</strong> carroza la BellaEaso. “Bella”, “preciosa”, “<strong>en</strong>cantadora” y otros adjetivos supuestam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>inospara alabar tal figura acompañan a los com<strong>en</strong>tarios de pr<strong>en</strong>sa de la época.Los varones, <strong>en</strong> cambio, se describían como “marciales”, apuestos, inclusolocos y risibles, a lo más, elegantes... según se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>diera el papel de soldado ococinero, <strong>en</strong> un proceso l<strong>en</strong>to pero imparable de transición del carnaval al rito deautoafirmación colectiva, cada vez más formalizado y "donostiarra". Y es que eldonostiarra, varón, pese a la progresiva incorporación fem<strong>en</strong>ina, era de natural“kaxkarin”, alegre, glotón, rubicundo, y <strong>en</strong> todo caso protagonista de la fiesta.Eppur si muove... A decir verdad, además de cantineras, las mujeres ya habíancom<strong>en</strong>zado a incorporarse como soldados y tamborreras a partir de los añosveinte y treinta, de la mano de la Unión Artesana. La sociedad había com<strong>en</strong>zadoa cambiar, aunque muy l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te, y la <strong>Tamborrada</strong>, como el resto de las fiestas,no podía dejar de reflejar los cambios. Además de elegir a la Bella Easo y a lascantineras, <strong>en</strong> 1932 la reina de los Caldereros (otra comparsa surgida <strong>en</strong> el sigloXIX <strong>en</strong> la festividad de la Candelaria) no fue un varón disfrazado, como eracostumbre, sino <strong>una</strong> mujer, Lola Bal<strong>en</strong>ciaga. Incluso después de la guerra huboun par de ellas (Unión Artesana, 2010: 20).También <strong>en</strong> la década de los veinte surgió la Sociedad Deportiva Loiolatarra,y nació mixta (Loiolatarra, 1999: 75).Y <strong>en</strong> 1936, <strong>en</strong> la tamborrada infantil de Euskal Billera, <strong>en</strong>tre los niños, figura,además de la cantinera y abanderada, la capitana Laura Idigoras (Sada, 1977: 180).Evolución... pero no sin esfuerzo y sin oposición. Arantxa Gurm<strong>en</strong>di recuerdahaber oído a su madre contar que <strong>en</strong> 1934 la Artesana sacó <strong>una</strong> compañíacompuesta por treinta mujeres, y añade que no continuaron por las barbaridadesque tuvieron que oír. En la página sigui<strong>en</strong>te del propio libro se refiere la pres<strong>en</strong>ciade esa compañía fem<strong>en</strong>ina, aunque se ubican <strong>en</strong> otra fecha, <strong>en</strong> 1936, y <strong>en</strong> KutxaFototeka las fotografías se datan <strong>en</strong> 1929, con pantalones bombachos, ya que eran“tamborreras turcas”. Sada las m<strong>en</strong>ciona <strong>en</strong> el artículo digital de la Auñam<strong>en</strong>di<strong>en</strong> los años 1928 y 1936. La noticia cronológica más fiable es la del 2 de abril de1929 <strong>en</strong> el periódico El Pueblo Vasco respecto al desfile celebrado el 31 de marzo,que debía de ser de carnaval pero se acabó convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>una</strong> fiesta de Pascua.El motivo, el fallecimi<strong>en</strong>to el 6 de febrero de la reina madre y alcaldesa honorariade Donostia María Cristina, que supuso la susp<strong>en</strong>sión de los carnavales y elretraso de cualquier celebración hasta el fin de la Cuaresma. Aunque haya dudassobre la fecha exacta, la pres<strong>en</strong>cia de mujeres desfilando de forma ord<strong>en</strong>ada ytocando el tambor es evid<strong>en</strong>te. La pregunta es: ¿también participaban el día deSan Sebastián o solo <strong>en</strong> ciertas comparsas carnavaleras de la Artesana? Porquea aquellas mujeres vestidas de militar “<strong>en</strong> traje de zuavos (...) con sus tambores16 Evolución, involución, re-evolución


y redobles” las acompañan varones alabarderos vestidos con los uniformes desoldado de esta sociedad (Unión Artesana, 2010: 65 y 72). Hoy día la <strong>Tamborrada</strong> yel carnaval son dos fiestas difer<strong>en</strong>tes, pero <strong>en</strong> aquellos años no; al contrario, el díade San Sebastián se consideraba el inicio de la época de carnaval donostiarra. Enaquel mismo desfile participaron, además de las mujeres de traje zuavo, “la carrozade la popular Euskal-Billera, precedida de los tamborreros chinos”. Hallamos <strong>una</strong>fotografía de tamborreros chinos con el sigui<strong>en</strong>te pie de foto: “La <strong>Tamborrada</strong>nacerá unida al Carnaval y formará parte de él durante décadas. En la imag<strong>en</strong>,<strong>una</strong> comparsa de Euskal Billera” (Gurpegui y Sada, 2012: 19).La distinción <strong>en</strong>tre estas dos fiestas, y muy marcada, se dio <strong>en</strong> el franquismo,que prohibió el carnaval y favoreció un tipo concreto de <strong>Tamborrada</strong>, y aún asícostó décadas. En <strong>una</strong> <strong>en</strong>trevista, Idoia Estornés recuerda personas que a mediadosdel siglo XX se disfrazaban todavía con los antiguos trajes de chipirón o percebeque tanto éxito tuvieron <strong>en</strong> años muy anteriores.Este baile de fechas (por los años y por los actos tamborreros-carnavaleros, eldía de San Sebastián u otros) puede indicar que las mujeres participaron durantevarios años y no necesariam<strong>en</strong>te seguidos, algo relativam<strong>en</strong>te habitual <strong>en</strong> la épocacon otras compañías tamborreras, comparsas de carnaval, de caldereros, etc.; oque se las confunde con las soldados que se citan más abajo, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas como<strong>una</strong> g<strong>en</strong>érica participación fem<strong>en</strong>ina, sin detallar <strong>en</strong> qué papel. Por eso mismo,nos está mostrando que esa pres<strong>en</strong>cia no se percibía como un hito, un antes y undespués, por lo que no resulta significativo precisar el año. Pero esta ocasionale indudable pres<strong>en</strong>cia festiva de las mujeres, también nos dice otra cosa: que siel franquismo no hubiera interrumpido este proceso, muy probablem<strong>en</strong>te lasmujeres se habrían ido incorporando progresivam<strong>en</strong>te y sin grandes traumascon tambor o uniforme militar, acostumbrándose el público a ellas, tanto <strong>en</strong>carnavales como <strong>en</strong> el mismo día de San Sebastián, puesto que la <strong>Tamborrada</strong> noestaba todavía sacralizada. No hay que olvidar lo afirmado por Gurm<strong>en</strong>di sobrelas barbaridades proferidas <strong>hacia</strong> aquella compañía de mujeres de los años 30, nique, pese a nuestra percepción actual, las mujeres no participaban <strong>en</strong> carnavalescomo los varones sin serias críticas, el día 20 de <strong>en</strong>ero u otros. Pero el motivotal vez no era tanto el uniforme o el instrum<strong>en</strong>to, como <strong>en</strong> la actualidad, sino lanocturnidad: la Artesana salía a las cinco de la madrugada el día de San Sebastián,y las mujeres que vestían de zuavos con tambor <strong>en</strong> aquel desfile lo hicieron a laluz del día: “comitiva de muchachas alegres y muy bonitas (...) regocijo de <strong>una</strong>mañana de sol y alegría”, como aplaudía el Pueblo Vasco. ¿Y <strong>en</strong> 1934?<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>17


1. Tamborreras turcas de la Unión Artesana, <strong>en</strong>tre 1929 y 1936. KutxatekaMás allá de las críticas y de las dudas de si eran tamborreras de carnaval o“de San Sebastian”, el principal motivo de que aquella evolución se interrumpiera<strong>en</strong> 1936 fue la Guerra Civil, porque pres<strong>en</strong>cias fem<strong>en</strong>inas, de otro modo más“masculino” y el 20 de <strong>en</strong>ero, ya estaban docum<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, yparticipaban de <strong>una</strong> manera que <strong>en</strong> la actualidad está m<strong>en</strong>os ext<strong>en</strong>dida: comosoldado, con su sable, su abanderada (hasta <strong>en</strong>tonces eran más habituales losabanderados), su cantinera con difer<strong>en</strong>te uniforme y su cornetín. Y con ununiforme distintivo, no el g<strong>en</strong>érico “napoleónico” que <strong>en</strong>globaba a difer<strong>en</strong>testrajes: “simulan ser huestes de Wellington” y hasta sus nombres. No es datoirrelevante el de su uniforme, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que para las donostiarras taleshuestes fueron sus peores <strong>en</strong>emigos. El año sigui<strong>en</strong>te, “escoltan la bandera docearrogantes señoritas mandadas por un capitán” (varón). Pero ahora merece másc<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> los com<strong>en</strong>tarios de época: a difer<strong>en</strong>cia de los marciales y apuestosvarones, son “bellas”, “bonitas”, “g<strong>en</strong>tiles”, “preciosa”, “luce su palmito”... (<strong>en</strong> Sada,1977: 152). Hasta cuando figuran <strong>en</strong> papeles masculinos se las define por susrasgos de “feminidad”.18 Evolución, involución, re-evolución


2. “Huestes” de Lord Wellington, <strong>en</strong>tre 1927 y 1929. Fu<strong>en</strong>te: Kutxateka“Huestes” de Lord Wellington de la Unión Artesana:María Luisa Turrillas, abanderada. Con sable: Hipólita Jaime, MicaelaElvira, Catalina Aizpurua, Pepita Landa, Cándida Soriano, María Gorostola,Ceferina Palmata, Trinidad Landa, María Luisa Gona Urretavizcaya,¿cantinera, cornetín?En todo caso, el franquismo eliminó, <strong>en</strong>tre otras muchas cosas, la progresivaincorporación fem<strong>en</strong>ina a la fiesta, y lo que es más importante, marcó hasta talpunto la percepción de masculinidad ligada a la <strong>Tamborrada</strong> que el prejuiciotrasci<strong>en</strong>de a la evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la relectura posterior de estas imág<strong>en</strong>es sobre la fiestay su evolución. Por ejemplo, la ficha técnica del reportaje que <strong>en</strong> Fototeka Kutxase id<strong>en</strong>tifica como “Celebración de la festividad de San Sebastián. Tamborreros ycantineras de ‘La Unión Artesana’ <strong>en</strong> la plaza de la Constitución”, muestra alg<strong>una</strong>sfotos de estas “huestes”. Es evid<strong>en</strong>te que <strong>en</strong>tre las retratadas hay mujeres nocantineras, con sables... eso sí, con faldas. Incluso <strong>una</strong> foto del libro de Gurpeguiy Sada <strong>en</strong> 2012 insiste <strong>en</strong> esta idea: “Las mujeres participaban como cantineras<strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> de la UA”, aunque se distingue perfectam<strong>en</strong>te la cantinera (sutraje es difer<strong>en</strong>te y lleva barrilito) de otras diez chicas con sable, abanderada ycornetín, con los alabarderos por detrás, algunos con la cara pintada".<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>19


InvoluciónSí, las cosas estaban cambiando poco a poco... hasta que la dictadura de Francoimpuso el anterior régim<strong>en</strong> político, social, económico y cultural. ¿Anterior? Nohay marchas atrás <strong>en</strong> el tiempo, pero sí empeorami<strong>en</strong>to de situaciones. Y sinduda la situación de las mujeres empeoró. La <strong>Tamborrada</strong>, no podía ser de otromodo, reflejó el nuevo ambi<strong>en</strong>te. Y precisam<strong>en</strong>te porque los rituales festivos, másque reflejar la realidad, reflejan (y a su vez refuerzan) un ord<strong>en</strong> social ideal, laimag<strong>en</strong> de la mujer que había com<strong>en</strong>zado a aparecer <strong>en</strong> las décadas anterioresya no correspondía con el modelo fem<strong>en</strong>ino imperante. Y desapareció, no solodel espacio público, sino incluso de los espacios privados que se pret<strong>en</strong>díanexclusivam<strong>en</strong>te masculinos.En <strong>una</strong> ciudad que t<strong>en</strong>ía miles de cigarreras, <strong>en</strong>tre otros oficios no tan públicos,las mujeres eran criadas para ser amas de casa y madres, que a lo máximo quepodían aspirar era a ser reinas por un día, cuando todavía eran solteras: BellaEaso, Reinas de las Fiestas, aupadas <strong>en</strong> carrozas más o m<strong>en</strong>os fantasiosas...Excusatio non petita: <strong>en</strong> 1945, según afirmaban los organizadores de la BellaEaso, “no hay que confundir esta elección con esos concursos frívolos de misseso reinas” (Sada, 1977: 188).Y, desaparecidos los heraldos y casi todos los abanderados, las cantinerasy abanderadas com<strong>en</strong>zaron a proliferar <strong>en</strong> las tamborradas, portadoras de losestandartes de sociedades a las que no podían pert<strong>en</strong>ecer. Tal vez precisam<strong>en</strong>tepor eso se “feminizó” el papel, porque a medida que se incorporaban mujeresresultaban m<strong>en</strong>os apetecibles para los varones.Como qui<strong>en</strong> no quiere la cosa, sin ruido, las mujeres fueron relegadas, hastael extremo de que hoy <strong>en</strong> día parece que nunca estuvieron. Por retomar el ejemploantes m<strong>en</strong>cionado, Juanita Gaztañaga socia fundadora de Loiolatarra, sin citarun año concreto, pero <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o franquismo, refiere: “no nos dejaron pagar más lacuota y nos nombraron socias honorarias. ¡Fíjate qué título!”. Que si la sociedadhabía cambiado, que si se habían incorporado muchos (pero no muchas, nisiquiera pocas) jóv<strong>en</strong>es... Su exclusión es un ejemplo de que nada de lo ganado <strong>en</strong><strong>igualdad</strong> es definitivo, ni se garantiza por el mero hecho de incorporarse nuevasg<strong>en</strong>eraciones, si no hay otros factores positivos. Como m<strong>en</strong>cionaba un varón<strong>en</strong>trevistado, hablando de <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>: “me duele esa impresiónde que ya todo está hecho, porque es falsa”.Hasta como público espectador o com<strong>en</strong>sales era criticada su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>la calle <strong>en</strong> c<strong>en</strong>as y “a deshoras” (La Voz de España, 20/0119/57).Asimismo, el carácter o elem<strong>en</strong>tos carnavalescos que aún perduraban <strong>en</strong> la<strong>Tamborrada</strong> fueron eliminados por prohibición expresa <strong>en</strong> la dictadura: ¿chinoso turcas, nigromantes y magos, percebes o chipirones <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>? Hastala guerra, la comparsa de tambores y barriles era imprescindible, y de hecho, un20 Evolución, involución, re-evolución


int<strong>en</strong>to de “volver” a los originales trajes de fantasía solo <strong>una</strong> década después dehaberse afincado el binomio musical y civil-militar, <strong>en</strong> la década de 1890, fracasóporque no fue del gusto del público. Pero a su vez, <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces, los soldadosy harineros podían ir “acompañados” de otros elem<strong>en</strong>tos fantasiosos y hastacarrozas temáticas. Por ejemplo, era habitual que los “soldados” se pintaran o sepusieran barbas y bigotes postizos, o se pintaran la cara como payasos (ejemplo,fotografía <strong>en</strong> Gurpegui y Sada, 2012: 34-35). El franquismo prohibió los carnavalesy cualquier elem<strong>en</strong>to que recordara a un disfraz u otro carácter carnavalesco<strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, o su carácter jocoso: barbas y bigotes, cascos de bombero...así como ir por las calles tocando latas o cualquier otro trasto convertido <strong>en</strong>instrum<strong>en</strong>to musical <strong>en</strong> tamborradas informales. Aún <strong>en</strong> la década de los ses<strong>en</strong>taestaba prohibido (ergo, existía) (Diario Vasco, 22/01/1962); “La <strong>Tamborrada</strong> no esun carnaval, advierte la Alcaldía” (La Voz de España, 19/01/1967).Semejantes coreografías se relegaron al espacio privado. En 1960, <strong>en</strong> lasociedad Loiolatarra, tras la c<strong>en</strong>a, con bigotes, pajaritas y gorros de cocinero, setocaron a modo de tambores grandes botes de talco proporcionados por un socio,que los había conseguido de la fábrica donde trabajaba. Al año sigui<strong>en</strong>te sacaronla tamborrada a la calle, vestidos de blanco, sí, pero sin bigotes: <strong>en</strong> el espaciopúblico, la tamborrada era algo serio.Las mujeres participaban <strong>en</strong> la organización de la <strong>Tamborrada</strong>, que es <strong>una</strong>cto muy complejo y de mucha logística; pero su visibilidad estaba limitada apapeles muy concretos.Re-evoluciónEn cuanto las mujeres de Kresala manifestaron su int<strong>en</strong>ción de participar <strong>en</strong>su tamborrada, se esgrimieron <strong>en</strong> contra conceptos como tradición, id<strong>en</strong>tidad detodo un pueblo, idiosincrasia donostiarra... Y, como es habitual <strong>en</strong> estos casos, lahistoria. Pero, ¿qué historia? La de las mujeres de antes de la guerra que desfilabande soldado con el tambor? ¿La de recuperar el aire carnavalesco que prohibió elfranquismo? Los años no pasan <strong>en</strong> balde, y <strong>en</strong> 1980 la <strong>Tamborrada</strong> estaba yamuy arraigada <strong>en</strong> la personalidad colectiva donostiarra, aunque su organizacióntodavía se basara <strong>en</strong> las sociedades gastronómicas, y <strong>en</strong> estas dominaban loshombres, aunque tampoco todos los varones de la ciudad participaran <strong>en</strong> ellas.Eran los hombres vinculados a las sociedades las que ocupaban el espacio público,los que simbolizaban la ciudad, puesto que no esc<strong>en</strong>ificaban <strong>una</strong> simple fiesta,sino un rito. ¿Cómo incluir a las mujeres igualitariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un rito que parecíarotundo, cerrado, “completo”? ¿Cómo hacer aceptable <strong>una</strong> novedad <strong>en</strong> la tradición?Recurri<strong>en</strong>do al orig<strong>en</strong>. Y lo de m<strong>en</strong>os era si el orig<strong>en</strong> era cierto o leg<strong>en</strong>dario. Elcaso es que se creía o al m<strong>en</strong>os resultaba verosímil con la imag<strong>en</strong> que proyectabade la donostiarridad <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te y <strong>en</strong> el pasado. “No sabemos qué habríamos<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>21


hecho de otro modo. Algo, sí; pero no sabemos qué”, cu<strong>en</strong>tan las protagonistas deaquella primera tamborrada de Kresala de 1980 <strong>en</strong>trevistadas. Javier María Sadales ofreció un argum<strong>en</strong>to histórico impecable: recurrir a las fu<strong>en</strong>tes -nunca mejordicho- de la fiesta les otorgó <strong>una</strong> legitimidad histórica que parecía solo se lespedía a ellas. Poco importa argum<strong>en</strong>tar ahora que la historia no puede condicionarel pres<strong>en</strong>te, o que, <strong>en</strong> el caso de la <strong>Tamborrada</strong> (como <strong>en</strong> otras muchas fiestasrituales) el discurso histórico se construyó a posteriori. Lo que importa es que lahistoria es un compon<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tidad colectiva.¿Que la <strong>Tamborrada</strong> se inició <strong>en</strong> <strong>una</strong> fu<strong>en</strong>te haci<strong>en</strong>do remedo más o m<strong>en</strong>osburlón de los militares? ¿Y quién estaba, pues, <strong>en</strong> las fu<strong>en</strong>tes, sino las mujeres?Cuando <strong>en</strong> las casas no había agua, el trabajo de ir por ella ha sido, históricam<strong>en</strong>te,fem<strong>en</strong>ino. ¿Había aguadoras? Es decir, ¿ir por agua era un oficio? Lope de Vega dedicó<strong>una</strong> obra de teatro a la "moza de cántaro". B<strong>en</strong>goechea habla de las características“sullabetetzalles” (literalm<strong>en</strong>te, ll<strong>en</strong>adoras de herradas), “ese gremio de mujeres, detípicas maritornes, que con sus edarras (cántaros: nota nuestra) o sullas (herradas:nota nuestra) iban a la fu<strong>en</strong>te” (1913: 278). Que fuera un oficio propiam<strong>en</strong>te dichoo <strong>una</strong> de las muchas labores "propias de su sexo y condición" era irrelevante paracrear <strong>una</strong> figura coreográfica. Nadie se cuestionaba si los harineros pasaban muchoo poco tiempo <strong>en</strong> la fu<strong>en</strong>te, ni siquiera si tal oficio existía <strong>en</strong> Donostia, lo que noimpidió que se creara el personaje. Al fin y al cabo, <strong>una</strong> de las primeras comparsascarnavaleras donostiarras docum<strong>en</strong>tadas es la de jardineros, <strong>en</strong> <strong>una</strong> ciudad quese hacinaba d<strong>en</strong>tro de las murallas sin espacios verdes. Por no m<strong>en</strong>cionar la deciegos val<strong>en</strong>cianos, fuera eso lo que fuera. El caso es que aquellas mujeres pionerassí recurrieron a un oficio o al m<strong>en</strong>os a <strong>una</strong> actividad bi<strong>en</strong> docum<strong>en</strong>tada. En vezde barril, adecuaron como instrum<strong>en</strong>to musical la herrada, analizaron grabadosdel siglo XIX que les aportó Sada para confeccionar sus vestim<strong>en</strong>tas al estilo delas donostiarras de <strong>en</strong>tonces, y así crearon <strong>una</strong> nueva figura coreográfica, muchomás docum<strong>en</strong>tada históricam<strong>en</strong>te que otras.El éxito coreográfico ha sido tal y el discurso justificador de su inclusiónha calado tanto que la pres<strong>en</strong>cia de las aguadoras ha ayudado a reforzar la<strong>Tamborrada</strong> como factor id<strong>en</strong>titario donostiarra, puesto que le ha proporcionadomayor “legitimidad histórica”. Gracias a ellas, casi se puede decir que se haoficializado el orig<strong>en</strong> que el cronista José María Donosty calificaba de patraña.Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que carezca de rigor histórico, podemos calificarlo demito fundacional. Tal vez nadie se jugaría nada a favor de la historicidad de talversión; pero <strong>en</strong>caja perfectam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el discurso de la <strong>Tamborrada</strong>, es más,<strong>en</strong> la autopercepción donostiarra de ser “kaxkarin”. Decía el historiador y granmitólogo francés Georges Dumézil que “un pueblo sin ley<strong>en</strong>das se moriría defrío: un pueblo sin mitos está muerto”.La figura de la aguadora ha adquirido vida propia y <strong>en</strong>seguida fue adoptadapor otras tamborradas. Su éxito ha provocado <strong>una</strong> paradoja histórica: del mismomodo que fue el punto de partida <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong>, <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que es un22 Evolución, involución, re-evolución


personaje “histórico”, ha facilitado que se exti<strong>en</strong>da la percepción de que es elque corresponde a las mujeres. De todos modos, y esa es <strong>una</strong> de las principalescaracterísticas de la fiesta donostiarra, no hay un solo modelo para las difer<strong>en</strong>testamborradas. En ocasiones, las aguadoras han abierto el camino a que las mujeresocup<strong>en</strong> otros puestos, sobre todo <strong>en</strong> barriles, de las que están más próximaconceptual y coreográficam<strong>en</strong>te. Sin embargo, otras veces, ha dificultado el accesoa otros papeles, especialm<strong>en</strong>te a los tambores, argum<strong>en</strong>tando que históricam<strong>en</strong>telas mujeres no eran soldados.Es cierto que los militares eran varones (sin <strong>en</strong>trar ahora <strong>en</strong> que la cantineraes <strong>una</strong> figura militar, y <strong>en</strong> las numerosas excepciones históricas a esta regla); perono varones donostiarras, sino de fuera, y a m<strong>en</strong>udo <strong>en</strong>emigos. ¿En qué es m<strong>en</strong>oscoher<strong>en</strong>te <strong>una</strong> mujer tocando el tambor que un donostiarra que se uniformizade francés, inglés o portugués? ¿Aplicaríamos tal criterio a un varón de evid<strong>en</strong>teorig<strong>en</strong> biológico africano o asiático, por ejemplo? La respuesta, evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, noestá <strong>en</strong> la historia, sino <strong>en</strong> la percepción, casi siempre inconsci<strong>en</strong>te pero <strong>en</strong> todocaso muy <strong>en</strong>raizada, que se ti<strong>en</strong>e de la hombría y de la feminidad. Seguram<strong>en</strong>tepor eso mismo sigu<strong>en</strong> quedando tamborradas que no han incorporado a las mujeresni siquiera de aguadoras, ligadas a sociedades gastronómicas “tradicionales”, yeso que <strong>en</strong> la mayoría de casos sus tamborradas son posteriores a 1980.Por otro lado, los uniformes más “clásicos” como los de Gaztelubide yla Unión Artesana, <strong>en</strong>tre otros, no correspond<strong>en</strong> a uniformes históricam<strong>en</strong>tedocum<strong>en</strong>tados, sino a recreaciones de algo que se d<strong>en</strong>omina g<strong>en</strong>éricam<strong>en</strong>te“francés” o “napoleónico”. En su caso, más que “históricos”, son "de siempre". Siaquellas tamborreras con bombachos o soldados con faldas de antes de la GuerraCivil hubieran t<strong>en</strong>ido continuidad, seguram<strong>en</strong>te las nuevas aportaciones sehabrían asumido con naturalidad. Es muy habitual considerar histórica y por tantojustificada la pres<strong>en</strong>cia de lo que se ha conocido “de siempre” o “de toda la vida”.De todos modos, la exig<strong>en</strong>cia de mayor o m<strong>en</strong>or rigor histórico no es solocuestión de género. A medida que la <strong>Tamborrada</strong> se ha ido transformando <strong>en</strong> rito ypor tanto apreciando más su supuesto valor histórico, se acepta lo siempre conocido,pero parece que cualquier novedad exige <strong>una</strong> justificación docum<strong>en</strong>tada. Aquellasprimeras sociedades populares no s<strong>en</strong>tían necesidad de hacer algo así; pero, a partirdel boom iniciado <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta del siglo XX, y precisam<strong>en</strong>te más <strong>en</strong> aquelloscolectivos que no eran de orig<strong>en</strong> donostiarra y se incorporaban a la fiesta, la elecciónde atu<strong>en</strong>dos d<strong>en</strong>ota <strong>una</strong> voluntad de integrarse sin olvidar sus raíces, y <strong>en</strong> ello hanrecurrido a la historia: Espai Català, La Casa de Galicia o la de la Rioja han optadopor uniformes de unidades militares vinculadas con sus respectivos territorios, ylas mujeres, por lo que se suele d<strong>en</strong>ominar “trajes regionales”. En estos casos, lostrajes reflejan el deseo de recordar e incluso reivindicar, los oríg<strong>en</strong>es. Porque eljuego integración/difer<strong>en</strong>ciación se limita al ropaje, no a las figuras o coreografías.En el caso de las mujeres, tuvieron que recurrir a un medio que les permitieraintegrarse más fácilm<strong>en</strong>te, y después se ha naturalizado.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>23


Capítulo 1Días de <strong>en</strong>sayos


Se empiezan a escuchar redobles por toda la ciudad anunciando que seacerca el día de San Sebastián. Desde los primeros días del año, las tamborradasretoman sus <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros para <strong>en</strong>sayar. Tambores y barriles vuelv<strong>en</strong> a sonar <strong>en</strong>las sedes de sus <strong>en</strong>tidades u otros locales cedidos para la ocasión; colegios,salas de cultura y hasta discotecas se conviert<strong>en</strong> por unos días <strong>en</strong> lugares de<strong>en</strong>sayo para la gran fiesta.La emoción ya empieza a s<strong>en</strong>tirse <strong>en</strong> estos días previos a la fiesta. Parabu<strong>en</strong>a parte de sus participantes, los <strong>en</strong>sayos son la primera toma de contactodespués de casi doce meses. Hay caras de re<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro y recuerdos compartidosde fiestas pasadas. Cada cual ya sabe lo que ti<strong>en</strong>e que hacer. Incluso aquellaspersonas que se incorporan a la tamborrada por primera vez parece que hayanestado <strong>en</strong>sayando <strong>en</strong> algún otro lugar: “No es así, es que apr<strong>en</strong>des a tocar deverlo toda la vida, desde que eres niña”, nos dice <strong>una</strong> tamborrera.Todo el mundo se coloca <strong>en</strong> sus posiciones, tal vez hay alg<strong>una</strong> novedad<strong>en</strong> el repertorio: habrá que insistir <strong>en</strong> ese zortziko que se les resiste. Quizáspor la dificultad que añadía la Primitiva Marcha del Maestro Santesteban quese incorpora <strong>en</strong> el repertorio del 2013, la asist<strong>en</strong>cia a los <strong>en</strong>sayos ha sido esteaño más necesaria que nunca. Aunque <strong>en</strong> la práctica no hay sanciones a laspersonas que no acud<strong>en</strong> a los <strong>en</strong>sayos, desde las directivas de las tamborradasse recuerda a las personas participantes que sean constantes <strong>en</strong> su asist<strong>en</strong>cia.En estos <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros previos se revisan los puestos que cada cual ti<strong>en</strong>e queocupar, se recu<strong>en</strong>tan los instrum<strong>en</strong>tos y se verifica que estén <strong>en</strong> bu<strong>en</strong> estado,y se hac<strong>en</strong> aquellos retoques de los trajes que lo necesitan. También es <strong>en</strong>estas primeras citas cuando los nervios empiezan a aflorar.1. Cada año nuevas tamborradas,cada vez más son mixtasAño tras año, no paran de sumarse nuevos grupos que quier<strong>en</strong> festejar la<strong>Tamborrada</strong>. Si bi<strong>en</strong> esta fiesta siempre se asocia a las sociedades gastronómicas,lo cierto es que cualquier tipo de <strong>en</strong>tidad cultural regulada y legalm<strong>en</strong>teconstituida puede participar <strong>en</strong> la fiesta. Muchos otros colectivos, como, porejemplo, peñas deportivas, restaurantes y bares, asociaciones de madresy padres de c<strong>en</strong>tros escolares, organizaciones laborales, o asociacionesvecinales, también han querido estar pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la fiesta participandocon <strong>una</strong> tamborrada propia. Por lo g<strong>en</strong>eral, cuando un grupo crea <strong>una</strong> nuevatamborrada, lo hace a partir de algún colectivo o asociación que lo sust<strong>en</strong>ta.No obstante, exist<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas como Baso Etxea, Shesh<strong>en</strong>ar<strong>en</strong>a oLagun Berriak que part<strong>en</strong> de grupos o cuadrillas que no constituían <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad,sino que la crearon ex profeso para poder participar <strong>en</strong> la fiesta. Sea de <strong>una</strong>forma u otra, la participación <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> manera de ext<strong>en</strong>der<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>25


la actividad del grupo, de proyectarla <strong>en</strong> el espacio público, y de reforzar loslazos de amistad y las relaciones sociales.En 2013 el sonido de los palillos anuncia seis grupos nuevos, lo que llevaa un total de 125 tamborradas. Según los datos proporcionados por DonostiaFestak, 112 son mixtas y 13 masculinas. Estas últimas están registradas <strong>en</strong> tresde las siete zonas demarcadas por esta misma <strong>en</strong>tidad para la gestión de lafiesta: <strong>en</strong> la zona C<strong>en</strong>tro (con 6 tamborradas masculinas de un total de 24), <strong>en</strong>la Parte Vieja (4 de 23) y <strong>en</strong> Gros (3 de 20). Todas las tamborradas de las cuatrozonas restantes, Altza-Intxaurrondo, Amara, Antiguo y Loiola-Egia-Martut<strong>en</strong>e,son de composición mixta. Esta proporción no ha sido siempre así, ya quehace m<strong>en</strong>os de treinta y cinco años todas las tamborradas eran masculinas.El cambio se inicia <strong>en</strong> 1980.Durante estas primeras semanas de <strong>en</strong>ero, <strong>en</strong> el número 9 de la calle EuskalHerria, los compon<strong>en</strong>tes de la tamborrada de Kresala des<strong>en</strong>fundan nuevam<strong>en</strong>tesus tambores, barriles y herradas para <strong>en</strong>sayar las melodías de Sarriegui. Estatamborrada, situada <strong>en</strong> la Parte Vieja, fue la pionera <strong>en</strong> incorporar mujeres <strong>en</strong>sus filas, ocho años después de su fundación <strong>en</strong> 1972. En 1980 podremos vera las primeras mujeres participando <strong>en</strong> la fiesta tocando con los palillos <strong>en</strong> losdesfiles. Hasta <strong>en</strong>tonces participaban exclusivam<strong>en</strong>te llevando la bandera ovestidas de cantineras. El barril y, sobre todo, el tambor, parecían instrum<strong>en</strong>tossagrados que se mancillaban con el contacto de las manos fem<strong>en</strong>inas. Dejarque <strong>una</strong> mujer los tocase parecía todo un sacrilegio.Para conseguir su lugar <strong>en</strong> la fiesta, las mujeres de Kresala inv<strong>en</strong>taron unnuevo personaje inspirado <strong>en</strong> el imaginario histórico sobre las mujeres queantiguam<strong>en</strong>te iban a buscar agua a la fu<strong>en</strong>te: las aguadoras. Aunque hoy <strong>en</strong> díase haya asumido este personaje como uno de los compon<strong>en</strong>tes característicosde la fiesta de San Sebastián, su aparición constituyó uno de los hitos másimportantes <strong>en</strong> la historia de la participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>.Sin det<strong>en</strong>ernos ahora <strong>en</strong> contextualizar este hito ni <strong>en</strong> las consecu<strong>en</strong>cias de suaparición sobre el espacio festivo, que se aborda <strong>en</strong> otras secciones, podemosdecir que la iniciativa de Kresala marcó un antes y un después <strong>en</strong> la participaciónde la ciudadanía <strong>en</strong> la fiesta. Crearon ejemplo y abrieron un nuevo marco parala conversión de las tamborradas masculinas a mixtas y para la formación d<strong>en</strong>uevas tamborradas con mujeres y hombres participando <strong>en</strong> su desfile.Desde esta primera experi<strong>en</strong>cia, el número de tamborradas mixtas no hadejado de ir <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>to. Con las políticas de acción positiva que regulan lassubv<strong>en</strong>ciones concedidas a las tamborradas, iniciadas desde 1998 e impulsadasmás tarde d<strong>en</strong>tro del marco de la Ley de Igualdad del 2005, muchos de losgrupos que hasta <strong>en</strong>tonces no se habían planteado la <strong>en</strong>trada de las mujeres<strong>en</strong> sus filas optaron por pasar a t<strong>en</strong>er <strong>una</strong> composición mixta.26 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


LEY 4/2005, de 18 de febrero, para laIgualdad de Mujeres y HombresCAPÍTULO IICULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓNArtículo 25.–Actividades culturales.1.– Las administraciones públicas vascas, <strong>en</strong> el ámbito de suscompet<strong>en</strong>cias, han de adoptar las medidas necesarias para evitar cualquierdiscriminación por razón de sexo y para promover un acceso y participaciónequilibrada de mujeres y hombres <strong>en</strong> todas las actividades culturalesque se desarroll<strong>en</strong> <strong>en</strong> el ámbito de la Comunidad Autónoma de Euskadi.Se prohibe la organización y realización de actividades culturales <strong>en</strong>espacios públicos <strong>en</strong> las que no se permita o se obstaculice la participaciónde las mujeres <strong>en</strong> condiciones de <strong>igualdad</strong> con los hombres.2.– Las administraciones públicas vascas no podrán conceder ningúntipo de ayuda ni sus repres<strong>en</strong>tantes podrán participar <strong>en</strong> calidad de tales<strong>en</strong> ning<strong>una</strong> actividad cultural, incluidas las festivas, las artísticas, lasdeportivas y las realizadas <strong>en</strong> el ámbito de la normalización lingüísticadel euskera, que sea discriminatoria por razón de sexo.Actualm<strong>en</strong>te, podemos ver que el número de tamborradas excluy<strong>en</strong>tes esmuy minoritario y que la proporción de grupos mixtos sigue creci<strong>en</strong>do. En 2014hubo tres tamborradas masculinas que pasaron a mixtas. De los ci<strong>en</strong>to veintiochogrupos participantes <strong>en</strong> este año, solo diez sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do masculinos (DonostiaKultura, 2014). Este aum<strong>en</strong>to de tamborradas mixtas se debe, principalm<strong>en</strong>te,al surgimi<strong>en</strong>to de nuevos grupos que incluy<strong>en</strong> tanto mujeres como hombresdesde su creación. Aún así, la participación total de mujeres y hombres distamucho de ser pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te igualitaria: de acuerdo a las cifras de 2013, de untotal de 15.193 participantes <strong>en</strong> 2013, 5.323 son mujeres y 9.517 son hombres.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>27


Evolución de la participación fem<strong>en</strong>ina 2000-2013100%90%80%70%60%50%40%30%20%10%0%Evolución de la participación fem<strong>en</strong>ina 2000-2013.Cuadro 1: Evolución de la participación fem<strong>en</strong>ina 2000-2013.Elaboración propia a partir de datos de Donostia FestakElaboración propia a partir de datos de Donostia Festak2. Cómo ser miembro de <strong>una</strong> tamborradaCada tamborrada cu<strong>en</strong>ta con unos criterios propios para decidir quiénpuede ocupar las plazas disponibles, y dará prioridad a algunos aspectosdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de la naturaleza de la <strong>en</strong>tidad de la que se deriva y del estado<strong>en</strong> el que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre. La tamborrada de Erriberatarrak, por ejemplo, que seconstituye como la tamborrada de la asociación de vecinos y vecinas del barrioRiberas de Loiola, acogió <strong>en</strong> sus inicios a g<strong>en</strong>te de d<strong>en</strong>tro y fuera del barrio.Una vez que alcanzó un número de participantes considerable, y motivada porimpulsar la actividad y la conviv<strong>en</strong>cia vecinales, decidió restringir las plazasvacantes a las personas resid<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el barrio.Para alg<strong>una</strong>s tamborradas es un requisito indisp<strong>en</strong>sable que la personasea socia de la <strong>en</strong>tidad. En cambio, algunos grupos reservan parte de susplazas a personas no asociadas que participan <strong>en</strong> calidad de invitadas y quese integran <strong>en</strong> la compañía de forma temporal o perman<strong>en</strong>te. Así es comoalg<strong>una</strong>s de las tamborradas que eran masculinas, muchas de ellas ligadas asociedades gastronómicas, han podido incorporar a mujeres <strong>en</strong> su grupo yhacerse mixtas. Por ejemplo, mediante un sorteo <strong>en</strong>tre las mujeres propuestaspor los socios, mediante la rotación de socios que pued<strong>en</strong> proponer, o porlistas abiertas con prioridad a las propuestas de socios. Hay que decir alrespecto que estos métodos para incorporar mujeres reduc<strong>en</strong> casi a cero lasposibilidades de que estas puedan llegar a ocupar ciertos roles de prestigio28 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


o protagonismo, puesto que las plazas que ocupan suel<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un caráctertemporal y, además, pued<strong>en</strong> estar adjudicadas de manera aleatoria y, por lotanto, no meritoria.Pero no <strong>en</strong> todas las tamborradas las mujeres participan <strong>en</strong> calidad de“invitadas”. Muchas de las mixtas consideran que tanto mujeres como hombresson miembros de pl<strong>en</strong>o derecho. Sin embargo, esta integración no siempreocurre de la misma manera.3. El acceso de las mujeres a lafiesta: tres ejemplos, tres hitosCada tamborrada es un mundo, y el modo <strong>en</strong> la que las mujeres participan<strong>en</strong> ellas no es del todo uniforme; cada grupo adopta fórmulas difer<strong>en</strong>tes quevan desde la participación totalm<strong>en</strong>te igualitaria hasta la limitación a los rolesque se supone que históricam<strong>en</strong>te han sido fem<strong>en</strong>inos, como la cantinera, ola abanderada. En alg<strong>una</strong>s tamborradas las mujeres son totalm<strong>en</strong>te excluidas.Y es que si algo caracteriza a la <strong>Tamborrada</strong> es que hay <strong>una</strong> gran variedad deformas de repres<strong>en</strong>tar la fiesta, casi tantas como grupos tamborreros. Estees, por otra parte, uno de los elem<strong>en</strong>tos que explican el gran éxito de la fiestade San Sebastián, ya que hay un gran marg<strong>en</strong> para que la participación tomeformas bi<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes. Veamos algunos ejemplos.Una de las maneras <strong>en</strong> las que las mujeres pasan a <strong>en</strong>grosar las filas deciertas tamborradas es participando como cocineros o soldados, es decir, sinnecesidad de crear un personaje fem<strong>en</strong>ino para ellas.En el año 1982, hombres y mujeres de Eskaut Gia decidieron sumarse a lafiesta de San Sebastián. En este caso, se trataba de <strong>una</strong> tamborrada formadaúnicam<strong>en</strong>te por cocineros. Su peculiaridad es que incorporaba mujeres <strong>en</strong> susfilas tocando indistintam<strong>en</strong>te el tambor y el barril, al igual que sus compañeros.Es decir, mujeres y hombres participaban de manera indifer<strong>en</strong>ciada y todosvestidos con el traje de cocina. Este hecho que ahora no despierta mayor intrigaera algo realm<strong>en</strong>te novedoso <strong>en</strong> aquella época. Si algo ha caracterizado a estatamborrada es, precisam<strong>en</strong>te su carácter inclusivo, ya que además de habersido mixta desde el inicio, también desfilan <strong>en</strong> ella personas con diversidadfuncional, algo bastante inaudito <strong>en</strong> la fiesta de <strong>en</strong>tonces. Esta forma departicipar sin discriminar el sexo de sus participantes es, a día de hoy, <strong>una</strong> formaaceptada y recurr<strong>en</strong>te, sobre todo <strong>en</strong>tre las tamborradas de nueva creación.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>29


3. <strong>Tamborrada</strong> Eskaut Gia (1990). Fu<strong>en</strong>te: http://eskautak.blogspot.com.esUn año más tarde, <strong>en</strong> el barrio del Antiguo, se inicia la temporada de <strong>en</strong>sayospara la gran fiesta. Pero este año, al sonido de tambores y barriles se suma elde las herradas. Esta tamborrada había nacido <strong>en</strong> el 1896 con el nombre deDonosti Zarra y reunía a jóv<strong>en</strong>es del barrio del Antiguo. Hasta ese mom<strong>en</strong>to,todos ellos varones. Durante la época del franquismo, la tamborrada estuvogestionada desde la parroquia, cambiando su nombre por el de Los Luises. En1983 la jov<strong>en</strong> tamborrada, sigui<strong>en</strong>do el ejemplo de Kresala, decidió convertirse<strong>en</strong> mixta, integrando a mujeres como aguadoras. Hubo que confeccionar treintay cuatro trajes para las que se atrevieron a salir a las calles, de la misma formaque lo hicieron las pioneras de Kresala tres años antes. A partir de <strong>en</strong>tonces,el grupo pasó a llamarse Antiguoko Gazte Danborrada, tal y como se conoce<strong>en</strong> la actualidad. La particularidad de esta tamborrada está <strong>en</strong> la edad desus compon<strong>en</strong>tes, ya que solo pued<strong>en</strong> participar jóv<strong>en</strong>es de <strong>en</strong>tre quince ytreinta años de edad. Hasta el 2007, las jóv<strong>en</strong>es de esta tamborrada desfilabanúnicam<strong>en</strong>te vestidas de aguadoras y tocando la herrada, pero a partir de eseaño empiezan a tocar también el tambor. Esta tamborrada decidió que lasmujeres que desfilan vistan trajes “de mujer” y es por ello que sus tamborrerasluc<strong>en</strong> un traje militar “fem<strong>en</strong>ino”.30 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


4. Antiguoko Gazte Danborrada. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 21/01/1983Primeras tamborreras de Antiguoko Gazte Danborrada (1983)Mir<strong>en</strong> Artesano, Amaia Urruzm<strong>en</strong>di, Koro Astigarraga, Gemma Pausa, MaribelAlberdi, Maite Izquierdo, Maria Antonia Mielgo, Ana García, Mari Carm<strong>en</strong>Mor<strong>en</strong>o, Susana Villa, Jaione Taberna, Bea Rezusta, Iñake Kortadi, IsabelZelaia, Garbiñe Amilibia, Koro Egibar, El<strong>en</strong>a Arija, Arantxa Sarasua, Inés Arija,Arantxa Egibar, Itziar Egibar, Marisa Fernández y Maite BlancoUn tercer ejemplo de la diversidad de formas <strong>en</strong> las que las mujeres<strong>en</strong>tran a formar parte de <strong>una</strong> tamborrada lo <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> la peculiar PeñaAnastasio, la única <strong>en</strong> su modalidad. En 1998, <strong>en</strong> la zona del C<strong>en</strong>tro de la ciudad,la tamborrada de la Peña Anastasio iniciaba sus <strong>en</strong>sayos con <strong>una</strong> novedad: laampliación de su formación con la participación de más de ses<strong>en</strong>ta mujeres.Pero no se incorporarían de la misma forma que <strong>en</strong> las otras tamborradas,sino que se creó <strong>una</strong> tamborrada exclusivam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ina que contaba contamborreras, barrileras e incluso <strong>una</strong> tambor mayor al mando de todas ellas.La primera jov<strong>en</strong> que asumía el cargo de dirigir al conjunto era Estitxu Eceiza,nieta del fundador e hija del también tambor mayor de la tamborrada “s<strong>en</strong>ior”(de hombres), y estaba acompañada por la barril mayor Txus Moulian, que asu vez era hija del cabo de barriles de la sección masculina.La pr<strong>en</strong>sa de la época anunciaba la aparición de la primera tamborradaformada únicam<strong>en</strong>te por mujeres (Diario Vasco, 14/01/1998). Aunque este gruponacía d<strong>en</strong>tro de la Peña Anastasio, se difer<strong>en</strong>ciaba tanto de la tamborrada "s<strong>en</strong>ior"como de la juv<strong>en</strong>il (creada <strong>en</strong> 1986 y masculina durante veinticinco años, hasta2010). Cada <strong>una</strong> de las hoy secciones -que no tamborradas distintas-, tras suunificación para convertirse <strong>en</strong> tamborrada mixta, cu<strong>en</strong>ta con todos los rolesnecesarios para que puedan circular <strong>en</strong> la fiesta de manera autónoma. Si algo<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>31


caracteriza a la tamborrada de Anastasio es que están articuladas <strong>en</strong> torno alos vínculos familiares: Plácido Eceiza, su fundador, era padre del actual tambormayor de la sección masculina y abuelo de la tambor mayor de la fem<strong>en</strong>ina,además de toda <strong>una</strong> personalidad <strong>en</strong> el universo tamborrero.5. <strong>Tamborrada</strong> fem<strong>en</strong>ina de Peña Anastasio el año de su debut. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco (21/01/1998)Si bi<strong>en</strong> las tres secciones de Anastasio desfilan separadam<strong>en</strong>te por las callesdel C<strong>en</strong>tro, suel<strong>en</strong> juntarse <strong>en</strong> lugares clave del recorrido para tocar juntas. Alser un grupo tan amplio, optaron por separar sus marchas y facilitar la logísticadel desfile, reuniéndose únicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> algunos puntos de su recorrido. Tambiénse divid<strong>en</strong> <strong>en</strong> los <strong>en</strong>sayos, aunque <strong>en</strong> esta ocasión (2013) solo <strong>en</strong> dos grupos:por un lado <strong>en</strong>sayan los hombres compon<strong>en</strong>tes de la masculina, y, por otro,los miembros de la fem<strong>en</strong>ina y la juv<strong>en</strong>il. En el <strong>en</strong>sayo g<strong>en</strong>eral, sin embargo,todo el conjunto se une bajo el mismo rataplán.Las modalidades <strong>en</strong> las que las mujeres participan <strong>en</strong> los desfiles tocandotambor o barril son muchas. En los tres ejemplos que aquí hemos visto las mujerestocan ambos instrum<strong>en</strong>tos, pero esto no es siempre así. En muchos casos, lasmujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> vetado el tambor, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> aquellas <strong>en</strong> las que solovist<strong>en</strong> de aguadoras. Para algunos grupos es difícil asociar las mujeres al trajede soldado, por lo que <strong>en</strong> las filas de tambores solo veremos hombres. En otrastamborradas, si bi<strong>en</strong> no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que <strong>una</strong> mujer pueda vestir de soldado, noti<strong>en</strong><strong>en</strong> inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te <strong>en</strong> que toque el tambor vestida de aguadora. Y, por último,hay también tamborradas <strong>en</strong> las que mujeres y hombres vist<strong>en</strong> indistintam<strong>en</strong>tede soldado o cocinero y aporrean su instrum<strong>en</strong>to correspondi<strong>en</strong>te.32 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


4. Órganos de decisiónEl carácter de la <strong>en</strong>tidad de partida influye, y mucho, <strong>en</strong> cómo se organizacada tamborrada. Todas cu<strong>en</strong>tan con <strong>una</strong> comisión organizadora y sus miembrosson qui<strong>en</strong>es toman las decisiones. A pesar de que las mujeres empezaron aparticipar <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> contemporánea <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta del sigloXX, sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do muchos los grupos <strong>en</strong> los que la comisión organizadorasolo está formada por hombres, de manera particular cuando la <strong>en</strong>tidad queacoge la tamborrada es masculina, como es el caso de muchas sociedadesgastronómicas.El acceso a estos órganos es muy importante, puesto que es allí dondese toman las decisiones. Paradójicam<strong>en</strong>te, cuando se trata la cuestión de laparticipación de las mujeres <strong>en</strong> la fiesta no se suele dar mucha importanciaa estos espacios, posiblem<strong>en</strong>te porque resultan invisibles al no formar partedel espectáculo que recorre las calles. Sin embargo, que las mujeres estén allípres<strong>en</strong>tes o no, es decisivo.Aunque <strong>en</strong> teoría no hay limitaciones para llegar a ocupar cargos directivos,<strong>en</strong> la práctica, y de manera variable según cada tamborrada, influy<strong>en</strong> la edad,el sexo, las redes de relaciones o incluso la posición social <strong>en</strong> algunos casos.La <strong>en</strong>trada de las mujeres a las comisiones organizadoras dep<strong>en</strong>de <strong>en</strong> granmedida de la naturaleza de cada <strong>en</strong>tidad y de los protocolos que regulanel acceso <strong>en</strong> cada <strong>una</strong> de ellas. En las sociedades masculinas o con pocapres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina, a las mujeres les resulta imposible o muy difícil accedera los espacios de decisión.Los estatutos de la tamborrada de la sociedad gastronómica Gizartea, porejemplo, determinan que la comisión esté compuesta por el tambor mayor, elcabo de barriles y el presid<strong>en</strong>te de la sociedad. En este y otros casos similares,la participación <strong>en</strong> la comisión se vincula con el organigrama y jerarquías dela tamborrada y de la propia sociedad. Así, aunque la tamborrada fuera mixta,dado el ínfimo número de mujeres que ocupan puestos tamborreros de mando,la posibilidad de que particip<strong>en</strong> <strong>en</strong> la comisión es prácticam<strong>en</strong>te nula. En ellado opuesto, <strong>en</strong>contramos comisiones mucho más permeables y abiertas ala participación de cualquier persona que sea integrante de la tamborrada.En estos casos, y aquí también se sobre<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que estamos hablando delas mixtas, las mujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> más posibilidades de acceder a la comisión ysuperar el 0% de repres<strong>en</strong>tación. Ahora bi<strong>en</strong>, aunque no hemos conseguidodatos de la composición de todas las comisiones de tamborradas, parece serque las mujeres sigu<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tando <strong>una</strong> proporción muy reducida incluso<strong>en</strong> las tamborradas mixtas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes, también, a <strong>en</strong>tidades mixtas.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>33


6. Rueda de pr<strong>en</strong>sa de la comisión de tamborradas del C<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong>ero 2013. Foto: Luz MaceiraEs necesario señalar además que cuanto mayor sea el prestigio de latamborrada, mayor será el honor de participar <strong>en</strong> su comisión. En otras palabras,<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas, pert<strong>en</strong>ecer a la comisión no solo supone asumir <strong>una</strong>responsabilidad, sino también <strong>una</strong> posición prestigiosa, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>los casos de las tamborradas insignia.En contraste, <strong>en</strong> la tamborrada Erriberatarrak, disminuye la cantidad dedecisiones que hay que tomar a medida que avanzan los años. Ya no hay queocuparse de organizar lo básico: los trajes, el local para <strong>en</strong>sayar, los instrum<strong>en</strong>tos,la banda de música, etc., de modo que el trabajo que hay que llevar a caboes, sin duda, mucho m<strong>en</strong>or que al principio. Sin embargo, cuesta bastante<strong>en</strong>contrar personas voluntarias que quieran formar parte de dicha comisión. Entamborradas como esta, sean nuevas, de barrio, o más modestas, el inc<strong>en</strong>tivoes mucho m<strong>en</strong>or y m<strong>en</strong>or también el número de personas voluntarias, puestoque esta responsabilidad no conlleva el prestigio que se alcanza <strong>en</strong> otrastamborradas de más solera.El problema es que muchas de las tamborradas que cu<strong>en</strong>tan con ciertoestatus, sea debido a la <strong>en</strong>tidad a la que se asocian, al papel que desempeñan<strong>en</strong> la fiesta, a su veteranía, o a otras razones, cu<strong>en</strong>tan con comisiones soloformadas por hombres. Casualm<strong>en</strong>te, son ciertas tamborradas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tesa <strong>en</strong>tidades masculinas las que ocupan los puestos más significativos <strong>en</strong> eluniverso tamborrero, como pued<strong>en</strong> ser Gaztelubide o la Unión Artesana, solopor nombrar las más destacadas. Las de Erriberatarrak y de Pres<strong>en</strong>tación deMaría son ejemplo de lo opuesto: ambas son mixtas, proced<strong>en</strong> de <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidadmixta también, cu<strong>en</strong>tan con mujeres <strong>en</strong> sus respectivas comisiones, pero34 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


además son agrupaciones nuevas, de barrio y sin vinculación a <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad,digamos, prestigiosa.5. Las tareas de int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciaA las cuatro y veinte del día 12 de <strong>en</strong>ero de 2013, las puertas del colegioAmara Berri se abr<strong>en</strong> para acoger a las niñas y niños que asist<strong>en</strong> al <strong>en</strong>sayo dela tamborrada. Llegan con sus madres, alg<strong>una</strong>s de ellas cargadas con bolsasdonde llevan los trajes que hay que arreglar. Alg<strong>una</strong> medida mal cogida, undescosido <strong>en</strong> el codo que algui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>drá que rem<strong>en</strong>dar. Faltan diez minutospara el <strong>en</strong>sayo y tres mujeres recib<strong>en</strong> a las madres para <strong>en</strong>cargarse de estosasuntos “colaterales” de la función. Finalm<strong>en</strong>te, a las cuatro y media niñosy niñas <strong>en</strong>tran corri<strong>en</strong>do al patio del colegio preparado para que puedan<strong>en</strong>sayar. Alg<strong>una</strong>s mujeres van sacando altavoces que colocan a los lados delpatio cubierto, y <strong>una</strong> mesa de sonido que sitúan <strong>en</strong> el medio, para que sepueda oír bi<strong>en</strong>. Los niños y niñas van formando <strong>en</strong> fila para recoger los barriles,tambores y palillos, y se colocan <strong>en</strong> su sitio. Aparte de la mujer que coordinatoda la actividad, hay tres mujeres p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes del ord<strong>en</strong> <strong>en</strong> las filas. Tambiénhay un hombre <strong>en</strong>cargado de la mesa de música, el único que participa <strong>en</strong> lapreparación de la tamborrada del colegio d<strong>en</strong>tro de la comisión.Como vemos <strong>en</strong> el fragm<strong>en</strong>to anterior, exist<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tareas de organizacióny de cuidados complem<strong>en</strong>tarias que son realizadas por personas que no cu<strong>en</strong>tancomo participantes <strong>en</strong> las estadísticas oficiales de la fiesta, pero que son igual d<strong>en</strong>ecesarias para que pueda celebrarse con éxito. Y esto es algo que ocurre tanto<strong>en</strong> las tamborradas infantiles como <strong>en</strong> las de personas adultas, <strong>en</strong> las mixtas y<strong>en</strong> las masculinas. Hay tareas de int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia desempeñadas por g<strong>en</strong>te a qui<strong>en</strong>se le asigna específicam<strong>en</strong>te esa función d<strong>en</strong>tro de la comisión organizadora,pero también hay trabajos realizados por personas m<strong>en</strong>os visibles que ayudanllevando a cabo difer<strong>en</strong>tes tareas. Muchas de ellas son realizadas desde lospropios hogares, como lavar, planchar, preparar y arreglar los trajes, y <strong>en</strong> estoscasos son las esposas, hermanas, madres o abuelas qui<strong>en</strong>es se ocupan deello, y gracias a su trabajo las tamborradas luc<strong>en</strong> impecables. Estas mujerescolaboran para que la fiesta sea posible, pero sin disfrutar necesariam<strong>en</strong>tede ella. Han asumido este trabajo “<strong>en</strong> la sombra”, por cercanía, o porque lestoca y, <strong>en</strong> ocasiones, con mucha implicación emocional. ¿Qué sería de lastamborradas sin su ayuda? Una <strong>en</strong>trevistada se expresaba así al referirse a la“ayuda” de su abuela:¡Mi abuela siempre organizando todo! Bu<strong>en</strong>o, ayudando. Síque hace muchas cosas [...], la mujer hace mucho por estafiesta aunque quizás no tan visible. Bu<strong>en</strong>o, ahora cada vez<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>35


más visible. [...] Entonces yo creo que el papel de la mujer<strong>en</strong> la tamborrada es muy importante.Importante sí, pero muy poco reconocido, visibilizado y valorado.Precisam<strong>en</strong>te por eso es necesario sacar a la luz todos estos trabajos queson muy a m<strong>en</strong>udo realizados por mujeres, fundam<strong>en</strong>tales para la fiesta, peroque pasan g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te tan inadvertidos. A lo largo de los años, multitudde mujeres han colaborado sin mayor reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el desarrollo de lastamborradas que hoy desfilan <strong>en</strong> la ciudad.Otros trabajos de int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia se realizan durante el propio desfile, comoabastecer de bebida a la formación o llevar los palillos de repuesto. En alg<strong>una</strong>stamborradas masculinas, estas tareas son la función de algunos personajesfem<strong>en</strong>inos, como es el caso de las aguadoras de la tamborrada de Ollagorra,que llevan la bebida para los tamborreros <strong>en</strong> sus barriles, o el de las palillerasde los Corcones. En ninguno de estos dos casos las mujeres pued<strong>en</strong> hacersonar los instrum<strong>en</strong>tos.7. Aguadoras con champán <strong>en</strong> sus herradas. Foto: Luz MaceiraGracias a los esfuerzos de muchas mujeres y hombres, el trabajo se vahaci<strong>en</strong>do por <strong>una</strong> misma causa, la <strong>Tamborrada</strong>, pero no se hace siempre de lamisma manera. Las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre tamborradas son, <strong>en</strong> algunos casos, casiinsalvables. Y la variedad <strong>en</strong> composición, organización, formas de incorporara las mujeres, espacios de decisión, etc. es casi inabarcable. En los días previosa la fiesta, sin embargo, hay algo <strong>en</strong> lo que coincid<strong>en</strong>: todas ellas se afanan <strong>en</strong>los <strong>en</strong>sayos para que el día de la fiesta todo salga bi<strong>en</strong>.Es ya el 18 de <strong>en</strong>ero, día de <strong>en</strong>sayo g<strong>en</strong>eral para muchas tamborradas y,por lo tanto, cita obligada de qui<strong>en</strong>es <strong>en</strong> pocos días van a desfilar. Soldados,cocineros y aguadoras aguardan la señal para dar inicio al rataplán. Sobre36 Capítulo 1 - Días de <strong>en</strong>sayos


las gradas que bordean la sala de <strong>en</strong>sayo descansan algunos trajes reciénretocados. Después de dos horas de <strong>en</strong>sayo, la tambor mayor finalm<strong>en</strong>te puededescansar sus brazos, y cont<strong>en</strong>ta por el resultado felicita a toda la compañía.¡El gran día está cerca!<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>37


Molto b<strong>en</strong> trovato!!!Las claves de un éxito¿Cuándo surgió la versión delorig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong>?Leonardo Fernández Eleicegui, más conocido como cronista oficial de laciudad con el significativo sobr<strong>en</strong>ombre de José María Donosty, afirma que laprimera <strong>Tamborrada</strong> fue <strong>en</strong> 1835-36, si bi<strong>en</strong> Eug<strong>en</strong>io Gabilondo la sitúa <strong>una</strong>década después (Gurpegui y Sada, 2012: 19).Más allá de la fecha, lo que no se cuestiona es que surgió como <strong>una</strong> comparsade carnaval, al igual que otras muchas. ¿La difer<strong>en</strong>cia? Que las otras eranefímeras, duraban como mucho unos pocos años, mi<strong>en</strong>tras que la <strong>Tamborrada</strong>,a fuerza de repetirse anualm<strong>en</strong>te (aunque con alg<strong>una</strong>s interrupciones) acabóconvirtiéndose <strong>en</strong> la comparsa por excel<strong>en</strong>cia. ¿Por qué?, ¿qué t<strong>en</strong>ía de especial?No se sabe, porque las respuestas no nos las dieron <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to qui<strong>en</strong>es lasprotagonizaron <strong>en</strong> sus inicios, sino que tan solo contamos con interpretacionesa posteriori, muy a posteriori.En tales interpretaciones, lo que comprobamos es que cuanto más tarde seindaga <strong>en</strong> los oríg<strong>en</strong>es, más importancia se le concede a la historia. Y esto es algoque no deja de resultar paradójico, puesto que, <strong>en</strong> este caso, la historia se utilizapara demostrar un orig<strong>en</strong> que se sabe históricam<strong>en</strong>te falso. Se podría afirmarque nadie defi<strong>en</strong>de que el orig<strong>en</strong> sea cierto, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>tido literal, puestoque no está docum<strong>en</strong>tado; pero todos los datos que se dan sobre el orig<strong>en</strong> y losprimeros años se <strong>en</strong>caminan a dar verosimilitud a lo sigui<strong>en</strong>te: El día de SanSebastián, muy de madrugada, los donostiarras se dirigieron <strong>en</strong> cómico desfilepor las calles, imitando los sones de los tambores militares que bajaban a laspuertas de la ciudad, <strong>en</strong>tonces amurallada. Y lo hicieron con cualquier cosa quesonara parecido, concretam<strong>en</strong>te con barriles, puesto que los harineros habíanacudido como hacían diariam<strong>en</strong>te a la fu<strong>en</strong>te. Y así anunciaron ruidosam<strong>en</strong>te lasalida del “buey <strong>en</strong>sogado”. ¿Fue así? Pudo haberlo sido, es creíble: se non è vero,è b<strong>en</strong> trovato.¿Qué dijeron <strong>en</strong>tonces sobre el motivo de salir marcando el ritmo con tamboreso cualquier instrum<strong>en</strong>to improvisado <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te carnavalero? Nada. Ladocum<strong>en</strong>tación posterior a 1813 -la anterior quedó destruida <strong>en</strong> el inc<strong>en</strong>dio- recogede manera bastante precisa los acontecimi<strong>en</strong>tos de relevancia social ocurridos<strong>en</strong> Donostia, incluidos los folklóricos. Es <strong>una</strong> ciudad de gran riqueza musical y38 Molto b<strong>en</strong> trovato!!! Las claves de un éxito


de fuerte tradición bertsozale, que ha dado grandes nombres a la música vasca.Algunos de ellos participaron directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la creación de la <strong>Tamborrada</strong><strong>en</strong>tre los que destacan Sarriegui (y antes Santesteban) y Serafín Baroja, autoresrespectivam<strong>en</strong>te de la música y letra de la Marcha de San Sebastián, <strong>en</strong>tre otrasobras muy donostiarras. No dejaron testimonio del porqué de semejante fiesta<strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to, seguram<strong>en</strong>te porque aquellas primeras tamborradas no t<strong>en</strong>íanvocación de continuidad y sus integrantes no eran consci<strong>en</strong>tes de que estasllegarían a convertirse <strong>en</strong> el elem<strong>en</strong>to vertebrador de la principal fiesta donostiarra.Ciertam<strong>en</strong>te, como suele ocurrir con este tipo de actos folklóricos, los primerosaños no fueron fáciles: la comparsa tamborrera buscaba su hueco <strong>en</strong> el abigarradocal<strong>en</strong>dario festivo de invierno, y la fiesta que probablem<strong>en</strong>te nació <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a PrimeraGuerra Carlista (1833-39) no se afianzó hasta después de la Segunda Carlistada(1872-1876). Al fin y al cabo, no nació para eternizarse como rito anual, sino alcontrario. Solo después de celebrarse (casi) todos los años, repitiéndose tambiénsus protagonistas y coreografías (ropajes, melodías, recorridos, horarios...) se fueas<strong>en</strong>tando, puli<strong>en</strong>do, mejorando, resultando atractiva a un público y número departicipantes cada vez mayor.¿Y el orig<strong>en</strong>, <strong>en</strong>tonces? Donosty, <strong>en</strong> el prólogo a "Dos siglos de <strong>Tamborrada</strong>" deSada de 1977, cu<strong>en</strong>ta cómo surgió la versión de la fu<strong>en</strong>te a finales del XIX <strong>en</strong> <strong>una</strong>animada tertulia, y cómo algui<strong>en</strong> publicó la broma un 20 de <strong>en</strong>ero... y cómo elautor publicó unos años después que aquella versión no t<strong>en</strong>ía ningún fundam<strong>en</strong>tohistórico. Sada id<strong>en</strong>tifica al autor de la broma y de la rectificación a principios delsiglo XX y cita: "Declaro solemnem<strong>en</strong>te que aquel docum<strong>en</strong>to histórico fue obrade varios guasones" (Gurpegui y Sada, 2012: 19). Donosty califica el supuestoorig<strong>en</strong> de "episodio estúpido" y "patraña", y de "incautos" a qui<strong>en</strong>es lo cre<strong>en</strong>, puestoque <strong>en</strong> vez de desm<strong>en</strong>tir aquella versión, la copian <strong>una</strong> y otra vez; es más, la vanadornando de detalles concretos. Y añade que no se puede saber, quién, cuándo,dónde y cómo surgió la <strong>Tamborrada</strong>. Incautos o no, el m<strong>en</strong>saje de aquel primerartículo caló <strong>en</strong> la ciudadanía. ¿Nadie se <strong>en</strong>teró de la refutación posterior delautor? Es poco probable. Más bi<strong>en</strong> parece que la primera versión les resultabatan creíble que se siguió transmiti<strong>en</strong>do.¿Entonces, lo del orig<strong>en</strong>? El propio Donosty nos proporciona <strong>una</strong> clave: "como<strong>en</strong> toda m<strong>en</strong>tira, puede que haya algo de verdad <strong>en</strong> ella". Y cae <strong>en</strong> la contradicciónque acaba de cond<strong>en</strong>ar: aun reconoci<strong>en</strong>do que la fiesta nació "<strong>en</strong> traje de calle" yluego "se vistió de uniforme", añade que, pese a todos los cambios, "la <strong>Tamborrada</strong>ha conservado siempre <strong>una</strong> constante, su aire marcial y su atu<strong>en</strong>do militar máso m<strong>en</strong>os sofisticado".Más allá de que la palabra “siempre” es de difícil uso <strong>en</strong> historia, resultallamativo que este mismo autor que refuta la versión de que nació <strong>en</strong> la fu<strong>en</strong>tey de ahí los barriles, defina la <strong>Tamborrada</strong> como “<strong>una</strong> bufonada, <strong>una</strong> réplicahumorística, más que caricaturesca, de las grandes paradas, retretas, marchas,<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>39


desfiles de tropas que los donostiarras hubieron de pres<strong>en</strong>ciar a fines del sigloXVIII y principios del XIX con motivo de las reiteradas ocupaciones de tropasextranjeras de nuestra ciudad”. Sin <strong>en</strong>trar a hacer distingos <strong>en</strong>tre bufonada ycaricatura, parece insinuar que <strong>en</strong> este caso el humor no era burlesco. No es undetalle baladí, puesto que niega o al m<strong>en</strong>os suaviza un posible orig<strong>en</strong> críticode aquellas primeras tamborradas, pese a que <strong>una</strong> de las características delcarnaval era criticar a las autoridades -aunque sin cuestionami<strong>en</strong>to del sistemao propuestas alternativas-.Ahora es más interesante analizar que la supuesta o real burla estaría dedicadaa ejércitos extranjeros, y nos desliza imperceptiblem<strong>en</strong>te a la Donostia de hacedosci<strong>en</strong>tos años, <strong>en</strong> uno de los mom<strong>en</strong>tos más complicados de su superviv<strong>en</strong>ciacomo ciudad, al inc<strong>en</strong>dio de 1813 y posterior reconstrucción, arquitectónica y,<strong>en</strong> gran medida, social. A difer<strong>en</strong>cia de inc<strong>en</strong>dios y asedios anteriores, despuésde aquel, la ciudad no volvió a ser la misma. No sin esfuerzos, dudas y t<strong>en</strong>siones,la nueva ciudad participó pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te del cambio que se estaba produci<strong>en</strong>do <strong>en</strong>toda Europa como <strong>en</strong> ning<strong>una</strong> otra localidad vasca del mom<strong>en</strong>to.¿Cuándo se docum<strong>en</strong>ta por primera vez la <strong>Tamborrada</strong>? ¿En 1814 o añosinmediatam<strong>en</strong>te posteriores al inc<strong>en</strong>dio? No, mucho después, como muy pronto<strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a Guerra Carlista. Es llamativo que se le haya concedido tan poca at<strong>en</strong>cióna ese dato, puesto que la <strong>Tamborrada</strong>, además de <strong>en</strong> ambi<strong>en</strong>te carnavalesco,nació <strong>en</strong> ambi<strong>en</strong>te bélico. Y no fue <strong>una</strong> guerra irrelevante para la ciudad: bloqueocarlista, hacinami<strong>en</strong>to de tropas d<strong>en</strong>tro de sus murallas, con todo lo que suponíade obstáculo y gasto <strong>en</strong> la vida diaria. Aun sin guerra, Donostia era plaza militar,<strong>en</strong>cerrada <strong>en</strong> <strong>una</strong>s murallas, incómoda y <strong>en</strong> constante pugna con las exig<strong>en</strong>ciasde las autoridades militares. ¿Tropas extranjeras? Sí, de nuevo las británicas, estavez favoreci<strong>en</strong>do la causa liberal, a la que se había adherido casi <strong>en</strong> bloque elejército español. Pero las tropas <strong>en</strong>emigas no eran francesas, sino carlistas, <strong>en</strong>trecuyas filas militaban también donostiarras. Veinte años después, la soldadescabritánica atacaba desde d<strong>en</strong>tro afuera, y pagó muy caras sus derrotas, como todavíarecuerda el "Cem<strong>en</strong>terio de los Ingleses" de Urgull, de aquella época. Pero qui<strong>en</strong>escon las primeras y últimas luces del día acudían a abrir o cerrar las puertas de lamuralla, con sus tambores, no serían aquellos soldados británicos, sino el ejércitoregular español, especialm<strong>en</strong>te si la <strong>Tamborrada</strong> nació <strong>en</strong> la década posterior,la de los cuar<strong>en</strong>ta.¿Importa mucho a quiénes remedaban las comparsas tamborreras? ¿Si partieronde <strong>una</strong> fu<strong>en</strong>te u otra, o ning<strong>una</strong>? ¿Si eran panaderos, harineros o cocineros, oeran las mujeres que iban por agua? Desde luego, la primera vez, y <strong>en</strong> las décadassigui<strong>en</strong>tes, no. Pero a finales del siglo XIX, ya no con "trajes de fantasía" más om<strong>en</strong>os estrafalarios, sino uniformados de militares o harineros barrileros, esdecir, cuando el aire carnavalesco va cedi<strong>en</strong>do al ritual de id<strong>en</strong>tidad colectiva,<strong>en</strong>tonces el orig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong> sí importa, y mucho. El uso de los uniformesmilitares ya es un dato que indica esa dirección: cuando <strong>en</strong> 1892 la Unión Artesana40 Molto b<strong>en</strong> trovato!!! Las claves de un éxito


decidió volver a "la antigua usanza y capricho", recuperando así el aspecto de lastamborradas anteriores a la década de los och<strong>en</strong>ta, la población no lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>diócomo <strong>una</strong> "vuelta al orig<strong>en</strong>", sino como <strong>una</strong> ruptura de la "tradición". A partir de<strong>en</strong>tonces, aunque durante décadas mantuvo su aire y disfraces carnavalescos, la<strong>Tamborrada</strong> se afianzó <strong>en</strong> torno a dos compañías, la de soldados/tambores y la deharineros/barriles (el término cocineros se asi<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la segunda década del sigloXX), y com<strong>en</strong>zó a ext<strong>en</strong>derse a otros barrios. Para este proceso, ver Sada (2011).De nuevo hay que recurrir a la historia; pero no a la de los pequeños detalles,que si la fu<strong>en</strong>te de koxkas o la de Kañoieta, sino al contexto europeo del siglo XIX.De nuevo, según cu<strong>en</strong>ta el mito más que la historia, la <strong>Tamborrada</strong> se vistió (qu<strong>en</strong>o disfrazó, pese a ser carnavalesca) de militar <strong>en</strong> 1882, cuando el Ayuntami<strong>en</strong>todejó <strong>en</strong> manos de la Artesana unos uniformes “napoleónicos” que se conservaban<strong>en</strong> San Telmo. Un año antes les habían cedido los tambores que la guarnición usara<strong>en</strong> 1813. Los harineros, <strong>en</strong> principio más originarios de la fiesta que los militares,vestidos de tales y con barriles, se incorporaron oficialm<strong>en</strong>te después, <strong>en</strong> 1886,aunque tal vez la figura ya existía <strong>en</strong> ediciones anteriores, más informales. Ybastaron unos pocos años para que, como se dijo antes, ya no se pudiera retrocedera un tipo de <strong>Tamborrada</strong> previo a estas dos compañías conjuntas.Merece la p<strong>en</strong>a det<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> un detalle del párrafo anterior: tras el inc<strong>en</strong>diode 1813 los frailes alquilaron parte de San Telmo como cuartel. En 1836, con laconocida como desamortización de M<strong>en</strong>dizabal, los religiosos fueron expulsados,el Estado se apropió del conv<strong>en</strong>to y todo el edificio fue destinado a cuartel. En 1913fue declarado monum<strong>en</strong>to, y hasta 1928 no fue adquirido por el ayuntami<strong>en</strong>to paratrasladar allá su museo municipal. ¿Uniformes napoleónicos? Ante todo hay queseñalar que difícilm<strong>en</strong>te pasarían a ser material municipal unos bi<strong>en</strong>es militares,t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que el conv<strong>en</strong>to, y todo Urgull, seguía si<strong>en</strong>do propiedad delejército. ¿Fueron los militares qui<strong>en</strong>es proporcionaron aquellos viejos tamboresy uniformes? Quizá, por qué no. Pero es poco probable que hubieran pert<strong>en</strong>ecidoal ejército napoleónico, ya que los franceses hicieron uso de las edificaciones deUrgull y la ciudadela, no del conv<strong>en</strong>to. ¿Que los depositaron allí, a saber por qué,y luego los abandonaron? ¿O tal vez lo hicieran los británicos y/o portugueses<strong>una</strong> vez tomada la plaza?Donostia continuó si<strong>en</strong>do plaza militar hasta 1863 y por esa razón no sepudieron derribar antes las murallas. Y <strong>en</strong> la Segunda Carlistada volvió a padecerun sitio y consigui<strong>en</strong>te militarización. Y San Telmo y Urgull no habían dejadode estar <strong>en</strong> manos del ejército. ¿Por qué serían, pues, uniformes napoleónicos osiquiera de época napoleónica? Resultaría más creíble, <strong>en</strong> todo caso, que fuerande un periodo <strong>en</strong>tre las dos guerras carlistas, cuando los uniformes estabancambiando notablem<strong>en</strong>te de aspecto y funcionalidad, y podían ser tamboresy uniformes anticuados, no de hacía set<strong>en</strong>ta años, ya que estarían podridos dehumedad y con polilla... Y aún y todo, dos o tres décadas ya son mucho tiempo<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>41


para la ropa: de ser <strong>en</strong> cierto modo utilizables, sí es posible que lo fueran paralucimi<strong>en</strong>to de un día.Otro elem<strong>en</strong>to interesante es que tal <strong>en</strong>trega de materiales se pres<strong>en</strong>tacomo <strong>una</strong> vinculación de la fiesta con el Ayuntami<strong>en</strong>to y no con el ejército. Y másinteresante aún es que se vincule con 1813, y no con la Primera o la SegundaGuerra Carlista, o con el derribo de las murallas. Para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la mitificación“histórica” de la <strong>Tamborrada</strong>, hay que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la conniv<strong>en</strong>cia de dos factoresfolklóricos <strong>en</strong> Donostia: uno, g<strong>en</strong>eral; otro, local.T<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia g<strong>en</strong>eral del folklore europeoEl propio concepto de historia es algo que se mitifica <strong>en</strong> las sociedadesmodernas que surg<strong>en</strong> tras la Revolución Francesa, ya que la historia, el relatolineal <strong>en</strong> el tiempo, se convierte <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>to fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tificacióncolectiva (el proyecto “Tratado de Paz” que se ha puesto <strong>en</strong> marcha este 2013 yculminará <strong>en</strong> 2016 con la Capitalidad Cultural propone interesantes reflexionessobre estos aspectos). En las sociedades tradicionales el concepto del tiempo eracíclico: día/noche y un cal<strong>en</strong>dario que se repite anualm<strong>en</strong>te. Ap<strong>en</strong>as existía eltiempo lineal, que se remitía a un pasado impreciso, simplem<strong>en</strong>te alejado de larealidad pres<strong>en</strong>te. Gracias a Barandiaran conocemos muchos ejemplos vascosde esta forma “atemporal” de concebir el mundo, ya que esta forma de p<strong>en</strong>sarsobrevivió hasta mediados del siglo XX <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s comunidades.Pero la Donostia decimonónica no era <strong>una</strong> sociedad tradicional. Los restos quepudieran quedar de ella ardieron <strong>en</strong> 1813. La ciudad estaba totalm<strong>en</strong>te inmersa <strong>en</strong>las nuevas corri<strong>en</strong>tes europeas, y el folklore vasco lo evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los siglos XIXy XX. Las idas y v<strong>en</strong>idas de los ejércitos napoleónicos y sus <strong>en</strong>emigos acarrearon,además de guerra y destrucción, un intercambio de ritmos, danzas, personajescoreográficos muy variados. Así llegaron a Euskal Herria, por ejemplo, y tal vezya desde fines del siglo XVIII, danzas que ahora consideramos tradicionales. Elfolklorista Iztueta d<strong>en</strong>ostaba <strong>en</strong> 1824 las novedades y consigui<strong>en</strong>tes pérdidas deraíces de la música vasca, <strong>en</strong> un proceso que no hizo más que ac<strong>en</strong>tuarse <strong>en</strong> lasdécadas posteriores hasta tradicionalizarse. En 1868 otro guipuzcoano, Gorosabel,nos confirma la transformación. De este proceso habla también Ansor<strong>en</strong>a <strong>en</strong> suartículo insertado <strong>en</strong> la web del Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario, y de ahí provi<strong>en</strong>e esta cita:[...] la afición, el gusto y las costumbres se han reformado de <strong>una</strong>manera bastante radical. Ha dep<strong>en</strong>dido esto principalm<strong>en</strong>te delas invasiones francesas de los años 1794, 1807 y 1823, cuyosejércitos introdujeron <strong>en</strong> España, y <strong>en</strong> particular <strong>en</strong> esta provincia,los valses, contradanzas, rigodones, etc. A estos mismos bailes vasucedi<strong>en</strong>do g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te lo que a los antiguos de esta provincia<strong>en</strong> particular, pues han v<strong>en</strong>ido otros que los dejan <strong>en</strong> atraso y42 Molto b<strong>en</strong> trovato!!! Las claves de un éxito


fuera de uso, como son los galops, mazurcas, polkas, lanceros,schottich, redowas y otros (Gorosabel, citado por Ansor<strong>en</strong>a, s/f).Aunque Gorosabel hablaba <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, no hay más que fijarse <strong>en</strong> el repertoriode la <strong>Tamborrada</strong> para hallar ejemplos de esas variadas introducciones. En estes<strong>en</strong>tido, el repertorio de Ensemble Diatessaron <strong>en</strong> su concierto del 12 de diciembrede 2013 <strong>en</strong> el contexto del Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario es muy didáctico para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el procesode europeización de la música donostiarra.La influ<strong>en</strong>cia del folklore no se limitó al intercambio de danzas, melodías yritmos. Los propios ejércitos, con sus vistosos uniformes, repertorios musicalesy sus modos de formar y evolucionar <strong>en</strong> el espacio, influyeron mucho <strong>en</strong> losrepertorios r<strong>en</strong>ovados o directam<strong>en</strong>te nuevos. Basta con fijarse <strong>en</strong> los alardesbidasotarras, procesiones de varios siglos de antigüedad que a mediados del sigloXIX se transformaron coreográficam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ejércitos napoleónicos <strong>en</strong> miniatura:tambor mayor y tamborrada, banda, tambores y pífanos por compañía, artillería,caballería, gastadores, cantineras... El proceso tomó fuerza justo después de laSegunda Guerra Carlista, a partir de 1881, como <strong>en</strong> Donostia. También las fiestasdel Corpus de las localidades lapurtarras y bajonavarras, pese a ser exclusivam<strong>en</strong>tereligiosas, adoptaron figuras inspiradas <strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos de las armadas napoleónicas.Hasta los carnavales lo hicieron. Por ejemplo, la maskarada suletina incorporóla “kantiniersa”.La especificidad donostiarraPero si hay <strong>una</strong> fiesta vasca, y seguram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno mucho másamplio, de clara influ<strong>en</strong>cia napoleónica, esa es, sin duda ning<strong>una</strong>, la <strong>Tamborrada</strong>.Aunque nació como comparsa de carnaval, aunque <strong>en</strong> su orig<strong>en</strong>, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> suatu<strong>en</strong>do, no era militar, medio siglo después, por obra y gracia de unos viejosuniformes desempolvados, y <strong>en</strong> solo <strong>una</strong> década, se convirtió <strong>en</strong> la viva imag<strong>en</strong>de la historia donostiarra, resumi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un solo desfile lo que de civil y militarhabía t<strong>en</strong>ido la ciudad.Y así, lo que <strong>en</strong> otro caso no habría pasado de anécdota, se convirtió <strong>en</strong> unmito fundacional; es más, inconsci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, se deslizó más allá de su orig<strong>en</strong>hasta fundirse con el principal acontecimi<strong>en</strong>to histórico de la ciudad <strong>en</strong> elimaginario colectivo donostiarra: 1813. Es sabido que no estuvo <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> dela <strong>Tamborrada</strong>, pero a medida que esta se reforzaba como ritual de afirmacióncolectiva, ¿cómo impedir que no se vinculara al gran hito de Donostia? Una cosaes la historia, el estudio académico del pasado, y otra el imaginario colectivo quela población ti<strong>en</strong>e sobre su pasado. Una es dinámica y <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<strong>en</strong> constante interacción y transformación; la otra es estática, pues convierte <strong>en</strong>imag<strong>en</strong> fija y descontextualizada un acontecimi<strong>en</strong>to que le resulta significativo.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>43


Desde 1813, <strong>en</strong> set<strong>en</strong>ta años Donostia conoció <strong>una</strong> transformación mayor que<strong>en</strong> varios siglos anteriores: derribadas las murallas, lo que había sido “la ciudad”se convertía <strong>en</strong> la “Parte Vieja” y no paraba de crecer; fue declarada capital; eraparada <strong>en</strong> la N-1 Madrid-Irún y estación <strong>en</strong> el ferrocarril Madrid-H<strong>en</strong>daya; sindejar de ser comercial conoció las primeras industrias y, sobre todo, <strong>una</strong> actividadeconómica hasta <strong>en</strong>tonces inexist<strong>en</strong>te: el turismo. Todo esto <strong>en</strong>tre fuertes t<strong>en</strong>siones,como muestran las dos guerras carlistas, <strong>en</strong> las que hubo donostiarras <strong>en</strong> ambosbandos. No fueron tan graves como la guerra napoleónica; pero <strong>una</strong>s guerrasciviles siempre acarrean un trauma mayor, sobre todo cuando tras la SegundaCarlistada los Fueros quedaron abolidos, <strong>en</strong> contra de la voluntad también demucha g<strong>en</strong>te que había def<strong>en</strong>dido la opción liberal. Tras esta guerra, recurrir noa uniformes del mom<strong>en</strong>to, sino a unos más antiguos y llamarlos napoleónicos,remitía la fiesta al pasado, a <strong>una</strong> “historia” que insertaba a Donostia <strong>en</strong> Europa,pese a, o por su, carácter trágico, algo que a difer<strong>en</strong>cia de las guerras civiles, nodividía sino que a<strong>una</strong>ba a toda la población.Iturrian zer dago?¿Qué hay <strong>en</strong> la fu<strong>en</strong>te? En el imaginario donostiarra, resultaba totalm<strong>en</strong>telógico considerar que <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong> se hallara <strong>una</strong> parodiamilitar. Poco importaba si "realm<strong>en</strong>te" fue así o no; podía serlo, y les gustabap<strong>en</strong>sarlo: "se non è vero, è b<strong>en</strong> trovato". Además, las fu<strong>en</strong>tes eran sitios vivos, "dondeocurrían cosas", lugares donde se reunía todo tipo de g<strong>en</strong>te, pero sobre todo laclase trabajadora, humilde, las mozas y los mozos. Incluso hay un subgénero <strong>en</strong>el cancionero ligado a las fu<strong>en</strong>tes como lugares de reunión.Lo cierto es que desde que fue fundada como villa a finales del siglo XII,Donostia ya vivía con guarnición militar: el castillo de Urgull posiblem<strong>en</strong>te eraanterior, y si no, inmediatam<strong>en</strong>te posterior. Pero la gran militarización se produjoa fines del siglo XVIII, <strong>en</strong> la Guerra de la Conv<strong>en</strong>ción y la toma por las tropasrevolucionarias francesas, <strong>en</strong> 1793, y de nuevo quince años más tarde, <strong>en</strong> 1808.Aquella época turbul<strong>en</strong>ta llegó a su culm<strong>en</strong> el 31 de agosto de 1813. Y Donostiar<strong>en</strong>ació de sus c<strong>en</strong>izas, y por su propio esfuerzo.Aquel día se convirtió <strong>en</strong> un hito, no a celebrar pero sí a conmemorar.Eso sí, es significativo que el nombre de “31 de agosto” no se le diera a la callesobrevivi<strong>en</strong>te al inicio de la reconstrucción, sino mucho después, precisam<strong>en</strong>tecuando la <strong>Tamborrada</strong> se está r<strong>en</strong>ovando/afianzando (<strong>en</strong> la web municipal delbic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario, <strong>en</strong> 1877 ó 1897, según cita). Y fue <strong>en</strong> aquellos años cuando pusieron<strong>una</strong> placa bilingüe que recuerda la casa donde provisionalm<strong>en</strong>te estuvo elAyuntami<strong>en</strong>to tras el inc<strong>en</strong>dio.Parece que cuando <strong>en</strong> la práctica ya no quedaba qui<strong>en</strong> pudiera recordardirectam<strong>en</strong>te la tragedia de 1813, y tras haber padecido dos guerras civiles que44 Molto b<strong>en</strong> trovato!!! Las claves de un éxito


no eran precisam<strong>en</strong>te motivo de orgullo, com<strong>en</strong>zaron a recrear la personalidadcolectiva donostiarra, y lo hicieron como mejor sabían hacerlo aquellas g<strong>en</strong>tesque presumían de kaxkariñas: asociándola a las c<strong>en</strong>as y la música, y recurri<strong>en</strong>doal folklore europeo de su mom<strong>en</strong>to. Aquellos uniformes de aire napoleónico nopret<strong>en</strong>dían ser <strong>una</strong> recreación histórica, sino remarcar el carácter militar quetanto se repres<strong>en</strong>taba <strong>en</strong> el folklore <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y tan bi<strong>en</strong> se ajustaba a la idea dedonostiarridad que se estaba formando: “Se han modificado, inv<strong>en</strong>tado, los trajesmás absurdos, pero siempre con aires castr<strong>en</strong>ses” (Sada, 1977: 128).En 1913, con motivo del C<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario, <strong>en</strong>tre otras actos conmemorativos,se celebró <strong>una</strong> exposición histórica <strong>en</strong> la que se mostraron “los figurines quehan servido para la confección de uniformes militares de 1813, utilizados <strong>en</strong>la retreta y tamborradas organizadas con motivo de las fiestas del C<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario”.Eso sí, “militares” tocando el Iriyar<strong>en</strong>a (ibid.: 289). Por supuesto, <strong>en</strong> 1963, 150aniversario, <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o franquismo, también se celebró <strong>una</strong> conc<strong>en</strong>tración detamborradas, además de invitar a que desfilaran bandas militares de Francia,España, Portugal y Reino Unido. Y también <strong>en</strong> 2013, aunque sin “militares deverdad”, las tamborradas adultas e infantiles han conmemorado el Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario.Este mismo trabajo es fruto de <strong>una</strong> beca bajo la sigui<strong>en</strong>te convocatoria: "1813-2013: Cómo las mujeres hemos ido conquistando nuestro espacio <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>".Es decir, que esa vinculación no histórica pero muy marcada <strong>en</strong> el imaginariodonostiarra no solo no se va diluy<strong>en</strong>do, sino que cada vez es más estrecha. Y <strong>en</strong>ello ti<strong>en</strong>e mucho que ver la progresiva incorporación de las mujeres a la fiesta.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>45


Capítulo 219 de <strong>en</strong>ero por la tarde.Los preparativos


Después de días de vorágine de <strong>en</strong>sayos, Donostia vive int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te lacu<strong>en</strong>ta atrás. Con la ciudad <strong>en</strong>galanada y ambi<strong>en</strong>tada para la fiesta, sociedades,colegios y colectivos de lo más variado ultiman los detalles para iniciar int<strong>en</strong>sashoras de fiesta. Alg<strong>una</strong>s personas compran gulas -o angulas- para la c<strong>en</strong>a, otrasrematan el pespunte del traje, o int<strong>en</strong>tan conseguir a última hora los palillosy tablillas. En las casas reina la ilusión por festejar mezclada con los nervios yel ajetreo de los preparativos.Miles de donostiarras se dispon<strong>en</strong> a meterse de ll<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el jolgorio colectivoque se apoderará de la ciudad durante un día <strong>en</strong>tero. Sea de aguadora, soldado,cocinero, abanderada, gastador, cantinera, tambor mayor, cabo de barriles, obi<strong>en</strong> como miembro del público, lo importante es celebrar por todo lo alto eldía de San Sebastián. A la mayoría les basta con un gorro de papel, <strong>una</strong> tabla demadera y unos palillos con los que seguir los ritmos a partir de la medianoche, ytal vez ni siquiera salgan a la calle a acompañar <strong>una</strong> tamborrada. Otras personasse aprestan a vestirse con el traje limpio y planchado porque van a desfilar esamisma noche. Otras lo harán a lo largo de las sigui<strong>en</strong>tes veinticuatro horas.Hay qui<strong>en</strong> no se conforma con salir <strong>en</strong> <strong>una</strong> sola tamborrada el mismo año,ni siquiera con realizar el mismo papel. La abanderada de <strong>una</strong> tamborradamasculina nos dice que participa también <strong>en</strong> otras dos, de difer<strong>en</strong>tes barrios,tocando el barril. No hay por qué limitarse a <strong>una</strong> sola, ni tampoco hay por quédesempeñar siempre el mismo rol. Así, hay qui<strong>en</strong> de niña ha hecho de cantinera,de Bella Easo, ha salido a caballo, y más tarde de barril, de tambor, e inclusode tambor mayor. Si bi<strong>en</strong> no son muchos los casos como este <strong>en</strong> los que <strong>una</strong>misma persona haya podido cumplir tantos y tan prestigiosos roles, no estan raro que a lo largo de los años <strong>una</strong> misma persona pueda llegar a desfilarrepres<strong>en</strong>tando difer<strong>en</strong>tes personajes sea <strong>en</strong> <strong>una</strong> o <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes tamborradas.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>47


8. La ciudad se viste de fiesta. Foto: Luz Maceira1. Disfraz o uniforme, carnaval o ritual festivoLos compon<strong>en</strong>tes de las tamborradas que sal<strong>en</strong> a las doce de la nochese están preparando <strong>en</strong> lo que ha sido hasta ahora su local de <strong>en</strong>sayo. Lamayoría vi<strong>en</strong>e con el traje puesto de casa, pero siempre se dejan los últimosretoques para el final: el perejil <strong>en</strong> la solapa, o el moño bi<strong>en</strong> hecho, o el pañuelo<strong>en</strong> su sitio. Hay que asegurarse de que todo esté impecable, ya que a pesarde que haya distintos papeles que repres<strong>en</strong>tar, todos y cada uno de ellos sonimportantes y hay que tomárselos con seriedad. Es por eso que hay qui<strong>en</strong>prefiere hablar de “vestirse” <strong>en</strong> vez de “disfrazarse”, porque el disfraz se sueleasociar al carnaval y, por lo tanto, al cachondeo. Esto de la <strong>Tamborrada</strong>, sinembargo, es algo más serio.48 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


Este distanciami<strong>en</strong>to del carnaval se refuerza <strong>en</strong> los años del franquismo,cuando el gobierno municipal mostraba su preocupación por el ord<strong>en</strong>, ladisciplina y el decoro. En las notas de pr<strong>en</strong>sa emitidas desde la alcaldía se prohibíala exhibición <strong>en</strong> la vía pública de gorros de papel, caretas o cualquier objeto de“orig<strong>en</strong> carnavalesco” considerados impropios del “s<strong>en</strong>tido tradicional” de la<strong>Tamborrada</strong>. Desde los medios se criticarán también a aquellas tamborradasespontáneas de “gamberros empeñados <strong>en</strong> convertir nuestra fiesta ritual <strong>en</strong><strong>una</strong> parodia de carnaval brasileño” (Diario Vasco, 22/01/1962). Así, cuando <strong>en</strong>el año 1963 debuta la tamborrada de la Peña Anastasio, será recibida por lapr<strong>en</strong>sa con grandes elogios por su vistosidad y dignidad <strong>en</strong> cuanto a forma yexpresión, ejemplo de la formalidad deseada.2. Diversos roles, diversascomposiciones tamborrerasBotas, polainas, guerreras, gorros, delantales, corpiños, pañuelos, galones,cinchas, tambores, barriles, banderas, cuchillos y t<strong>en</strong>edores, hachas y sierras,y un sinfín de elem<strong>en</strong>tos son los que compon<strong>en</strong> los trajes de los personajes.Un sinfín son también las formas que toman las tamborradas: cada grupo<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de y participa <strong>en</strong> la fiesta de <strong>una</strong> forma difer<strong>en</strong>te, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de suhistoria, su t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia ideológica y o los recursos de los que dispone. En estes<strong>en</strong>tido, podemos decir que no todas las tamborradas tratan a los personajesde la misma forma.Si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> casi todas las formaciones no <strong>en</strong>contramos a la totalidad depersonajes que compon<strong>en</strong> el universo tamborrero, hay algunos elem<strong>en</strong>tosque son indisp<strong>en</strong>sables para la repres<strong>en</strong>tación: todas las tamborradas deb<strong>en</strong>t<strong>en</strong>er como mínimo <strong>una</strong> sección de barriles y otra de tambores. Los tamborespued<strong>en</strong> ser tocados por aguadoras, cocineros y soldados, aunque lo habituales que sean estos últimos qui<strong>en</strong>es los tocan, es decir, siempre y cuando hayasoldados, estos tocarán el tambor. Tocando los barriles siempre <strong>en</strong>contraremosa cocineros y, <strong>en</strong> su caso, aguadoras.Aunque <strong>en</strong> la práctica haya distintas formaciones tamborreras, <strong>en</strong> elimaginario popular se ha ido conformando lo que podríamos llamar <strong>una</strong>composición ideal, caracterizada por <strong>una</strong> dualidad: <strong>una</strong> parte militar y <strong>una</strong> civil.En la primera se conc<strong>en</strong>tra <strong>una</strong> mayor solemnidad, marcada por el uniformemilitar y por la seriedad que se le presume. Es por ello que hoy <strong>en</strong> día alg<strong>una</strong>stamborradas consideran que la incorporación de soldados supone un mayorestatus y empaque. Alg<strong>una</strong>s tamborradas han decidido prescindir de los trajesmilitares por convicción, otras, sin embargo, lo han hecho simplem<strong>en</strong>te porfalta de recursos. En la pr<strong>en</strong>sa se recog<strong>en</strong> varios ejemplos de agrupacionesque esperan poder iniciar o reforzar su compañía de soldados, como si fuese<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>49


un signo de consolidación o madurez de la tamborrada. Estas ideas constatanla valía y significado que se atribuye a uno de los roles que, cabe decir, es pocoaccesible para las mujeres.Opuesta a los soldados, <strong>en</strong>contramos la sección de barriles, repres<strong>en</strong>tandoa la sociedad civil y, definitivam<strong>en</strong>te, constituy<strong>en</strong>do la parte más festiva delritual. Es allí donde se permite un espíritu más juerguista <strong>en</strong>tre sus compon<strong>en</strong>tesy donde, además, se ha facilitado la incorporación de las mujeres a través delpersonaje de la aguadora.Entre los protagonistas de la fiesta nos <strong>en</strong>contramos con algunos quepreparan su atu<strong>en</strong>do con más nervios y responsabilidad que los demás si cabe,puesto que se trata de qui<strong>en</strong>es van a dirigir a tambores, barriles y aguadoras.Tambor mayor, vestido de militar (siempre y cuando haya <strong>una</strong> compañía desoldados), dirigi<strong>en</strong>do a los tambores y al conjunto <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral; y cabo de barriles,habitualm<strong>en</strong>te con traje de cocinero y, <strong>en</strong> contadas ocasiones, de aguadora,dirigi<strong>en</strong>do a los barriles. Cuando las aguadoras conforman <strong>una</strong> sección aparte,suel<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er su propia aguadora mayor. Excepto <strong>en</strong> estos casos, hoy <strong>en</strong> díasigue si<strong>en</strong>do rara la pres<strong>en</strong>cia de mujeres <strong>en</strong> estos puestos de mando.Muchas tamborradas cu<strong>en</strong>tan con figuras complem<strong>en</strong>tarias, como sonlos gastadores de tambores y de barriles, las abanderadas, las cantineras, y <strong>en</strong>alg<strong>una</strong> que otra tamborrada, la alcaldesa, fusileros, caballería… Los gastadoresse caracterizan por sus útiles y portan distintos instrum<strong>en</strong>tos según el tipo decompañía al que precedan: los que <strong>en</strong>cabezan a las de soldados van uniformadoscomo ellos y llevan grandes reproducciones de hachas, sierras, palas, picosy otras herrami<strong>en</strong>tas propias de su quehacer militar; los que anteced<strong>en</strong> a lascompañías de barriles llevan <strong>en</strong>ormes cucharas, cuchillos y t<strong>en</strong>edores. Refuerzan,pues, la dualidad militar-civil. Con sus actitudes y coreografías más o m<strong>en</strong>osserias animan a las filas y al público. Hay tamborradas que, de nuevo, aceptanla participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> este papel, y otras no.9. Gastadores de Kondarrak. Fu<strong>en</strong>te: www.kondarrak.com50 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


10. Gastadores y gastadoras de la tamborrada Gaviota. Foto: Xabier KerexetaComo hemos señalado, a pesar de que la pres<strong>en</strong>cia de las mujeres vaincrem<strong>en</strong>tándose <strong>en</strong> cantidad y que <strong>en</strong> el 2013 el 90% de las tamborradas fueronmixtas, únicam<strong>en</strong>te un tercio de las participantes eran mujeres, y solo <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>sagrupaciones acced<strong>en</strong> a todos los puestos <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones. Muypocas son las tamborradas que admit<strong>en</strong> mujeres <strong>en</strong> los puestos de soldado y o<strong>en</strong> los de mando. No obstante, hay algunos papeles mayoritaria o exclusivam<strong>en</strong>tefem<strong>en</strong>inos: la alcaldesa, la abanderada, la cantinera y la aguadora.3. La alcaldesa, la cantinera y la abanderadaEn casas y locales de toda la ciudad, muchas mujeres retocan su maquillaje,peinado e impecables trajes, preparándose para <strong>en</strong>cabezar a cada formacióntamborrera y <strong>en</strong>galanar su marcha. No ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que preocuparse de t<strong>en</strong>er listosu instrum<strong>en</strong>to, ya que son unos de los pocos personajes que no tocan barrilo tambor. Ellas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> otros cometidos. Estamos hablando de las abanderadas,las cantineras y la alcaldesa.La alcaldesa es un personaje inspirado <strong>en</strong> el carnaval decimonónico, vavestida elegantem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>cabeza la formación acompañando a las abanderadasy repres<strong>en</strong>ta a la autoridad. Es un papel exclusivam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ino y que estápres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> muy pocas tamborradas, por lo que no es tan repres<strong>en</strong>tativo comoel de abanderada (imprescindible <strong>en</strong> todas las formaciones) o el de cantinera(pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> muchas de ellas).Cada tamborrada ti<strong>en</strong>e su propia combinación de abanderadas y cantineras.Estas últimas solo son repres<strong>en</strong>tadas por mujeres y aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> tamborradas<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>51


que cu<strong>en</strong>tan con soldados, si<strong>en</strong>do su uniforme también de inspiración militar.En lo que respecta a las abanderadas, hay que decir que no se trata de unrol exclusivam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ino, sino que <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s ocasiones podemos vera hombres portando la bandera, aunque hoy <strong>en</strong> día no haya muchos. Todaslas tamborradas cu<strong>en</strong>tan con <strong>una</strong> abanderada o abanderado, puesto que sonqui<strong>en</strong>es portan el estandarte que las id<strong>en</strong>tifica. En lo que se refiere al traje delas abanderadas, o abanderados <strong>en</strong> su caso, este irá <strong>en</strong> concordancia con el desu propia tamborrada: de aguadoras, de cocinero o con traje militar (alg<strong>una</strong>scon un traje estilo majorette). Normalm<strong>en</strong>te hay varias y se van turnando labandera debido a su peso.Durante años las mujeres solo participaban <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> comocantineras y abanderadas, figuras cuya pres<strong>en</strong>cia ha ido variando a lo largo delos años. Actualm<strong>en</strong>te el rol de cantinera no aparece <strong>en</strong> todas las tamborradas.En otras se confunde o se combina con el de abanderada, y <strong>en</strong> otras sí sedifer<strong>en</strong>cian e incluy<strong>en</strong> ambos.Así como el de cantinera siempre ha sido un rol fem<strong>en</strong>ino, el de portar labandera es el único que ha podido ser repres<strong>en</strong>tado por mujeres y hombres sincontroversia alg<strong>una</strong>. El papel de abanderado, muy habitual a inicios del sigloXX, se ha ido sustituy<strong>en</strong>do por el de abanderada, hasta el punto de que hoyson pocos los hombres que lo repres<strong>en</strong>tan. En la actualidad, este rol está tanasociado a las mujeres que a m<strong>en</strong>udo resulta imp<strong>en</strong>sable que sea un hombrequi<strong>en</strong> lleve la bandera. De hecho, <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas se necesitaría “uncambio de aires y de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to” para que se pudiera considerar la posibilidadde que ese puesto lo ocupara un hombre, según com<strong>en</strong>tó <strong>una</strong> de las abanderadas<strong>en</strong>trevistadas. En otras, sin embargo, <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que si no consiguieran <strong>una</strong>mujer para llevar la bandera, esta la podría portar un hombre, aunque <strong>en</strong>principio se considera que el puesto es fem<strong>en</strong>ino. También <strong>en</strong>contramos otrastamborradas <strong>en</strong> las que se asume que tanto mujeres como hombres puedellevar el estandarte. Postura que, sin embargo, no siempre está libre de alg<strong>una</strong>discusión interna como bi<strong>en</strong> demuestra el com<strong>en</strong>tario de <strong>una</strong> organizadorade <strong>una</strong> tamborrada donde portan la bandera tanto mujeres como hombres:Dic<strong>en</strong> que la abanderada ti<strong>en</strong>e que ser chica, y yo digoque no ¿que la abanderada ti<strong>en</strong>e que ser chica? Puede serun abanderado e ir de cocinero perfectam<strong>en</strong>te, no ti<strong>en</strong>eporqué ser <strong>una</strong> chica.52 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


11. Abanderadas y cantineras, 2013. Foto: Luz MaceiraEn Gaztelubide, este rol sigue si<strong>en</strong>do masculino y, a difer<strong>en</strong>cia de otrasagrupaciones donde no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran voluntarios o voluntarias para ocuparlo,conserva su antiguo prestigio y se supone que para los socios es un honor serabanderado. Y es que cuestión aparte es la valoración y reconocimi<strong>en</strong>to actualde este rol. En los años och<strong>en</strong>ta, la pr<strong>en</strong>sa recogía los nombres e incluso fotosde las y los abanderados, era <strong>una</strong> figura con más relevancia. Hoy <strong>en</strong> día, estepuesto no parece estar tan valorado. Por este motivo, <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradases difícil <strong>en</strong>contrar a personas dispuestas a portar el estandarte y suele ser unproblema al que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran soluciones difer<strong>en</strong>tes. T<strong>en</strong>emos conocimi<strong>en</strong>tode que <strong>en</strong> <strong>una</strong> tamborrada “el único rifi-rafe” que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> gira <strong>en</strong> torno a estacuestión: “Y no t<strong>en</strong>emos abanderada fija. Ese es el problema de todos los años”.Como solución han decidido que aquella persona (hombre o mujer) que estédispuesta a desempeñar ese papel ti<strong>en</strong>e garantizada la plaza <strong>en</strong> la tamborrada<strong>en</strong> otros puestos <strong>en</strong> años sigui<strong>en</strong>tes y puede saltarse así la lista de espera. Otroinc<strong>en</strong>tivo para conseguir candidatos o candidatas a este puesto es brindar aqui<strong>en</strong> acceda a ello la oportunidad de acudir a actos especiales, como lo fueel de conmemoración del bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario del 2013.El papel de abanderada pres<strong>en</strong>ta también la particularidad de que laspersonas que ocupan ese rol pued<strong>en</strong> o no considerarse miembros integrantesde la tamborrada. Esto se aprecia <strong>en</strong> que no siempre se cu<strong>en</strong>tan <strong>en</strong>tre las cifrasoficiales de cada grupo (algo que también ocurre con las cantineras). De modoque son y no son parte de la compañía. A pesar de t<strong>en</strong>er <strong>una</strong> función d<strong>en</strong>trode ella tan importante como la de llevar el estandarte de su tamborrada, talvez debido a que su tarea no requiere experi<strong>en</strong>cia o mayor preparación, su<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>53


pres<strong>en</strong>cia durante los <strong>en</strong>sayos es prescindible, la plaza es temporal –pues es,g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, para jóv<strong>en</strong>es- y puede rotarse fácilm<strong>en</strong>te y con periodicidad.Las características de este rol, hoy <strong>en</strong> día tan fem<strong>en</strong>ino y, para algunos gustos,demasiado decorativo, poco se asemejan a las de los otros papeles.Los puestos de abanderada o cantinera eran muy deseables <strong>en</strong> otrostiempos al repres<strong>en</strong>tar la única opción para las mujeres de participar <strong>en</strong> la<strong>Tamborrada</strong>. Sin embargo, hoy <strong>en</strong> día no existe <strong>una</strong> especial predilección porellos, ya que ahora las mujeres pued<strong>en</strong> acceder a otros roles que les resultan,apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, más atractivos. No obstante, para alg<strong>una</strong>s adolesc<strong>en</strong>tes quetodavía no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> edad sufici<strong>en</strong>te para <strong>en</strong>trar como tambor o barril, siguesi<strong>en</strong>do <strong>una</strong> opción atray<strong>en</strong>te. Eso sí, son puestos a los que podrán optar muypocas, ya que cada tamborrada ti<strong>en</strong>e, como mucho, seis.4. La aguadora: un hito para laincorporación masiva de las mujeresUnas pocas abanderadas pero más de dos mil aguadoras ultiman lospreparativos para unirse con su compañía y tocar los sones de Sarriegui. Alvestirse para la tamborrada, uno de los elem<strong>en</strong>tos más importantes de su trajees el pañuelo y uno que se dice difícil de sujetar bi<strong>en</strong>. Mari Jose Calvo com<strong>en</strong>taque <strong>en</strong> Kresala han t<strong>en</strong>ido v<strong>en</strong>taja porque v<strong>en</strong>ían del grupo de danza y sabíanvestirse. Para ponerse bi<strong>en</strong> el pañuelo hay varios secretos:El pañuelo ha de estar bi<strong>en</strong> planchado y sólo almidonarásla punta de atrás. Si ti<strong>en</strong>es el pelo largo, te harás un moño.Si no, te pondrás un postizo de papel albal o algodón paraque no resbale. Atas dos puntas y la tercera la sacas porun costado. Otro detalle, al m<strong>en</strong>os para nosotras: alfileresde perlas y broches (Diario Vasco, 13/01/2006).A pesar de ser <strong>una</strong> figura nueva, la aguadora ha conseguido ocupar unespacio importante <strong>en</strong> las filas de muchas de las tamborradas mixtas y se haintegrado d<strong>en</strong>tro del imaginario festivo. En 2013, casi el 40% de las mujeresparticipantes <strong>en</strong> la tamborrada eran aguadoras (según los datos del dossierde Donostia Festak del 2013). Pero no siempre fue así. Todo empezó allá porel año 1979 con la iniciativa de las mujeres de la sociedad recreativa culturalKresala que no querían ver limitada su participación <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, sinoque deseaban tocar, desfilar y gozar codo a codo con sus compañerostamborreros. Hay que recordar que Kresala era <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad mixta, <strong>en</strong> la quemujeres y hombres participaban juntos <strong>en</strong> todas sus actividades… excepto <strong>en</strong>la tamborrada. Las primeras mujeres tamborreras querían salir por el gusto desalir, no para “salir junto con mi mozo” o “finalm<strong>en</strong>te poder ir con la cuadrilla”,54 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


sino que era un gusto personal, insiste <strong>una</strong> de las primeras tamborreras deKresala <strong>en</strong>trevistada para este estudio.Es indudable que Kresala, asociación cultural, era un caldo de cultivo paraque surgiera el deseo de que las mujeres participas<strong>en</strong> <strong>en</strong> la fiesta al igual quelos hombres. Aparte de ser <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad mixta y comprometida con la culturavasca, Kresala tuvo como misión responder -como reza su página web- “ala gran sed de saber, opinar, ir a la contra”. En este afán se organizaron, <strong>en</strong>aquellos primeros años de la democracia, confer<strong>en</strong>cias y mesas redondas queincluían temas como la “promoción de la mujer”, “el aborto” o “la mujer <strong>en</strong> lasociedad”. Dic<strong>en</strong> que la primera fue objeto de <strong>una</strong> “llamada al ord<strong>en</strong>” por partegubernam<strong>en</strong>tal y la última “colapsó totalm<strong>en</strong>te el local”. Es bastante lógico que<strong>en</strong> este ambi<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el que las mujeres participaban pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas susactividades y <strong>en</strong> el que se debatían temas relacionados con los derechos delas mujeres, surgiera el deseo de participar <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> decondiciones que sus compañeros.No por casualidad esto ocurrió <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta. Hay que recordar quesi bi<strong>en</strong> las mujeres de Kresala no actuaron desde un grupo feminista organizadoni relacionaron su interés por ser parte de la fiesta con otras reivindicaciones,los och<strong>en</strong>ta fueron un mom<strong>en</strong>to de ebullición del movimi<strong>en</strong>to feminista. Yestas mujeres, como bi<strong>en</strong> se refleja <strong>en</strong> las actividades que organizaban <strong>en</strong> susede, no eran aj<strong>en</strong>as a los aires de la época.El camino que tomaron las mujeres de Kresala fue propio de un grupodedicado a la recuperación y repres<strong>en</strong>tación del folklore: acudieron a unespecialista para que las ori<strong>en</strong>tara <strong>en</strong> cómo incorporar las mujeres a la fiesta.Este especialista fue Javier Sada, autor de varios libros sobre la historia de laciudad, y sobre la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> particular, que con el tiempo se ha convertido<strong>en</strong> toda <strong>una</strong> autoridad. Sada se prestó a ayudarlas, ofreciéndoles <strong>una</strong> solución“histórica”: las mujeres se podían integrar <strong>en</strong> las tamborradas mediante <strong>una</strong>figura que <strong>en</strong>cajaba perfectam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mito originario de la fiesta; es decir,como aguadoras que acudían a la fu<strong>en</strong>te, al igual que acudían los harineros. Laaguadora aparecía así como un hallazgo que no solo facilitaba la integraciónfem<strong>en</strong>ina, sino que completaba el puzle del orig<strong>en</strong>. También les mostró unosgrabados del siglo XIX donde aparec<strong>en</strong> mujeres locales, para que les sirvierande modelo para su traje.Así surgió <strong>una</strong> figura fem<strong>en</strong>ina, que ni vestía uniforme militar ni el conocidotraje de cocinero, y que, sobre todo, int<strong>en</strong>taba adelantarse a posibles críticas:“las barrileras de Kresala p<strong>en</strong>saron que el traje de aguadora cumplirá conlas condiciones de la tradición y resultaba el más apropiado” (Diario Vasco,19/01/1980). El mismo supuesto histórico avalaba la participación de lasmujeres y “cuadraba con la tradición” (Diario Vasco, 18/01/1986). Servía parajustificar “la normalidad que suponía desde el punto de vista de la tradición la<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>55


participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>”, recuerda José Ignacio Ansor<strong>en</strong>a,<strong>en</strong>tonces vice-presid<strong>en</strong>te de Kresala (Diario Vasco, 17/01/2006)..12. Ilustración de <strong>una</strong> aguadora que sirvió de modelo a KresalaSegún la versión popular de la historia de la <strong>Tamborrada</strong>, del mismo modoque lo hacían los cocineros (o, adaptando el mito, harineros o panaderos), lasaguadoras remedaban con sus recipi<strong>en</strong>tes a los soldados. Aceptada esta versiónde que las mujeres también pudieron replicar a los tambores de los soldados,lo habrían hecho con la herrada, recipi<strong>en</strong>te de madera troncocónico que había<strong>en</strong> todos los hogares para transportar el agua desde la fu<strong>en</strong>te. De esta manera,las mujeres de Kresala serían las primeras <strong>en</strong> salir a la calle tocando la herrada.Maribi Alonso, <strong>una</strong> de las pioneras, dice sobre la inv<strong>en</strong>ción de la aguadoralo sigui<strong>en</strong>te: “Entonces estábamos más preocupadas por ofrecer <strong>una</strong> imag<strong>en</strong>integrada, no rompedora con lo que significaba la tamborrada, que por otrascuestiones” (Diario Vasco, 15/01/2006). Sin embargo, no podemos olvidar que sibi<strong>en</strong> la creación de este personaje fem<strong>en</strong>ino tuvo como objetivo responder a laconcordancia histórica, se trataba es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te de <strong>una</strong> decisión estratégica:las mujeres querían participar, y buscar un papel fem<strong>en</strong>ino parecía m<strong>en</strong>ospolémico que pret<strong>en</strong>der salir “de hombres”. Si no hubieran <strong>en</strong>contrado estaalternativa habrían buscado otra, ya que ellas lo que querían era participar,fuera como fuera.56 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


13. Aguadora de Kresala,1980. Fu<strong>en</strong>te: Irutxulo,16/01/2004Durante los meses preced<strong>en</strong>tes a la tamborradadel 1980, <strong>en</strong> Kresala, los preparativos previosllevaron más tiempo y gestiones que otras veces:conseguir el permiso municipal para desfilar requiriódiscusiones y difíciles acuerdos <strong>en</strong>tre el C<strong>en</strong>trode Atracción y Turismo (CAT de aquí <strong>en</strong> adelante)y las directivas de otras tamborradas. T<strong>en</strong>ían quedef<strong>en</strong>der su postura y lo hicieron apoyándose,<strong>en</strong>tre otras cosas, <strong>en</strong> “informes” y argum<strong>en</strong>toshistóricos. En un “ambi<strong>en</strong>te opositor”, como localifica el mismo Ansor<strong>en</strong>a (Diario Vasco, 17/01/2006),se anticiparon a las críticas para minimizar el rechazog<strong>en</strong>erado. Se celebró <strong>una</strong> reunión <strong>en</strong>tre repres<strong>en</strong>tantesde sociedades gastronómicas contrariasa la tamborrada mixta, el alcalde, Jesús María Alkain,el concejal de cultura, Ramón Labay<strong>en</strong>, y <strong>una</strong> repres<strong>en</strong>taciónde Kresala. En esta caldeada reuniónquedaron plasmados el malestar y la oposición queproducía que las mujeres salieran desfilando. Sin embargo, la presión de lassociedades contrarias a la participación fem<strong>en</strong>ina no consiguió impedir lasalida de la primera compañía mixta de Kresala.No podemos dejar de señalar que la misma asociación Kresala también sevio sacudida por la polémica interna. Mayoritariam<strong>en</strong>te, la posición fue favorablea la incorporación de las mujeres <strong>en</strong> su tamborrada, pero también hubo qui<strong>en</strong>discrepó y que incluso decidió abandonar la <strong>en</strong>tidad por considerarlo inadmisible.Las mujeres que participaron por primera vez <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, cu<strong>en</strong>tan,se esforzaron <strong>en</strong> que nada quedara al descuido. Al vestirse para la tamborrada,cuidaron hasta el último detalle, parte de su estrategia de def<strong>en</strong>sa contra lacrítica de voces reaccionarias a la participación fem<strong>en</strong>ina: “Dijeron que íbamosa ir como <strong>una</strong>s zarrapastrosas y fuimos con la elegancia jacarandosa de aquellasmujeres que bajaban a por agua a Kainoietan” (Diario Vasco, 13/01/2006).Y así desfilaron por primera vez un 20 de <strong>en</strong>ero de 1980 a las siete de lamañana. Si bi<strong>en</strong> se oyeron algunos silbidos reprobatorios y les tiraron alg<strong>una</strong>spiedras, predominaron los aplausos de la g<strong>en</strong>te que les animaba. El ambi<strong>en</strong>teopositor m<strong>en</strong>cionado y la controversia no se <strong>en</strong>contraban tanto <strong>en</strong> la sociedaddonostiarra, sino más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> las gastronómicas de la Parte Vieja y así lohicieron notar, como bi<strong>en</strong> dice José Ignacio Ansor<strong>en</strong>a: “decidieron ademásromper la habitual cortesía de abrir las puertas de cada local a las tamborradasque interpretas<strong>en</strong> <strong>una</strong> pieza ante ellas. Es decir, ‘darnos con la puerta <strong>en</strong> lasnarices’” (Diario Vasco, 17/01/2006).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>57


5. Aguadora sí, aguadora noLa figura de la aguadora y los elem<strong>en</strong>tos básicos de su atu<strong>en</strong>do han idosi<strong>en</strong>do adoptados después por distintas compañías que compartían la nociónde que las mujeres deberían participar primero como "mujeres"; segundo, <strong>en</strong>un papel coher<strong>en</strong>te con el relato "histórico"; y, tercero, como mujeres segúnel modelo de feminidad de la época <strong>en</strong> la que se inspira el relato tamborrero.Hoy <strong>en</strong> día a muchas tamborreras les gusta la idea de que desempeñar elrol de aguadora es repres<strong>en</strong>tar a un personaje histórico de la ciudad y aprecianla imag<strong>en</strong> de las mujeres burlándose de los soldados <strong>en</strong> la fu<strong>en</strong>te. Les pareceque es un papel emblemático, que simboliza a las mujeres donostiarras, que lasincluye como parte de la sociedad <strong>en</strong> ese reparto dualista de lo civil y lo militar.En este s<strong>en</strong>tido, no es casualidad que las aguadoras aparecieran porprimera vez <strong>en</strong> Kresala, ya que su tamborrada no incluye soldados. Y esto esasí por <strong>una</strong> opción ideológica. Mari Jose Calvo, aguadora de Kresala desde1980, explica que, como sociedad civil, querían t<strong>en</strong>er <strong>una</strong> tamborrada civil:No queremos ni militares ni uniformes <strong>en</strong> nuestra fiesta.Queremos la juerga, la chufla, la mofa, que kaskariñas,josemaritarras y koskeros vivían y hacían vivir <strong>en</strong> el día a día,al coger el agua, al seguir a los soldados, invasores o no, consus toneles y barriles… Lo más grande de nuestra fiesta es querepres<strong>en</strong>tamos al pueblo. Aguadoras, tambores, barriles...repres<strong>en</strong>tamos al pueblo (Diario Vasco, 13/01/2006).La aguadora, pues, es <strong>una</strong> figura que se inv<strong>en</strong>ta también para democratizarla fiesta al hacer posible <strong>una</strong> repres<strong>en</strong>tación social más inclusiva a la vez querefuerza la parte más festiva y juerguista de la <strong>Tamborrada</strong>. Más de treinta añosdespués de su inv<strong>en</strong>ción, adquiere importancia la idea de que repres<strong>en</strong>tar alas mujeres es hacerles justicia, es dar visibilidad a un sector de la poblaciónque siempre ha existido y, que por tanto, merece un lugar.La incorporación de <strong>una</strong> figura fem<strong>en</strong>ina como la aguadora resultaba paramuchas personas reconfortante <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que permitía que las mujeres seincorporas<strong>en</strong> a la <strong>Tamborrada</strong> sin t<strong>en</strong>er que interpretar personajes masculinos.La idea de que salieran vestidas de hombres les resultaba, apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te,imp<strong>en</strong>sable. Sin embargo, es muy posible que participar con un atu<strong>en</strong>dofem<strong>en</strong>ino <strong>en</strong> aquellos años fuera más rompedor de lo que ahora nos podemosimaginar. No podemos olvidar que <strong>hacia</strong> esa misma época las niñas salían <strong>en</strong> la<strong>Tamborrada</strong> Infantil “ocultando los rasgos propios de su sexo”, según pautabael reglam<strong>en</strong>to, es decir, escondi<strong>en</strong>do p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y pelo largo. Del mismo modo,no se permitía participar <strong>en</strong> el desfile infantil a la tamborrada de Los Ángeles,la única con aguadoras <strong>en</strong> sus filas.58 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


Según este modo de ver, el personaje de la aguadora permite a las mujeres<strong>en</strong>contrar su sitio <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. En palabras de <strong>una</strong> <strong>en</strong>trevistada, se si<strong>en</strong>temás id<strong>en</strong>tificada con este rol, que califica de fem<strong>en</strong>ino, dice que le hace s<strong>en</strong>tir“más mujer”. Además, alg<strong>una</strong>s aguadoras señalan que, a difer<strong>en</strong>cia de losuniformes de cocinero, los de ellas no son idénticos, juegan con la combinaciónde colores de sus trajes, añad<strong>en</strong> detalles que dan un toque de individualidad asu papel. Como dice otra persona <strong>en</strong>trevistada: “la tamborrada queda bonitacon la aguadora, le da otro colorido”.En cualquier caso, esta idea de que las mujeres solo puedan participarasumi<strong>en</strong>do personajes fem<strong>en</strong>inos ti<strong>en</strong>e importantes consecu<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> laparticipación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, ya que es el argum<strong>en</strong>to que seutiliza para vetar su <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> las compañías de soldados y, por ext<strong>en</strong>sión, <strong>en</strong>otros puestos también considerados masculinos, como tambor mayor. Alg<strong>una</strong>stamborradas, como la Gazte Danborrada del Antiguo, buscaron <strong>una</strong> forma desolucionar esta situación sin abandonar el principio de que las mujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong>que interpretar roles fem<strong>en</strong>inos: feminizar el traje de soldado que lleva sutamborrada. Para la elección del uniforme contaron con la ayuda de RamónLabay<strong>en</strong> (ex-alcade de la ciudad y experto <strong>en</strong> atu<strong>en</strong>dos militares), qui<strong>en</strong> lessugirió un traje inspirado <strong>en</strong> el de la esposa de un g<strong>en</strong>eral francés de la época(Diario Vasco, 12/01/2007). No recurrieron, seguram<strong>en</strong>te por desconocimi<strong>en</strong>to,al de aquellas donostiarras que medio siglo antes “simularon ser huestes deWellington”, <strong>una</strong> refer<strong>en</strong>cia perdida <strong>en</strong> la memoria colectiva. En el caso deKresala, como hemos dicho, <strong>una</strong> tamborrada civil, para que las mujeres sepudieran incorporar a los tambores se hizo necesaria también <strong>una</strong> alteración,<strong>en</strong> este caso, de su instrum<strong>en</strong>to: la herrada que acompaña a los barriles setransformó <strong>en</strong> la urkedanborra o tambor de aguadora, que consiste <strong>en</strong> <strong>una</strong>herrada con un parche de tambor.No <strong>en</strong> todas las tamborradas mixtas se integra la figura de la aguadora yesta postura también está argum<strong>en</strong>tada. Aunque la aguadora se ajuste a <strong>una</strong>supuesta perspectiva histórica o responda con idoneidad al mito sobre elorig<strong>en</strong> de la fiesta, se cuestiona que la participación fem<strong>en</strong>ina necesite de <strong>una</strong>justificación histórica cuando nadie nunca se ha preocupado por la legitimidadde los roles masculinos. Al fin y al cabo, soldados y cocineros respond<strong>en</strong> mása la mitificación que a la historia <strong>en</strong> sí, y su orig<strong>en</strong> no deja de hallarse <strong>en</strong> <strong>una</strong>comparsa carnavalera.También se aduce que basarse <strong>en</strong> la historia para def<strong>en</strong>der repres<strong>en</strong>taciones<strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te es problemático. Como dice <strong>una</strong> de las personas <strong>en</strong>trevistadas,“parece” que hay que hacer como <strong>en</strong> la historia, pero no es cierto: “no estamosdecidi<strong>en</strong>do quién va a ir a la guerra, estamos recordando un mom<strong>en</strong>to quevivimos… Entonces yo pi<strong>en</strong>so que es lo mismo para un hombre que para <strong>una</strong>mujer”. En esta lógica, no se considera necesario ni adecuado hacer distinciones<strong>en</strong>tre hombres y mujeres, ya que todo el mundo interpreta un papel, por lo que<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>59


no ti<strong>en</strong>e s<strong>en</strong>tido contar con roles exclusivam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>inos creados para laparticipación de las mujeres.Así, <strong>en</strong> los grupos donde no hay restricciones para el acceso a ningúnpapel ni cargo, se asume que todo el mundo está jugando un rol, que es <strong>una</strong>esc<strong>en</strong>ificación, <strong>una</strong> performance, y el sexo debería ser indifer<strong>en</strong>te y tanto mujerescomo hombres deberían poder repres<strong>en</strong>tar cualquiera de los roles exist<strong>en</strong>tes.Precisam<strong>en</strong>te por ello, a alg<strong>una</strong>s mujeres les gusta vestirse de cocinero ode soldado y no si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> la necesidad de vestirse de "mujer". Y, aunque se diceque el traje de aguadora es versátil, vistoso y colorido, y alg<strong>una</strong>s agradec<strong>en</strong>un atu<strong>en</strong>do tan abrigado, no todas están a gusto con él pues com<strong>en</strong>tan quees sumam<strong>en</strong>te incómodo ya que hay que llevar tres faldas, apretar la cintura,cinchar el barril, “¡e ir al baño es muy complicado!”.14. Mujeres de Baso Etxea, vestidas de cocinero, 20/01/2013. Fotografía: Margaret Bull<strong>en</strong>Afort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, las mujeres hoy <strong>en</strong> día cu<strong>en</strong>tan con muchas opciones y,si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas solo pued<strong>en</strong> participar como aguadoras tocandoel barril, <strong>en</strong> otras muchas vist<strong>en</strong> como sus compañeros, o elig<strong>en</strong> librem<strong>en</strong>te<strong>en</strong>tre el traje de aguadora y el de cocinero, e incluso <strong>en</strong> <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s pued<strong>en</strong>optar por el de soldado. Eso es lo que ti<strong>en</strong>e la <strong>Tamborrada</strong>: es muy versátilporque hay tantas interpretaciones de esta como número de tamborradas.Lo que aquí está <strong>en</strong> juego es si es o no importante que haya <strong>una</strong> concordancia<strong>en</strong>tre el personaje y el sexo de las personas que lo repres<strong>en</strong>tan, y qué limitacionespuede implicar esa concordancia. No <strong>en</strong> todas las tamborradas es un criterio60 Capítulo 2. 19 de <strong>en</strong>ero por la tarde. Los preparativos


que la persona y el personaje t<strong>en</strong>gan que ser del mismo sexo y apuestan porsuperar esa dicotomía - “ese concepto de chicas y chicos”, como dice <strong>una</strong> delas <strong>en</strong>trevistadas- y ser mixta del todo. Aunque algo que aún queda por ver esa un hombre vestido de aguadora.Ya está todo preparado y llega la hora de la c<strong>en</strong>a. ¿Dónde, con quién y quéc<strong>en</strong>an las mujeres y los hombres participantes <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>?<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>61


De harinero a cocineroLa <strong>Tamborrada</strong> no se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de sin cocineros. Según se relata, su orig<strong>en</strong> hayque buscarlo <strong>en</strong> los harineros que iban de madrugada a buscar agua a la fu<strong>en</strong>te.Ellos habrían sido los primeros partícipes, con sus barriles... aunque oficialm<strong>en</strong>te,como tales harineros, se citan después de los tamborreros militares, es decir, <strong>en</strong>1886, medio siglo después de la primera <strong>Tamborrada</strong> docum<strong>en</strong>tada. El <strong>paso</strong> deharinero a cocinero parece tan “natural” que ni siquiera se docum<strong>en</strong>ta claram<strong>en</strong>te(según Sada, <strong>en</strong>tre 1910-15). De hecho, la principal difer<strong>en</strong>cia es el uso de untérmino u otro, y no su vestim<strong>en</strong>ta blanca. Además, al estar tan vinculadaslas primeras tamborradas con las sociedades gastronómicas, la pres<strong>en</strong>cia decocineros resulta “lógica”. ¿Por qué no? Pero, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do el gusto por justificar lapres<strong>en</strong>cia de las actuales figuras <strong>en</strong> los oríg<strong>en</strong>es, hay que dejar claro que <strong>en</strong> 1836difícilm<strong>en</strong>te se hallarían cocineros, y m<strong>en</strong>os así, varones, al m<strong>en</strong>os si no eranmilitares. Por cierto, la refer<strong>en</strong>cia más cercana a “harineros” al respecto es quehasta el almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to y gestión de trigo para el ejército quedaba <strong>en</strong> manosde mujeres (Azpiazu, 1995: 123).Cuando las mujeres de Kresala decidieron salir <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, su objetivono fue recrear <strong>una</strong> figura histórica, sino participar directa y activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> laprincipal fiesta donostiarra. Pero no hay duda de que el recurso a la historia evitóo al m<strong>en</strong>os suavizó recelos y negativas; <strong>en</strong>tre otras cosas, porque optaron por <strong>una</strong>figura característicam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ina.Los harineros o cocineros no requerían ning<strong>una</strong> justificación histórica porquecuando se incorporaron a la fiesta a nadie se le ocurría que había que justificarningún orig<strong>en</strong> a un acto todavía carnavalesco. Les bastaba con ser hombres quequerían desfilar. El proceso, pues, es inverso: primero se crea e incorpora <strong>una</strong>figura coreográfica, y luego se le busca (y siempre se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra, aunque para elloel dato se extrapole y descontextualice) un orig<strong>en</strong> histórico. Esto indica que la<strong>Tamborrada</strong> está <strong>en</strong>trando <strong>en</strong> un proceso de sacralización, que refleja y a la vezqueda influido por esos elem<strong>en</strong>tos supuestam<strong>en</strong>te históricos.Porque si se realizara un “verdadero estudio histórico” de tales figuras, comopor ejemplo ha realizado, <strong>en</strong>tre otras investigaciones, el ya citado historiador JoséAntonio Azpiazu con respecto al Antiguo Régim<strong>en</strong> y c<strong>en</strong>trándose, <strong>en</strong>tre otraslocalidades, <strong>en</strong> la sociedad donostiarra, se concluiría que la elaboración del pan yactividades asociadas recaían prácticam<strong>en</strong>te siempre <strong>en</strong> las mujeres. Y <strong>en</strong> semejanteoficio, <strong>una</strong> de las tareas m<strong>en</strong>ores (<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de m<strong>en</strong>os especializadas) era ir poragua, tarea que solían realizar también las mujeres. Los varones de los siglos XIXy XX no necesitaban de la historia para participar <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. En aquellalocalidad donde el turismo com<strong>en</strong>zaba a ser <strong>una</strong> de las principales actividadeseconómicas sí se podían hallar ya, además de <strong>en</strong> las sociedades, varones cocineros62 De harinero a cocinero


(además de cocineras). Por tanto, la figura coreográfica de los harineros-cocinerosde las <strong>Tamborrada</strong>s no sería tanto histórica como contemporánea, y solo despuésse le buscaron raíces más profundas <strong>en</strong> el tiempo, señal de su aceptación y arraigo.¿Hubo <strong>en</strong> las vestim<strong>en</strong>tas “de fantasía” previas, <strong>en</strong>tre otras muchas figuras más om<strong>en</strong>os reales, más o m<strong>en</strong>os estrafalarias, figuras que recordaran a los cocineros?Es posible, y es muy posible que por eso aparecieran y se oficializaran a partirde 1886; pero eso nos remite a la lógica del folklore, no a la de la historia. Porqueel folklore se basa <strong>en</strong> la tradición, y la historia, <strong>en</strong> el estudio riguroso de datosdatados y docum<strong>en</strong>tados.Ya se ha m<strong>en</strong>cionado que la Artesana hizo un “int<strong>en</strong>to historicista" de vueltaal pasado, y que tuvo mala acogida porque <strong>en</strong> solo <strong>una</strong> década el público se habíaacostumbrado a la novedad hasta el punto de considerar su resultado “la tradicionaltamborrada”. Y es que la tradición mira al pasado, pero responde al pres<strong>en</strong>te. Yase ha contado también con qué rapidez se ext<strong>en</strong>dió la versión “fundacional” dela fu<strong>en</strong>te. Cada g<strong>en</strong>eración toma de la anterior lo que le interesa... y lo que estale quiere transmitir, porque los sil<strong>en</strong>cios, los ocultami<strong>en</strong>tos y las relecturas delpasado no son neutrales, aunque quizá sí inconsci<strong>en</strong>tes; esto es especialm<strong>en</strong>t<strong>en</strong>otorio con los hechos traumáticos, como las guerras. Es tema que exigiría largos,profundos y, por tanto, pesados párrafos acerca de qué se alim<strong>en</strong>ta el folklore,con sus correspondi<strong>en</strong>tes problemas epistemológicos para difer<strong>en</strong>ciar historia ytradición. Y <strong>en</strong> este trabajo nos interesa solo <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que se refleja <strong>en</strong> la<strong>Tamborrada</strong>. Por ello, daremos la palabra a un ilustre donostiarra de la época,que, haci<strong>en</strong>do literatura, resumió perfectam<strong>en</strong>te esa percepción popular quedice historia cuando debería decir tradición. Pío Baroja puso <strong>en</strong> boca de Jaun deAlzate que “los vascos son tan tradicionales que a veces sab<strong>en</strong> lo que han hechosus padres, pero nunca lo que hicieron sus abuelos”.Que los análisis de historia, tradición y folklore correspondan a difer<strong>en</strong>tesdisciplinas académicas, pues, no impide que se confundan <strong>en</strong> la percepciónpopular, y más concretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el imaginario tamborrero, pues frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tese pregunta a la historia para obt<strong>en</strong>er <strong>una</strong> respuesta que <strong>en</strong> la práctica, aunquesea inconsci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, muestra inquietudes actuales. Por ejemplo, cuando un“bigotón” plantea la supuesta injusticia que supone que no pueda salir de aguadora,más bi<strong>en</strong> de modo retórico (si algo nos ha <strong>en</strong>señado la especificidad donostiarraes que cada tamborrada se rige por sus propias normas y que, de ser sincera suvocación, habría de proponerla a su directiva, no a particulares o institucionesexternas) para rebatir las reivindicaciones de <strong>igualdad</strong>, de nuevo nos hallamosante la confusión de los motivos históricos y folklóricos. Porque si, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong>teoría, la aguadora surgió como “versión fem<strong>en</strong>ina” a su correspondi<strong>en</strong>te masculinoharinero/cocinero, <strong>en</strong>tonces los varones ya ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su propia “versión masculina”de la aguadora, de hecho anterior a ella. Es lo que se d<strong>en</strong>omina “juego de espejos”,<strong>en</strong> el que las imág<strong>en</strong>es se reflejan mutuam<strong>en</strong>te. Y eso que es muy probable quequi<strong>en</strong> esgrime semejante “argum<strong>en</strong>to” participe <strong>en</strong> <strong>una</strong> tamborrada con solo“versión masculina”, sin su “fem<strong>en</strong>ina aguadora”, o que, de existir, conforme <strong>una</strong><strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>63


sección aparte sin repres<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> la directiva... como si esta, por no evid<strong>en</strong>te<strong>en</strong> el acto folklórico, no fuera tan importante o más que los trajes o instrum<strong>en</strong>tos.Es un tema de <strong>en</strong>orme interés, aunque solo sea para reflexionar sobre elvalor que concede nuestra sociedad a las repres<strong>en</strong>taciones folklóricas: si ti<strong>en</strong><strong>en</strong>un refer<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el pasado parec<strong>en</strong> legítimas per se, mi<strong>en</strong>tras que las novedadesnecesitan <strong>una</strong> ropaje histórico para que result<strong>en</strong> aceptables. Por ello, <strong>en</strong> vez deincorporar simplem<strong>en</strong>te a las mujeres, se justificó la figura folklórica de la aguadora<strong>en</strong> su contexto “histórico” como el correspondi<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ino, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> suatu<strong>en</strong>do, de los harineros/cocineros. Sin embargo, cuando ha ganado protagonismoy es <strong>una</strong> figura totalm<strong>en</strong>te autónoma (es decir, cuando se ha tradicionalizado, como<strong>en</strong> su tiempo los harineros y soldados), se justifica la protesta <strong>en</strong> que no ti<strong>en</strong>e uncorrespondi<strong>en</strong>te masculino... solo <strong>en</strong> el traje, concretam<strong>en</strong>te (es detalle <strong>en</strong> que seinsiste, cuando se oye algo así), <strong>en</strong> la falda. En este caso no se recurre al mismomecanismo; es decir, partir de la base de qué habría ocurrido si <strong>en</strong> la historia dela <strong>Tamborrada</strong> hubiera sido al revés, primero aguadoras y después varones quehubieran querido incorporarse. Porque, sigui<strong>en</strong>do el “discurso histórico”, ¿cuálhabría sido el resultado? Muy probablem<strong>en</strong>te, que los varones que a la fu<strong>en</strong>te ibanpor agua eran harineros/cocineros y su ropaje sería similar al actual. De hecho,si la aguadora no hubiera irrumpido con esa fuerza y “legitimidad histórica”hace ya más de tres décadas, tal vez las mujeres se habrían incorporado comococineras, es decir, de blanco y con faldas. Porque <strong>en</strong> el fondo, estas discusionessupuestam<strong>en</strong>te históricas de principios del siglo XXI reflejan la aus<strong>en</strong>cia de faldascomo pr<strong>en</strong>da masculina habitual. Es eso lo que dificulta su incorporación a lasfiguras folklóricas... excepto <strong>en</strong> los uniformes militares escoceses, “históricos ypor tanto legítimos”. Si cada vez son m<strong>en</strong>os las personas que consideran que <strong>una</strong>mujer “se disfraza” y no “se viste” de cocinero o soldado es, simplem<strong>en</strong>te, porqu<strong>en</strong>os hemos acostumbrado a verlas con pantalones.Por eso, cuando a las mujeres se les demanda lo que no se espera de loshombres, “coher<strong>en</strong>cia histórica”, la pregunta es: ¿cuál es la clave: la historia, latradición, el folklore? Cuando no se aplican los mismos criterios, ¿no estaremosrespondi<strong>en</strong>do todavía a un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to sexista, aunque sea -o tal vez precisam<strong>en</strong>teporque es- inconsci<strong>en</strong>te?64 De harinero a cocinero


Capítulo 319 de <strong>en</strong>ero por la noche.La c<strong>en</strong>a


Surtido de ibéricos, volován de jamón ibérico con champiñones, pudinde crabarroca, merluza <strong>en</strong> salsa verde con almejas, solomillo con pimi<strong>en</strong>tosde piquillo y emulsión de patata, pantxineta y helado. Cada año, se nos hace laboca agua cuando <strong>en</strong> los periódicos leemos el m<strong>en</strong>ú que se prepara <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>sde las sociedades gastronómicas para la c<strong>en</strong>a de la víspera de San Sebastián.Esta c<strong>en</strong>a es, probablem<strong>en</strong>te, la cita más importante <strong>en</strong> las sociedadespopulares donostiarras, y la fiesta de San Sebastián la más festejada por ellas.La pr<strong>en</strong>sa se hace eco religiosa y profusam<strong>en</strong>te de este ev<strong>en</strong>to gastronómicoprotagonizado por qui<strong>en</strong>es más opíparam<strong>en</strong>te celebran la fiesta, reflejo, sinduda, del destacado lugar de las sociedades este día.¿Cómo es posible que <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a ocupe todos los años tanto espacio <strong>en</strong>la pr<strong>en</strong>sa local? ¿Por qué la c<strong>en</strong>a de alg<strong>una</strong>s sociedades es motivo de noticia?Para responder a estas preguntas t<strong>en</strong>emos que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta varias cosas.Las sociedades populares y gastronómicas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un particular protagonismo:<strong>en</strong> ellas <strong>en</strong>contramos el orig<strong>en</strong> de la fiesta tal y como la conocemos, además,hoy <strong>en</strong> día sigu<strong>en</strong> jugando un importantísimo papel. Se explica así que la pr<strong>en</strong>sales dedique tanto espacio. Si<strong>en</strong>do la c<strong>en</strong>a (o la comida, <strong>en</strong> algunos casos) unode los principales ev<strong>en</strong>tos que celebran las sociedades ese día, es, por lo tanto,lógico que se recoja con profusión. Con más razón si cabe, si el ev<strong>en</strong>to ti<strong>en</strong>ecarácter oficial o si a él acud<strong>en</strong> autoridades o ciertas personalidades relevantes.Para compr<strong>en</strong>der mejor la importancia de estos ágapes, es necesario qu<strong>en</strong>os det<strong>en</strong>gamos por un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la relación <strong>en</strong>tre las sociedades popularesy la <strong>Tamborrada</strong>, y <strong>en</strong> la evolución de esta relación.1. Las sociedades populares y la <strong>Tamborrada</strong>Desde que surgieran y se expandieran <strong>en</strong> la Parte Vieja donostiarra amediados del siglo XIX, las sociedades populares han t<strong>en</strong>ido un <strong>en</strong>ormeprotagonismo <strong>en</strong> la organización de todo tipo de fiestas, si<strong>en</strong>do ahí precisam<strong>en</strong>tedonde <strong>en</strong>contraremos el orig<strong>en</strong> de la actual <strong>Tamborrada</strong>. Hemos de t<strong>en</strong>er<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que se trata de un periodo <strong>en</strong> el que las sociedades populares seocupaban de organizar multitud de actividades culturales, deportivas, de ocio ycaritativas, actividades que, de alg<strong>una</strong> manera, cubrían un espacio desat<strong>en</strong>didopor las instituciones. De hecho, el CAT no participa <strong>en</strong> la fiesta organizandoalgunos actos sino hasta 1929 (Gurpegui y Sada, 2012: 32).Con el <strong>paso</strong> del tiempo, y <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que las administraciones públicasfueron aum<strong>en</strong>tando su actividad <strong>en</strong> este ámbito, las sociedades populares sefueron replegando <strong>en</strong> sí mismas, dedicando sus actividades principalm<strong>en</strong>tea sus socios (Aguirre, 2006). En cualquier caso, d<strong>en</strong>tro de los actos festivosque estas organizaban <strong>en</strong> el último cuarto del siglo XIX y primero del XX se<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>67


<strong>en</strong>contraba la tamborrada (aún con minúscula), dando inicio al programa decarnaval, fiesta que se convertiría <strong>en</strong> la actividad principal del año para muchasde ellas.Dos sociedades populares se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran detrás de la consolidaciónde lo que hoy conocemos como “<strong>Tamborrada</strong>”, todavía unido al carnaval: ladesaparecida La Fraternal y la Unión Artesana, las cuales estarían al fr<strong>en</strong>tede la tamborrada de carnaval. Después les seguirían otras sociedades, comoDonosti-Zarra (1896-1936), La Nueva Fraternal (1879-1889), La Amistad (1884),Amigos Aurrera (1901), Club Cantábrico (1904-1906), Amistad Donostiarra(1905-1906), Port Arthur (1905-1919), Euskal Billera (1906-1929), Bella Easo(1908) <strong>en</strong>tre otras. En 1908 cinco sociedades organizan el desfile: Bella Easo,Sporti Clai, Euskal Billera, Donosti Zarra y Umore Ona.Si bi<strong>en</strong> la Parte Vieja es donde se conc<strong>en</strong>traba la mayoría de las tamborradas,también estaban pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el Antiguo (con Donosti Zarra, 1896) y <strong>en</strong> Gros (dela mano de Umore Ona, 1907). Después empezarán a sumarse más sociedades,pero, más importante aún, empezarán a salir tamborradas <strong>en</strong> otros barrios:• En Egia, <strong>en</strong> 1936 aparece Ur Zaleak• El Antiguo se vuelve a sumar a la fiesta <strong>en</strong> 1943 después de trece añossin salir• En Intxaurrondo <strong>en</strong> 1954, con Artzak Ortzeok• Ibaetako Danborrada Ibadan suma el barrio de Ibaeta a la fiesta <strong>en</strong> 1954• Loiola ti<strong>en</strong>e su primera tamborrada <strong>en</strong> 1960: Loiolatarra• En Añorga-Txiki <strong>en</strong> 1974, con Atotxa Erreka• En Amara Berri <strong>en</strong> 1974, con C.D. Donosti• En Larratxo sale <strong>en</strong> 1983 la tamborrada de la Sociedad Leosiñeta Bertsolari• El barrio de Herrera se estr<strong>en</strong>a <strong>en</strong> 1984 con Euskal Giroa• En Martut<strong>en</strong>e <strong>en</strong> 1990, con Martut<strong>en</strong>eko DanborradaY así hasta llegar <strong>en</strong> la actualidad a casi todos los rincones de la ciudad.En esta evolución vemos cómo la <strong>Tamborrada</strong> se desgaja poco a poco dela Parte Vieja, y también que las sociedades gastronómicas dejan de acaparartodo el protagonismo <strong>en</strong> la fiesta. No son ellas únicam<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong>es organizany participan <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, sino también -comos hemos señalado arribaotrosmuchos tipos de asociaciones, grupos y <strong>en</strong>tidades. La fiesta se expandecomo <strong>una</strong> mancha de aceite y deja de ser exclusiva de las sociedades.Es <strong>en</strong> este proceso, sin sobresaltos ni hitos, <strong>en</strong> el que la fiesta terminapor convertirse <strong>en</strong> un rito de autoafirmación colectiva. Esto ocurre así pordos motivos: por el abandono paulatino de su carácter carnavalesco, bufo ypuram<strong>en</strong>te festivo; y porque la fiesta desborda las sociedades populares paraconvertirse <strong>en</strong> la fiesta de la ciudad, de la donostiarridad, <strong>en</strong> el que toda supoblación está llamada a celebrar.68 Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a


A pesar de esta evolución que arrebata a las sociedades la exclusividad dela fiesta, es evid<strong>en</strong>te que sigu<strong>en</strong> ocupando un lugar muy especial, <strong>en</strong> particularlas de la Parte Vieja, c<strong>una</strong> tanto de sociedades como de tamborradas. Ademásde ser las promotoras de muchas tamborradas y de las de más solera, lideranlos actos c<strong>en</strong>trales de la fiesta, como son la Izada y la Arriada <strong>en</strong> la plaza de laConstitución. También participan o han participado con especial protagonismo<strong>en</strong> otros actos, <strong>en</strong>tre los que aquí queremos destacar las c<strong>en</strong>as o, <strong>en</strong> algunoscasos, las comidas.2. C<strong>en</strong>as y comidas <strong>en</strong> las sociedades popularesYa a finales del siglo XIX la Unión Artesana celebraba <strong>una</strong> comida el día deSan Sebastián considerada de carácter oficial por la pres<strong>en</strong>cia de autoridades.Fueron otras sociedades, sin embargo, qui<strong>en</strong>es popularizaran las c<strong>en</strong>as, delas que destacamos Umore Ona, Euskal Billera, Donosti Zarra, Istingorra oGaztelupe, ya que también contaban <strong>en</strong>tre sus com<strong>en</strong>sales con las autoridadesy personalidades de turno. A partir de 1934 será Gaztelubide qui<strong>en</strong> invite alAyuntami<strong>en</strong>to a la c<strong>en</strong>a del 19, mi<strong>en</strong>tras Istingorra com<strong>en</strong>zó a hacer lo propiopara la comida del 20 <strong>en</strong> 1971.En la década de los cuar<strong>en</strong>ta, cuando las tamborradas vuelv<strong>en</strong> a salira la calle después del parón con motivo de la Guerra Civil, los periódicosvuelv<strong>en</strong> a imprimir noticias sobre las ya “clásicas” comidas o c<strong>en</strong>as de lassociedades populares. Una de las razones por las que son del gusto de lapr<strong>en</strong>sa es porque alrededor de las mesas se si<strong>en</strong>tan personajes destacadosde la sociedad. El listado de autoridades de todo pelo (municipal, provincial,estatal, incluso internacional) y personalidades que disfrutaron de la cocinade estas sociedades desde aquellas primeras comidas oficiales es larguísimo:alcaldes, gobernadores civiles, diputados, ministros, embajadores, actores,cantantes, directores de cine, y más. Si bi<strong>en</strong> las c<strong>en</strong>as o comidas del día de SanSebastián de las sociedades gastronómicas atraían a muchas personalidades,no por ello dejaban de acudir a sus mesas el resto del año. Muchos de susnombres aún se recog<strong>en</strong> <strong>en</strong> las páginas web de estas sociedades; otros hansido discretam<strong>en</strong>te omitidos.No será hasta después de los años cincu<strong>en</strong>ta cuando las mujeres haganaparición <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s sociedades de la mano de sus parejas, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>las de reci<strong>en</strong>te creación o las de tradición democrática como la Unión Artesana(Estornés, 1998). Si bi<strong>en</strong> esto no supuso necesariam<strong>en</strong>te que pudieran acudira la c<strong>en</strong>a de San Sebastián, como es el caso de la Artesana, donde las mujerestuvieron que esperar hasta 1978 para compartir mesa con sus maridos (Gurpegiy Sada, 2013:60). En otras, el veto se seguirá mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do, <strong>en</strong> algunos casos,hasta la actualidad.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>69


Hay, sin duda, <strong>una</strong> evolución <strong>en</strong>tre los años anteriores a la guerra y losaños ses<strong>en</strong>ta. En estos últimos, vemos que la pr<strong>en</strong>sa donostiarra incluso sehace eco de la nutrida pres<strong>en</strong>cia de mujeres <strong>en</strong> sociedades y restaurantes, dequi<strong>en</strong>es dic<strong>en</strong>, por cierto, que son “las más animadas y las que m<strong>en</strong>os prisati<strong>en</strong><strong>en</strong> de volver a casa” (La Voz de España, 20/01/1966). En los años och<strong>en</strong>tala participación de las mujeres <strong>en</strong> estas c<strong>en</strong>as sigue si<strong>en</strong>do motivo de noticia,ya que se da cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> <strong>una</strong> nota de pr<strong>en</strong>sa de que estas podrán acudir porprimera vez a la c<strong>en</strong>a de la víspera de la sociedad El Cangrejo, y nos recuerdaque la c<strong>en</strong>a de Euskal Billera, al igual que otros años, contará con las esposasde los socios (Diario Vasco, 18/01/1981). Otras mujeres v<strong>en</strong>ían tomando parte<strong>en</strong> algunos de estos banquetes: las que se contrataban para la preparacióno el servicio de la comida. Esto último indica que no era su pres<strong>en</strong>cia la quemolestaba, sino que se s<strong>en</strong>taran a la mesa junto a los demás com<strong>en</strong>sales.Antes de la guerra, las comidas y c<strong>en</strong>as eran única ytípicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las sociedades: exclusivas para hombres. Lasmujeres com<strong>en</strong>zaron a salir para no dejarles solos. (No hayque olvidar que las mujeres mandan hasta cuando obedec<strong>en</strong>).Actualm<strong>en</strong>te han conseguido ll<strong>en</strong>ar los restaurantes y lassociedades populares. Paco Urrestarazu de Casa Nicolasa.La Voz de España (20/01/1966).C<strong>en</strong>as y comidas ocupan un lugar importante <strong>en</strong> la fiesta desde sus inicios.Unas son modestas y pasan desapercibidas para la pr<strong>en</strong>sa, pero otras adquier<strong>en</strong><strong>una</strong> particular relevancia. La c<strong>en</strong>a de Gaztelubide es, posiblem<strong>en</strong>te, la quemás at<strong>en</strong>ción atrae por ser esta sociedad un refer<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> y porhaber celebrado durante muchos años la c<strong>en</strong>a de la víspera a la que acudíanlas autoridades y las personas galardonadas con el Tambor de Oro.3. La polémica de la c<strong>en</strong>a de GaztelubideLa c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> Gaztelubide merece ser analizada con at<strong>en</strong>ción, ya que es,precisam<strong>en</strong>te, esta c<strong>en</strong>a donde señalamos uno de los hitos de la participaciónde las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. Un hito que se inicia <strong>en</strong> <strong>en</strong>ero de 1987 y secierra el mismo mes dos años después con el traslado de ese acto al HotelMaría Cristina y después a otros lugares.En 1987 el máximo galardón de la ciudad fue <strong>en</strong>tregado a Pilar Miró comomuestra de agradecimi<strong>en</strong>to por su labor a favor del Festival Internacional deCine de San Sebastián <strong>en</strong> la recuperación de la categoría A. Pero este galardónestaba habitado por <strong>una</strong> insidiosa polémica: Gaztelubide no abriría las puertasde su sociedad <strong>en</strong> esta ocasión a la persona premiada con el Tambor de Oro paraparticipar <strong>en</strong> su c<strong>en</strong>a. La razón: Pilar Miró era, sin género de dudas, <strong>una</strong> mujer,y las mujeres no t<strong>en</strong>ían permitida la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la sociedad ese día a esa hora.70 Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a


Si bi<strong>en</strong> el carácter oficial de esta c<strong>en</strong>a ha sido cuestionado al tratarse deun acto organizado por la sociedad anfitriona y no por el propio Ayuntami<strong>en</strong>to,no podemos negar que lo que sí t<strong>en</strong>ía eran tintes de oficialidad, ya que a ellaacudían todos los 19 de <strong>en</strong>ero, por lo m<strong>en</strong>os desde 1934, las autoridades(municipales y otras) junto a los hombres galardonados con el Tambor de Oro.Precisam<strong>en</strong>te por este carácter “oficial”, la negativa a permitir que Pilar Miró<strong>en</strong>trara a la sede de esta sociedad <strong>en</strong> 1987 se convirtió <strong>en</strong> el detonante de <strong>una</strong>polémica que fue recogida profusam<strong>en</strong>te por los diarios locales. “¿Por qué noc<strong>en</strong>a Pilar Miró <strong>en</strong> Gaztelubide?”, preguntaba Koro Garm<strong>en</strong>dia, parlam<strong>en</strong>tariavasca, <strong>en</strong> <strong>una</strong> carta publicada <strong>en</strong> el Diario Vasco (18/01/1987). “Parece queel ayuntami<strong>en</strong>to donostiarra ha olvidado que ost<strong>en</strong>ta la repres<strong>en</strong>tación de latotalidad de la ciudadanía, y las mujeres somos muchas”, alegaba <strong>en</strong> el escrito.La corporación municipal y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, las autoridades que acudierona esta c<strong>en</strong>a fueron mucho más criticadas que la sociedad anfitriona por sucalidad de repres<strong>en</strong>tantes de la sociedad. A ella asistieron los <strong>en</strong>tonces alcaldede la ciudad (Ramón Labay<strong>en</strong>), diputado g<strong>en</strong>eral de Gipuzkoa (Imanol Murua)y leh<strong>en</strong>dakari (José Antonio Ardanza), además del consejero de Cultura y el dePolítica Territorial, <strong>en</strong>tre otros. No sabemos si la c<strong>en</strong>a se consideraba oficial,pero sin duda las autoridades municipal, provincial y autonómica estaban allícon sus máximos repres<strong>en</strong>tantes.Miró c<strong>en</strong>ó <strong>en</strong> el restaurante Arzac junto a la t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de alcalde Pilar Larraina,la esposa del alcalde María Clotilde Andonegi, Diego Galán (director aquellosaños del Festival de Cine de San Sebastián) y el <strong>en</strong>tonces concejal Odón Elorza.Igual de oficial que la c<strong>en</strong>a de Gaztelubide, pero con repres<strong>en</strong>tantes de m<strong>en</strong>orcategoría y al marg<strong>en</strong> de uno de los acontecimi<strong>en</strong>tos más prestigiosos de lafiesta. Pilar se perdió algo más que un m<strong>en</strong>ú de consomé, angulas, solomilloy tarta de hojaldre.Toda esta polémica no desanimó al sigui<strong>en</strong>te alcalde, Xabier Albistur, aseguir celebrando la c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> esta sociedad. El conflicto <strong>en</strong> esta ocasión fue,si no m<strong>en</strong>or al m<strong>en</strong>os difer<strong>en</strong>te, ya que el galardonado <strong>en</strong> 1988 era un hombre,Iñaki Gabilondo. Sin embargo, la calma estaba aún lejos. Aquel año el DiarioVasco publicaba el 18 de <strong>en</strong>ero <strong>una</strong> nota firmada por ses<strong>en</strong>ta y seis mujeresdirigida al leh<strong>en</strong>dakari, viceleh<strong>en</strong>dakari, diputado g<strong>en</strong>eral y alcalde <strong>en</strong> la quese les comunicaba que, debido al carácter restrictivo de la sociedad donde secelebraba la c<strong>en</strong>a, cuatro concejalas de la corporación no podrían asistir. Eltexto continuaba dici<strong>en</strong>do que “p<strong>en</strong>sando que dicha discriminación es de formaflagrante repugnante al s<strong>en</strong>tido común, vulnera las leyes vig<strong>en</strong>tes y of<strong>en</strong>de loss<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos democráticos de los donostiarras y de todos los vascos, y que laasist<strong>en</strong>cia de cargos electos sancionaría y legitimaría de forma escandalosa taldiscriminación”, les ruegan que, “<strong>en</strong> nombre de la democracia y la <strong>igualdad</strong>”,no asistan a dicha c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> calidad del cargo que repres<strong>en</strong>tan (Diario Vasco18/01/1988). Entre las firmantes se <strong>en</strong>contraban mujeres con difer<strong>en</strong>tes cargos<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>71


políticos (concejalas, diputadas, europarlam<strong>en</strong>tarias, políticas de diversospartidos, incluso <strong>una</strong> consejera) además de otras mujeres del mundo de lacultura y periodistas.El alcalde Albistur era consci<strong>en</strong>te de lo peliagudo del asunto, y com<strong>en</strong>zóa plantearse la posibilidad de llevar el tema al pl<strong>en</strong>o, tal y como se recoge <strong>en</strong>pr<strong>en</strong>sa, ya que consideraba apremiante “fijar la posición del Ayuntami<strong>en</strong>topara los próximos años”. El alcalde desoyó la petición de la edil delegada de laMujer, Rosa Bello (Gurpegui y Sada, 2012: 80) y acudió puntualm<strong>en</strong>te a la c<strong>en</strong>ade Gaztelubide de aquel año acompañado del diputado g<strong>en</strong>eral de Gipuzkoay de un consejero del Gobierno Vasco. Albistur alegó que había “recibido<strong>una</strong> invitación personal del presid<strong>en</strong>te de la sociedad, invitación que ha sidoaceptada por delicadeza y <strong>en</strong> at<strong>en</strong>ción a otras autoridades repres<strong>en</strong>tantes deinstituciones que estarán pres<strong>en</strong>tes” (Diario Vasco, 19/01/1988). La última partede esta declaración no deja de sonar a la pescadilla que se muerde la cola.Hubo que esperar un año más (1989) para que esto cambiara y vino dela mano de un poeta, o más bi<strong>en</strong>, de su esposa. “Sin Amparitxu no voy”. Asípodríamos resumir las palabras de Gabriel Celaya cuando se <strong>en</strong>teró de qu<strong>en</strong>o podría celebrar su Tambor de Oro <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a de Gaztelubide y t<strong>en</strong>er a sulado a su esposa y amiga. Sin int<strong>en</strong>ción de <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der polémicas, pero firmes <strong>en</strong>su deseo de mant<strong>en</strong>er su propia tradición, la de c<strong>en</strong>ar juntos ese día, Gabriely Amparitxu hicieron de esta <strong>una</strong> ciudad abierta (más abierta, al m<strong>en</strong>os) alromper con otra tradición, la que excluía a las mujeres de uno de los actos másselectos de la fiesta. “Yo no quería fastidiar nada”, declaraba Amparitxu. Desde<strong>en</strong>tonces (1989), esta c<strong>en</strong>a ya no se celebra <strong>en</strong> Gaztelubide.15. Carta de Idoia Estornés a Amparitxu. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 14/01/198472 Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a


Ante la postura de Celaya, se barajaron varias alternativas, llegándose acrear cierta confusión debido a los cambios de planes que se produjeron <strong>en</strong>un marg<strong>en</strong> de veinticuatro horas: primeram<strong>en</strong>te, tanto el poeta como el alcaldeaceptaron la invitación hecha por la Unión Artesana, después se considerómás adecuado c<strong>en</strong>ar <strong>en</strong> la Sociedad Gastronómica y, finalm<strong>en</strong>te, se optó porcelebrar la c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> el Hotel María Cristina. Esta premura e indecisión fueronmuestra de que la posibilidad de cambiar el lugar de la c<strong>en</strong>a no estaba aúnpres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las m<strong>en</strong>tes de las autoridades del mom<strong>en</strong>to. Sin duda, la presiónejercida por alg<strong>una</strong>s políticas también influyó <strong>en</strong> tan precipitada decisión.Desde el año 1971 hasta el 2005 es también <strong>una</strong> sociedad gastronómica,Istingorra del Antiguo, la que celebraba la comida con las personas galardonadascon el Tambor de Oro el día 20 de <strong>en</strong>ero. En su página web no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> reparoalguno <strong>en</strong> d<strong>en</strong>ominarla “Comida Oficial del día de San Sebastián”. Si bi<strong>en</strong>se trata de <strong>una</strong> sociedad masculina, tanto las mujeres galardonadas con elTambor de Oro como otras invitadas no han t<strong>en</strong>ido ningún problema <strong>en</strong> acudira esta cita. Así, recibieron tanto a Pilar Miró como a Amparitxu al marg<strong>en</strong> dela polémica. En honor a la verdad, hemos de decir que si la famosa c<strong>en</strong>a deGaztelubide hubiera caído <strong>en</strong> uno de esos días y horas <strong>en</strong> los que las mujerespued<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar, nos hubiéramos ahorrado todo este debate. Istingorra estuvo desuerte, ya que no todos los días las mujeres <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran sus puertas abiertas.Lo cierto es que a raíz de aquella polémica, los repres<strong>en</strong>tantes políticoshoy <strong>en</strong> día se cuidan mucho de no ser vistos <strong>en</strong> sociedades restrictivas, alm<strong>en</strong>os ejerci<strong>en</strong>do como tales, y ello por dos razones avaladas institucional ylegalm<strong>en</strong>te.En 2004, los grupos junteros de Aralar y Ezker Batua d<strong>en</strong>unciaron lapres<strong>en</strong>cia del <strong>en</strong>tonces diputado g<strong>en</strong>eral de Gipuzkoa, Joxe Joan Gonzalez deTxabarri, <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a de Gaztelubide, por considerar “inaceptable que el máximoresponsable de <strong>una</strong> institución pública” participara <strong>en</strong> un “acto discriminatorio”,“cobijando”, con su pres<strong>en</strong>cia, esa discriminación. Realizaron <strong>una</strong> proposiciónno de norma para que “los repres<strong>en</strong>tantes de las Juntas G<strong>en</strong>erales, <strong>en</strong>cabezadaspor su máximo repres<strong>en</strong>tante, se comprometan a no participar más <strong>en</strong> actosdiscriminatorios, sea cual sea el motivo de dicha discriminación” (aralar.net,22/01/2004). Las Juntas G<strong>en</strong>erales aprobaron finalm<strong>en</strong>te esta propuesta <strong>en</strong> laque se pedía que los repres<strong>en</strong>tantes institucionales no avalas<strong>en</strong> con su pres<strong>en</strong>ciaactos discriminatorios. Txabarri pediría más tarde disculpas por haber “heridos<strong>en</strong>sibilidades” (Gurpegui y Sada, 2012: 112).Además, <strong>en</strong> 2005 se aprobó la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombrespara la Comunidad Autónoma Vasca que, como se ha com<strong>en</strong>tado, prohíbeexpresam<strong>en</strong>te la participación de repres<strong>en</strong>tantes de la administración públicavasca <strong>en</strong> todo tipo de actividades “discriminatorias por razón de sexo”.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>73


4. En la tamborrada sí, <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a noPlato combinado de huevos fritos con patatas, pechuga de pollo, <strong>en</strong>salada,postre, café y vino. Todo ello por 12 euros. Este fue el m<strong>en</strong>ú de la c<strong>en</strong>a dela víspera de San Sebastián de Mari Carm<strong>en</strong> Gude, Carm<strong>en</strong> Zubeldia, PepiMor<strong>en</strong>o, Ana Rekondo, Maribel Jiménez, Juana Mari Olano, Maite Bergara,Olga Bergara, Rosa Pérez, Naroa García, Usoa San Román y Yolanda Uranga,las primeras mujeres que participaban <strong>en</strong> la tamborrada de Gaztelubide <strong>en</strong>la izada oficial de la bandera. Era el año 2006. Fue para ellas un día grande...con <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a modesta.Según se despr<strong>en</strong>de del relato de los acontecimi<strong>en</strong>tos, estas mujeresfueron tamborreras junto a Gaztelubide por avatares del mom<strong>en</strong>to. “La decisiónque tomaron los socios de Gaztelubide <strong>en</strong> <strong>una</strong> t<strong>en</strong>sa reunión hace <strong>una</strong> semanaha estado <strong>en</strong> boca de todos <strong>en</strong> los últimos días. Tras mant<strong>en</strong>er <strong>una</strong> reunión<strong>en</strong> el Ayuntami<strong>en</strong>to con el alcalde y tres de los delegados municipales, lostamborreros y barrileros de esta sociedad decidieron por 39 votos a favor, 25 <strong>en</strong>contra y 1 abst<strong>en</strong>ción admitir la pres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina d<strong>en</strong>tro del desfile tocandolas herradas, un barril de forma cónica propio de la figura de la aguadora”,rezaba el artículo del Diario Vasco del 17 de <strong>en</strong>ero de 2006. Las aguadorasde la tamborrada de la sociedad Artzak Ortzeok fueron las elegidas para estaocasión, decisión <strong>en</strong> la que, sin duda, tuvo peso el hecho de que el tambormayor de esta tamborrada de Intxaurrondo fuera a su vez socio de Gaztelubide.Esta decisión se hizo pública únicam<strong>en</strong>te dos días antes de la Izada.Es <strong>en</strong> este contexto donde las históricas aguadoras c<strong>en</strong>an un platocombinado, al marg<strong>en</strong> de la c<strong>en</strong>a de la sociedad con cuya tamborrada ibana ser las protagonistas de un hito. La razón: eran, ellas también sin génerode dudas, mujeres, y las mujeres t<strong>en</strong>ían vetada la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la sociedad esedía a esa hora. Por esa misma razón, tampoco pudieron <strong>en</strong>trar a utilizar losservicios. Curiosam<strong>en</strong>te, esta actitud no parece cuadrar con la situación, yaque fueron estas aguadoras las que estaban haci<strong>en</strong>do un favor a Gaztelubidepara salir del <strong>paso</strong>. Así se expresa, al m<strong>en</strong>os, <strong>una</strong> de ellas: “actuaron comosi ellos nos hubieran hecho un favor, cuando <strong>en</strong> realidad no nos ofrecimos,ellos nos vinieron a buscar”. Unos días más tarde, y <strong>en</strong>tre semana, los sociosde Gaztelubide, <strong>en</strong> un gesto de agradecimi<strong>en</strong>to, organizaron <strong>una</strong> comida solopara ellas… cuando la sociedad estaba vacía. ¿Por qué este empeño <strong>en</strong> separara mujeres y hombres?Pero ¿qué importancia ti<strong>en</strong>e ser o no invitada a <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a? En el caso dela c<strong>en</strong>a de Gaztelubide <strong>en</strong> hom<strong>en</strong>aje al Tambor de Oro los argum<strong>en</strong>tos de lasses<strong>en</strong>ta y seis firmantes son bastantes claros y no merece la p<strong>en</strong>a repetirlosaquí, además de ser refr<strong>en</strong>dados por <strong>una</strong> ley. Pero ¿qué significado ti<strong>en</strong>e noinvitar a estas aguadoras a la sociedad de la tamborrada que las acogía einvitaba? No ha sido ni es este un caso aislado. Esto también ocurre <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s74 Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a


tamborradas adscritas a sociedades masculinas, según nos han dicho alg<strong>una</strong>sde las personas <strong>en</strong>trevistadas. En la tamborrada sí, pero <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a no.En un país que vive alrededor de la mesa, como es el nuestro, excluir aalgui<strong>en</strong> del ritual de com<strong>en</strong>salidad que se celebra <strong>en</strong> ocasiones como esta noes anecdótico. Se trata, efectivam<strong>en</strong>te, de un ritual, y como tal está destinadoa surtir un efecto: crear, legitimar o reforzar los lazos de las personas que aél asist<strong>en</strong>, convertirlas <strong>en</strong> un grupo o <strong>una</strong> comunidad, y, al mismo tiempo,difer<strong>en</strong>ciarse del resto excluyéndolo. Sin duda alg<strong>una</strong>, cada qui<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e derechoa invitar a c<strong>en</strong>ar a qui<strong>en</strong> quiera, faltaría más. Pero no deja de ser significativo.¿Qué p<strong>en</strong>saríamos de <strong>una</strong> sociedad, incluso de un grupo de personas, queimpidiera expresam<strong>en</strong>te participar <strong>en</strong> sus c<strong>en</strong>as a personas negras? Sonlibres de invitar a cualquiera, pero esta decisión dice mucho sobre ellas. Unejemplo así sería aún más grave si se tratara no ya de un grupo de amistades,sino de <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad que ejerce algún tipo de actividad pública, como son <strong>en</strong>este caso las sociedades gastronómicas el día de San Sebastián. Y esta es undifer<strong>en</strong>cia primordial.En el caso de las c<strong>en</strong>as o comidas que se celebran durante la <strong>Tamborrada</strong>, elsignificado de excluir a algui<strong>en</strong> cobra un peso especial. Como ya hemos dicho,la c<strong>en</strong>a o comida ocupa un lugar muy importante este día, particularm<strong>en</strong>tepara las personas que participan <strong>en</strong> alg<strong>una</strong> tamborrada, aunque también<strong>en</strong> familias y cuadrillas. En los programas de todas ellas hay un mom<strong>en</strong>todedicado a compartir <strong>una</strong> mesa, y quién puede participar <strong>en</strong> él o no varía de <strong>una</strong>tamborrada a otra, defini<strong>en</strong>do así quién pert<strong>en</strong>ece al grupo. En alg<strong>una</strong>s estáninvitadas solo qui<strong>en</strong>es participan <strong>en</strong> la tamborrada; <strong>en</strong> otras, estas personas mássocios y socias; <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s admit<strong>en</strong> adv<strong>en</strong>edizos, incluso esposas <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>ssociedades masculinas; <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas mixtas adscritas a sociedadesmasculinas, solo los hombres que han participado <strong>en</strong> la tamborrada, más, <strong>en</strong>algunos casos, todo tipo de socios y también adv<strong>en</strong>edizos, todos ellos varones.Podríamos seguir con la combinación de variables, pero posiblem<strong>en</strong>te ya haquedado clara la idea.De todas estas combinaciones, llama particularm<strong>en</strong>te la at<strong>en</strong>ción la qu<strong>en</strong>o admite <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a a sus mujeres tamborreras, algo que ocurre <strong>en</strong> algunoscasos incluso cuando no socios sí son admitidos. Si<strong>en</strong>do la c<strong>en</strong>a, como v<strong>en</strong>imosdici<strong>en</strong>do, <strong>una</strong> parte nada desdeñable de la fiesta, habi<strong>en</strong>do aceptado que lasmujeres particip<strong>en</strong> <strong>en</strong> la tamborrada y comparti<strong>en</strong>do con ellas gran parte deldesarrollo de la fiesta, excluirlas de la c<strong>en</strong>a no deja de ser <strong>una</strong> manera de dejarclaro que son parte, pero no del todo. Una mujer que desfiló alg<strong>una</strong> vez para<strong>una</strong> sociedad masculina formuló así su opinión sobre este tipo de exclusión:“Valgo para darle lustre a la tamborrada, ¿y no para comer con vosotros? Soyigual de educada, igual de pres<strong>en</strong>table, o bastante más”.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>75


“En la tamborrada sí, pero <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a no” quiere decir que se está marcandoy defini<strong>en</strong>do cuáles son los límites del grupo, del cual las mujeres están excluidas.El problema es que, como resultado, alg<strong>una</strong>s mujeres que participan <strong>en</strong> lastamborradas c<strong>en</strong>an un plato combinado o un bocadillo <strong>en</strong> el bar, mi<strong>en</strong>trasque sus compañeros c<strong>en</strong>an, <strong>en</strong> algunos casos, cosas tan ricas como timbalde marisco, crema de hongos, rape al horno con patatas panadera, solomillode ternera con guarnición, milhojas de nata y crema, y helado. Esto no su<strong>en</strong>amuy bi<strong>en</strong>.Algo similar ocurre con las personas que compon<strong>en</strong> la banda de música.Cuando las sociedades de la tamborrada que las contrata son masculinas yese día toca que las mujeres no pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar, las de la banda c<strong>en</strong>an <strong>en</strong> unbar, mi<strong>en</strong>tras, sus colegas varones disfrutan de la conocida y democráticahospitalidad que caracteriza a las sociedades.¿Podemos disociar la c<strong>en</strong>a de la fiesta? ¿La exclusión de las mujeres de laprimera no invalida la inclusión <strong>en</strong> la segunda? ¿La difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los m<strong>en</strong>ús de<strong>una</strong>s y otros como consecu<strong>en</strong>cia de esa exclusión no es reflejo de la difer<strong>en</strong>ciadel lugar que ocupan <strong>en</strong> la fiesta y, por ext<strong>en</strong>sión, <strong>en</strong> los imaginarios de ciertaspersonas? ¿Es mixta <strong>una</strong> tamborrada que excluye de su c<strong>en</strong>a a las mujeres? Hayque insistir: cuando celebramos, c<strong>en</strong>ar no es solo ll<strong>en</strong>ar el buche; es un ritual<strong>en</strong> el que los com<strong>en</strong>sales se reconoc<strong>en</strong> como parte de algo. La fiesta de SanSebastián lejos estaría de ser lo que es sin la c<strong>en</strong>a o la comida de rigor; d<strong>en</strong>trode esas veinticuatro horas que dura la fiesta, este es el mom<strong>en</strong>to dedicado aestrechar las relaciones <strong>en</strong>tre las personas que compart<strong>en</strong> la comida.La c<strong>en</strong>a de este día se celebra, como parte de la fiesta que es, <strong>en</strong> todala ciudad. No solo las sociedades, sino también cuadrillas, clubes, familias,asociaciones... se reún<strong>en</strong>, <strong>en</strong> algunos casos, únicam<strong>en</strong>te ese día para celebrary reafirmar su compañerismo, amistad, par<strong>en</strong>tesco, vecindad, para reforzarlazos exist<strong>en</strong>tes o para crear nuevos. Pero la c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> la víspera sirve tambiénpara cargar <strong>en</strong>ergía para las horas de fiesta que están por llegar.76 Capítulo 3. 19 de <strong>en</strong>ero por la noche. La c<strong>en</strong>a


¿Dónde estánlas Marijoxetarras?En el siglo XIX se exti<strong>en</strong>de un término como sinónimo popular de donostiarra:joxemaritarra (escrito con difer<strong>en</strong>tes grafías. Véase, por ejemplo, Sada, 1977, p.120). La revista El Urumea de 1884 recogió <strong>una</strong> versión de la Marcha de SanSebastián posteriorm<strong>en</strong>te perdida: “Joshemaritar zahar eta gazte, Joshemari emiakinnahaste”; es decir, que joxemaritarras jóv<strong>en</strong>es y viejos invitan a las mujeres a lafiesta, que no es poco, pero evid<strong>en</strong>cia que el protagonismo <strong>en</strong> ella es masculino.También el uso del euskara, pese a su falta de oficialidad y (tal vez por esomismo) <strong>en</strong> multitud de grafías no normalizadas, era un recurso habitual, tanto omás <strong>en</strong> textos <strong>en</strong> castellano, como indicativo de la popularidad y donostiarridadde cualquier ev<strong>en</strong>to, especialm<strong>en</strong>te festivo. Y también <strong>en</strong>tonces se evid<strong>en</strong>cia elprotagonismo público es masculino: herriko seme como sinónimo también dedonostiarra (como <strong>en</strong> Pamplona iruinseme, también muchas veces <strong>en</strong> castellano),o “Juan Donostiarra”...El humor, la alegría ruidosa que hacía brotar las carcajadas y los irrintzis dehombres sesudos ante <strong>una</strong> gracia infantil, hecha por un comerciante o un obrero,por un alto empleado o ser<strong>en</strong>o, o por el mismo alcalde de la ciudad…Especialm<strong>en</strong>te cuando se hace refer<strong>en</strong>cia a la espontaneidad del l<strong>en</strong>guajehablado, con profusión del tuteo, a m<strong>en</strong>udo interg<strong>en</strong>eracional e interclasista. Perono cualquier tuteo, sino el masculino, ya que <strong>en</strong>tonces el euskara distingue sise está dirigi<strong>en</strong>do a un hombre o <strong>una</strong> mujer. Lo que presupone, aunque muchasveces no se especifica quién recibe el m<strong>en</strong>saje (público lector o posible audi<strong>en</strong>ciade qui<strong>en</strong> pronuncia tales fórmulas <strong>en</strong> tal contexto), que es varón: el título delpoema de Sánchez Irure publicado <strong>en</strong> 1904 “Hem<strong>en</strong> dek soka-muturra” sobre elbuey <strong>en</strong>sogado, si se traduce, pierde el matiz masculino (“dek”, y no “d<strong>en</strong>”, o eltérmino neutro "da"; Sada, 1977: 88).O directam<strong>en</strong>te se implica con un término inconfundible: "Viva donostiarrac!¡Bejun day zubela mutillac!” y <strong>en</strong> castellano “Hurra por los de San Sebastián”(subrayado nuestro, El Guipuzcoano, 3 de diciembre de 1890). O “Guaz<strong>en</strong>, guaz<strong>en</strong>mutilak” <strong>en</strong> un verso de 1891 (“vamos, vamos, chicos”, <strong>en</strong> Sada, 1977: 55).Y, por supuesto, <strong>en</strong> las sociedades populares o gastronómicas (últimam<strong>en</strong>te seutiliza más este término, pero hace un siglo, el primero) impera la masculinidad...y la l<strong>en</strong>gua vasca, al m<strong>en</strong>os oralm<strong>en</strong>te y <strong>en</strong> su d<strong>en</strong>ominación, que no es neutrasino vocacional: <strong>en</strong> 1921 se creó <strong>en</strong> Intxaurrondo <strong>una</strong> sociedad con el nombre de78 ¿Dónde están las Marijoxetarras?


Artzak Ortzeok, <strong>en</strong> puro euskara donostiarra. Por lo visto, <strong>en</strong> la Donostia de antesde la guerra era imp<strong>en</strong>sable que se d<strong>en</strong>ominara <strong>en</strong> castellano algo tan expresivocomo “Ahí está, cógelo”; pero igual de imp<strong>en</strong>sable, o más, era escribirlo de usted,o <strong>en</strong> tuteo fem<strong>en</strong>ino. ¿Que la <strong>Tamborrada</strong> era masculina? No podía ser de otromodo si era masculino el protagonismo público festivo, que no es más que unreflejo de la sociedad que festeja. Pero nada es de siempre ni para siempre, y lasmujeres iban ganando espacio, y <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> también.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>79


Capítulo 420 de <strong>en</strong>ero, doce de lanoche. La Izada


Es la víspera de San Sebastián, 19 de <strong>en</strong>ero por la noche, y toda la ciudadse agita con emoción cont<strong>en</strong>ida. De balcones, plazas y calles p<strong>en</strong>d<strong>en</strong> banderasblancas y azules; palillos y tambores de repostería, de papel y de maderaestán pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> prácticam<strong>en</strong>te todos los escaparates, bares, restaurantesy casas. La iconografía tamborrera y símbolos donostiarras inundan el espacioy acompañan las ganas de fiesta de la ciudadanía. Es de noche y hace frío,puede que llueva o incluso diluvie, pero la g<strong>en</strong>te está <strong>en</strong> la calle, y la emocióny la expectativa se pued<strong>en</strong> palpar. Miles de personas se preparan para disfrutarla <strong>Tamborrada</strong> que iniciará <strong>en</strong> breve con la izada de la bandera.En la Parte Vieja, la plaza de la Constitución está repleta de personas quese apiñan para participar <strong>en</strong> el acto oficial de arranque de la fiesta. Aunque estase exti<strong>en</strong>da por casi todos los barrios de la ciudad, y la música y los desfiles sesucedan durante veinticuatro horas, este acto de inicio de la fiesta <strong>en</strong> la plazade la Constitución y el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el que el reloj marca la media noche sonmuy especiales y emblemáticos. El interés y <strong>en</strong>tusiasmo que g<strong>en</strong>era este acto sepuede constatar <strong>en</strong> que más de dos mil personas se anotaron <strong>en</strong> el sorteo paraver la Arriada y la Izada <strong>en</strong> 2013, cuando se abre a la ciudadanía la posibilidadde pres<strong>en</strong>ciar esos actos desde el balcón del que fuera el consistorio.Miles de ojos miran <strong>hacia</strong> el balcón de la antigua casa consistorial desde elque se izará la bandera. Todo está listo. Con sus trajes impecables y cont<strong>en</strong>i<strong>en</strong>dola respiración mi<strong>en</strong>tras el reloj marca las doce, tambores y barriles esperan laseñal para com<strong>en</strong>zar a tocar la Marcha de San Sebastián. Y <strong>en</strong>tonces, con <strong>una</strong>coordinación perfecta, interpretan los primeros compases del himno de la fiesta:“Bagera, gu ere bai, gu beti pozez, beti alai, beti alai”. La bandera comi<strong>en</strong>za aondear. Miles de personas -con la carne de gallina y más de alg<strong>una</strong> lágrima <strong>en</strong>los ojos- cantan, se muev<strong>en</strong> al compás de la música de Sarriegui y acompañana la tamborrada del tablado con sus tabletas y palillos. La euforia se desborda.Hoy <strong>en</strong> día, <strong>en</strong> casi todos los barrios se inicia la fiesta de San Sebastiánizando la bandera, pero la Izada de la plaza de la Constitución es un acto muyespecial, además de ser el que se considera oficial, pues es el mismo alcaldequi<strong>en</strong> iza la bandera. La tamborrada de la sociedad gastronómica Gaztelubideestá al cargo de interpretar la música de Sarriegui <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to.Aunque la tamborrada de Gaztelubide no es <strong>una</strong> de las tamborradas que seasocian al orig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong>, sí está ligada al de la Izada como se conocehoy <strong>en</strong> día. Sociedad nacida <strong>en</strong> 1934 y cercana a la plaza de la Constitución,después de c<strong>en</strong>ar, su tamborrada recorría las calles de lo Viejo coincidi<strong>en</strong>docon la izada oficial de las banderas y am<strong>en</strong>izando con sus sones dicho acto. Labandera se comi<strong>en</strong>za a izar para dar inicio a la fiesta desde 1924, pero <strong>en</strong>toncesla realizaba un empleado municipal sin más ceremonia. En 1934, Gaztelubidelo acompaña con su tamborrada y ahí empieza la historia de la Izada. Desde1935 también está pres<strong>en</strong>te el alcalde y así se hizo oficial (<strong>en</strong>trevista a Javier<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>81


Sada <strong>en</strong> El País, 19/01/2008). Con el <strong>paso</strong> del tiempo, esto se convierte <strong>en</strong> <strong>una</strong>tradición, <strong>en</strong> “la Izada” que conocemos ahora, con todo lo que significa y conla oficialidad que ti<strong>en</strong>e actualm<strong>en</strong>te. Así es como la tamborrada de Gaztelubideha quedado ligada a este acto.Si bi<strong>en</strong> la Izada de la plaza de la Constitución ha conservado suscaracterísticas principales a lo largo del tiempo, no es m<strong>en</strong>os cierto que sehan ido introduci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> ella algunos cambios que dejan ver cuánto se hantransformado la ciudadanía y la fiesta de Donostia. La sociedad, la fiesta ylas maneras de vivirla han cambiado <strong>en</strong>ormem<strong>en</strong>te, y uno de los principalescambios se relaciona con la participación de las mujeres <strong>en</strong> la Izada.1. Un acto emblemáticoA pesar de que esto acontezca <strong>en</strong> la Parte Vieja, y aunque Gaztelubide sea<strong>una</strong> tamborrada más de esa zona, la Izada de la plaza de la Constitución es <strong>una</strong>cto <strong>en</strong> el que, <strong>en</strong> cierta forma, toda la ciudad se si<strong>en</strong>te repres<strong>en</strong>tada. No es deextrañar que la tamborrada que protagoniza este acto adquiera un significadoparticular. Según nos contó <strong>en</strong> <strong>una</strong> <strong>en</strong>trevista el tambor mayor de Gaztelubide,“el privilegio” de protagonizar este acto se fundam<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> que fueron ellosqui<strong>en</strong>es lo iniciaron. Además de privilegio es también <strong>una</strong> “responsabilidad”,puesto que están repres<strong>en</strong>tando a un colectivo que va mucho más allá de supropia sociedad gastronómica. Gaztelubide, gracias al papel que juega <strong>en</strong> laIzada, ha adquirido un lugar destacado, de modo que no nos sorpr<strong>en</strong>de quesu tambor mayor perciba que se han convertido <strong>en</strong> algo más que las demástamborradas: “<strong>en</strong>tre los cabezudos del Ayuntami<strong>en</strong>to está el cocinero y estáel tamborrero de Gaztelubide. Con todo respeto a todo el mundo, somos algomás que <strong>una</strong> tamborrada, o sea, somos parte de <strong>una</strong> historia y somos partede <strong>una</strong> serie de id<strong>en</strong>tificaciones de un montón de g<strong>en</strong>te”.16. Cabezudo de Gaztelubide. Foto: Xabier Kerexeta82 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


La Parte Vieja es el barrio que vio nacer la <strong>Tamborrada</strong> cuando la ciudadtodavía se limitaba al interior de las murallas. A difer<strong>en</strong>cia de otros barrios,podemos decir que cualquier donostiarra si<strong>en</strong>te la Parte Vieja un poco suya:ha sido y es uno de los c<strong>en</strong>tros neurálgicos de la ciudad, un lugar refer<strong>en</strong>cial,un espacio de int<strong>en</strong>sa socialización gracias a sus bares, cines, mercados yestablecimi<strong>en</strong>tos. Es un barrio que, de alg<strong>una</strong> forma, repres<strong>en</strong>ta a toda la ciudad,por su ubicación, historia y características. Si <strong>en</strong>señamos a algui<strong>en</strong> la ciudad,es casi imposible que el recorrido no pase por esta zona. Concretam<strong>en</strong>te la“Consti” es un lugar importante por lo que repres<strong>en</strong>ta como espacio público,de poder político, de desarrollo o significado histórico, y también porque <strong>en</strong>el dev<strong>en</strong>ir de la fiesta, por <strong>una</strong> u otra razón, se ha convertido <strong>en</strong> un punto <strong>en</strong>el que cristalizan algunos de los mom<strong>en</strong>tos clave de la <strong>Tamborrada</strong>. Esta plazay esta fiesta están asociadas, parecería, de manera indisoluble.Se podría decir que esta plaza es el núcleo del núcleo. Y este acto, el dela Izada-de-La Consti, es la imag<strong>en</strong> pública predominante de la <strong>Tamborrada</strong>,con mayúsculas, pues es <strong>una</strong> de las estampas de la fiesta que más se hag<strong>en</strong>eralizado, y la que se ha ext<strong>en</strong>dido más allá de la ciudad. La imag<strong>en</strong> de laizada de la bandera <strong>en</strong> la plaza de la Constitución se vi<strong>en</strong>e difundi<strong>en</strong>do porcasi todo el mundo desde hace ya unos años. En 1963 se retransmitieron porprimera vez por Radio Nacional de España los sones de Sarriegui interpretadospor Gaztelubide durante la Izada, llegando a todos los rincones del Estadoespañol. Tres años más tarde se pide a Televisión Española que transmita laIzada y, desde <strong>en</strong>tonces y cada vez más, este acto es televisado y emitido <strong>en</strong>múltiples medios de comunicación. Hoy <strong>en</strong> día, gracias a Internet y las redessociales esta difusión es aún mucho mayor. Este acto se reproduce de manerasincronizada, por ejemplo, <strong>en</strong> casas vascas de todo el mundo, de manera queal tiempo que se iza la bandera <strong>en</strong> Donostia -y se transmite por Internet-, seiza <strong>en</strong> otros sitios. Esto nos dice que la plaza de la Constitución no solo es unesc<strong>en</strong>ario importante para la proyección pública de <strong>una</strong> de las principales fiestasdel País Vasco, sino también -y sobre todo- para vivir, expresar o confirmar la“donostiarridad”.En la <strong>Tamborrada</strong> se refuerza la id<strong>en</strong>tificación con Donostia de distintasmaneras. Una fundam<strong>en</strong>tal es que la fiesta repres<strong>en</strong>ta a la ciudad como es,como la imaginamos o como la queremos. Y esto es así porque las fiestas son,<strong>en</strong>tre otras muchas cosas, <strong>una</strong> esc<strong>en</strong>ificación de la sociedad (de cómo es ode cómo nos gustaría que fuera), de cómo está organizada, de los valoresque sust<strong>en</strong>ta o a los que aspira, de las difer<strong>en</strong>tes jerarquías que la configuran.También se reflejan los conflictos, ya que no estamos siempre de acuerdosobre cómo queremos que sea esa sociedad o sobre qué lugares deb<strong>en</strong> ocupartodos y cada uno de sus integrantes. Los conflictos (grandes o pequeños,naturales o forzosos, estrepitosos o sil<strong>en</strong>ciosos) tra<strong>en</strong> los cambios que haránque la fiesta pueda seguir repres<strong>en</strong>tando a la sociedad <strong>en</strong> su evolución. Y esprecisam<strong>en</strong>te por ello por lo que la historia de la fiesta es como <strong>una</strong> superficie<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>83


<strong>en</strong> la que han quedado marcados los cambios que la han ido transfigurando.Las transformaciones <strong>en</strong> los valores y <strong>en</strong> las relaciones sociales, las ideas yprincipios importantes <strong>en</strong> cada época se van expresando <strong>en</strong> las formas <strong>en</strong> lasque se vive y organiza la fiesta, <strong>en</strong> el lugar que ocupan distintos protagonistas.Los actos de la Izada y la Arriada <strong>en</strong> la plaza de la Constitución son un ejemploclaro. En ellos se pued<strong>en</strong> observar las claves de esa “puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a” quehac<strong>en</strong> que la fiesta y la ciudad de San Sebastián sean lo que son.2. Mirada al balcón del antiguo ConsistorioEn la Izada <strong>en</strong>contramos dos tipos de protagonistas que participan <strong>en</strong>esa esc<strong>en</strong>ificación. Por un lado, están aquellas personas cuya relevancia osignificación provi<strong>en</strong>e de la propia fiesta, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de lo que hac<strong>en</strong>fuera de ella. Aquí se integran las personas que participan <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong><strong>en</strong> cualquiera de los roles (aguadoras, cocineros, soldados, abanderadas,etc.), si<strong>en</strong>do mayor el protagonismo cuando ocupan puestos de mando(tambores mayores, cabos de barriles y aguadoras mayores). Por otro, estánaquellas personas que ocupan un lugar destacado <strong>en</strong> la fiesta por el puestoque desempeñan <strong>en</strong> la ciudad o por lo que repres<strong>en</strong>tan: autoridades o figuraspúblicas. La participación de estas personalidades <strong>en</strong> determinados actos haceque estos t<strong>en</strong>gan un significado y valor particulares.El alcalde es <strong>una</strong> de esas pres<strong>en</strong>cias imprescindibles <strong>en</strong> estos actos. Elalcalde iza y arría la bandera, y lo suel<strong>en</strong> acompañar otras personalidades: eldiputado g<strong>en</strong>eral, el leh<strong>en</strong>dakari, concejales y concejalas, repres<strong>en</strong>tantes delParlam<strong>en</strong>to Vasco, repres<strong>en</strong>tantes políticos, <strong>en</strong>tre otras figuras con puestos depoder público. El alcalde está ahí como máximo repres<strong>en</strong>tante de la ciudad,pues la <strong>Tamborrada</strong> es la fiesta de esta. La pres<strong>en</strong>cia institucional <strong>en</strong> el actode la Izada ti<strong>en</strong>e un efecto bumerán, ya que se le da al acto el rango de oficialy, al mismo tiempo, se está reconoci<strong>en</strong>do su autoridad.Ahora bi<strong>en</strong>, la participación de alcalde y autoridades <strong>en</strong> la Izada no siemprese ha llevado a cabo sin contestación. La plaza de la Constitución ha sidoesc<strong>en</strong>ario de múltiples protestas, precisam<strong>en</strong>te como muestra de rechazo alo que aquellas repres<strong>en</strong>taban. Si <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la Izada del año 1975 seproduc<strong>en</strong> pitos <strong>en</strong> contra del alcalde, será a partir del año sigui<strong>en</strong>te, ya habi<strong>en</strong>domuerto Franco, cuando se int<strong>en</strong>sifiqu<strong>en</strong> las protestas y reivindicaciones.Recordemos cuando <strong>en</strong> la década de los och<strong>en</strong>ta se tiraban huevos contra lasautoridades, hasta el punto de que t<strong>en</strong>ían que salir al balcón con un impermeablepara protegerse. La repres<strong>en</strong>tación de Donostia, cuando esta era ejercida pordeterminados gobernantes, era abucheada por algunos sectores sociales.Los actos de la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> la Consti son también aprovechados paracomunicar reivindicaciones o consignas: la ciudadanía coloca pancartas,84 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


anderas, carteles e imág<strong>en</strong>es con los que expresa su opinión respecto a temaspolíticos o de interés público. Tanto las consignas y los temas como las manerasde manifestarlos han cambiado a lo largo del tiempo, pero la cuestión es queel colocar m<strong>en</strong>sajes, oponerse a ellos y también c<strong>en</strong>surar, reprimir o regularesas acciones son prácticas comunes que nos confirman que esos actos sonun espacio y un mom<strong>en</strong>to relevantes para el pronunciami<strong>en</strong>to de personas ogrupos sobre determinados asuntos.17. Reivindicación feminista <strong>en</strong> la plaza de la Constitución, 19/01/2013. Foto: Luz MaceiraEntre los protagonistas que resultan significativos para la sociedad, ademásdel alcalde, aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> el balcón del antiguo Consistorio otras personalidadesque, por distintas razones, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un particular protagonismo <strong>en</strong> Donostia:personas que constituy<strong>en</strong> símbolos de id<strong>en</strong>tidad colectiva, como alg<strong>una</strong>s delas galardonadas con el Tambor de Oro o los miembros del equipo de fútbolde la Real Sociedad; invitados oficiales con relaciones importantes para lalocalidad, por ejemplo, miembros de delegaciones políticas o culturales de otrospaíses; y también, cada vez más, personas a las que se les quiere reconocer uotorgar protagonismo por los valores que repres<strong>en</strong>tan para la ciudad. Y estees uno de los espacios <strong>en</strong> los que podemos notar cambios y señalar uno delos hitos <strong>en</strong> lo que a la visibilidad de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> se refiere:es precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los balcones desde los que se izan las banderas donde elAyuntami<strong>en</strong>to com<strong>en</strong>zó a dar sus primeros <strong>paso</strong>s para que las mujeres tuvieranel reconocimi<strong>en</strong>to oficial y la visibilidad que merecían, dando inicio así a unproceso que impulsaría la <strong>igualdad</strong> de género <strong>en</strong> la fiesta.El hito ti<strong>en</strong>e lugar <strong>en</strong> 1998, cuando dos mujeres del Orfeón Donostiarraprotagonizan el acto oficial de la Izada. El <strong>en</strong>tonces alcalde Odón Elorza les<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>85


cedió su lugar y el honor de estar <strong>en</strong> el balcón c<strong>en</strong>tral. Fue <strong>una</strong> forma delAyuntami<strong>en</strong>to de responder a las voces que, a lo largo de los años, habíanpedido de <strong>una</strong> u otra manera, el increm<strong>en</strong>to de la participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong>la fiesta y el reconocimi<strong>en</strong>to ciudadano a las mujeres. Se abrió así <strong>una</strong> nuevavía para avanzar <strong>en</strong> esa dirección, pues desde <strong>en</strong>tonces ha habido invitadasdestacadas <strong>en</strong> el acto de la Izada <strong>en</strong> <strong>una</strong>s cuantas ocasiones. De este modo,se pasa de <strong>una</strong> situación <strong>en</strong> la que nunca se había invitado a las mujeres a <strong>una</strong>etapa <strong>en</strong> la que comi<strong>en</strong>zan a t<strong>en</strong>er cierta pres<strong>en</strong>cia.18. Mujeres del Orfeón Donostiarra izando la bandera. Fu<strong>en</strong>te: El Diario Vasco, 21/01/1998Mujeres protagonistas <strong>en</strong> el acto oficial de la izada:- Mari Carm<strong>en</strong> Mercero y María Jesús Muñoz Baroja, Orfeón Donostiarra, 1998.- Ainhoa Arteta, Tambor de Oro, 1999.- Ainhoa Beola, Concejala de Igualdad, 2011.- Belén Aizpuru, Maribi Alonso, María José Calvo, Beatriz Cartón, LourdesEtxeberria y Lourdes Irazusta, tamborrada de Kresala, 2013.En 2013 id<strong>en</strong>tificamos un hito más: aguadoras de Kresala izan la ikurriña.Esas mujeres fueron pioneras <strong>en</strong> la participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong>1980, cuando Kresala se convirtió <strong>en</strong> la primera tamborrada mixta. Su pres<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> el balcón es un signo inequívoco de que la participación de las mujeres <strong>en</strong>la <strong>Tamborrada</strong> ha conseguido un afianzami<strong>en</strong>to que es necesario reconocer.El alcalde Juan Karlos Izagirre las invita como protagonistas de un acto conpeso simbólico: la izada de la ikurriña, uno de los símbolos de id<strong>en</strong>tidad vasca,bandera con significado importante para la ciudad.Esta bandera <strong>en</strong>carna <strong>una</strong> historia de luchas y reivindicaciones expresadastambién <strong>en</strong> la fiesta, que cobra fuerza <strong>en</strong> los tiempos de transición a la86 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


democracia. En la <strong>Tamborrada</strong> del año 1976, tras la colocación de <strong>una</strong> ikurriña-prohibida durante el franquismo- y <strong>una</strong> pancarta pidi<strong>en</strong>do la amnistía de lospresos políticos al fondo de la plaza, se producirá <strong>una</strong> carga policial. En 1977 seautoriza <strong>en</strong> el Estado español el uso de la ikurriña y durante la Izada la g<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>ala Consti de banderas tricolor. La <strong>en</strong>seña vasca se oficializa como bandera dela comunidad autónoma <strong>en</strong> 1979, y <strong>en</strong> 1981 desaparece <strong>en</strong> la Izada la española.Muchos años más tarde son seis mujeres de la tamborrada de Kresala, <strong>en</strong>repres<strong>en</strong>tación de las más de cinco mil mujeres tamborreras que participan<strong>en</strong> la fiesta, qui<strong>en</strong>es izan la ikurriña como acto por el que se “reconoc<strong>en</strong> losavances por la <strong>igualdad</strong>” (Noticias de Gipuzkoa, 20/01/2013). Se <strong>en</strong>lazan y pon<strong>en</strong><strong>en</strong> valor dos trayectorias de lucha por la democracia y la justicia.19. Pioneras de Kresala, <strong>en</strong> la Izada de la bandera 2013. Foto: Luz Maceira3. Mirada al tabladoVolvamos al tablado de la plaza <strong>en</strong> el que las tamborradas interpretan lamúsica de la fiesta, pues <strong>en</strong> este también hay <strong>una</strong> esc<strong>en</strong>ificación de la sociedady, <strong>en</strong> <strong>una</strong> escala difer<strong>en</strong>te, protagonismos, expresión de valores y de conflictos.Hay que considerar que, aunque durante gran parte del tiempo que dura la fiestael estrado es accesible para todas las tamborradas y ap<strong>en</strong>as hay un hueco <strong>en</strong>el apretado horario de turnos para ocuparlo, tocar durante la Izada y la Arriada<strong>en</strong> la plaza de la Constitución es un acto restringido. Está claro que cualquiertamborrada no puede t<strong>en</strong>er a su cargo ese acto aunque esté tan capacitadapara tocar la música de Sarriegui como Gaztelubide o la Unión Artesana, las dostamborradas que, hasta ahora, lo han hecho. Esto parece ser así debido a la purainercia, pues Gaztelubide sigue mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do ese “privilegio”, como reconocela propia tamborrada.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>87


Gran parte de las personas que <strong>en</strong>trevistamos percib<strong>en</strong> que protagonizarestos actos corresponde a estas veteranas tamborradas o, al m<strong>en</strong>os, asum<strong>en</strong>que estar ahí <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to es el “lugar” o el “hueco” que les pert<strong>en</strong>ece. Hanganado esa posición y prestigio al estar asociadas a la Izada y la Arriada desdeque estas se institucionalizan. En este s<strong>en</strong>tido, la veteranía es el criterio que primapara seguir cumpli<strong>en</strong>do esta función. Esto no parece haberse cuestionado porotras tamborradas, al m<strong>en</strong>os de forma pública. Todas las demás tamborradasocupan con gusto y orgullo los espacios y funciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> sus barrios.Cada compañía se sabe copartícipe de <strong>una</strong> fiesta que se vive por todas las zonasde la ciudad y contribuye a la conviv<strong>en</strong>cia de todas. Este tamborrerismo “sinfollones” y la tolerancia <strong>hacia</strong> difer<strong>en</strong>tes formas de celebrar se superpon<strong>en</strong> a lasreservas que pueda haber respecto al protagonismo de <strong>una</strong>s u otras tamborradaso a los valores que repres<strong>en</strong>tan.Gaztelubide ha sido durante años la única protagonista <strong>en</strong> la Izada de labandera, recordemos, <strong>una</strong> tamborrada masculina hasta 2006. Mi<strong>en</strong>tras esto fueraasí, las mujeres no podrían participar <strong>en</strong> este acto como tamborreras ni disfrutardel consigui<strong>en</strong>te reconocimi<strong>en</strong>to social. Al no tomar parte activa del acto oficial,estaban fuera de la imag<strong>en</strong> pública de la <strong>Tamborrada</strong>, de la at<strong>en</strong>ción de miles demiradas, del acto ritual con que arranca la fiesta de la ciudad. En relativam<strong>en</strong>tepocos años, la situación se ha transformado por completo. Hay algunos hitosy otros acontecimi<strong>en</strong>tos que marcan esos pequeños o grandes cambios <strong>en</strong> ladirección de la evolución de la fiesta, cambios ori<strong>en</strong>tados <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong>.4. Mujeres <strong>en</strong> el tabladoEn noviembre de 1998 se oficializa la blanquiazul como bandera deDonostia y meses después, <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> de 1999, se decide que, como“hom<strong>en</strong>aje a la bandera”, se ampliará el acto de la Izada a repres<strong>en</strong>tantes detodas las tamborradas. Así, a los de Gaztelubide se sumaron <strong>en</strong>tonces set<strong>en</strong>ta yseis personas más -mujeres y hombres-, <strong>una</strong> por cada tamborrada exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>esta fecha. Esta novedad <strong>en</strong> el acto de arranque de la fiesta abrió <strong>una</strong> puerta ala participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> el tablado. Ya no estarían solo participando como<strong>en</strong>tusiastas espectadoras o ev<strong>en</strong>tuales invitadas oficiales que miran desde elbalcón, sino tocando <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario. Así que aquí se nos pres<strong>en</strong>ta otro hito:aquel año, por primera vez <strong>en</strong> la historia de la <strong>Tamborrada</strong>, alg<strong>una</strong>s mujereshicieron sonar sus palillos <strong>en</strong> el tablado de la plaza.El “hom<strong>en</strong>aje a la bandera” fue <strong>una</strong> estrategia del gobierno municipalpara posibilitar la pres<strong>en</strong>cia de las tamborreras <strong>en</strong> el tablado, para legitimary dar visibilidad a los redobles fem<strong>en</strong>inos <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. Había <strong>en</strong>toncesun total de 76 tamborradas, y no se sabe cuántas mujeres acudieron comorepres<strong>en</strong>tantes de aquellas ese día –ni cuántas lo hac<strong>en</strong> cada año, aunque88 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


hoy <strong>en</strong> día la participación es más paritaria-, pero sí se sabe que la Izada seconvierte, desde <strong>en</strong>tonces, <strong>en</strong> un acto que oficialm<strong>en</strong>te es cada vez más de todosy todas. Desde 1999, Gaztelubide comparte este espacio con la repres<strong>en</strong>taciónde mujeres y hombres de otras tamborradas, si bi<strong>en</strong> la tamborrada veteranasigue ocupando cerca de las tres cuartas partes del estrado.Habrían de pasar varios años para lograr otro cambio significativo. 2006es un año <strong>en</strong> el que se marca un nuevo hito, pues Gaztelubide y la UniónArtesana, responsables de la Izada y Arriada respectivam<strong>en</strong>te, integran a lasmujeres <strong>en</strong> sus compañías. Así, <strong>en</strong> la Izada de la plaza de la Constitución dejande estar solo alg<strong>una</strong>s pocas repres<strong>en</strong>tantes de otras tamborradas, pues lasdos tamborradas emblemáticas y con pres<strong>en</strong>cia mayoritaria <strong>en</strong> los actos clavede la fiesta se hac<strong>en</strong> mixtas e incluy<strong>en</strong> aguadoras. Aum<strong>en</strong>ta la pres<strong>en</strong>cia y elprotagonismo de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>.“El debut de la mujer <strong>en</strong> la Izada y <strong>en</strong> la Arriada ha aum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> muchosdecibelios el nivel de la noticia. La participación de las mujeres, que <strong>en</strong>otras compañías y durante años, se ha v<strong>en</strong>ido produci<strong>en</strong>do con discrecióny tranquilidad, esta vez ha traspasado las barreras de la normalidad y el ecomediático ha provocado que retumbe la tradición”, dice <strong>una</strong> nota del Diario Vasco(15/01/2006). A través de dicha nota se puede constatar el peso que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lastamborradas de Gaztelubide y la Unión Artesana <strong>en</strong> la sociedad donostiarra.Aunque la participación de las mujeres llevaba años <strong>en</strong> progresivo aum<strong>en</strong>to(de hecho, cerca del 75% de las tamborradas ya contaban con mujeres <strong>en</strong> susfilas), parece que la fiesta no se hace mixta hasta que estas dos incorporanmujeres, o que es solo <strong>en</strong>tonces cuando estas “debutan” <strong>en</strong> el tablado, como silas tamborreras que participan cada año <strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tación de otras tamborradasdesde 1998 no existieran. ¿Por qué, tantos años después de la exist<strong>en</strong>cia detamborradas mixtas, la inclusión de las mujeres <strong>en</strong> un par de ellas se convierte<strong>en</strong> noticia?, ¿por qué <strong>una</strong> participación fem<strong>en</strong>ina importante <strong>en</strong> términosnuméricos y <strong>en</strong> muchas tamborradas se considera “discreta” o “tranquila” yla pres<strong>en</strong>cia de <strong>una</strong>s cuantas mujeres <strong>en</strong> estas dos tamborradas rompe esamodestia o calma? Podemos decir que la respuesta es que se ha traspasadoun límite, pues a partir de ese mom<strong>en</strong>to las mujeres pasan a ser integrantesde las tamborradas que protagonizan los actos c<strong>en</strong>trales de la fiesta, actos,insistimos, que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un peso especial, <strong>una</strong> gran carga simbólica y, además, sonoficiales. Esto confirma el significado que ti<strong>en</strong>e que las mujeres estén o no ahí.Más que rastrear los motivos y las dificultades alrededor de la incorporaciónde mujeres <strong>en</strong> Gaztelubide y la Artesana –situación con distinta trayectoria<strong>en</strong> cada caso-, la nota de pr<strong>en</strong>sa nos sirve para señalar que la “aceptación”de las mujeres tocando <strong>en</strong> ellas se aceleró por <strong>una</strong> petición que les hizo elAyuntami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> un esfuerzo institucional por lograr que los actos oficialesde la Izada y Arriada de la bandera durante la fiesta reflejas<strong>en</strong> los valores quese defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong> o se quier<strong>en</strong> promover, <strong>en</strong> este caso el de la <strong>igualdad</strong>. Aunque<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>89


fuera este un tema que algunos socios de ambas tamborradas ya hubies<strong>en</strong>contemplado, pues no eran aj<strong>en</strong>os a los cambios <strong>en</strong> la sociedad, es innegableque el proceso de inclusión fem<strong>en</strong>ina se aceleró debido a la interv<strong>en</strong>ciónde las autoridades municipales. Interv<strong>en</strong>ción, hay que decirlo, que recogereivindicaciones más o m<strong>en</strong>os explícitas de feministas y de diversos actoressociales a favor de la <strong>igualdad</strong>.La incorporación de las nuevas compañías fem<strong>en</strong>inas se hizo sin problemasmayores <strong>en</strong> <strong>una</strong> jornada <strong>en</strong> la que la int<strong>en</strong>ción de celebrar y de disfrutar lafiesta se impuso. No obstante, hubo cierta t<strong>en</strong>sión y polémica, sobre todo <strong>en</strong>los días previos a la <strong>Tamborrada</strong>. Los conflictos v<strong>en</strong>ían tanto por la inclusiónde las mujeres <strong>en</strong> sí como por el papel del Ayuntami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la petición quela precipita, la cual se calificó como “presión” o “am<strong>en</strong>aza”. Una persona del<strong>en</strong>torno de Gaztelubide dice algo al respecto que refleja bi<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to queprovocó esta situación: “los socios se han s<strong>en</strong>tido obligados, empujados, porparte del Ayuntami<strong>en</strong>to a adoptar <strong>una</strong> decisión y eso es lo que no ha gustado”(Diario Vasco, 15/01/2006). En aquel mom<strong>en</strong>to parec<strong>en</strong> haberse caldeado losánimos ante “el decretazo”, tal y como fue calificada la interv<strong>en</strong>ción municipal<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s notas de pr<strong>en</strong>sa (Diario Vasco, 15/01/2006). Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te decómo se percibiera <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to esta iniciativa del gobierno municipal, no esm<strong>en</strong>os cierto que las dos tamborradas que actúan <strong>en</strong> la plaza de la Constituciónllevaron a cabo un debate interno que permitió resolver el conflicto aceptandoel <strong>en</strong>vite del Ayuntami<strong>en</strong>to e incorporando finalm<strong>en</strong>te a las mujeres. No cabeduda de que los aires de cambio también habían calado <strong>en</strong> estas sociedadesy esta fue la ocasión para plasmarlo.Con más o m<strong>en</strong>os t<strong>en</strong>sión, el proceso de integración fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> losactos de la Izada y la Arriada com<strong>en</strong>zó. La alternativa por la que optaron lassociedades a cargo de ellos fue la de incluir un grupo pequeño de aguadoras,integrado por familiares de socios –o invitadas por ellos-. Sin embargo, <strong>en</strong> elcaso de Gaztelubide, debido a que la decisión se tomó con precipitación, lafalta de tiempo para conformar <strong>una</strong> compañía propia hizo que fueran doceaguadoras de la sociedad Artzak Ortzeok -mixta desde hacía un par de años,2004- las que por primera vez desfilaran y tocaran <strong>en</strong> la tamborrada deGaztelubide <strong>en</strong> el tablado. Las doce aguadoras invitadas fueron formalm<strong>en</strong>teparte activa del inicio de la fiesta, de esa imag<strong>en</strong> tan divulgada de la Izada yde lo que repres<strong>en</strong>ta. Oficialm<strong>en</strong>te, la fiesta donostiarra alcanza ese carácterque la convierte <strong>en</strong> un “ejemplo cívico y democrático”, según las palabras delequipo de gobierno de <strong>en</strong>tonces (Diario Vasco, 11/01/2006), <strong>en</strong> <strong>una</strong> fiesta querefleja <strong>una</strong> imag<strong>en</strong> más actualizada de la sociedad.90 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


20. Fu<strong>en</strong>te: Emakume eta eskubidea, núm. 11, <strong>en</strong>ero-marzo 2006El proceso de inclusión oficial de las mujeres <strong>en</strong> la fiesta avanza un pocomás <strong>en</strong> 2007, cuando la tamborrada de Gaztelubide protagoniza <strong>una</strong> Izada <strong>en</strong>la que participa su propia compañía de aguadoras. La integran doce mujereselegidas por sorteo y cuya fort<strong>una</strong> supuso, ese año, la posibilidad de compartircon maridos, hijos, hermanos u otros pari<strong>en</strong>tes el arranque oficial de la fiestainterpretando a Sarriegui <strong>en</strong> el tablado de la Consti. Fueron llamadas <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa“pioneras de <strong>una</strong> nueva tradición” (Diario Vasco, 16/01/2007). “Pioneras” a lasque, cabe señalar, antecede el trabajo y actividad de muchas personas que les<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>91


han permitido ser, oficialm<strong>en</strong>te, “pioneras”. Inauguradoras de <strong>una</strong> compañía<strong>en</strong> la que serán participantes fugaces, pues el puesto, que no es perman<strong>en</strong>te,será ocupado cada año por nuevas mujeres cuya plaza dep<strong>en</strong>derá del azar.Desde <strong>en</strong>tonces, año a año, el número de plazas y consecu<strong>en</strong>tes afort<strong>una</strong>dasse increm<strong>en</strong>ta gradualm<strong>en</strong>te, llegando a ser <strong>en</strong> la actualidad treinta.Compañía de aguadoras de Gaztelubide, 2007:Aitziber Echegaray Maidagan, Ana Asín Terol, Barda Marco Eguigur<strong>en</strong>,Ainhoa Olasagasti Ezeiza, Mertxe Oteo, Susana Pertica Etxabarri, MariCarm<strong>en</strong> Hernández, Amaia Munilla Núñez, Marta Aldanondo Garaizabal,Karina Fernández Arruti, Beatriz Rezusta Sagasti y Blanca Cabrera Egaña5. Mujeres dirigi<strong>en</strong>doFinalm<strong>en</strong>te, otro hito más es el de la institución de <strong>una</strong> nueva figura <strong>en</strong>las tamborradas que realizan la Izada y la Arriada: la de la aguadora mayor. Esdecir, la que dirige a las aguadoras. Con esta figura <strong>en</strong> el estrado de la plazade la Constitución se da un <strong>paso</strong> más <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> participación pl<strong>en</strong>a de lasmujeres. Se promueve el protagonismo de las aguadoras y su participación<strong>en</strong> puestos de mando, asimismo se da reconocimi<strong>en</strong>to oficial a <strong>una</strong> figura conun nivel equival<strong>en</strong>te al de barril mayor <strong>en</strong> Gaztelubide, o cabo de barriles <strong>en</strong>otras tamborradas.En 2012 la gran novedad de la <strong>Tamborrada</strong> fue la participación <strong>en</strong> elc<strong>en</strong>tro de la plaza de la Constitución de Ainhoa Olasagasti, aguadora mayorde Gaztelubide, y de Estitxu Eceiza, aguadora mayor invitada por la UniónArtesana. Una vez más, un motor de este cambio fue el gobierno municipal.“Las mujeres adquier<strong>en</strong> más protagonismo, no solo <strong>en</strong> la calle, sino también<strong>en</strong> los esc<strong>en</strong>arios, con la makila, dirigi<strong>en</strong>do y ejerci<strong>en</strong>do el poder”, según laspalabras de la delegada de Fiestas, Nerea Txapartegi (Gara, 19/01/2012).En 2013, la aguadora mayor dirigió <strong>una</strong> compañía que había aum<strong>en</strong>tadoa treinta integrantes, y el público que participaba <strong>en</strong> la Izada no dejó desorpr<strong>en</strong>derse y disfrutar cuando ella dejó el pequeño estrado desde el que dirigíaa las aguadoras para ocupar el puesto c<strong>en</strong>tral del tambor mayor y dirigir, <strong>en</strong> unpar de ocasiones, a toda la tamborrada. “M<strong>en</strong>di” y Ainhoa, el tambor y la aguadoramayores, improvisaron incluso un pequeño baile, símbolo de camaraderíay resultado de la alegría compartida durante la fiesta. La participación y elprotagonismo de las mujeres avanzan, ¿cuál será el sigui<strong>en</strong>te hito?92 Capítulo 4. 20 de <strong>en</strong>ero, doce de la noche. La Izada


Capítulo 520 de <strong>en</strong>ero.Recorridos durantetoda la noche


Minutos después de las doce horas, <strong>una</strong> vez izada la bandera, sea <strong>en</strong> laplaza de la Constitución o <strong>en</strong> otros lugares de la ciudad, las tamborradas sepreparan para desfilar por sus barrios. Se reún<strong>en</strong> fuera de sus locales u otrositio elegido como punto de arranque del recorrido. <strong>Tamborrada</strong>s <strong>en</strong> lo Viejo,<strong>en</strong> el C<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong> Amara, y Riberas de Loyola, <strong>en</strong> Gros, <strong>en</strong> El Antiguo, <strong>en</strong> Altza-Intxaurrondo y <strong>en</strong> Egia, Loiola y Martut<strong>en</strong>e toman la ciudad. Durante toda lanoche y todo el día, miles de personas recorr<strong>en</strong> los barrios, ll<strong>en</strong>ando con lamúsica de Sarriegui plazas, calles y parques, abarcando prácticam<strong>en</strong>te todoespacio disponible.Cada tamborrada ti<strong>en</strong>e un barrio -su barrio- y un horario asignados parasu recorrido, y sigue <strong>una</strong> trayectoria definida previam<strong>en</strong>te. Durante veinticuatrohoras las tamborradas sal<strong>en</strong>, se viv<strong>en</strong> y se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> <strong>en</strong> cada <strong>una</strong> de sus calles;van sucediéndose <strong>una</strong>s tras otras sin cesar. Tocan desfilando, pero también separan <strong>en</strong> algunos lugares significativos. En sus recorridos, alg<strong>una</strong>s tamborradasse cruzan y, <strong>en</strong> ocasiones, interpretan al unísono alg<strong>una</strong> de las piezas.Estas son las tamborradas que articulan la gran fiesta. Siempre <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>to,hay que decir: pasaron de ser cuar<strong>en</strong>ta y siete <strong>en</strong> 1990 a ci<strong>en</strong>to veinticinco<strong>en</strong> 2013. Si bi<strong>en</strong> las tamborradas son indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>una</strong>s de otras, vertebran<strong>en</strong>tre todas ellas un <strong>en</strong>te superior: la <strong>Tamborrada</strong>. Así, desde los oríg<strong>en</strong>es dela fiesta, han mant<strong>en</strong>ido <strong>en</strong>tre sí algún tipo de relación que toma dos formas:la que se da a pie de calle y, desde tiempos más reci<strong>en</strong>tes, la que se da <strong>en</strong> unmarco más institucionalizado.1. Una fiesta y <strong>una</strong> sociedad reguladasLa proliferación de tamborradas que empezó a ser pat<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la décadade los och<strong>en</strong>ta hizo que desde el CAT se viera la necesidad de crear un cuerpotécnico capaz de coordinarlas: <strong>en</strong>cajar los recorridos de todas ellas y fijar loshorarios de cada <strong>una</strong> de acuerdo a un programa. Así, <strong>en</strong> 1998, las tamborradasexist<strong>en</strong>tes y el CAT -más tarde el Departam<strong>en</strong>to de Fiestas de Donostia Kulturaestablecieronla normativa que todavía hoy define el protocolo de coordinacióny organización de la fiesta. A efecto organizativo, la ciudad tamborrera haquedado dividida <strong>en</strong> siete zonas que delimitan el espacio por donde desfilacada uno de los grupos y establece un modo piramidal de coordinarse <strong>en</strong>treellos: todas las tamborradas elig<strong>en</strong> a <strong>una</strong> persona que las repres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> lasreuniones de su zona. En ellas se elige a un/a delegado/a de zona para queasista a las reuniones con el Departam<strong>en</strong>to y así, con las repres<strong>en</strong>taciones decada zona, se integra <strong>una</strong> comisión de siete repres<strong>en</strong>tantes.No nos sorpr<strong>en</strong>de (aunque debería) que la pres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> esteespacio de coordinación sea escasa. Aunque hay mujeres repres<strong>en</strong>tantes detamborrada <strong>en</strong> las reuniones de zona, no hay, hasta la fecha, delegadas <strong>en</strong><strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>95


esa comisión que sería la punta de la pirámide. Por ejemplo, actualm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>la zona de Amara hay solo cuatro repres<strong>en</strong>tantes fem<strong>en</strong>inas de un total detrece; <strong>en</strong> la zona de Altza la proporción es aún más desequilibrada, pues delos once portavoces solo <strong>una</strong> es mujer; y <strong>en</strong> la Parte Vieja no hay ni <strong>una</strong> sola.De modo que podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que las mujeresti<strong>en</strong><strong>en</strong>, de mom<strong>en</strong>to, muy poco protagonismo <strong>en</strong> los espacios donde se tomanlas decisiones y se regula la fiesta.Exist<strong>en</strong> <strong>una</strong> <strong>en</strong>tidad y un sistema para coordinar las tamborradas y tomarlas decisiones importantes <strong>en</strong> la que participan las delegaciones de zona yla repres<strong>en</strong>tación municipal. Esta <strong>en</strong>tidad ha servido y sirve para gestionary solucionar conflictos de <strong>una</strong> manera más o m<strong>en</strong>os dialogada, donde seda voz a los delegados (que no delegadas, de mom<strong>en</strong>to) de cada zona <strong>en</strong>repres<strong>en</strong>tación de todas las tamborradas. Ni qué decir ti<strong>en</strong>e que todos losacuerdos a los que llegu<strong>en</strong> siempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que estar sujetos a la normativavig<strong>en</strong>te de la <strong>Tamborrada</strong>.En los barrios, las tamborradas se coordinan <strong>en</strong> comisiones donde setratan temas comunes a todas ellas, y donde se defin<strong>en</strong> los programas de actosque más tarde serán difundidos <strong>en</strong> los medios de comunicación. Aunque <strong>en</strong>un principio nadie t<strong>en</strong>dría por qué controlar estas comisiones, parece ser que<strong>en</strong> algunos casos esto sucede. Este es el caso cuando la veteranía sirve parat<strong>en</strong>er <strong>una</strong> voz con más peso y dejar <strong>en</strong> un segundo plano a las tamborradasm<strong>en</strong>os establecidas, como bi<strong>en</strong> ilustran estas palabras:Cuando hacemos la reunión de las tamborradas de zona,están las tamborradas que digo yo de los “bigotones”,que esos hablan y <strong>en</strong>tre ellos organizan, y los que vamosrepres<strong>en</strong>tando tamborradas más jóv<strong>en</strong>es y de otro estilopues…, bu<strong>en</strong>o, nos hac<strong>en</strong> un poco de m<strong>en</strong>os.Una de las zonas más congestionadas es la Parte Vieja; quizá por ello, esaquí donde la incorporación de nuevas tamborradas <strong>en</strong> los últimos tiempos hag<strong>en</strong>erado más problemas. Dos han sido los casos <strong>en</strong> los que la comisión de laParte Vieja ha vetado la salida de nuevas tamborradas <strong>en</strong> sus calles. La primerafue la de Txirritako Txuriurdinak <strong>en</strong> 2010, que finalm<strong>en</strong>te tuvo que desfilar <strong>en</strong>el barrio de Larratxo. La segunda fue la de la tamborrada de Shesh<strong>en</strong>ar<strong>en</strong>a, <strong>en</strong>este caso sin éxito, ya que Donostia Festak avaló su integración <strong>en</strong> el barrio ydesfiló por primera vez <strong>en</strong> 2013. En el segundo caso, muchas de las tamborradasde la zona consideraron que cumplir los requisitos formales no era sufici<strong>en</strong>tepara sacar <strong>una</strong> tamborrada <strong>en</strong> el barrio, ya que, como justificaron <strong>en</strong> la reuniónde delegados, “no respond<strong>en</strong> a los principios de tradición, preservación dela es<strong>en</strong>cia y la cultura de la fiesta” (Actas de la Reunión de Delegados de<strong>Tamborrada</strong> de Adultos, 21/11/2012), todos ellos argum<strong>en</strong>tos que <strong>en</strong>trañan cierto96 Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche


peligro, puesto que su interpretación puede ser muy peliaguda (como hemosvisto que ocurre <strong>en</strong> otras fiestas) y utilizados con fines dudosos.Lo que aquí nos interesa destacar es que exist<strong>en</strong> unos órganos donde lastamborradas no solo se coordinan, sino donde también se toman importantesdecisiones sobre la forma que toma la fiesta. Esto no es negativo, ni muchom<strong>en</strong>os. Es más, resulta totalm<strong>en</strong>te necesario. Ahí se gestionan y se resuelv<strong>en</strong>conflictos de manera dialogada, donde se da voz a los delegados (insistimos,que no delegadas, de mom<strong>en</strong>to) que repres<strong>en</strong>tan a las tamborradas de cadazona. En el caso de las comisiones de zona ocurre otro tanto, donde todas lastamborradas están repres<strong>en</strong>tadas, y esto es, <strong>en</strong> sí, loable. Sin embargo, hayque destacar que lo que aquí se negocia va más allá de conceder o no un meropermiso, como si esto fuera poco, sino también quién puede acceder o no alespacio y a los recursos públicos. Si<strong>en</strong>do esto así, sería necesario garantizaral máximo la transpar<strong>en</strong>cia y la participación democrática.Qui<strong>en</strong>es no participan <strong>en</strong> estos órganos, posiblem<strong>en</strong>te, poco p<strong>en</strong>sarán<strong>en</strong> ellos y disfrutarán de la fiesta sin cuestionarse quién está decidi<strong>en</strong>do alrespecto. Y esta es <strong>una</strong> cuestión que no podemos obviar si esperamos quela fiesta repres<strong>en</strong>te ciertos valores, y no otros, <strong>en</strong>tre los que destacamos elde la <strong>igualdad</strong>. Es desde esta reflexión desde la que observamos que estaorganización adolece de ciertos defectos.Por difer<strong>en</strong>tes razones, que pued<strong>en</strong> ser descoordinación o desinformación,hay tamborradas cuyos integrantes no conoc<strong>en</strong> muy bi<strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to deeste sistema, particularm<strong>en</strong>te las nuevas, y, por lo tanto, no han participado <strong>en</strong>las elecciones donde se elige a la persona que será delegada de su zona. Delmismo modo, otras desconoc<strong>en</strong> los mecanismos para postular a la delegación,por lo que muchas personas ni siquiera consideran pres<strong>en</strong>tarse. O es ladirectiva, <strong>en</strong> la que tal vez ni siquiera haya mujeres, qui<strong>en</strong> decide la personadelegada. Preocupa que <strong>en</strong> este tipo de órganos de decisión se implant<strong>en</strong>ciertas dinámicas, bi<strong>en</strong> sea la opacidad, la misma fuerza de “hacerlo comosiempre”, o la participación cuasi-per<strong>en</strong>ne de ciertas personas, particularm<strong>en</strong>tesi se trata de “bigotones” -por utilizar la terminología de <strong>una</strong> <strong>en</strong>trevistada-, yaque esto puede resultar <strong>en</strong> <strong>una</strong> gran defici<strong>en</strong>cia democrática.2. Coexist<strong>en</strong>cia, conviv<strong>en</strong>ciay relaciones de poderTodas las tamborradas establec<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sí relaciones más o m<strong>en</strong>os directasy de distinta int<strong>en</strong>sidad y calidad mi<strong>en</strong>tras hac<strong>en</strong> sus recorridos por las calles,pero también durante los meses previos de preparación. Estas relaciones serig<strong>en</strong>, <strong>en</strong> gran medida, por <strong>una</strong> especie de código no escrito y que, más allá<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>97


de lo dicho por la norma oficial, permite el bu<strong>en</strong> desarrollo de la fiesta. Estecódigo se respeta gracias a <strong>una</strong> mezcla de disposición para la coexist<strong>en</strong>cia, depeso de <strong>una</strong> serie de prácticas y costumbres y, por qué no, porque es práctico.El marg<strong>en</strong> de las nuevas formaciones para elegir su itinerario es bastanteestrecho, puesto que todas y cada <strong>una</strong> de las tamborradas ya ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un horarioy un recorrido asignados, así que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que at<strong>en</strong>erse al hueco que quededisponible. Esto se agrava particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los barrios donde hay más d<strong>en</strong>sidadde tamborradas, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Parte Vieja. Aunque el itinerario asignadono coincida pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te con lo deseado, <strong>una</strong> vez adjudicado no suele haberacciones para modificarlos. Txirritako Txuriurdinak tuvo que desistir <strong>en</strong> su deseode desfilar por lo Viejo y aceptar hacerlo por Larratxo. Sin embargo, pocosaños después, según nos com<strong>en</strong>ta <strong>una</strong> de sus miembros <strong>en</strong> <strong>una</strong> <strong>en</strong>trevista, nocambiaría su recorrido “por nada”.Se asume que para que la fiesta funcione hay que normar y respetar lostiempos y lugares de tránsito. Bajo esta lógica, cada tamborrada acepta “sulugar” hasta quedar fijado y casi convertirlo <strong>en</strong> <strong>una</strong> propiedad, su propiedad.Si otra tamborrada llegara a ocupar su tiempo y su espacio, se consideraría<strong>una</strong> “invasión” <strong>en</strong> toda regla. Precisam<strong>en</strong>te por eso se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que <strong>en</strong> horasnocturnas tan intempestivas como las tres o las cinco de la madrugada, lastamborradas salgan a desfilar, lo cual no les impide, <strong>en</strong> absoluto, disfrutar desu gran mom<strong>en</strong>to.Para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der mejor por qué la mayoría de las nuevas compañías aceptansin apar<strong>en</strong>te conflicto sus horarios y recorridos, recordaremos aquello deque la veteranía es grado. Hay que admitir, primero, que no resulta nada fácilmedir y comparar a las tamborradas que hac<strong>en</strong> la fiesta, puesto que todas ycada <strong>una</strong> de ellas son importantes, cada <strong>una</strong> a su modo. Ni qué decir ti<strong>en</strong>eque para cada persona, la tamborrada más importante es aquella <strong>en</strong> la quesale ella misma o alg<strong>una</strong> persona cercana. Aún así, es innegable que alg<strong>una</strong>stamborradas gozan de un mayor estatus que otras debido a difer<strong>en</strong>tes razones.Una de ellas es la antigüedad, que confiere a <strong>una</strong> tamborrada cierto estatus yprestigio. Si al número de años de la tamborrada se le añade la influ<strong>en</strong>cia queha t<strong>en</strong>ido sobre la fiesta y el protagonismo y visibilidad ganados, o si la <strong>en</strong>tidadde la que provi<strong>en</strong>e disfruta de cierto prestigio <strong>en</strong>tonces su estatus aum<strong>en</strong>ta. Ysi además se considera que está asociada al orig<strong>en</strong> de la <strong>Tamborrada</strong> que hoyconocemos, la posición asci<strong>en</strong>de aún más. Lo que nos interesa aquí destacares que la antigüedad (aderezada de otros factores m<strong>en</strong>cionados) se convierte<strong>en</strong> el criterio que se prioriza fr<strong>en</strong>te a cualquier otro a la hora de establecer lasrelaciones <strong>en</strong>tre las tamborradas.Todos estos factores y su aceptación forman parte de esa especie decódigo no escrito que, respetado por las tamborradas, resulta <strong>en</strong> <strong>una</strong> serie derelaciones jerárquicas. Sí, aunque la <strong>Tamborrada</strong> sea <strong>una</strong> fiesta tan popular98 Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche


y participativa, esconde ciertas jerarquías. La aceptación y el peso de estasexplican que, mi<strong>en</strong>tras la fiesta ti<strong>en</strong>e lugar, se pongan <strong>en</strong> susp<strong>en</strong>so otro tipode afinidades o intereses, y se actúe solo bajo la lógica del respeto <strong>en</strong>tretamborradas.Ning<strong>una</strong> tamborrada se plantea dejar de colaborar con otras a pesar deque sean discriminatorias y de que no se compartan sus argum<strong>en</strong>tos. Losideales o principios de las asociaciones se pon<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre paréntesis. Esta lógicaha evitado confrontaciones y conflictos abiertos y ha servido para que cadaqui<strong>en</strong> <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre su forma de participar.Pero este respeto o “dejar hacer” no ha sido siempre bidireccional <strong>en</strong> loque respecta a la aceptación de la participación de las mujeres. En todo caso,los episodios de conflicto que hemos registrado son aquellos <strong>en</strong> los que lastamborradas más tradicionalistas se han opuesto a su incorporación <strong>en</strong> lafiesta. El caso inverso aún no se ha dado.Lo cierto es que también aquellas difer<strong>en</strong>cias han dejado de ser motivode conflicto, y cada qui<strong>en</strong> se guarda para sí sus posturas al respecto. A día dehoy, las tamborradas desfilan por las calles de manera armoniosa y coordinada,y ello gracias a <strong>una</strong>s normas, explícitas alg<strong>una</strong>s y tácitas otras, que aseguran<strong>una</strong> conviv<strong>en</strong>cia donde se minimizan los posibles roces. Pero de lo que nocabe duda es de que siempre hay espacio para la mejora.22. Recorrido por el C<strong>en</strong>tro, 20/01/2013. Foto: Luz Maceira<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>99


3. Desfilando por las callesUno de los aspectos más característicos de la <strong>Tamborrada</strong> es que, durantelas veinticuatro horas que dura el día 20, los grupos tamborreros recorr<strong>en</strong> lascalles de la ciudad. En este ir y v<strong>en</strong>ir de tamborradas, es normal que alg<strong>una</strong>scoincidan y que se cruc<strong>en</strong> sus caminos. En estos casos, lo habitual es ceder el<strong>paso</strong> a la tamborrada más veterana, o acallar banda y palillos para no interferir<strong>en</strong> la interpretación de la que ya estaba tocando. Como explica <strong>una</strong> persona<strong>en</strong>trevistada: “lo que sí hay que respetar es si vi<strong>en</strong>e <strong>una</strong> tamborrada tocando,por antigüedad o tal. O si ya lleva un rato tocando, pues tú no puedes coger ycortarle la canción. Ti<strong>en</strong>es que respetarle ese sil<strong>en</strong>cio”.A lo largo de los recorridos, las tamborradas van realizando alg<strong>una</strong>sparadas. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se deti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> las sedes de otras tamborradas, <strong>en</strong>bares o <strong>en</strong> lugares del barrio que se consideran especiales: parques, iglesias,plazas o cualquier otro lugar que se considere emblemático o adecuado parapermitir que la tamborrada se exti<strong>en</strong>da y despliegue al máximo su actuación:espacios amplios, con bu<strong>en</strong>a acústica o de fácil acceso.Hay también paradas de descanso para reponer <strong>en</strong>ergías o relajarse unmom<strong>en</strong>to, pero aquí nos interesan más esas paradas <strong>en</strong> las que se no se dejade tocar. Alg<strong>una</strong>s respond<strong>en</strong> a simples criterios prácticos (como <strong>en</strong>contrarse<strong>en</strong> un gran espacio), pero <strong>en</strong> muchos otros casos a motivos, digamos, socialesy rituales, ya que sirv<strong>en</strong> para reconocer u hom<strong>en</strong>ajear a otros grupos o apersonas concretas. Como decía <strong>una</strong> persona <strong>en</strong>trevistada: “todas las paradaslas hacemos por algo”.Cuando se paran fr<strong>en</strong>te a algún lugar especial o emblemático, lo habituales que “salgan a recibirte” con comida o bebida. Esta forma de agasajar es<strong>una</strong> cortesía, <strong>una</strong> expresión de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida de qui<strong>en</strong>es recib<strong>en</strong> la visita <strong>hacia</strong>qui<strong>en</strong>es vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a compartir y ext<strong>en</strong>der la fiesta tamborrera.Este gesto de visitar y recibir permite a qui<strong>en</strong> recibe s<strong>en</strong>tirse parte de lafiesta y a qui<strong>en</strong> visita, parte del barrio. Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que la <strong>en</strong>tidadsea titular de <strong>una</strong> tamborrada o no -como es el caso de resid<strong>en</strong>cias de mayores,colegios, bares, asociaciones y otros-, no cabe duda de que este es un gestode reciprocidad y reconocimi<strong>en</strong>to mutuo: desde un lado se ofrece comida yreconocimi<strong>en</strong>to, desde el otro música del repertorio e integración <strong>en</strong> la fiesta;ambas son formas de agasajarse mutuam<strong>en</strong>te.Visitar las sedes de otras tamborradas <strong>en</strong> <strong>una</strong> práctica usual. Este es <strong>una</strong>cto de reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre tamborradas <strong>en</strong> el que se avalan mutuam<strong>en</strong>tecomo protagonistas de la fiesta. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se visitan las sedes de aquellastamborradas que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> el itinerario, porque “queda de <strong>paso</strong>”, “estáal lado” o porque desde hace años existe <strong>una</strong> relación <strong>en</strong>tre ambas. Si hay100 Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche


muchas sedes <strong>en</strong> el barrio, se suele elegir como parada indiscutible las delas tamborradas “importantes”, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te del tipo de relación quese mant<strong>en</strong>ga con ellas. Podríamos decir que se trata de un saludo obligado,aunque no siempre hay señales de recepción de este gesto.La tamborrada de Anastasio apadrinó a la de Txubillo <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to, ypor esta razón esta siempre hace <strong>una</strong> de sus paradas <strong>en</strong> el local de aquella;es <strong>una</strong> tamborrada que respetan y con la cual manti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>una</strong> bu<strong>en</strong>a relación.Sin embargo, y por cuestión de horarios, a la hora que paran <strong>en</strong> su sede nohay nadie para recibirlos. Como <strong>en</strong> este caso, varias tamborradas tocan fr<strong>en</strong>tea la puerta cerrada de alg<strong>una</strong> otra con la que hay <strong>una</strong> relación cercana. Otrascompañías, como sucede con la de Bera Bera, <strong>en</strong> Gros, tocan fuera de loslocales de “sociedades importantes del barrio <strong>en</strong> las que hay que parar sí o sí”,aunque no haya <strong>una</strong> relación próxima <strong>en</strong>tre ellas. También hay algunos pocoscasos <strong>en</strong> los que este gesto <strong>hacia</strong> <strong>en</strong>tidades con las que no hay interacción niparticular interés ha desaparecido, por más veteranas o protagonistas que sean.El saludo y reconocimi<strong>en</strong>to alcanzan su máxima expresión cuando dostamborradas se cruzan <strong>en</strong> sus recorridos y se un<strong>en</strong> para tocar juntas alg<strong>una</strong> piezadel repertorio. En estos casos, existe la costumbre de alternar la dirección de losdos grupos <strong>en</strong>tre tambores mayores. Este gesto es <strong>una</strong> manera de compartir elhonor de dirigir la tamborrada, además de un signo de camaradería. El bastóntambién se cede <strong>en</strong> otras ocasiones, y no necesariam<strong>en</strong>te a otro tambor mayor.Puede tratarse de alg<strong>una</strong> persona que, por diversos motivos, ocupe un lugarsignificativo d<strong>en</strong>tro de la fiesta o repres<strong>en</strong>te alg<strong>una</strong> institución o valor que sequiera destacar. Este gesto supone compartir con otra persona un lugar deautoridad y prestigio, de modo que cuando se ofrece a <strong>una</strong> mujer, sea estatambor mayor o no, el acto cobra <strong>una</strong> especial importancia, ya que con ellono solo se celebra su participación <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, sino que también seasume que son merecedoras de ocupar puestos de autoridad <strong>en</strong> ella. Unode los tambores mayores <strong>en</strong>trevistados relata que durante el recorrido de sugrupo hubo un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el que se reunieron varias tamborradas del barrio<strong>en</strong> el que él dejó dirigir su tamborrada a dos mujeres:Me ha parecido bi<strong>en</strong>, ya que eran dos chicas las que dirigíanpor primera vez dos tamborradas, dejarles que dirigieran<strong>en</strong>tre ellas, que sintieran ese mom<strong>en</strong>to, que es un mom<strong>en</strong>toque hay que estar ahí para saber lo que se si<strong>en</strong>te.[...] Meemocioné [...] porque eran debutantes, y yo sé lo que sesi<strong>en</strong>te cuando a algui<strong>en</strong> le dejas y sé, sé lo que se puededisfrutar.Todo este universo gestual -cederse el <strong>paso</strong>, dejar de tocar para oír a otratamborrada, interpretar conjuntam<strong>en</strong>te <strong>una</strong> o varias piezas, compartir tamboresmayores o bastones de dirección, visitar y ser recibidos, realizar hom<strong>en</strong>ajes…-<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>101


simboliza reconocimi<strong>en</strong>to, aprobación, aceptación o incluso admiración <strong>en</strong>trelas distintas tamborradas. Pero ¿se reconoc<strong>en</strong>, se aceptan o se admiran todoslos grupos por igual <strong>en</strong> el mundo de la <strong>Tamborrada</strong>?Para ejemplificar el valor que los gestos de reciprocidad ti<strong>en</strong><strong>en</strong> para losgrupos, podemos ver alg<strong>una</strong>s notas de pr<strong>en</strong>sa, como las que año tras año dabancu<strong>en</strong>ta de la visita que la Unión Artesana realizaba a la tamborrada de DonostiBerri <strong>en</strong> el barrio de Amara. Hasta que la decana sociedad cambió <strong>en</strong> 1957 suhorario de salida al actual nocturno, era habitual que <strong>en</strong> su recorrido hiciese<strong>una</strong> parada <strong>en</strong> la sede de la sociedad amaratarra, pero igual de habitual eraque ello fuera contado <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa local. Y se convertía <strong>en</strong> noticia porque era<strong>una</strong> de las tamborradas más emblemáticas y veteranas la que distinguía con supres<strong>en</strong>cia a <strong>una</strong> de las, por <strong>en</strong>tonces, más nuevas y reci<strong>en</strong>tes. Con esta visitase aceptaba e integraba al nuevo grupo <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. Más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tetambién hemos leído <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa las disculpas que públicam<strong>en</strong>te pedía <strong>una</strong>tamborrada a otra por no haberla recibido <strong>en</strong> su sede, alegando problemaslogísticos como única razón de dicho gesto:La comisión de la <strong>Tamborrada</strong> y la dirección de la SociedadLagun Garbiak quier<strong>en</strong> pedir excusas y ofrecerse a repararel gran fallo que se produjo <strong>en</strong> la noche del día 20 cuandola sociedad más veterana de Gros, Umore Ona, se acercó anuestro local para deleitarnos con su actuación. Es costumbre<strong>en</strong>tre nuestras sociedades el agasajar a los visitantes conat<strong>en</strong>ción y bebida a todas, produciéndose un fallo deorganización y no sali<strong>en</strong>do a reconocer ni a agasajar ala sociedad Umore Ona tal como se merece. Desde aquíel reconocimi<strong>en</strong>to público de nuestro error involuntarioy nuestra firme resolución de tomar medidas para evitarsituaciones como la citada (Diario Vasco, 28/1/2010).Se advierte la necesidad por parte de la tamborrada visitada de explicarclaram<strong>en</strong>te los motivos de no haber recibido al otro grupo para evitar malasinterpretaciones. Sin embargo, no olvidemos que hay ocasiones <strong>en</strong> las que laspuertas permanec<strong>en</strong> cerradas no por error, sino por rechazo. Y es que, aunquepredomin<strong>en</strong> las relaciones cordiales, también ha habido actos de desaprobación,como am<strong>en</strong>azaron con hacer <strong>en</strong> señal de protesta <strong>hacia</strong> Shesh<strong>en</strong>ar<strong>en</strong>a variasde las tamborradas de la Parte Vieja, <strong>en</strong> 2013 (Diario Vasco, 19/01/13), y comohicieron con Kresala <strong>en</strong> 1980.102 Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche


4. ¿Abrir o cerrar las puertas a laprimera tamborrada mixta?El 20 de <strong>en</strong>ero de 1980 a las siete de la mañana, un grupo de mujeresvestidas de aguadoras salieron a recorrer las calles interpretando la músicade Sarriegui d<strong>en</strong>tro de <strong>una</strong> formación tamborrera. Hacía más de treinta añosque no se t<strong>en</strong>ía constancia de mujeres tocando los palillos desde aquellas yahistóricas tamborreras turcas. No eran más que veinticinco mujeres fr<strong>en</strong>te acasi cuatro mil hombres vestidos de soldados y cocineros (La Voz de España,19/01/1980). La salida de la primera compañía mixta, de la Sociedad Kresala,supuso un hito <strong>en</strong> la historia de la fiesta. Aquellas primeras aguadoras avanzabanal amanecer por la Parte Vieja tocando sus herradas. Se daba con ello un <strong>paso</strong><strong>en</strong>orme <strong>hacia</strong> la participación activa e igualitaria de las mujeres <strong>en</strong> la gran fiestadonostiarra, pero tal hito no estuvo ex<strong>en</strong>to de polémica.A lo largo de su primer recorrido, esta tamborrada mixta <strong>en</strong>contró cerradasa cal y canto las puertas de alg<strong>una</strong>s de las sociedades de la Parte Vieja. Elhorario madrugador no tuvo nada que ver, ya que otros años habían recibidosin problemas a la tamborrada de Kresala, <strong>en</strong>tonces masculina. Fue un gestodescortés que ponía de manifiesto la negativa de estas sociedades a aceptar laparticipación de las mujeres tocando los barriles, <strong>una</strong> actividad tradicionalm<strong>en</strong>tedesempeñada por hombres.Poco importaba que hubies<strong>en</strong> buscado <strong>una</strong> vestim<strong>en</strong>ta fem<strong>en</strong>ina y <strong>una</strong>justificación histórica y mítica para su inclusión, ni que se hubiera logrado elpermiso del Ayuntami<strong>en</strong>to para desfilar. Había <strong>en</strong>tonces veinte tamborradas, yveintiséis sociedades gastronómicas apelaban a “la tradición” como argum<strong>en</strong>topara oponerse a su participación (aquí se ve claram<strong>en</strong>te el peligro de este tipode argum<strong>en</strong>tos, como apuntábamos antes). La polémica estaba servida <strong>en</strong>treaquellos sectores más tradicionalistas y aquellos que p<strong>en</strong>saban que el tiempodel exclusivismo de los hombres <strong>en</strong> la fiesta había pasado. Ambas partesdef<strong>en</strong>dían sus posturas:Las sociedades populares de San Sebastián mostramosnuestra disconformidad absoluta ante la postura de lasociedad Kresala de sacar <strong>una</strong> tamborrada mixta demayores el día de San Sebastián. Consideramos que estapostura unilateral va contra la tradición llevada por lastamborradas hasta ahora, además de aprovecharse de ellapara mixtificarla. Creemos que la tradición del pueblo deSan Sebastián es merecedora del máximo respeto (DeiaGipuzkoa, 15/01/1980).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>103


23. Carta de sociedades contra la tamborrada mixta. Fu<strong>en</strong>te: Deia, 15/01/1980Íbamos a salir. Estábamos decididas, a pesar de qui<strong>en</strong> fuera.Creíamos que t<strong>en</strong>íamos el mismo derecho y nada nos iba aechar atrás.(…) Las tradiciones las hac<strong>en</strong> los pueblos y lospueblos son hombres y mujeres. Las tradiciones, incluso lasfolclóricas, estaban evolucionando y <strong>en</strong> las fiestas popularescada vez t<strong>en</strong>ían mayor acto de pres<strong>en</strong>cia y participación lasmujeres. Si hay que modificar las tradiciones se hace porel bi<strong>en</strong> común. Es difícil ceder privilegios y protagonismo.De hecho, se abrió la posibilidad de participar a <strong>una</strong> granparte de donostiarras que antes veían la tamborrada comoun coto cerrado (Kresala, s/f, inédito).A pesar de que alg<strong>una</strong>s de las sociedades de la Parte Vieja vetaban “de unportazo” a la compañía mixta, erigiéndose además <strong>en</strong> garantes de <strong>una</strong> tradiciónque <strong>en</strong>tonces p<strong>en</strong>saban inamovible, las jóv<strong>en</strong>es pioneras no cesaron <strong>en</strong> suempeño y la tamborrada de Kresala inició su recorrido a las siete y cuarto dela mañana de ese 20 de <strong>en</strong>ero:La tamborrada duró tres horas justas y el público aceptóbi<strong>en</strong> la innovación de la pres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina. Sólo algunossilbidos (más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> tono jocoso) <strong>en</strong> la salida y un parde com<strong>en</strong>tarios <strong>en</strong> alta voz <strong>en</strong> la Av<strong>en</strong>ida. Pero eso noes nada <strong>en</strong> contraste con las grandes ovaciones que los104 Capítulo 5. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos durante toda la noche


madrugadores (y sobre todo los trasnochadores) disp<strong>en</strong>sarona la tamborrada de Kresala con su novedad fem<strong>en</strong>ina (DeiaGipuzkoa, 22/01/1980).Así, <strong>en</strong> este ambi<strong>en</strong>te de confrontación, los gestos de los que hablamos másarriba fueron sustituidos por otros de significado contrariam<strong>en</strong>te opuestos y quese materializaron <strong>en</strong> el de “cerrar sus puertas”, gesto altam<strong>en</strong>te significativo <strong>en</strong>cualquier contexto y aún más, si cabe, <strong>en</strong> este. Esta fue la manifestación de unfrontal rechazo a ceder parte del privilegio de disfrutar y ser protagonistas dela fiesta, exclusivam<strong>en</strong>te masculino hasta <strong>en</strong>tonces, a las mujeres donostiarras;rechazo a reconocer y a legitimar aquella tamborrada y a considerarla <strong>una</strong> igualpor el hecho de integrar mujeres <strong>en</strong> sus barriles.A partir de ese año, la participación activa de las mujeres <strong>en</strong> un númerocreci<strong>en</strong>te de compañías y <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, se hizo ya imparable, porque sibi<strong>en</strong> hubo <strong>una</strong> corri<strong>en</strong>te contraria a ella, es justo reconocer que también la huboa favor, que la sociedad cambiaba y con ella la propia manera de concebir lafiesta. Nuevas tamborradas mixtas y, también, gestos de reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tretamborradas, agasajos y signos de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida por parte de la ciudadanía <strong>en</strong>las calles de cada barrio irían fortaleci<strong>en</strong>do esta nueva forma de festejar: “conla participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, la tradición se manti<strong>en</strong>eperfectam<strong>en</strong>te; yo diría que resulta fortalecida. Lo que cambiamos un poco esla propia sociedad y las concepciones reaccionarias que se dan <strong>en</strong> la misma.Esto siempre es un <strong>paso</strong> adelante…”, decía Cristina Beloki (La Voz de España,18/01/1980).La reflexión que merece este pedacito de historia de la participación delas mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> es que fue necesaria <strong>una</strong> ruptura con lo que<strong>en</strong>tonces -cuando aún no existía el sistema organizativo de la actualidad- eranlos poderes fácticos de la fiesta. Afort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, la situación ha cambiado,sin embargo sigue si<strong>en</strong>do necesario garantizar que qui<strong>en</strong>es están al fr<strong>en</strong>te delas decisiones no solo no van a <strong>en</strong>torpecer, sino que van a garantizar que lafiesta se pueda desarrollar d<strong>en</strong>tro de los parámetros de la <strong>igualdad</strong>.Treinta años después de estos acontecimi<strong>en</strong>tos, cada vez más mujereshac<strong>en</strong> sonar sus redobles <strong>en</strong> la gran fiesta donostiarra. Desde que por primeravez las pioneras decidieran recorrer la ciudad, se han ido abri<strong>en</strong>do muchasmás puertas, de las que destacamos las que aquel año de 1980 permanecieroncerradas. Esto es <strong>una</strong> bu<strong>en</strong>a noticia.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>105


Capítulo 620 de <strong>en</strong>ero. Recorridosdesde el amanecer hastaúltima hora de la noche


A las siete de la mañana del día 20, se reúne la Gazte Danborrada delAntiguo para tocar la diana. Un público mayorm<strong>en</strong>te jov<strong>en</strong> y trasnochadorsalta al compás <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te de alegría, marcha y mucha juerga. Abri<strong>en</strong>dola tamborrada hay cuatro abanderadas, uniformadas con falda a media pierna.El tambor mayor vi<strong>en</strong>e detrás; dirige dos marchas y luego pasa el bastón a <strong>una</strong>mujer jov<strong>en</strong>, ella también tambor mayor y vestida de soldado. Ambos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> 26años y t<strong>en</strong>drán que dejar la tamborrada a los 30, por ello han decidido compartirese rol los pocos años que les quedan. Los tambores llevan uniforme azul yrojo, impecable. Las mujeres llevan además <strong>una</strong> faldita blanca por <strong>en</strong>cima delpantalón y un gorro forrado de piel. Después de la banda, <strong>una</strong> mujer ocupandoel puesto de cabo de barriles dirige a las aguadoras (solo mujeres) y cocineros(solo hombres) que cierran la comitiva.Y así, <strong>en</strong> esta formación van desfilando por las calles. Con formacionessimilares, pero con diversas variaciones, otras tamborradas harán lo propiodurante todo el día. Les acompaña siempre un público, sea este escasoo nutrido, que a las más tempranas horas de la mañana recoge a los másjuerguistas que han resistido toda la noche. Conforme avanza la mañana, vacambiando el perfil de qui<strong>en</strong>es sigu<strong>en</strong> a las tamborradas y veremos, sobretodo, a familiares, amistades y vecinas y vecinos. El público, al igual que lastamborradas, va cambiando a lo largo del día, pero siempre habrá algui<strong>en</strong>alrededor animando la fiesta.Hay <strong>una</strong> relación especial <strong>en</strong>tre las tamborradas y el público <strong>en</strong> la que seaniman mutuam<strong>en</strong>te, se acompañan, se id<strong>en</strong>tifican <strong>en</strong>tre sí como integrantesde un barrio o <strong>una</strong> ciudad. Las personas tamborreras que <strong>en</strong>trevistamos insist<strong>en</strong><strong>en</strong> que quier<strong>en</strong> que la “g<strong>en</strong>te disfrute”, que “el pueblo goce de la fiesta”. Y acambio esperan que “la g<strong>en</strong>te las t<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> bu<strong>en</strong> concepto”, ser “bi<strong>en</strong> miradas”,e incluso ser “admiradas”, que se les reconozcan sus méritos, su seriedad, superseverancia, sus cualidades o particularidades, su contribución a la animacióndel barrio, el repertorio que ofrec<strong>en</strong> a la g<strong>en</strong>te, la alegría que aportan.Todas las tamborradas desempeñan su mejor papel. En todas ellas suscompon<strong>en</strong>tes lo hac<strong>en</strong> lo mejor posible, sin embargo, no se espera lo mismode todos los roles que compon<strong>en</strong> el desfile. Cada uno g<strong>en</strong>era expectativasdifer<strong>en</strong>tes que pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er, <strong>en</strong> muchas ocasiones, un sesgo de género, y am<strong>en</strong>udo se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> normas tácitas que afectan a la forma <strong>en</strong> la que seintegran y participan mujeres y hombres.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>107


Cuadro 6. Alg<strong>una</strong>s posibles combinaciones <strong>en</strong> las formaciones tamborreras.1. ¿Qué se espera de <strong>una</strong> mujer (tamborrera)?Hay tantas formas de participación fem<strong>en</strong>ina como tamborradas; sinembargo, <strong>en</strong> muchas aún persist<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s formas que limitan la incorporaciónigualitaria de las mujeres. Afort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s, mujeres y hombrestocan los mismos instrum<strong>en</strong>tos y ocupan los puestos indistintam<strong>en</strong>te. Enotras, por el contrario, las mujeres forman <strong>una</strong> compañía específica (<strong>en</strong> la quese agrupan un número de mujeres siempre más reducido que el del total dehombres), y <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s (las m<strong>en</strong>os) los únicos roles disponibles para <strong>una</strong> mujerson el de abanderada y el de cantinera.108 Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche


El de la abanderada es un bu<strong>en</strong> ejemplo para id<strong>en</strong>tificar las expectativasque puede haber respecto a un determinado rol. Hoy <strong>en</strong> día, como antes se ham<strong>en</strong>cionado, suele ser un puesto para mujeres, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te jóv<strong>en</strong>es e inclusomuy jóv<strong>en</strong>es, aunque, como <strong>en</strong> todo lo que ti<strong>en</strong>e que ver con la <strong>Tamborrada</strong>,también aquí hay excepciones. Normalm<strong>en</strong>te, llevan <strong>una</strong> vestim<strong>en</strong>ta quedestaca del resto de las mujeres de su tamborrada, aunque no siempre es así.En palabras de un <strong>en</strong>trevistado, “parece que siempre la persona que lleva labandera ti<strong>en</strong>e que ser <strong>una</strong> persona agradable a la vista, y si es guapa, ¡mejor!”.25. Abanderada acompañada de gastadores durante los recorridos. Foto: Savina LafitaSe espera que la abanderada cumpla con su función: que vaya <strong>en</strong>cabezandolos recorridos portando y haci<strong>en</strong>do ondear la bandera que distingue sutamborrada, que baile durante sus interpretaciones y que anime a la tamborrada.Al m<strong>en</strong>os así lo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de <strong>una</strong> abanderada que <strong>en</strong>trevistamos: “Ti<strong>en</strong>es que estardelante, ti<strong>en</strong>es que estar bailando, se te ti<strong>en</strong>e que ver, ti<strong>en</strong>es que estar <strong>en</strong> elmogollón, ahí delante. […] Ti<strong>en</strong>es que imponer tu pres<strong>en</strong>cia: ‘me ti<strong>en</strong>es quedejar espacio porque estoy con la bandera’, se te ti<strong>en</strong>e que dar más hueco”.Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, se espera que haga todo esto luci<strong>en</strong>do su mejor sonrisa.En alg<strong>una</strong>s tamborradas, <strong>en</strong>tre los barriles puede haber hombres fumandoun puro, aunque tal vez no sea lo más adecuado según el reglam<strong>en</strong>to. Y nadiese sorpr<strong>en</strong>de al verles con un vaso <strong>en</strong> la mano, de que lo llev<strong>en</strong> escondido<strong>en</strong> el gorro, o de que de su blanquísima camisola –o del elegante traje deun compañero vestido de soldado- salga <strong>una</strong> petaca y empiece a circular elalcohol para cal<strong>en</strong>tar el cuerpo y animar aún más los ánimos. Así, <strong>en</strong>tre bebidasalcohólicas, humo y perfectos redobles, las compañías avanzan por las calles dela ciudad. Los soldados más seriam<strong>en</strong>te y con más bullicio los cocineros. Estas<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>109


imág<strong>en</strong>es <strong>en</strong>cajan con los hombres y los roles que ocupan, pero difícilm<strong>en</strong>tese asocian a las mujeres.Y es que aunque cada vez sea más normal ver a mujeres <strong>en</strong> la tamborrada, deellas se espera otro tipo de actitudes. Aunque ocup<strong>en</strong> el mismo puesto, prevalecela idea de que hay ciertas difer<strong>en</strong>cias... o debería haberlas. Su comportami<strong>en</strong>tose juzga de <strong>una</strong> manera más dura, como decía un <strong>en</strong>trevistado: “a la hora dedivertirse o beber, a las mujeres se les exige mayor seriedad, considerandoque es peor ver a <strong>una</strong> mujer borracha que a un hombre”.Según dijeron alg<strong>una</strong>s <strong>en</strong>trevistadas, la seriedad que distingue a las mujereshace que t<strong>en</strong>gan “otro s<strong>en</strong>tido de la responsabilidad”, que sean “mucho másformales que los hombres”, y “más c<strong>en</strong>tradas”. Sabido es que la imag<strong>en</strong> dela mujer ha sido siempre un comp<strong>en</strong>dio de contradicciones y paradojas; así,junto a esta percepción también <strong>en</strong>contramos otra bi<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>te, según lacual se les da mejor que a los hombres esto de socializar y am<strong>en</strong>izar la fiesta.Muchas de las personas <strong>en</strong>trevistadas dic<strong>en</strong> de las mujeres que son “salseras” y“participativas”, es decir, que su participación es más activa, dinámica y socialque la de los hombres. En la c<strong>en</strong>a, por ejemplo, las mujeres, bailan, saltan ycantan, mi<strong>en</strong>tras los hombres com<strong>en</strong> y beb<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tados, com<strong>en</strong>taba alg<strong>una</strong>.En esta misma línea, vemos que fr<strong>en</strong>te a esta percepción de las mujerescomo más formales y más proactivas que los hombres, también se las vecomo no muy capaces: se pone <strong>en</strong> duda su capacidad para ejecutar ciertastareas o para cumplir algunos roles, particularm<strong>en</strong>te, los de dirección. Esto semanifiesta <strong>en</strong> que cuando <strong>una</strong> mujer dirige <strong>una</strong> tamborrada, su ejecución esmás escrutada que cuando se trata de un hombre.De las palabras de <strong>una</strong> tambor mayor <strong>en</strong>trevistada se despr<strong>en</strong>de quecuando es <strong>una</strong> mujer qui<strong>en</strong> dirige <strong>una</strong> tamborrada se la juzga más severam<strong>en</strong>teque cuando es un hombre: “La g<strong>en</strong>te me observa más por el hecho de sermujer. Como no soy chico haci<strong>en</strong>do de tambor mayor, pues a ver si lo hagobi<strong>en</strong> o lo hago mal. Me miran más <strong>en</strong> plan: ‘¿a ver cómo lo hace?’”. También haescuchado com<strong>en</strong>tarios del tipo “para ser mujer, ¡qué bi<strong>en</strong> dirige!”.Sin embargo, según un tambor mayor que <strong>en</strong>trevistamos, el sexo pocoti<strong>en</strong>e que ver con dirigir bi<strong>en</strong>: saber dirigir es más bi<strong>en</strong> algo “que se lleva <strong>en</strong> lasangre”; lo importante para desempeñar este cargo “no es ser mujer u hombre,sino ser bu<strong>en</strong>o, t<strong>en</strong>er s<strong>en</strong>tido del ritmo, bu<strong>en</strong> oído musical. No ti<strong>en</strong>e nada quever con el sexo”. En el caso de <strong>una</strong> mujer tambor mayor que provi<strong>en</strong>e de <strong>una</strong>familia tamborrera, hemos oído decir de ella que “le vi<strong>en</strong>e de her<strong>en</strong>cia”. Loque estos com<strong>en</strong>tarios nos vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a decir, además de que las mujeres son tancapaces como los hombres de dirigir, es que parece que aún haya que darexplicaciones sobre estas cosas, como si saber dirigir <strong>una</strong> tamborrada fuera<strong>una</strong> capacidad que acompaña al sexo de las personas.110 Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche


La cuestión es que las ideas sobre las capacidades, sus características, osobre cómo deberían comportarse las mujeres están asociadas a los roles y allugar que estas ocupan <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. Cada grupo ha ido integrando a lasmujeres de manera difer<strong>en</strong>te, pero siempre <strong>en</strong> concordancia con lo que <strong>en</strong> élse <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de qué es ser mujer, qué pued<strong>en</strong> hacer las mujeres y dónde pued<strong>en</strong>estar. Así, no todas las tamborradas se plantean que hombres y mujeres puedanparticipar de <strong>una</strong> forma igualitaria, y esto se demuestra <strong>en</strong> que alg<strong>una</strong>s hanincorporado a las mujeres <strong>en</strong> números reducidos, o <strong>en</strong> roles particulares bi<strong>en</strong>definidos y difer<strong>en</strong>ciados de los de los hombres, o <strong>en</strong> posiciones y lugaresdeterminados. Por último, cabe decir que si bi<strong>en</strong> ning<strong>una</strong> tamborrada sedeclararía sexista ni anunciaría que está <strong>en</strong> contra de la <strong>igualdad</strong>, comprobamosque <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s todavía sobrevive esta idea de que “las mujeres están bi<strong>en</strong>, perono <strong>en</strong> mi tamborrada”. O se hac<strong>en</strong> declaraciones, medio <strong>en</strong> broma medio <strong>en</strong>serio, del tipo: “se irán incorporando más y, como <strong>en</strong> todo, terminarán si<strong>en</strong>domás mujeres que hombres como <strong>en</strong> todos los sitios, y mandando, además”, alm<strong>en</strong>os así se expresaba un <strong>en</strong>trevistado.Nunca se ha planteado la exclusión de los hombres de la tamborradapor prov<strong>en</strong>ir de un determinado barrio, ni por su lugar de nacimi<strong>en</strong>to, orig<strong>en</strong>étnico o color de piel, ni por su edad (si es adulto) ni por ning<strong>una</strong> condición;aún m<strong>en</strong>os por su sexo. ¿Por qué, <strong>en</strong> la fiesta de la ciudad, habría que t<strong>en</strong>ercuidado y control sobre la participación de las mujeres, grupo que repres<strong>en</strong>taaproximadam<strong>en</strong>te la mitad de la población?, ¿por qué habrían de sorpr<strong>en</strong>der sucapacidad de actuación y correcto desempeño?, ¿por qué habría de temerseque puedan llegar a t<strong>en</strong>er <strong>una</strong> pres<strong>en</strong>cia normalizada, <strong>en</strong> todos los roles, <strong>en</strong>todos los sitios?Seguram<strong>en</strong>te, las niñas y niños que ahora v<strong>en</strong> <strong>en</strong> las calles mujeresondeando banderas, tocando barriles, herradas, tambores y, ocasionalm<strong>en</strong>te,dirigi<strong>en</strong>do a las tamborradas, t<strong>en</strong>drán <strong>una</strong> percepción difer<strong>en</strong>te. Su experi<strong>en</strong>ciaes distinta a la de los niños y niñas de hace ap<strong>en</strong>as un par de décadas, y cadavez será m<strong>en</strong>os llamativo que las mujeres hagan esto o aquello, que ocup<strong>en</strong>tal o cual cargo, y las expectativas sobre los roles cambiarán, como de hechoya han cambiado.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>111


2. Las mujeres <strong>en</strong> el públicoNo solo d<strong>en</strong>tro de la <strong>Tamborrada</strong> comprobamos que la participación delas mujeres ha ido evolucionando, sino también como público. Hoy <strong>en</strong> díanadie se preguntaría cuántas niñas, chicas o mujeres acudieron a ver pasarlas tamborradas o fueron a <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a o salieron con su cuadrilla. Sin embargo,hace <strong>una</strong>s décadas, la participación de las mujeres como espectadoras llamabala at<strong>en</strong>ción.26. La Voz de España, 20/01/1966En <strong>una</strong> crónica se aludía a la irrupción de las mujeres <strong>en</strong> la fiesta de latamborrada que “era sola y exclusivam<strong>en</strong>te para los hombres [...] pero poco apoco fue filtrándose la mujer con esa su reconocida habilidad para situarse”(La Voz de España, 20/01/1957). No obstante, al m<strong>en</strong>os desde los años och<strong>en</strong>tadel siglo XX, las mujeres son parte de cuadrillas y familias que disfrutan de lafiesta, que deambulan por las calles aplaudi<strong>en</strong>do los redobles. Sin duda, esto112 Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche


también se explica por el hecho de que, conforme ha pasado el tiempo, elpúblico se ha ido haci<strong>en</strong>do más amplio y diverso.Ya lo hemos dicho anteriorm<strong>en</strong>te: desde los oríg<strong>en</strong>es de la <strong>Tamborrada</strong> hastaya <strong>en</strong>trado el siglo XX, las mujeres salían a mirar y disfrutar de la sokamuturra.Con el <strong>paso</strong> del tiempo y transformación de la fiesta, de los redobles y músicade Sarriegui. Recordemos también que es durante el franquismo cuando lasalida de las mujeres y todas las posibilidades de su participación pública selimitan. Desde <strong>en</strong>tonces han pasado muchos años y tanto la sociedad comola fiesta han cambiado mucho. Las mujeres son, hoy <strong>en</strong> día, parte activa de lafiesta, también como público.No se debe perder de vista que las tamborradas, mi<strong>en</strong>tras desfilan portoda la ciudad, no van simplem<strong>en</strong>te “de juerga”, sino que <strong>en</strong> su acción hayalgo más de fondo. Aparte de festejar, las tamborradas cumpl<strong>en</strong> con un papel<strong>en</strong> su barrio y establec<strong>en</strong> relaciones con el resto de la ciudadanía; y es que la<strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> repres<strong>en</strong>tación y un ritual con un importante significadosocial, <strong>en</strong> el que el público también participa.La cantidad y el tipo de público vi<strong>en</strong>do o acompañando las tamborradasvarían mucho. La Parte Vieja suele estar ll<strong>en</strong>a, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> otras zonashay mucha m<strong>en</strong>os g<strong>en</strong>te. Los horarios también influy<strong>en</strong>, y a ciertas horas,incluso <strong>en</strong> lo Viejo y <strong>en</strong> el C<strong>en</strong>tro, las tamborradas desfilan por calles casidesiertas. A veces el público es amplio y asiduo, especialm<strong>en</strong>te cuando setrata de tamborradas con mucho arraigo o que hac<strong>en</strong> un despliegue importantede recursos, o cuando hac<strong>en</strong> <strong>una</strong> parada “especial”. Otras ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un públicomás bi<strong>en</strong> casual. En cualquiera de los casos, las tamborradas no cesan <strong>en</strong> suempeño. Sus compon<strong>en</strong>tes no solo se diviert<strong>en</strong>, sino que cumpl<strong>en</strong> <strong>una</strong> función.Como dijo <strong>una</strong> persona <strong>en</strong>trevistada: “Lo importante es tocar”. Y tocar supone“dar vida al barrio” e integrarlo <strong>en</strong> la fiesta de la ciudad.La evolución de la participación de las mujeres, también <strong>en</strong> el público, esotro de los signos de cambio <strong>en</strong> nuestra sociedad, <strong>en</strong> este caso, de su integración<strong>en</strong> un proceso que sirve para hacer ciudad, para hacer barrio. Los debates que<strong>en</strong> teoría feminista se han dado desde hace ya <strong>una</strong>s cuantas décadas sobrela importancia de la pres<strong>en</strong>cia activa de las mujeres <strong>en</strong> el espacio público,ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con su total integración y reconocimi<strong>en</strong>to como participantes<strong>en</strong> su construcción.3. Las tamborradas hac<strong>en</strong> barrioLa <strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> fiesta <strong>en</strong> la que físicam<strong>en</strong>te se ocupa el espaciopúblico, se expand<strong>en</strong> sus redobles, alegría y colores a cada rincón de la ciudad,pero también se ocupa y construye el espacio público simbólica y socialm<strong>en</strong>te.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>113


Una pista para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la conexión <strong>en</strong>tre la tamborrada y la construcción –yno mera ocupación- del espacio público es reconocer que las tamborradasdinamizan las redes sociales del barrio, pues g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te establec<strong>en</strong> <strong>una</strong>dinámica de interacción vecinal, antes, durante y después de la fiesta. Elmismo día de San Sebastián aportan a este ambi<strong>en</strong>te: “le dan vida”, “convocang<strong>en</strong>te”, favorec<strong>en</strong> la “circulación de personas que sal<strong>en</strong> a pasear” y que se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran, se saludan, dic<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s de las personas <strong>en</strong>trevistadas. Incluso,dic<strong>en</strong> otras, pued<strong>en</strong> ir “creando ambi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el barrio” al permitir la construcciónde espacios de relación y de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia, “hacer grupo”: “por la tamborradate saludas con g<strong>en</strong>te del barrio que igual ni conocías. Hace barrio”. El caso de<strong>una</strong> de las tamborradas de reci<strong>en</strong>te creación es ilustrativo:La tamborrada pert<strong>en</strong>ece a la Asociación de Vecinos deRiberas de Loiola, y, como era un barrio nuevo <strong>en</strong> el quetodos éramos nuevos, pues <strong>en</strong> el año 2009 la g<strong>en</strong>te queformaba parte de la Asociación de Vecinos o de la Juntap<strong>en</strong>só <strong>en</strong> la idea de poner <strong>una</strong> tamborrada, sobre todo paraintegrarnos un poco. Porque tú vives <strong>en</strong> un barrio y ti<strong>en</strong>estu familia y ti<strong>en</strong>es tus vecinos, pero esto es un barrio <strong>en</strong> elque todos somos nuevos.A través de la tamborrada también se amplía el uso de instalaciones oservicios públicos por parte de las y los vecinos, lo que facilita la apropiaciónde espacios que ayudan a <strong>en</strong>raizarse: “la casa de cultura donde <strong>en</strong>sayamosse convierte <strong>en</strong> un espacio propio”, como dijo <strong>una</strong> de nuestras interlocutoras.27. <strong>Tamborrada</strong> interg<strong>en</strong>eracional de un colegio, tocando <strong>en</strong> el patio antesde desfilar por el barrio, 20/01/2013. Foto: Xabier Kerexeta114 Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche


Los recorridos que hac<strong>en</strong> las tamborradas ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, <strong>en</strong> muchos casos,el propósito de “unir” o “integrar” las difer<strong>en</strong>tes partes de un mismo barrio,según expresaron alg<strong>una</strong>s de las personas <strong>en</strong>trevistadas. “Dar <strong>una</strong> vuelta”por un lugar u otro responde a distintos motivos: “animar <strong>una</strong> zona que se haquedado muerta”, “abarcar lo más posible el barrio”, “integrar alg<strong>una</strong>s partes através de nuevas rutas”. Esto es importante, como <strong>en</strong> el de Amara Berri, dondeel recorrido pasa de un lado a otro de la variante que divide el barrio <strong>en</strong> dos.Con el recorrido se pret<strong>en</strong>de subrayar <strong>una</strong> unidad a veces cuestionada. Enotros sitios, <strong>en</strong> donde los recorridos de las tamborradas se han aglutinado <strong>en</strong><strong>una</strong>s áreas, dejando alg<strong>una</strong>s zonas sin pres<strong>en</strong>cia tamborrera, animarlas es <strong>una</strong>acción valiosa, como hace la tamborrada de Bera Bera.Unir también puede hacerse de otra manera, como cuando las paradasde las tamborradas durante su recorrido se hac<strong>en</strong> <strong>en</strong> lugares <strong>en</strong> cierta formacerrados o aj<strong>en</strong>os a la fiesta de la ciudad, como pued<strong>en</strong> ser los hospitales y otrasinstituciones similares, como las religiosas de algún colegio o las resid<strong>en</strong>ciasde personas mayores. En muchos casos se <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> ellas a tocar, llevando untrozo de la algarabía de la calle a ese espacio y, de esta manera, esos lugaresy las personas que están <strong>en</strong> ellos se conectan con la fiesta y también con laciudad, se les integra <strong>en</strong> ella, dejan de estar al marg<strong>en</strong>.4. Una fiesta inclusiva para <strong>una</strong> ciudad inclusivaEl ord<strong>en</strong> social se repres<strong>en</strong>ta y, por decirlo de algún modo, se reedita<strong>en</strong> esta fiesta. Hasta ahora, puede decirse que <strong>una</strong> gran parte de la sociedaddonostiarra, <strong>en</strong> concreto de las personas que participan <strong>en</strong> tamborradasregistradas ante Donostia Festak, muestran la voluntad de seguir las normasque <strong>en</strong>marcan esas relaciones y disposiciones que ayudan a la conviv<strong>en</strong>cia.Como se dijo antes, <strong>en</strong>tre las tamborradas “no hay ganas de follón”, sino,más bi<strong>en</strong>, <strong>una</strong> apuesta por la coexist<strong>en</strong>cia; y eso es <strong>una</strong> forma de reforzaresta pauta ciudadana o ese principio de organización social.Cada vez más, distintos actores de la sociedad se han esforzado porrepres<strong>en</strong>tar a San Sebastián como un espacio social igualitario o incluy<strong>en</strong>te.Antiguam<strong>en</strong>te, las tamborradas aprovechaban el día del Patrón de la ciudadpara realizar obras de b<strong>en</strong>efic<strong>en</strong>cia u otros actos similares. En la décadade los ses<strong>en</strong>ta del siglo XX, los niños y niñas de la Casa de la Misericordiade Zorroaga eran invitados a comer a casas de familias donostiarras trasel desfile de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil. Ese poso de solidaridad social no hadesaparecido, y hoy <strong>en</strong> día muchas tamborradas realizan acciones quegiran alrededor de obras sociales y actos de b<strong>en</strong>efic<strong>en</strong>cia que van desdela recaudación de donativos, la promoción de alg<strong>una</strong>s causas o apoyo acampañas de s<strong>en</strong>sibilización, hasta la realización de acciones específicas<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>115


para la integración social. Un par de ejemplos pued<strong>en</strong> ser el caso delColegio de Ciegas San Rafael, que recibió <strong>en</strong> 2011 un donativo gracias a lamediación de personas de la tamborrada que cada año acude a tocar ahí,o el de la Asociación de <strong>Tamborrada</strong>s del C<strong>en</strong>tro, que prestó su apoyo a laspersonas afectadas por el Síndrome Dravet <strong>en</strong> 2013.La tamborrada de Eskaut Gia incluye <strong>en</strong> su recorrido <strong>una</strong>s cuantas paradas<strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros, digamos, de carácter social. “Si las tamborradas, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> suorig<strong>en</strong>, acostumbran a pasar por las sedes de distintas sociedades, la nuestrarealiza un recorrido <strong>en</strong> plan ONG”, explicaban dos de los organizadores deesta tamborrada hace unos años (Diario Vasco, 10/01/2007). Esta tamborradaes, muy posiblem<strong>en</strong>te, la primera <strong>en</strong> integrar <strong>en</strong> sus filas a personas <strong>en</strong> sillasde ruedas. Y es, sin duda, un ejemplo de grupo que lleva a la práctica la<strong>igualdad</strong> e inclusión, y así lo asum<strong>en</strong>: “la nuestra es la primera tamborradaque ha nacido mixta y sin excluir a qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> discapacidades físicas opsíquicas. Está abierta a todo el mundo” (Diario Vasco, 10/01/2007).Alg<strong>una</strong>s tamborradas se esfuerzan por abrirse y por incluir <strong>en</strong> susfilas a personas que no t<strong>en</strong>ían antes un espacio <strong>en</strong> ella, contribuy<strong>en</strong>do nosolo a que la fiesta sea para todo el mundo, sino a que la diversidad de laciudad quede plasmada <strong>en</strong> la celebración. Esta apertura ha significado,por ejemplo, la incorporación de integrantes de otras nacionalidades, ola creación de tamborradas juv<strong>en</strong>iles, interg<strong>en</strong>eracionales, de jubiladas yjubilados, de personas sordas, o el establecimi<strong>en</strong>to de colaboraciones conasociaciones que trabajan con personas con diversidad funcional para quepuedan sumarse a la fiesta <strong>en</strong> la medida de sus posibilidades. Sobra decirque <strong>en</strong>tre los miembros de las tamborradas de hace cincu<strong>en</strong>ta años nohabía la pluralidad de hoy <strong>en</strong> día.Además, los reconocimi<strong>en</strong>tos y galardones que la ciudad y que lasociedad hac<strong>en</strong> a personas o a <strong>en</strong>tidades con relevancia social tambiénexpresan esa perspectiva de apertura e inclusión. Cuando la asociaciónArrats recibió, <strong>en</strong> 2011, la Medalla al Mérito Ciudadano dijo no haber esperadoese premio, pues trabajan “con invisibles, con personas que nadie mira, qu<strong>en</strong>adie quiere ver, como presos, prostitutas, inmigrantes u otros grupos <strong>en</strong>situación de exclusión social” (Diario Vasco, 18/01/2011). Recibir la medallasuponía un gesto de agradecimi<strong>en</strong>to ciudadano por el trabajo a favor dela inclusión. De estas y otras formas se va fortaleci<strong>en</strong>do la imag<strong>en</strong> de <strong>una</strong>ciudad donde ti<strong>en</strong><strong>en</strong> espacio y visibilidad todos los grupos y personas quela compon<strong>en</strong>.Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, la participación fem<strong>en</strong>ina y el principio de <strong>igualdad</strong>son un ejemplo de especial relevancia <strong>en</strong> ese esfuerzo ciudadano porhacer <strong>una</strong> fiesta y <strong>una</strong> ciudad incluy<strong>en</strong>tes. Las mujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cada vezmás espacio y reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> ella. En las diversas tamborradas y <strong>en</strong> los116 Capítulo 6. 20 de <strong>en</strong>ero. Recorridos desde el amanecer hasta última hora de la noche


actos oficiales se va poni<strong>en</strong>do de manifiesto la imag<strong>en</strong> de las mujeres, seainvitándolas como personajes relevantes para la ciudad, hom<strong>en</strong>ajeándolaso abri<strong>en</strong>do espacios o roles para su mayor protagonismo. En este s<strong>en</strong>tido,alg<strong>una</strong>s de las personas <strong>en</strong>trevistadas dijeron que se habían s<strong>en</strong>tido muybi<strong>en</strong> con la mayor pres<strong>en</strong>cia y reconocimi<strong>en</strong>to oficial de las mujeres con laactuación de las aguadoras mayores <strong>en</strong> la Izada y <strong>en</strong> la Arriada <strong>en</strong> la plazade la Constitución:(El acto de la plaza de la Constitución) yo lo veo <strong>en</strong> la tele, yme gustó este año, además, que estaba la aguadora mayordirigi<strong>en</strong>do. Y después me gustó mucho que hizo un bailecon el tambor mayor. ¡Me gustó!, ¡me gustó!Todas estas son acciones con las que se hace ciudad. Una ciudad <strong>en</strong>la que cabe todo el mundo, formada por personas que compart<strong>en</strong> algo <strong>en</strong>común, que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a un mismo sitio. Una ciudad que la construy<strong>en</strong> susconciudadanas y conciudadanos teji<strong>en</strong>do redes, creando lazos. ¿Puede not<strong>en</strong>er relevancia la pl<strong>en</strong>a participación de las mujeres <strong>en</strong> las tamborradas, ypor tanto, <strong>en</strong> la construcción de la ciudad?


Capítulo 720 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía.<strong>Tamborrada</strong> Infantil


Es el día 20, casi mediodía. Se aproxima el esperado mom<strong>en</strong>to, nervios,últimos retoques a los uniformes, morriones, guantes, delantales, casacas…,todo bi<strong>en</strong> colocado, fotos para el recuerdo y última mirada al cielo. ¿Lloverá? Yes que este ejército de artilleros británicos, granaderos de la Guardia ImperialFrancesa, lanceros de la Guardia Real, miqueletes, Batallón Guipuzcoano ohúsares alemanes <strong>en</strong>tre otras compañías se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta cada 20 de <strong>en</strong>ero a <strong>una</strong>vieja <strong>en</strong>emiga… la lluvia. Aunque a veces no han t<strong>en</strong>ido más remedio quebatirse <strong>en</strong> retirada, las tropas están un año más dispuestas a ganarle la batalla,blandi<strong>en</strong>do para ello sus mejores armas: sus <strong>en</strong>ormes ganas y su ilusión.Empieza así la fiesta grande para miles de niños y niñas donostiarras,porque es su día y es su mom<strong>en</strong>to, como lo ha sido para muchas g<strong>en</strong>eracionesdesde que saliera, hace ya más de och<strong>en</strong>ta años, la primera <strong>Tamborrada</strong> Infantil.A difer<strong>en</strong>cia de la <strong>Tamborrada</strong> de personas adultas, <strong>en</strong> la que cada grupo esindep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y desfila <strong>en</strong> su barrio, <strong>en</strong> la infantil cada compañía se suma paraparticipar <strong>en</strong> un gran acto, <strong>en</strong> Alderdi Eder, y recorrer conjuntam<strong>en</strong>te las callesdel c<strong>en</strong>tro de la ciudad. La <strong>Tamborrada</strong> Infantil se organiza <strong>en</strong> este acto único<strong>en</strong> el que, hasta hace muy poco, solo se permitía el uso de trajes militares,integrando así un desfile de varias compañías de soldados. Hoy <strong>en</strong> día más decincu<strong>en</strong>ta compañías compon<strong>en</strong> este desfile. Hay un tambor mayor para dirigira todo este <strong>en</strong>orme conjunto, y otros cargos honoríficos que son ocupados porniñas y niños de c<strong>en</strong>tros educativos distintos cada año, elegidos por sorteo.En el arranque del acto, alg<strong>una</strong>s de esas figuras principales, el g<strong>en</strong>eral, elayudante, la Bella Easo, las damas, y el tambor mayor, sub<strong>en</strong> al balcón c<strong>en</strong>tral delAyuntami<strong>en</strong>to. Desde ahí saludan al alcalde y a todas y todos los participantes.Al mediodía, el tambor mayor dirige la Marcha de San Sebastián y comi<strong>en</strong>zana retumbar los tambores. Esta es la <strong>Tamborrada</strong> Infantil del siglo XXI, distintade aquella que le dio orig<strong>en</strong>.La primera <strong>Tamborrada</strong> Infantil salió a las calles donostiarras un 20 de <strong>en</strong>erode 1927 de la mano de la sociedad Euskal Billera y de su <strong>en</strong>tonces presid<strong>en</strong>teMauricio Echaniz. Se ti<strong>en</strong>e constancia de que los primeros niños que integraronsus filas eran mayoritariam<strong>en</strong>te hijos de socios y vivían <strong>en</strong> la Parte Vieja, aunquepronto hubo que ampliar la participación a otros niños del barrio sin conexióncon esa sociedad. Después del parón provocado por la Guerra Civil, desde 1943<strong>en</strong> adelante la <strong>Tamborrada</strong> Infantil siguió sali<strong>en</strong>do salvo <strong>en</strong> contadas ocasiones,como el año 45, por "no haber solicitado permiso para hacerlo", o <strong>en</strong> 1950 "porcausas aj<strong>en</strong>as a la voluntad de los organizadores" (La Voz de España, 20/01/1950),o por haberse t<strong>en</strong>ido que susp<strong>en</strong>der por el clima. Más allá de estas pocas veces,todos los años, a mitad de las veinticuatro horas de la fiesta de San Sebastián,la población infantil se suma a la celebración con sus redobles.Aunque la tamborrada txiki de Euskal Billera fue adquiri<strong>en</strong>do protagonismoy sumándose a difer<strong>en</strong>tes actos importantes d<strong>en</strong>tro del panorama festivo, <strong>en</strong><strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>119


1960 se puso de manifiesto desde los medios impresos su pérdida de “empaque”atribuida al deslucimi<strong>en</strong>to de sus uniformes por el <strong>paso</strong> del tiempo. Esto pudosubsanarse gracias al apoyo del CAT: “Y <strong>en</strong> estrecha colaboración de ambas<strong>en</strong>tidades se quiere dotar a la tamborrada infantil de Euskal-Billera no sólo dela brillantez que antaño tuvo, sino superarla <strong>en</strong> cuanto sea posible” (La Voz deEspaña, 19/01/1960), por lo que ese año se dobló el número de tamborreros,pasando de cuar<strong>en</strong>ta a och<strong>en</strong>ta, y se sumó al desfile un grupo de caballeríagracias a la colaboración de la Real Sociedad Hípica de San Sebastián.Al mismo tiempo, <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa de la época se manifestaba el deseo de quequedase repres<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> la tamborrada “toda” la población infantil de la ciudad,y “para ello, al estilo del alarde de San Marcial, queremos que cada colegioy escuela t<strong>en</strong>ga su propia compañía <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>” (La Voz de España,19/01/1960). A partir de ese mom<strong>en</strong>to, con la colaboración de los colegios ycatequesis que crearon sus propias compañías, la r<strong>en</strong>ovada tamborrada fuecreci<strong>en</strong>do notablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> número de niños participantes, lo que ocasionó unmayor gasto <strong>en</strong> uniformes. Para salvar dicho escollo, al no poder el CAT asumirla financiación de la totalidad de los trajes, se solicitó la ayuda de <strong>en</strong>tidades yde particulares para poder sufragarlos, ayuda que no tardó <strong>en</strong> llegar graciasa los numerosos donativos de la población donostiarra. Hacia finales de ladécada de los ses<strong>en</strong>ta, el desfile infantil se había consolidado no solo comouno de los actos más coloristas y vistosos d<strong>en</strong>tro de la fiesta, sino tambiéncomo uno de los más esperados.1. ¿Dónde están las niñas?En esta sucinta historia, hay que aclarar que la <strong>Tamborrada</strong> Infantil estabaúnicam<strong>en</strong>te integrada por niños. Ellas -al igual que las adultas- estaban excluidasde la participación activa <strong>en</strong> la fiesta. ¿Por qué? Hay varias ideas que pued<strong>en</strong>ayudar a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der esto.Una primera cuestión es que la <strong>Tamborrada</strong> Infantil adquiere y desarrollaun aspecto mucho más militar que las tamborradas de personas adultas. Enpalabras de Javier Sada, “es tan militar porque la primera fue así”, ya que, segúnel cronista, los trajes que vistieron los niños <strong>en</strong> la tamborrada inicial de EuskalBillera eran de aspecto militar. A partir de ahí, las sigui<strong>en</strong>tes compañías fueronimitando a la única que había hasta el mom<strong>en</strong>to, rechazando alg<strong>una</strong> que otrapropuesta que surgió como alternativa al traje militar (<strong>en</strong>trevista, 15/05/2013).Sin desestimar esta explicación, se pued<strong>en</strong> valorar algunos aspectos dela realidad social que pudieron influir <strong>en</strong> la evolución de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil,particularm<strong>en</strong>te desde que com<strong>en</strong>zaron a integrarse <strong>en</strong> 1960-1961 los colegios.Así, es difícil obviar que la época <strong>en</strong> la que nace la <strong>Tamborrada</strong> está <strong>en</strong>marcada<strong>en</strong> <strong>una</strong> sociedad altam<strong>en</strong>te jerarquizada y tradicional que el franquismo había120 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


instaurado. Esta jerarquización afectaba a los distintos ámbitos de la vida, <strong>en</strong>treellos, al educativo y escolar y, por supuesto, también al festivo. Recordemos quedurante el régim<strong>en</strong> franquista se impuso un modelo educativo muy disciplinado,y que suprimió la coeducación, separando a niños y niñas <strong>en</strong> todos los nivelesescolares, exceptuando el universitario. De acuerdo a la reforma de la educaciónelem<strong>en</strong>tal de 1945, el modelo planteaba materias destinadas a preparar a lasniñas para el ámbito doméstico, mi<strong>en</strong>tras que a los niños se les ori<strong>en</strong>taba parala vida pública. Este <strong>en</strong>torno educativo era parte de un contexto más amplioque reforzaba divisiones y difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre hombres y mujeres. Era, a fin decu<strong>en</strong>tas, <strong>una</strong> sociedad regida por un gobierno de dictadura militar.Con este caldo de cultivo, no es de extrañar que los tintes militares queiba adquiri<strong>en</strong>do la <strong>Tamborrada</strong> Infantil no solo no fueran cuestionados, sinoincluso aceptados con agrado por los dirig<strong>en</strong>tes afines al régim<strong>en</strong>. Tampocosorpr<strong>en</strong>derá que la pres<strong>en</strong>cia de las niñas fuera <strong>en</strong>tonces meram<strong>en</strong>te testimonialy que ocuparan <strong>una</strong> serie limitada de roles bastante pasivos <strong>en</strong> comparacióncon los interpretados por los niños. La Bella Easo con sus damas y el grupo decantineras que acompaña a cada compañía repres<strong>en</strong>taban así a la totalidadde las niñas donostiarras. Los niños hacían la fiesta, desfilaban luciéndose porlas calles donostiarras tocando redobles.El aspecto marcial de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil se advierte <strong>en</strong> su vestim<strong>en</strong>ta,<strong>en</strong> su formación y cargos militares repres<strong>en</strong>tados, y también <strong>en</strong> su organización.En un artículo de un periódico local del año 1973, <strong>en</strong> el que se publican laspautas y normas para el perfecto desarrollo del desfile infantil, llama la at<strong>en</strong>ciónel uso del l<strong>en</strong>guaje militar utilizado:Debe <strong>en</strong>señarse también a los participantes <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>a obedecer las órd<strong>en</strong>es de firme, descanso, izquierda,derecha, media vuelta, al objeto de que se puedan colocarlas formaciones <strong>en</strong> los lugares adecuados. La voz ejecutivaal objeto de unificarse será siempre la de “AR”. (DiarioVasco, 19/01/1973).Asimismo se da <strong>una</strong> serie de normas <strong>en</strong> cuanto a los <strong>en</strong>sayos previos, laformación de las compañías, la indum<strong>en</strong>taria, el recorrido o la revista que elg<strong>en</strong>eral pasará a toda la formación. Y <strong>en</strong> relación a la participación de las niñas,se especifica claram<strong>en</strong>te el número, papel y edad requerida de las mismas:4. Cada compañía no podrá llevar más de siete cantineras.Se recalca especialm<strong>en</strong>te esta recom<strong>en</strong>dación ya que no sepermitirá la salida <strong>en</strong> la tamborrada de las cantineras queexcedan de ese número.5. Se recomi<strong>en</strong>da con especial interés que las cantineras deberánser más pequeñas de lo que habitualm<strong>en</strong>te vi<strong>en</strong><strong>en</strong> sali<strong>en</strong>do.(Diario Vasco, 19/01/1973).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>121


Estas pautas reflejan el interés por marcar el lugar difer<strong>en</strong>ciado que lasniñas debían ocupar d<strong>en</strong>tro del desfile y las trabas que existían para integrarlas<strong>en</strong> otros roles. Pero también es verdad que <strong>en</strong> esa necesidad de poner límites<strong>en</strong>contramos síntomas de que las cosas estaban empezando a cambiar. Y esque, aunque al principio se hiciera más mal que bi<strong>en</strong>, la <strong>Tamborrada</strong> Infantil,sust<strong>en</strong>tada por los c<strong>en</strong>tros educativos, se tuvo que ir adaptando a los cambiosdel sistema escolar: la coeducación volvió <strong>en</strong> el año 1970 y la proliferación delos colegios mixtos tuvo mucho que ver con el proceso de integración de lasniñas <strong>en</strong> la fiesta.En palabras de Sada, no se permitía la pres<strong>en</strong>cia de niñas, aunque lashubiera. A pesar de que <strong>en</strong> el desfile se pasaba revista para controlar supres<strong>en</strong>cia, los colegios conseguían “colarlas”. Lo hacían sin admitirlo, parapoder seguir recibi<strong>en</strong>do la subv<strong>en</strong>ción del ayuntami<strong>en</strong>to que se d<strong>en</strong>egaba aqui<strong>en</strong> las incorporara. Y así, durante los últimos años <strong>en</strong> que estuvo vig<strong>en</strong>teesa prohibición -hasta mediados de los años 80-, la integración de las niñas<strong>en</strong> la tamborrada se hizo extraoficialm<strong>en</strong>te y de manera paulatina, a medidaque las personas que se oponían a ello iban desapareci<strong>en</strong>do de los puestosde poder (<strong>en</strong>trevista, 15/05/2013). Y también, a medida que cada vez habíamás y más niñas, madres, padres y doc<strong>en</strong>tes planteando su incorporación. Laprohibición no estaba escrita, pero funcionaba; lo único que estaba escrito eraque la participación <strong>en</strong> el papel de cantineras estaba limitado <strong>en</strong> número y edad.2. Las niñas hac<strong>en</strong> retumbar los tamboresUn hito es la apertura a la participación tamborrera de las niñas. A pesarde que para la fiesta del año 1985 ya se hubiese logrado esa autorización,las niñas t<strong>en</strong>drían que disimular su sexo, tal y como se recoge <strong>en</strong> el acta dela reunión que celebró la Junta Rectora del CAT el 7 de Noviembre de 1984:La Junta aprueba se <strong>en</strong>saye <strong>en</strong> este año la propuestahecha por los c<strong>en</strong>tros escolares <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de aceptarla participación de las niñas siempre que se ocult<strong>en</strong> detallesdistintivos de su sexo (pelo largo y p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes).Según el informe realizado por Sagrario Arrizabalaga y Lourdes Odriozola(2004), para ese mismo año ya <strong>en</strong>contramos las primeras compañías registradasque integraban niñas desfilando como soldados: San Alberto Magno, ReinaMª Cristina, Liceo Santo Tomas, ikastolas Ekintza, Mariar<strong>en</strong> Bihotza, Zurriolay Jakintza. Aunque no se t<strong>en</strong>gan datos, no es descabellado p<strong>en</strong>sar que si <strong>en</strong>ese mom<strong>en</strong>to se regularizó la pres<strong>en</strong>cia de las niñas es porque antes ya habíansalido “de extranjis”.122 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


Hay otro cambio importante cuando esa “ocultación” del pelo largoy p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes se elimina, un hito más que significa quitar restricciones a laparticipación de las niñas. Esto sucedió primero <strong>en</strong> la práctica y luego <strong>en</strong> lasnormas no explícitas de funcionami<strong>en</strong>to y organización de la <strong>Tamborrada</strong>. Noestá claro cómo fue esa transición. Según recuerda <strong>una</strong> andereño <strong>en</strong>trevistada,la cosa podría haber sido así:Las niñas t<strong>en</strong>ían que salir disimulando que eran niñas: sinp<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, con pelos recogidos… Y por más que pedíamos<strong>en</strong> el CAT, que decíamos que era un carnaval, que no podíaser, [...] que aceptábamos que tuvieran que ir de soldados,todos iguales, pues al fin y al cabo lo considerábamos undisfraz. Pero ¿por qué t<strong>en</strong>ían que esconder el hecho de quefueran niñas? Incluso el que llevaba el estandarte del c<strong>en</strong>trot<strong>en</strong>ía que ser chico, no podía ser chica y... <strong>en</strong> fin. Hastaque un año, y<strong>en</strong>do por el recorrido, ya por la calle Hernani,uno de la comisión de la tamborrada –dos <strong>en</strong> concreto-,empezaron a levantarles el gorro a las chavalas y a soltarlesel pelo. ¡Y así logramos que las niñas salieran sin esconderse,como niñas, sin más! ¡Como no daban permiso oficial,pues nos lo tomamos! Y un poco fue un reto <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tidode que se dijo a los del CAT, al responsable que estaba <strong>en</strong>aquel mom<strong>en</strong>to: "ahora, si quieres, les sacas tú a las niñas,delante del todo el pueblo. ¡Retíralas de la tamborrada!". Yde la manera más s<strong>en</strong>cilla y sin demasiado alboroto, pocoa poco, empezamos a sacar abanderada chica, y bu<strong>en</strong>o,todos los c<strong>en</strong>tros, todos se sumaron.Este gran avance no está registrado, no hay constancia de cuándo seflexibilizó la participación de las niñas. Como m<strong>en</strong>ciona Idoia Estornés: “escomo el olvido sobre cuando se dejó de llevar velo <strong>en</strong> la iglesia, nadie seacuerda. Sab<strong>en</strong> que es alrededor del Concilio Vaticano II, pero nadie seacuerda exactam<strong>en</strong>te... pero es rápido” (<strong>en</strong>trevista, 28/05/2013). Una vez dadoel primer <strong>paso</strong>, se fueron dando otros: <strong>en</strong> 1987, por primera vez fue <strong>una</strong> niñala que dirigió la tamborrada de su colegio, E<strong>una</strong>te Eizagirre, cuando el LiceoAxular se integra al gran desfile (Diario Vasco, 20/01/1987).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>123


28. E<strong>una</strong>te Ezaguirre dirige la tamborrada del Liceo Axular. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 20/01/1987Tres décadas después de que las niñas com<strong>en</strong>zaran a tomar parte oficialm<strong>en</strong>te,“ocultándose” tras sus trajes de soldado, hoy es innegable su creci<strong>en</strong>teprotagonismo. Uno de los últimos avances ha sido que la compañía fundadoradel desfile infantil, Euskal Billera, se hiciera mixta <strong>en</strong> 2004. Curiosam<strong>en</strong>te, estatamborrada decana tuvo a <strong>una</strong> niña como capitana <strong>en</strong> 1936, Laura Idigoras,pero desde <strong>en</strong>tonces no había vuelto a integrar niñas <strong>en</strong> sus filas. Esta es <strong>una</strong>muestra más de la involución que se vivió <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, también <strong>en</strong> laInfantil, <strong>en</strong> los años del franquismo.Si algo demuestra que la pres<strong>en</strong>cia de las niñas ha conseguido imponersees que ya son mayoría: según datos de Donostia Kultura, <strong>en</strong> 2013 el porc<strong>en</strong>tajede niñas <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil fue del 53,51% fr<strong>en</strong>te a un 44,49% de niños,<strong>en</strong> un desfile que cu<strong>en</strong>ta con 4.766 integrantes. Ni qué decir ti<strong>en</strong>e que las niñashan avanzado posiciones y conquistado terr<strong>en</strong>o.3. <strong>Tamborrada</strong>s no oficialesLos cambios sociales se reflejan <strong>en</strong> la evolución de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil ytambién <strong>en</strong> el surgimi<strong>en</strong>to de otras tamborradas infantiles. Por distintas razones,algunos grupos han quedado al marg<strong>en</strong> del desfile oficial. Y han estado fueraporque estos grupos respond<strong>en</strong> a inquietudes e intereses difer<strong>en</strong>tes que nosiempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cabida <strong>en</strong> el gran desfile.En 1957 hubo <strong>una</strong>, la de Ibaeta, que desfilaba por el barrio, y tras cercade diez años desde su aparición, dejó de celebrarse, aunque tuvo ciertacontinuidad con la posterior creación de la tamborrada del Antiguo, surgida<strong>en</strong> 1968. La trayectoria de esta última ti<strong>en</strong>e altibajos y solo se formaliza <strong>en</strong> los124 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


años 80 y crece, pero lo más interesante aquí es que no pudo integrarse <strong>en</strong> eldesfile oficial por ser considerada <strong>una</strong> tamborrada que se asemejaba más a<strong>una</strong> de adultos, ya que había niños vestidos de cocinero. T<strong>en</strong>ía, además, <strong>una</strong>banda de música infantil.Otra es la del barrio de Alza, que desfila por vez primera <strong>en</strong> 1978. Se ti<strong>en</strong>econstancia de la participación de niñas <strong>en</strong> esta tamborrada, ataviadas conuniforme militar aunque con falda. Entre las razones que justificaron su creación,se decía que “muchos niños” no podían “asistir al c<strong>en</strong>tro a ver la tamborradatradicional, ya que para sus padres es jornada de trabajo” (La Voz de España,19/01/1978). La distancia geográfica o complicaciones logísticas para ser partede la fiesta de la ciudad se superaron organizando <strong>una</strong> tamborrada propia quesalía <strong>en</strong> un sitio y un horario accesibles.Otra más, la del Colegio Los Ángeles, sale <strong>en</strong> 1984, incorporando <strong>una</strong>innovación: <strong>una</strong> compañía de aguadoras, sigui<strong>en</strong>do el ejemplo de las pionerasadultas de Kresala:Las niñas aguaderas (sic) que llevarán herradas <strong>en</strong> la mano,van a unirse a la música de los tambores y barriles <strong>en</strong> esteaño 1984. Fu<strong>en</strong>tes de los padres de familia del c<strong>en</strong>troescolar señalaban, que es a causa de esta misma figurade las aguaderas, por lo que no han podido incluirse <strong>en</strong> laparada g<strong>en</strong>eral de los pequeños a medio día de la jornadapatronal (Diario Vasco, 18/01/1984).Esta tamborrada de la Parte Vieja def<strong>en</strong>día sus convicciones: “la ikastolaes mixta y las niñas mostraban un gran deseo por salir tocando el tambor sinquerer ir de chicos”, decían <strong>en</strong> un artículo publicado <strong>en</strong> <strong>en</strong>ero de 1985 (Egin,19/01/1985). Durante algunos años mant<strong>en</strong>drá un debate con el CAT, alegando“discriminación a la mujer <strong>en</strong> las tamborradas donostiarras” (Diario Vasco,16/01/1986). Al inicio no pret<strong>en</strong>día mant<strong>en</strong>erse como “no oficial”, sino volvera ser parte del desfile oficial, como ya lo había hecho <strong>en</strong>tre 1963 y 1978. Lanueva compañía formada por ci<strong>en</strong>to treinta y cinco niños y niñas vestidos desoldados, aguadoras, cocineros y cantineras se <strong>en</strong>contró con la oposición delComité de <strong>Tamborrada</strong> dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te del CAT. Este alegaba que <strong>en</strong> las bases dela <strong>Tamborrada</strong> Infantil se imponía un número máximo de och<strong>en</strong>ta compon<strong>en</strong>tespor compañía, que las niñas no podían desfilar con otro atu<strong>en</strong>do que no fuerael de cantinera o soldado, y que la participación <strong>en</strong> el programa oficial suponíaat<strong>en</strong>erse a un horario y un recorrido que Los Ángeles no cumplía.Más allá de los argum<strong>en</strong>tos, es interesante que para su segundo año devida se habla ya del “rotundo éxito de crítica y público” obt<strong>en</strong>ido por estatamborrada. En la pr<strong>en</strong>sa de los años sucesivos se observa cómo, poco apoco, <strong>en</strong> vez de <strong>en</strong>fatizarse su carácter “no oficial”, pasa a reconocerse como“el preludio” de la <strong>Tamborrada</strong>, alcanzando un lugar específico y valorado <strong>en</strong><strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>125


la fiesta. Y es más significativo aún el preámbulo que supuso a otras formasde participación para las niñas.29. <strong>Tamborrada</strong> Infantil de Jakintza Ikastola <strong>en</strong> el Antiguo, 20/01/2013. Fotografía: Margaret Bull<strong>en</strong>Hay otras tamborradas no oficiales asociadas a c<strong>en</strong>tros escolares, o queademás de <strong>en</strong> el desfile oficial también lo hac<strong>en</strong> por su propio barrio, comola del colegio Catalina de Erauso, la de la Ikastola Zurriola o la de Axular, yotras de barrio como Jakintza <strong>en</strong> el Antiguo o Intxaur Txiki <strong>en</strong> Intxaurrondo.También hay alg<strong>una</strong>s que nac<strong>en</strong> desde otro tipo de <strong>en</strong>tidades, como sociedadespopulares, si<strong>en</strong>do este el caso de Gaztelubide Txiki, <strong>en</strong>tre otros ejemplos. Aunquemuchas de estas tamborradas estén sumam<strong>en</strong>te formalizadas o se vincul<strong>en</strong> atamborradas tan “institucionales” como puede ser la de Gaztelubide, estar fuerade la <strong>Tamborrada</strong> Infantil se debe a que incorporan trajes o figuras difer<strong>en</strong>tes,desfilan por los propios barrios, sal<strong>en</strong> <strong>en</strong> horarios distintos, incluy<strong>en</strong> integrantesde variadas edades o <strong>en</strong> número mayor del permitido <strong>en</strong> las compañías oficiales,o incluso a que integraron niñas cuando no estaba permitido. Algunos delos grupos que nacieron como “no oficiales” se han ido incorporando con eltiempo <strong>en</strong> el desfile oficial, pero otros han preferido mant<strong>en</strong>erse al marg<strong>en</strong>:<strong>en</strong> el año 2013, desfilaron <strong>en</strong> estas tamborradas extraoficiales 2.234 niños yniñas (El País, 14/01/2013).30. Sección de aguadoras <strong>en</strong> el desfile infantil, 20/01/2013. Foto: Savina Lafita126 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


4. Puestos de mando y cargos dehonor de la <strong>Tamborrada</strong> InfantilEl actual reglam<strong>en</strong>to de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil indica cuáles son losd<strong>en</strong>ominados Cargos de Honor: la Bella Easo y sus damas, el g<strong>en</strong>eral, suayudante, el cornetín de órd<strong>en</strong>es y el tambor mayor. De todas estas figuras, lade Tambor Mayor ti<strong>en</strong>e un protagonismo especial, puesto que dirige desde laterraza de la Casa Consistorial a todos los niños y niñas que participan <strong>en</strong> eldesfile interpretando la música de Sarriegui.31. Tambor mayor Saioa Iranzo. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 21/01/1995Desde que <strong>en</strong> 1995 Saioa Iranzo, del colegio San José de Calasanz, fueraelegida tambor mayor de la Infantil, si<strong>en</strong>do la primera niña que accedió a esecargo, todos los puestos de autoridad pued<strong>en</strong> ser ocupados indistintam<strong>en</strong>tepor niños y niñas. En ese mismo año, otras chicas fueron tambor mayor <strong>en</strong>sus colegios, algo que para <strong>en</strong>tonces ya parecía ser más común. Tanto, que“Vanessa, tambor mayor de La Asunción, no daba ning<strong>una</strong> importancia aque <strong>una</strong> chica dirigiera al Colegio. ‘En la <strong>Tamborrada</strong> no hay machismo’”,decía al Diario Vasco esta niña desde su corta experi<strong>en</strong>cia (20/01/1995). Sinembargo, hay que esperar hasta 2012 para que haya <strong>una</strong> niña como ayudantede g<strong>en</strong>eral, Rosa Salegui Legarra, y un año más, <strong>en</strong> 2013 para ver a niñasocupando los puestos de g<strong>en</strong>eral y de ayudante: Sara Huegun y Sara Ochoa(El País, 14/01/2013). A pesar de esta relativa l<strong>en</strong>titud, <strong>una</strong> vez dado ese <strong>paso</strong>,se puede decir, <strong>en</strong> teoría, que hoy <strong>en</strong> día niñas y niños acced<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>a todos los personajes de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil. Sin embargo, esto no es así.Exist<strong>en</strong> personajes honoríficos que no son interpretados por niños: este es elcaso de las principales figuras de la carroza 1 .1 Nota aclaratoria: <strong>en</strong> 2014 dos niños se sumaron a la carroza, y repres<strong>en</strong>tan ciudadanos deprincipios del siglo XIX (Diario Vasco, 17/01/2014)<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>127


Hasta el mom<strong>en</strong>to, la Bella Easo y sus damas han sido siempre repres<strong>en</strong>tadaspor niñas. ¿Por qué hay, hoy <strong>en</strong> día, figuras y lugares solo para ellas? Al respecto,debemos t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la evolución del propio personaje de la Bella Easo.Vestida de azul y blanco como la bandera donostiarra es la figura estelar deesta carroza. Según relata Javier Sada, <strong>en</strong> el antiguo carnaval donostiarra eracostumbre que se eligiera a <strong>una</strong> “reina de carnaval”: <strong>una</strong> chica jov<strong>en</strong> y bonita querepres<strong>en</strong>taba a la ciudad y acompañaba con su bella pres<strong>en</strong>cia ciertos ev<strong>en</strong>tosde interés cultural o promocional de Donostia. Así, cuando la sociedad EuskalBillera organizó la primera tamborrada infantil, adaptó esta figura a la Bella Easo-y su carruaje- que ha permanecido (con cambios) hasta el día de hoy <strong>en</strong> eldesfile infantil (<strong>en</strong>trevista, 15/5/2013). Estas “distinguidas” jóv<strong>en</strong>es eran elegidasa través de concursos de belleza locales y participaban <strong>en</strong> banquetes oficialesque Euskal Billera ofrecía por aquellos años. Ya <strong>en</strong> 1968, la Bella Easo pasó a serdesempeñada por niñas m<strong>en</strong>ores de edad y, aunque quedó desvinculada delos concursos de antaño, <strong>en</strong> ella ha permanecido ese carácter más ornam<strong>en</strong>tal,difer<strong>en</strong>ciado del resto de figuras del desfile tamborrero:La Bella Easo, Amaia Urretabizkaia, tomó el mando, yrecordando a sus huestes la responsabilidad y el honorinher<strong>en</strong>tes a los ropajes y tambores que llevaban, pidióord<strong>en</strong> y concierto. Tras un “¡Gora Donosti!” de la Bella Easo(espléndida <strong>en</strong> su vestido azul y blanco y muy sonri<strong>en</strong>te),tomó el mando el g<strong>en</strong>eral (Diario Vasco, 21/01/2001).Esta cita deja ver el tipo de función que ti<strong>en</strong>e este personaje, y que no sepuede olvidar que la Bella Easo, jov<strong>en</strong> o niña, se asocia a la belleza, la simpatíao la distinción. Y a pesar de que estos atributos ya no son requisito, y aunqueactualm<strong>en</strong>te la elección es más democrática -está a cargo del c<strong>en</strong>tro escolarque haya ganado el sorteo-, es difícil superar la asociación con las cualidadesde antaño. El papel que cumpl<strong>en</strong> la Bella Easo y sus damas, con sus coronasy capas largas, es, efectivam<strong>en</strong>te, puram<strong>en</strong>te estético y aj<strong>en</strong>o a la lógica deldesfile militar y musical de la <strong>Tamborrada</strong>. Es como el de <strong>una</strong> “miss” que saludasonri<strong>en</strong>te desde un pedestal. Si recordamos aquí cómo ha sido la evoluciónde la <strong>Tamborrada</strong> Infantil, con esa fuerte jerarquización y distinción de sexoscomo telón de fondo, ti<strong>en</strong>e s<strong>en</strong>tido p<strong>en</strong>sar que la repres<strong>en</strong>tación de lo military lo masculino de los niños se oponía a la repres<strong>en</strong>tación de la belleza y delo fem<strong>en</strong>ino de las niñas, <strong>una</strong> forma más de expresar los modelos de génerode la sociedad del mom<strong>en</strong>to. Durante años y hasta hace muy poco, segúnresume <strong>una</strong> nota, el alcalde electo colocaba “las bandas a la Bella Easo y a susDamas de Honor y las Medallas al G<strong>en</strong>eral y al Ayudante de la <strong>Tamborrada</strong>”,mi<strong>en</strong>tras el Tambor Mayor recibía el bastón de dirección (Ayuntami<strong>en</strong>to de SanSebastián, 18/01/2011). Bandas, medallas y bastón de dirección son, sin dudaalg<strong>una</strong>, accesorios muy distintos material y simbólicam<strong>en</strong>te.128 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


En este contexto, es importante hacer notar otro hito más, acontecido <strong>en</strong>el año 2012, cuando a iniciativa de Donostia Festak se transforma la carroza y seincluy<strong>en</strong> otras figuras <strong>en</strong> ella. De ser la carroza-de-la-Bella-Easo, <strong>en</strong> la que soloiba esta figura con sus damas de honor, se pasa a la “carroza repres<strong>en</strong>tativa delos personajes de la <strong>Tamborrada</strong>”, incluy<strong>en</strong>do nuevas figuras propias de oficioso personajes donostiarras de la época de la devastación y reconstrucción dela ciudad. La incorporación de hilanderas, bateleras, nodrizas y aguadoras, y,posiblem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un futuro, cocineros, pescadores, alcalde u otros personajesmasculinos se plantea como <strong>una</strong> forma de ir restando protagonismo a laBella Easo, inevitablem<strong>en</strong>te asociada a aquella especie de “miss”. También sepret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> incluir figuras que, además de visibilizar a las mujeres, ofrezcan <strong>una</strong>repres<strong>en</strong>tación más amplia y variada de lo que fue la vida social de Donostia,según señala la técnica de Fiestas del Ayuntami<strong>en</strong>to (<strong>en</strong>trevista, 26/11/2013). Otrocambio a este respecto es que <strong>en</strong> el ev<strong>en</strong>to de pres<strong>en</strong>tación de la <strong>Tamborrada</strong>Infantil el alcalde no impuso “bandas para la Bella Easo y las damas de honor,como <strong>en</strong> otras ocasiones” (Diario Vasco, 19/01/2012).32. Carroza de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil 2013. Foto: Savina LafitaAunque la transformación de la carroza y personajes honoríficos sea unmovimi<strong>en</strong>to significativo, habrá que analizar cuánto se avanza y <strong>hacia</strong> dónde.En la pr<strong>en</strong>sa no ha habido un particular debate sobre este cambio, y su cortatrayectoria no permite saber cómo se ha recibido <strong>en</strong>tre los grupos tamborreros.Hay otro rol solo fem<strong>en</strong>ino <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil: el de aguadora.Después de la polémica con la tamborrada de Los Ángeles, pasaron casi dosdécadas antes de que las niñas pudieran ir vestidas de aguadoras <strong>en</strong> el desfileoficial. En 2003 el CAT autorizó esta figura, aceptando la propuesta de la IkastolaOrixe. Desde <strong>en</strong>tonces, <strong>una</strong> gran parte de los c<strong>en</strong>tros educativos combinan <strong>en</strong>su compañía soldados y aguadoras.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>129


5. La gran canteraEs innegable que la <strong>Tamborrada</strong> Infantil, sea oficial o indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, puedeconsiderarse la mejor cantera que esta fiesta puede t<strong>en</strong>er para su preservación.Y es que son ya muchas g<strong>en</strong>eraciones de niños y niñas las que han pasadopor este gran rito de iniciación. Para muchas de las personas <strong>en</strong>trevistadas <strong>en</strong>este estudio, solo se puede explicar la <strong>Tamborrada</strong> como un “s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to”.S<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to que a lo largo de todas estas décadas se ha ido inculcando deg<strong>en</strong>eración <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eración, y <strong>en</strong> esto ha t<strong>en</strong>ido mucho que ver la transmisiónfamiliar y escolar.Una de las <strong>en</strong>trevistadas, al preguntarle si cuando era pequeña t<strong>en</strong>íaganas de salir <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, responde: "¡Sí, sí! Bu<strong>en</strong>o, yo creo que comotodos los donostiarras ¿no? No sé por qué, pero a todos nos gusta tocar eltambor". Cu<strong>en</strong>ta que su hijo "¡sabe cantar, dirigir, tocar, todo con cuatroaños que ti<strong>en</strong>e!". Y es que desde "antes de salir de la tripa" ya estaba <strong>en</strong> latamborrada: "le pregunté al ginecólogo a ver si podía salir (<strong>en</strong> la tamborrada)y dijo: "Mi<strong>en</strong>tras no aporrees muy fuerte, si te ves capacitada y ti<strong>en</strong>es ganas,sal". ¡Acabé agotada, pero bi<strong>en</strong>!".A través de la <strong>Tamborrada</strong> se transmit<strong>en</strong> <strong>una</strong> serie de valores como elde la integración, la cohesión social, la id<strong>en</strong>tidad donostiarra y el s<strong>en</strong>tido deunidad. Por ejemplo, cuando se creó la tamborrada txiki del barrio de Alza, sem<strong>en</strong>cionaba que muchos de los niños y niñas prov<strong>en</strong>ían de familias foráneas yse consideraba importante que participaran para que fueran “ad<strong>en</strong>trándose yconoci<strong>en</strong>do nuestras costumbres y fiestas” (La Voz de España, 19/01/1978). Estaidea está vig<strong>en</strong>te y se expresa de muchas maneras por distintas personas y mediosde comunicación: la <strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> pieza clave de la “donostiarridad”, sehabla de “pasión”, “orgullo”, “<strong>en</strong>ganche”. Otro ejemplo de ello son las palabrasque los sucesivos alcaldes de la ciudad dedicaban <strong>en</strong> la gran parada a la jov<strong>en</strong>tropa desde el balcón del Ayuntami<strong>en</strong>to cada 20 de <strong>en</strong>ero, o dedican desdehace unos años <strong>en</strong> el acto oficial de pres<strong>en</strong>tación de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil. Hacepoco, el ex-alcalde Odón Elorza recordaba que: “la tamborrada es <strong>una</strong> fiesta qu<strong>en</strong>os une a todos y que recorre las calles con un sonido de tambores y barrileshablando de paz y amistad” (Ayuntami<strong>en</strong>to de San Sebastián, 18/01/2011); y <strong>en</strong>2013, el actual alcalde Juan Karlos Izagirre decía a los niños y niñas: “Mañanasois embajadores de San Sebastián <strong>en</strong> Euskadi y <strong>en</strong> el mundo” (Diario Vasco,20/01/2013), <strong>en</strong> esa idea de reforzar la id<strong>en</strong>tificación con la ciudad.De este efecto cantera que produce la <strong>Tamborrada</strong> Infantil podemos decirque muchos de aquellos niños que desfilaron <strong>en</strong> las primeras tamborradasoficiales de la década de los ses<strong>en</strong>ta han sido fundadores, o cuando m<strong>en</strong>os,integrantes de las numerosas tamborradas de personas adultas que surgierondos décadas después. En palabras de Javier Sada: “la tamborrada de mayoresdio el boom, el salto, <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta, cuando la primera g<strong>en</strong>eración de130 Capítulo 7. 20 de <strong>en</strong>ero, doce del mediodía. <strong>Tamborrada</strong> Infantil


la Infantil se hizo mayor” (<strong>en</strong>trevista, 15/05/2013). Más importante aún es quelas niñas que participaron como tamborreras <strong>en</strong> compañías infantiles son lasque después, como adultas, han querido seguir d<strong>en</strong>tro de la fiesta, muchasde ellas <strong>en</strong>grosando las filas de las compañías mixtas.Como dice la escritora Luisa Etx<strong>en</strong>ike, galardonada con la Medalla al MéritoCiudadano <strong>en</strong> 2013:Y ahora mismo, <strong>en</strong> vísperas de la fiesta de San Sebastián,veo a la niña que fui y que, como no podía salir <strong>en</strong> latamborrada tocando el tambor –<strong>en</strong>tonces las niñas sólot<strong>en</strong>íamos reservados los escasos y mucho m<strong>en</strong>os apeteciblespuestos de cantinera- empezaba ya a construir la convicciónde que la cultura no puede existir fuera de la <strong>igualdad</strong>; ni lacondición ciudadana cumplirse verdaderam<strong>en</strong>te fuera de<strong>una</strong> participación activa <strong>en</strong> la vida pública (Diario Vasco,21/01/13).Miles de niñas y niños desfilan codo a codo por Donostia tocando tamboresy barriles. Compart<strong>en</strong> el protagonismo <strong>en</strong> la gran fiesta de la ciudad.33. Apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do. 20/01/2013. Foto: Luz Maceira<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>131


Las doce:la hora mágicaDe doce a doce pasando por las doce: el éxitoritual de <strong>una</strong> adecuación coreográfica casualPara que <strong>una</strong> fiesta informal acabe convirtiéndose <strong>en</strong> rito, es fundam<strong>en</strong>talque se produzca <strong>una</strong> id<strong>en</strong>tificación colectiva; es decir, compartir el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>toindividual con eso tan inexplicable pero compartido que si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> casi todos losmiembros de <strong>una</strong> comunidad. Y es muy difícil de explicar porque cada cual añadesus propios compon<strong>en</strong>tes personales y familiares.Difícil para qui<strong>en</strong> vive, “lleva <strong>en</strong> la sangre” la fiesta, pero no tanto si conperspectiva se analizan sus compon<strong>en</strong>tes coreográficos y su evolución. Tal veztales compon<strong>en</strong>tes surgieron de forma casual, pero con el tiempo pued<strong>en</strong> acabarsi<strong>en</strong>do id<strong>en</strong>titarios: unos colores, unos sonidos, <strong>una</strong>s vestim<strong>en</strong>tas... y la distribución<strong>en</strong> un tiempo y espacio concretos. Varían de pueblo a pueblo, pero aparec<strong>en</strong>constantem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los ritos de carácter festivo. Y g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se interiorizantanto que sus participantes a m<strong>en</strong>udo son incapaces de id<strong>en</strong>tificarlos con precisión,solo lo hac<strong>en</strong> difusam<strong>en</strong>te. En Donostia, txuri-urdin (<strong>en</strong> castellano o <strong>en</strong> euskera) esmás que un par de colores, y decir veinticuatro horas no es decir mucho, exceptosi son las del 20 de <strong>en</strong>ero. Entonces se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> un tiempo fuera del tiempo,un tiempo sagrado sin ser religioso, porque es <strong>en</strong>tonces cuando se resume y mejorse expresa algo tan difuso por otro lado como es la donostiarridad.Ese tiempo tan marcado, como otros muchos compon<strong>en</strong>tes de la <strong>Tamborrada</strong>,surgió de forma casual. Durante las primeras tamborradas, cada sociedad popularizaba su bandera <strong>en</strong> un ritual más bi<strong>en</strong> privado. También izaba la bandera elayuntami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el día del santo patrón. En 1934, la recién creada sociedadGaztelubide organizó <strong>una</strong> tamborrada que se estr<strong>en</strong>ó tras la c<strong>en</strong>a tocando, a lasdoce de la noche, <strong>en</strong> la cercana plaza de la Constitución, donde todavía estabala Casa Consistorial. Y dos actos <strong>en</strong> principio separados, tocar la Marcha de SanSebastián e izar la bandera, se unieron al compartir mom<strong>en</strong>to y espacio. La arriadadel Ayuntami<strong>en</strong>to se hacía la medianoche del 20 al 21; es decir, un empleadomunicipal la arriaba, sin especial ceremonia al principio y con la Banda Municipalde Txistularis después.En 1940 no se consintió más que la salida de dos tamborradas: Gaztelubidea la hora habitual, a las doce m<strong>en</strong>os cuarto de la noche del 19, y la Artesana <strong>en</strong>sus madrugadoras siete de la mañana del 20. Todavía había qui<strong>en</strong> reivindicaba132 Las doce: la hora mágica


el “verdadero” horario, a las cinco, cuando la <strong>Tamborrada</strong> anunciaba el buey<strong>en</strong>sogado; pero tras varios int<strong>en</strong>tos, incluidas retretas nocturnas, los horariostradicionales eran los arriba indicados.Cuando la <strong>Tamborrada</strong> se recuperó tras la Guerra Civil, Gaztelubide mantuvosu costumbre, incluso cuando el Ayuntami<strong>en</strong>to se trasladó a su actual ubicación,el antiguo casino. ¿Por qué no? Eran dos actos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Es más, se int<strong>en</strong>tócelebrar la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> Alderdi Eder <strong>en</strong> los años cuar<strong>en</strong>ta, pero no prosperó.Poco a poco, se fueron incorporando de nuevo las tamborradas de preguerra yalg<strong>una</strong>s nuevas, cada cual con sus recorridos. De hecho, Euskal Billera pret<strong>en</strong>dióacudir a acompañar la Arriada <strong>en</strong> 1944; pero <strong>en</strong>tonces no se le permitió (Gurpeguiy Sada, 2012: 43).En cambio <strong>en</strong> 1957, el alcalde, deseoso de dar más realce al acto de arriar labandera, pidió a la Unión Artesana que saliera de noche, <strong>en</strong> vez de a las siete de lamañana, y así com<strong>en</strong>zó. Los de la Artesana priorizaron la visibilidad a la tradición:Por otra parte, la costumbre de antaño de acudir hombres solos alas c<strong>en</strong>as, poco a poco, ha ido cambiando: ahora la mayoría sonmatrimonios, lo que hace que la g<strong>en</strong>te se retire antes, no quedandoespectadores para la <strong>Tamborrada</strong> matinal. Lo que perdemos <strong>en</strong>tradición, lo ganamos <strong>en</strong> la satisfacción que produce al mayorespl<strong>en</strong>dor de las fiestas (Sada, 1977: 192).Aquel cambio <strong>en</strong> la tradición supuso <strong>en</strong> la práctica un refuerzo al proceso deritualización que ya había com<strong>en</strong>zado. De hecho, la novedad se tradicionalizó tanrápidam<strong>en</strong>te que la Izada y la Arriada se han convertido <strong>en</strong> dos hitos inamovibles.Asimismo, la antigua relación <strong>en</strong>tre el Ayuntami<strong>en</strong>to y las sociedades(subv<strong>en</strong>ciones, c<strong>en</strong>as...) se estrechó, y compartir coreografía con el acto municipal(izando y arriando la bandera de toda la ciudadanía <strong>en</strong> la antigua Casa Consistorialmi<strong>en</strong>tras tocaban la Marcha de San Sebastián), supuso que la <strong>Tamborrada</strong> seconvirtiera <strong>en</strong> la fiesta de todos, todavía no de todas. Paradójicam<strong>en</strong>te, queunos pocos miembros de <strong>una</strong>s organizaciones privadas repres<strong>en</strong>taran a toda laciudadanía no provocó t<strong>en</strong>siones, tal vez porque ocurrió <strong>en</strong> el franquismo, y veinteaños después no se cuestionó el “privilegio de dos sociedades”, ya muy as<strong>en</strong>tado.No es la única paradoja, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que la Iglesia no participaba d<strong>en</strong>ingún modo <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, <strong>una</strong> de las pocas excepciones <strong>en</strong> el cal<strong>en</strong>dariofestivo ritual de las localidades vascas. En la ciudad que lleva nombre de santoy <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o franquismo.En la distribución de tiempos y espacios, los y las donostiarras hicieronsuyo el intervalo <strong>en</strong>tre los dos hitos, y cada asociación ha buscado su hueco,priorizando otra hora o respetando las horas pero izando o arriando sus propiasbanderas <strong>en</strong> sus propios espacios, <strong>en</strong> iniciativas más privadas o “del barrio”.Porque <strong>en</strong> la distribución de espacios hay <strong>una</strong> clara jerarquía “concéntrica” que<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>133


efleja la “d<strong>en</strong>sidad tamborrera de los barrios”: de la Constitución a la Parte Vieja,de ahí al C<strong>en</strong>tro-Amara-Gros-Antiguo, de ahí a Egia-Loiola-Intxaurrondo-Ibaeta,de ahí a Bidebieta-Altza-Martut<strong>en</strong>e-Añorga. Pero, gracias a esa ritualización, ladonostiarridad se expresa también fuera del municipio: <strong>en</strong> este mundo globalizado,<strong>en</strong> Necoechea, Arg<strong>en</strong>tina, <strong>en</strong> su hora local, sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong> directo lo que ocurre <strong>en</strong> laplaza de la Constitución. En el mismo instante, <strong>en</strong> ceremonias más humildes (esdecir, no mediáticas) pero no por ello m<strong>en</strong>os emocionantes para sus protagonistas,<strong>en</strong> Loiola se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> más donostiarras y a la vez más de Loiola, del mismomodo que <strong>en</strong> Añorga más donostiarras y a la vez más de Añorga. Precisam<strong>en</strong>te,aunque <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia también resulte paradójico, si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> esos actos más suyosporque solo son suyos, no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> carácter de espectáculo para un público aj<strong>en</strong>o.Podríamos d<strong>en</strong>ominar micro-ritos a esas esc<strong>en</strong>ificaciones que cada tamborradacrea <strong>en</strong> su propio espacio, puesto que cada sociedad y su <strong>en</strong>torno se reconoce <strong>en</strong>esos ritos que les hac<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tirse parte de <strong>una</strong> comunidad el resto del año. Porquela <strong>Tamborrada</strong>, y cada tamborrada, es, por definición, colectiva.A partir de 1999, a raíz de que se r<strong>en</strong>ovó la “verdadera” bandera municipal, seinvitó al resto se tamborradas a <strong>en</strong>viar repres<strong>en</strong>tantes a la plaza de la Constitución,<strong>en</strong> un int<strong>en</strong>to de evid<strong>en</strong>ciar el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de toda la ciudadanía <strong>en</strong> el principal ritofestivo . Y por eso, porque es el principal, también tuvo la cualidad de visibilizara las mujeres <strong>en</strong> él (Gurpegui y Sada, 2012: 102). E iba más allá: esc<strong>en</strong>ificabaante la ciudad y el resto del mundo que los barrios también son Donostia. Pero, sibi<strong>en</strong> se ha ritualizado sobre todo el ciclo doce-doce <strong>en</strong> la plaza de la Constitución,los otros ritos también han alcanzado un protagonismo propio, y mucha g<strong>en</strong>t<strong>en</strong>o si<strong>en</strong>te la necesidad de estar <strong>en</strong> “la Consti”: prefiere <strong>una</strong> donostiarridad másíntima, de barrio, de su sitio y su mom<strong>en</strong>to.En todo caso, el rito o ritos personales, familiares, de amistades o debarrio, siempre estarán refer<strong>en</strong>ciados <strong>en</strong> las veinticuatro horas donostiarras porexcel<strong>en</strong>cia. Hasta tal punto que <strong>en</strong> ese tiempo solo se interpretan las músicas deSarriegui, de nuevo consecu<strong>en</strong>cia de <strong>una</strong> relación casual -reflejo de <strong>una</strong> posteriorsacralización-, puesto que ni todas las músicas compuestas por él eran para la<strong>Tamborrada</strong>, ni todas las músicas compuestas para la tamborrada son suyas. Pero<strong>en</strong> el juego de id<strong>en</strong>tificaciones, los matices que pueda aportar la historia, inclusola rica historia musical donostiarra, difícilm<strong>en</strong>te se confrontan con argum<strong>en</strong>tosmucho más directos, que, <strong>en</strong> la m<strong>en</strong>talidad popular, respond<strong>en</strong> a <strong>una</strong> especie de“lógica no razonada”: lo que “siempre” se ha conocido y que rara vez se remontamás de medio siglo atrás. Así, por ejemplo, la “primitiva” marcha, recuperada <strong>en</strong>2013 con motivo del Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario, <strong>en</strong> los <strong>en</strong>sayos era pres<strong>en</strong>tada como “la nueva”.134 Las doce: la hora mágica


Y las otras doce: mediodíaSi los dos grandes hitos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to ritual exacto, el otro principalrito tamborrero también, y marca el justo medio: La <strong>Tamborrada</strong> Infantil habíade salir a las doce del mediodía. El espacio, <strong>en</strong> cambio, no podía ser el mismo.Sobre todo, porque pese a d<strong>en</strong>ominarse <strong>Tamborrada</strong>, es un rito muy difer<strong>en</strong>teal de personas adultas: las tamborradas conforman un único desfile y necesitanun espacio más amplio, que será, de nuevo, fr<strong>en</strong>te al Ayuntami<strong>en</strong>to, pero <strong>en</strong> estecaso el nuevo y <strong>en</strong> Alderdi Eder, para realizar un recorrido por el C<strong>en</strong>tro, cuyascalles son más amplias que las de la Parte Vieja.Como se ha visto, la <strong>Tamborrada</strong> Infantil ha conocido modificaciones,especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la incorporación de las niñas. Pero el horario está tan definido quemoverlo supondría alterar toda la jornada. También <strong>en</strong> el espacio, por cuestionesde logística, ha habido modificaciones; pero no <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario institucional: <strong>en</strong>el Ayuntami<strong>en</strong>to se hallan los cargos de honor, desde allí el alcalde saluda a lapequeña tropa, y desde ahí se <strong>en</strong>camina la tropa.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>135


Capítulo 820 de <strong>en</strong>ero al mediodía.Entrega del Tambor de Oro


Se acercan a las puertas del Consistorio <strong>una</strong> multitud de personas quequier<strong>en</strong> ser parte de la ceremonia de <strong>en</strong>trega del Tambor de Oro y apoyar,con su pres<strong>en</strong>cia y aplausos, a la persona o institución que será reconocidapor la sociedad donostiarra. El Salón de Pl<strong>en</strong>os del Ayuntami<strong>en</strong>to se ll<strong>en</strong>a yno cabe un alfiler: a las personalidades y las autoridades municipales se lessuman vecinas y vecinos de la ciudad, familiares, colegas y amistades de laspersonas hom<strong>en</strong>ajeadas. Es este otro mom<strong>en</strong>to de la fiesta ll<strong>en</strong>o de emoción.El Tambor de Oro es uno de los galardones más importantes que impone laciudad y lo hace precisam<strong>en</strong>te el día de San Sebastián, mi<strong>en</strong>tras la <strong>Tamborrada</strong>Infantil desfila por sus calles. Desde que se instaurara <strong>en</strong> 1967, muchas hansido las personas que han recogido este premio de manos del alcalde <strong>en</strong> <strong>una</strong>solemne y emotiva ceremonia rodeada de tambores y barriles. El objeto deeste galardón es “premiar a las personas, físicas o jurídicas, que (...) hayancontribuido de forma activa y notoria <strong>en</strong> la consolidación de <strong>una</strong> imag<strong>en</strong> externapositiva y atractiva de la ciudad, ampliando su pot<strong>en</strong>cial turístico, posibilitandoel conocimi<strong>en</strong>to de la misma, reforzando su proyección externa y fom<strong>en</strong>tandolos vínculos de conocimi<strong>en</strong>to y amistad con otros países, ciudades, organismosy personas” (Artículo 33 del Reglam<strong>en</strong>to de Honores y Distinciones).Entre los set<strong>en</strong>ta y ocho Tambores de Oro que se han concedido desde susinicios y hasta 2013, <strong>en</strong>contramos unos cuantos “Ilustrísimos” y “Excel<strong>en</strong>tísimos”personajes, pero también un poco de todo: además de duques, ex-ministros,embajadores y cónsules, también hay veraneantes famosos, médicos, alcaldes,escritores, periodistas, deportistas, militares, políticos, futbolistas, pirotécnicos,arquitectos, actores, escritores, poetas, cocineros, empresarios y cantantes.También han sido galardonadas <strong>una</strong>s cuantas <strong>en</strong>tidades, sobre todo deportivas,como la Federación Inglesa de Atletismo, la Sociedad Tour de Francia, la carreraBehobia-San Sebastián o la Clásica de San Sebastián. D<strong>en</strong>tro de esta categoríade <strong>en</strong>tidades, también <strong>en</strong>contraremos la ciudad de Tarbes, el Museos ChillidaLeku o el grupo La Oreja de Van Gogh. De estos set<strong>en</strong>ta y ocho, siete fueron<strong>en</strong>tregados, pues, a <strong>en</strong>tidades.Si hemos puesto <strong>en</strong> masculino el listado de los tipos de personasgalardonadas es porque, <strong>en</strong> su mayoría, fueron hombres. De las set<strong>en</strong>ta y <strong>una</strong>personas que abrazaron el Tambor de Oro, solo seis fueron mujeres. Es decir,el 8,5% fr<strong>en</strong>te al 91,5% que repres<strong>en</strong>tan los varones.La Medalla al Mérito ciudadano es otro de los galardones que imponeel ayuntami<strong>en</strong>to y lo hace el día 19 con igual solemnidad y emotividad. Estasmedallas se <strong>en</strong>tregan “como <strong>una</strong> distinción <strong>hacia</strong> aquellas personas o <strong>en</strong>tidadesque con su labor prestan al municipio servicios de carácter extraordinario, con<strong>una</strong> dedicación y mérito dignos de reconocimi<strong>en</strong>to” (Artículo 29 del Reglam<strong>en</strong>tode Honores y Distinciones). En 2013, 135 medallas han sido impuestas desde1986: 46 a diversas <strong>en</strong>tidades, 70 a hombres y 19 a mujeres. Esto supone que,<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>137


descontando a las <strong>en</strong>tidades, de las personas galardonadas un 78% fueronhombres y un 21% mujeres.Manuel VastosMiguel de EcharriGuy PetitGuillermo CebriánMiguel Ángel García-LomasLuis Martín PinillosJuan Ignacio Luca de T<strong>en</strong>aVíctor Ruiz IriarteIan LattoCastro Pires de LumiManuel RózpideJosé Luis PérezJosé Álvarez de las AsturiasJosefina CarabiasAlfonso SánchezMariano Fernández ZúmelMariano HornoRafael Frühbeck de BurgosLuis EstévezMarcelino OrejaEnrique AldamirJosé Manuel Goy<strong>en</strong>echeRafael CaveroMariano CalabuigPaul BarrièreVic<strong>en</strong>te EchegarayLuis Coronel de PalmaB<strong>en</strong>ito CastejónCarm<strong>en</strong> UsobiagaJulio Caro BarojaPaul DutournierArmin Klein<strong>en</strong>Jesus LopategiLa ciudad de TarbesFederación Inglesa de AtletismoXavier DomingoMario IgualPello AramburuGiorgio TononiOriol BohigasDesiertoAlfredo LandaRobert LaxaltPilar MiróBeltrán Alfonso Osorio y Díez de RiveraIñaki GabilondoGabriel CelayaEmil ZatopekFrancisco RamosAntton LafontMarino LejarretaLuis IrizarJosé María OdriozolaSociedad Tour de FranceXabier Oliver ContiMiguel AtutxaJusto SeguraCarmelo UrzaAntonio MerceroAraceli González CampaFernando Arg<strong>en</strong>taAlfredo Di StéfanoFelipe E. MuguruzaElías QuerejetaJavier Gil de BiedmaAinhoa ArtetaJosé María OlazábalDiego GalánRicardo EchepareDesiertoChillida LekuMartín BerasateguiIñigo ArgomanizPedro AbregoCristina Garm<strong>en</strong>diaIñigo OlaizolaLa Oreja de Van GoghXabi AlonsoCD Fort<strong>una</strong> KELa Clasica de San SebastiánMujeres Entidades Desierto HombresCuadro 2: Personas y <strong>en</strong>tidades galardonadas con el Tambor de Oro. Elaboración propia138 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


Las Medallas al Mérito Ciudadano ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un cariz difer<strong>en</strong>te del Tambor deOro. Son reconocimi<strong>en</strong>tos más cercanos a la g<strong>en</strong>te, a la ciudadanía, <strong>en</strong> los quese premian labores <strong>en</strong>comiables: su solidaridad o ayuda a ciertos colectivos, o lapromoción de la cultura, del deporte, el euskera, la <strong>igualdad</strong>, etc. Las personasque recib<strong>en</strong> este galardón no son necesariam<strong>en</strong>te famosas, y si lo son no seles premia por ello, sino por <strong>una</strong> contribución específica. En el Tambor de Oro,sin embargo, <strong>en</strong>contraremos muchas más personalidades, figuras cuyo méritoestá muy determinado por el hecho de ser conocidas o de ocupar lugares depoder. Recordemos que el Tambor de Oro premia la promoción de la imag<strong>en</strong>de la ciudad, y para ello es necesario <strong>en</strong>contrarse <strong>en</strong> ciertas esferas.Aunque sean premios difer<strong>en</strong>tes, Tambor y Medallas, tal y como lo dic<strong>en</strong> lasrespectivas normativas, son <strong>una</strong> manera de reconocer la labor o la aportaciónde ciertas personas y <strong>en</strong>tidades que se consideran positivas para la ciudad.Considerarlas positivas quiere decir algo más que, por ejemplo, valorar suaportación económica. La finalidad implícita o explícita de estos galardones esreconocer que estas personas repres<strong>en</strong>tan, de alg<strong>una</strong> manera, los valores a losque se quiere asociar la ciudad. Esta es la razón por la que alg<strong>una</strong>s candidaturasno sal<strong>en</strong> adelante, ya que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que repres<strong>en</strong>tan otros valores m<strong>en</strong>osapreciados. Siempre hay qui<strong>en</strong> critica los criterios que sirv<strong>en</strong> para seleccionarlas candidaturas, <strong>en</strong> algunos casos, con gran ironía, poni<strong>en</strong>do de relieve lorompedor que sería conceder estos honores a personas que repres<strong>en</strong>tan valores,digamos, difer<strong>en</strong>tes. Este fue el caso de <strong>una</strong> iniciativa lanzada desde Facebookpara otorgar el Tambor de Oro del año 2012 a la actriz porno donostiarra RebecaLinares, alegando que ha llevado el nombre de la ciudad a las cumbres másaltas, cumpli<strong>en</strong>do así el principal requisito para optar al Tambor. El grupo ZeEsatek dedica <strong>una</strong> canción a def<strong>en</strong>der su candidatura (eitb.com, 12/12/2011).<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>139


José Mª Aguirre GonzaloJesús Mª AlkainMartikor<strong>en</strong>aJosé Mª Arana AjubitaLuis Miguel ArconadaEcharriIgnacio Barriola Irigoy<strong>en</strong>Manuel Mugica EchartCarlos Santamaría AnsaAntton AyestaránPicabeaIgnacio EizaguirreArreguiJavier Sada AngeraJosé Sarasa AyerbeJavier Urquia ZalduaManuel C<strong>en</strong>doia IsasaJosé Mª FerrerChaparteguiPilar Olascoaga ArrateProyecto HombreAntonio Sierra ValgañónTomas Pérez PérezLuis Pedro Peña SantiagoJuan Mª Peña IbañezHilari PagazartunduaJosé Luis Munoa RoigManuel Matxain EzpeltaCristina Cuesta GorostidiMir<strong>en</strong> Azkarate VillarFelix GabilondoArakistainPablo García AzpillagaEvaristo Gonzalez LandaOlegario IturraldeBujandaRafael PuignaoFernández AransguiColectivo detrabajadores de IkusiXabier Aizarna AzulaLuis de Maria y LafajaIñaki Ibero TelletxeaMaría Semper<strong>en</strong>aZubillagaAngelita Martínez GilFrancisco Aranz DarrasManu ArrueAtxalandabasoFaustina Carril Aroc<strong>en</strong>aJosetxo Mayor MateoMariano Larrandia MoralSOS BalKanesAtzegiAsociación de CulturaMusicalIbon Sarasola ErrazquinMiguel Capa Elola J. Ignacio Ansor<strong>en</strong>aMinerAmaya BontiguiZubiaurrePlácido Eceiza YarzaJosé Mª ZapirainMaritxalarAsociación de Donantesde Sangre GipuzkoaAspaceClub Deportivo Dordoka Mari AyestaranAm<strong>una</strong>rrizFrancisco PizarroEug<strong>en</strong>io TamayoXose Antonio VilaboaBarreiroAsociación Amigos delSaharaSociedad KresalaGrupo Gureak Vic<strong>en</strong>te ZaraguetaAsociación Artística deGipuzkoaAsociación Amigos SanTelmoGoizaldi Sociedad Fotográfica deGipuzkoaSociedad Loiolatarra Luz Díez Montes MirandaAfodesaAntiguoko PilotazaleokElkartea AgipadClub Vasco de CampingSociedad de CuidadosPaliativosMiguel Mari Echevarr<strong>en</strong>Colectivo de VoluntariosAterpe Librería LagunLa Filmoteca VascaMiguel VidaurreJosé Manuel AzkueAlberto García Hinosa Club Fort<strong>una</strong>Colegio San JoséGaut<strong>en</strong>aMari Carm<strong>en</strong> GuimeransImanol Olaizola Mariasun LandaDYAGehituEscuela de EnfermeríaPeli Egaña Rafael MunoaJavier PadriniGrupo Gastronómico deIntxaurrondoJosé Yab<strong>en</strong>Teresa Corm<strong>en</strong>zana, Siervas de MaríaMari Carm<strong>en</strong> GanzarainEvaristo AyestaranLibreria ManterolaCésar Pérez Richard OribeAgustín UnzurrunzagaSor María Luisa AntónXabier MuñozConcha Chaos AdemgiKalapieBerdini Dantza TaldeaCarlos B<strong>en</strong>ito GomezLourdes Oñederra Club Deportivo BeraBeraAs. Amigos del CaminoSantiagoGros Xake TaldeaEsteban ErizondoJuan Antonio Antero Mintza Lag<strong>una</strong>José Luis FernandezIñaki FernandezFermin MuñozLilatón Miguel TardáguilaAs. De Profesionales dela Danza de GipuzkoaFélix Pérez CarrascoAsociación Arrats Andresa PorgugalRamón SaizarbitoriaJoaquín Pérez IriartePeter J. BrownHospitalidad de Lourdes José Luis ÁlvarezEnparantza, TxillardegiJaime CaballeroLuisa Etx<strong>en</strong>ikeUnidad de Neonatologíadel Hospital UniversitarioDonostiaTxontxongilo TaldeaMujeresEntidadesDesiertoEntidades feminizadasHombresCuadro 3: Personas y <strong>en</strong>tidades galardonadas con la medalla al Mérito Ciudadano.Elaboración propia140 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


Estos dos galardones son impuestos por el ayuntami<strong>en</strong>to, de manera quees la corporación qui<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e la capacidad de realizar ese reconocimi<strong>en</strong>toy, a su vez, de fom<strong>en</strong>tar los valores que la persona o la <strong>en</strong>tidad galardonadarepres<strong>en</strong>tan. Al ser muy g<strong>en</strong>erales los criterios con los que se otorgan estasdistinciones, han sido interpretados al albur de los tiempos, de modo que nosiempre se fom<strong>en</strong>tan los mismos valores. Es muy posible que muchas de laspersonas galardonadas con el Tambor de Oro <strong>en</strong> la época franquista hoy <strong>en</strong>día no serían ni siquiera posibles candidatas a este galardón. Y este es un datoimportante, puesto que quiere decir que los valores que la ciudad id<strong>en</strong>tifica,fom<strong>en</strong>ta y premia a través de las personas galardonadas están determinadospor las circunstancias de la época.Si bi<strong>en</strong> el Tambor de Oro es un galardón que no nace hasta 1967,<strong>en</strong>contramos algunos anteced<strong>en</strong>tes que demuestran que estas distincionesoficiales estaban marcadas por la ideología que se dictaba desde las esferasde poder, muy probablem<strong>en</strong>te con la int<strong>en</strong>ción propagandística propia deaquellos tiempos. Y qué mejor día que el de San Sebastián para ello. Ya <strong>en</strong> losaños cincu<strong>en</strong>ta del siglo XX, el 20 de <strong>en</strong>ero se iría convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>una</strong> ocasiónpara celebrar este tipo de actos, <strong>en</strong> los que las autoridades del régim<strong>en</strong> t<strong>en</strong>íanmuchas posibilidades de ser agraciadas con estas distinciones. En 1955, porejemplo, el alcalde de la ciudad, Juan Pagola, recibe La Encomi<strong>en</strong>da de laOrd<strong>en</strong> del Mérito Civil de manos del gobernador civil <strong>en</strong> nombre del ministrode Asuntos Exteriores. Y <strong>en</strong> 1956 será el alcalde qui<strong>en</strong> imponga la Encomi<strong>en</strong>dade la Ord<strong>en</strong> de Cisneros al <strong>en</strong>tonces inspector provincial de la Falange, JoséManuel Usandizaga (Gurpegui y Sada, 2012: 46).Desde abril de 1979, nuestros ayuntami<strong>en</strong>tos son democráticam<strong>en</strong>teelegidos, y los premios que otorgan sigu<strong>en</strong> estando condicionados por laideología o los intereses de qui<strong>en</strong>es compon<strong>en</strong> las corporaciones, como nopodía ser de otro modo. Debido a la diversidad que, afort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, lascaracterizan, coincidir <strong>en</strong> las candidaturas no siempre es fácil. El C<strong>en</strong>tro deAtracción y Turismo eleva las candidaturas al Tambor de Oro al Ayuntami<strong>en</strong>toy son, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, aceptadas sin conflicto, sin embargo <strong>en</strong> contadasocasiones esto no ha sido así. Al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> <strong>una</strong> de las ocasiones <strong>en</strong> que elpremio quedó desierto, se ha debido, precisam<strong>en</strong>te, a esa falta de acuerdo <strong>en</strong>el pl<strong>en</strong>o municipal sobre qué se quiere poner <strong>en</strong> valor, con qué o con quién sequiere asociar a la ciudad. En 1984, la candidatura de los Duques de Alba fuepres<strong>en</strong>tada y rechazada por el pl<strong>en</strong>o. Fueron, sin duda, razones políticas (<strong>una</strong>postura nada favorable a la aristocracia) las que motivaron este rechazo. Noparece que conv<strong>en</strong>ciera a todo el mundo la idea de que la aristocracia española<strong>en</strong>carnase el tipo de valores que la ciudad quería <strong>en</strong>salzar.En definitiva, el significado de estos galardones, al igual que otros que serealizan <strong>en</strong> la ciudad <strong>en</strong> este día, es el de legitimar ciertos valores y jerarquíasa través de la id<strong>en</strong>tificación y reconocimi<strong>en</strong>to de las personas o <strong>en</strong>tidades que<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>141


los repres<strong>en</strong>tan; <strong>en</strong> cierto modo, se trata de imaginar la ciudad que se desea yde int<strong>en</strong>tar concretarla o promoverla con el fin de que los valores que se quiereque la caracteric<strong>en</strong>, ya sean estos los de la solidaridad o los de la Falange, sevayan inculcando <strong>en</strong> su ciudadanía.Esto nos lleva a preguntarnos, si esto es así ¿por qué tan pocas mujereshan sido agraciadas con estos galardones?2013201220112010200920082007200620052004200320022001200019991998199719961995199419931992199119901 2 3 4 1 2 3 419891988198719861985198419831982198119801979197819771976197519741973197219711970196919681967Hombre Mujer Entidad Desierto Ning<strong>una</strong>mujerNingúnhombreCuadro 4: Distribución de Tambores de Oro y Medallas al Mérito Ciudadano. Elaboración propia1. Mujeres galardonadasVolvamos por un mom<strong>en</strong>to al número de mujeres y hombres que hanrecibido cualquiera de estas dos distinciones. Entre los Tambores de Oro,hemos indicado más arriba, solo seis mujeres han sido hasta ahora reconocidascon este premio fr<strong>en</strong>te a ses<strong>en</strong>ta y cinco hombres. En las Medallas al MéritoCiudadano ocurre otro tanto: diecinueve mujeres fr<strong>en</strong>te a set<strong>en</strong>ta hombres.Curiosam<strong>en</strong>te, es <strong>en</strong> las Medallas, galardón de m<strong>en</strong>or categoría que el Tambor142 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


de Oro, donde <strong>en</strong>contramos <strong>una</strong> mayor proporción de mujeres. En todo caso,y si estamos de acuerdo <strong>en</strong> que con estas distinciones se está reconoci<strong>en</strong>do laaportación, la valía de esa persona, lo que ella repres<strong>en</strong>ta, aquí cabe preguntarse:¿son tan pocas las mujeres que merec<strong>en</strong> semejante reconocimi<strong>en</strong>to? Aunqueigual sería mejor formular esta pregunta de otro modo: ¿acaso las mujeresno repres<strong>en</strong>tan esos valores que se quiere reconocer? Son cuestiones quemerec<strong>en</strong> ser analizadas a la luz de los criterios que se utilizan a la hora de elegircandidaturas, pero sobre todo de los tintes ideológicos de qui<strong>en</strong> los aplica.Difícilm<strong>en</strong>te podríamos esperar de los ayuntami<strong>en</strong>tos franquistas que setuviera <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el criterio de <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong> sus nombrami<strong>en</strong>tos. Sin embargo,<strong>en</strong> el lapso de trece años dos mujeres fueron galardonadas con el Tamborantes de las primeras elecciones municipales (abril de 1979): Josefina Carabias(1972), conocida periodista y escritora, premiada por “<strong>en</strong>altecer las bellezasde San Sebastián” (La Voz de España, 19/01/1972) y Mari Carm<strong>en</strong> Usobiaga(1979), qui<strong>en</strong> fuera <strong>una</strong> de las principales promotoras de cursos de veranopara estudiantes estadounid<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> la ciudad. Aunque la democracia habíallegado, habría que esperar hasta 1987 para ver a otra mujer recogi<strong>en</strong>do elTambor de Oro: Pilar Miró, directora g<strong>en</strong>eral de Cinematografía hasta 1985,directora de Radio Televisión Española (1986-1989) y cineasta. Solo nueveaños después (1996) nos volvemos a <strong>en</strong>contrar con otro nombre de mujer:Araceli González, directora y pres<strong>en</strong>tadora del programa de Radio 1 de RadioNacional de España Clásicos populares. Tres años después (1999), la sopranoAinhoa Arteta sería galardonada. Transcurr<strong>en</strong> otros nueve años con Tambores<strong>en</strong> masculino hasta Cristina Garm<strong>en</strong>dia (2008), último Tambor de Oro fem<strong>en</strong>ino,bióloga, empresaria y, después, Ministra de Innovación. Esto hace un total decuatro mujeres <strong>en</strong> treinta y cuatro años de democracia.24. Ainhoa Arteta recibe el Tambor de Oro de manos del alcalde Odón Elorza.Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 19/01/1999Si hacemos la media <strong>en</strong>tre años y galardonadas, comprobamos que losayuntami<strong>en</strong>tos anteriores a la transición celebraron más a las mujeres que losdemocráticos: los primeros galardonaron a dos mujeres <strong>en</strong> trece años, mi<strong>en</strong>trasque los segundos tan solo cuatro <strong>en</strong> tr<strong>en</strong>ta y cuatro años.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>143


Las Medallas al Mérito Ciudadano se instauran <strong>en</strong> 1986, si<strong>en</strong>do la primeraMedalla impuesta a <strong>una</strong> mujer la de Pilar Olascoaga Arrate, <strong>en</strong> 1991. Se hancelebrado veintiséis ceremonias <strong>en</strong> las que se impusieron <strong>en</strong> total 135 medallas.Entre ellas contamos set<strong>en</strong>ta hombres, cuar<strong>en</strong>ta y seis <strong>en</strong>tidades y diecinuevemujeres. En diez ocasiones no hubo mujeres <strong>en</strong>tre las personas agasajadas.Solo <strong>en</strong> dos no hubo hombres. En ning<strong>una</strong> ocasión ha habido más de dosmujeres que recibieran la medalla el mismo año. En catorce ocasiones tres omás hombres eran galardonados <strong>en</strong> la misma ceremonia, llegando a ser cinco<strong>en</strong> 1992 y siete <strong>en</strong> 1986. Aquí también parece que las mujeres no han sabidoreunir sufici<strong>en</strong>tes méritos para ser agasajadas...Hemos de señalar que la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de las Medallas al Mérito se ha idodecantando más <strong>hacia</strong> el reconocimi<strong>en</strong>to a <strong>en</strong>tidades, lo que permitiría dejarde lado el problema del sexo. Sin embargo, esto no ha conseguido equilibrarla balanza, ya que el número de <strong>en</strong>tidades que ha recibido este galardón siguesi<strong>en</strong>do considerablem<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>or al de hombres galardonados (46 fr<strong>en</strong>te a 70).Aquí cabe destacar que <strong>en</strong>tre estas <strong>en</strong>tidades hay alg<strong>una</strong>s que se caracterizanpor su carácter fem<strong>en</strong>ino de manera más o m<strong>en</strong>os clara, de modo que hancontribuido a reducir el desequilibrio: el Colegio San José (colegio de las Hijasde la Caridad); el Colegio de Enfermería, por ser <strong>una</strong> profesión muy feminizada;las Siervas de María; el Servicio de Neonatología del Hospital Donostia, espaciono totalm<strong>en</strong>te pero sí muy feminizado. Aquí nos parece importante señalar<strong>una</strong> de estas <strong>en</strong>tidades premiadas de manera especial, puesto que, <strong>en</strong> estecaso, se trata de un premio que está motivado por el carácter feminista del,<strong>en</strong> este caso, ev<strong>en</strong>to: la Lilatón. Esta Medalla será, sin duda, uno de los hitos<strong>en</strong> la historia de la participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong>lo que a la sección de premios corresponde.1986198719881989199019911992199319941995199619971998199920002001200220032004200520062007200820092010201120122013987654321Hombre Mujer Entidad EntidadfeminizadaNing<strong>una</strong>mujerNingúnhombreCuadro 5: Medallas al Mérito concedidas a mujeres, hombres y <strong>en</strong>tidades. Elaboración propia144 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


En efecto, <strong>en</strong> el 2009 se quiso reconocer el valor de este ev<strong>en</strong>to por sulabor <strong>en</strong> la reivindicación de la <strong>igualdad</strong> de mujeres y hombres: la primera vezque el valor de la <strong>igualdad</strong> era recomp<strong>en</strong>sado de esta manera. En el anunciodel nombrami<strong>en</strong>to que puede verse <strong>en</strong> la página web (www.donostia.org), elayuntami<strong>en</strong>to se expresó de esta manera:La Lilatón de San Sebastián fue impulsada hace dos décadaspor un grupo de mujeres pioneras <strong>en</strong> la reivindicación de laequiparación de sexos. En su primera edición participaron125 corredoras. La última cita reunió a 1.300 participantes.[...] Con la celebración de la Lilatón, San Sebastián seconvierte año tras año <strong>en</strong> capital de la <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong>tre mujeresy hombres y su Ayuntami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> institución repres<strong>en</strong>tantede <strong>una</strong> ciudadanía comprometida con los derechos detodas las personas (18/12/2009).Con este premio se quiso reconocer la importancia que ti<strong>en</strong>e la promocióndel deporte <strong>en</strong>tre las mujeres <strong>en</strong> la consolidación de la <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong>tre los sexos.Pero, sobre todo, declarar que la ciudad se adhiere a uno de los principalesvalores que repres<strong>en</strong>ta la Lilatón: la <strong>igualdad</strong>.Si aceptamos que las aportaciones de las mujeres son tan merecedorascomo las de los hombres, que las mujeres son igualm<strong>en</strong>te válidas para repres<strong>en</strong>tarlos valores que la ciudad reivindica para sí, <strong>en</strong>tonces el problema debe ser qu<strong>en</strong>o están <strong>en</strong> el ojo de mira muy a m<strong>en</strong>udo. Si esto es así, sería necesario ponerun remedio a lo que es, sin duda, un agravio comparativo, es decir, un tratodesigual para qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el mismo derecho <strong>en</strong> esta situación.A este respecto, se podría bi<strong>en</strong> alegar que no ha habido más mujerespremiadas porque no se han pres<strong>en</strong>tado candidaturas, ya que se puedellegar a la lista de qui<strong>en</strong>es optan a estos galardones mediante propuestas decarácter popular. Si no ha habido mujeres es porque no ha habido propuestasd<strong>en</strong>tro de un sistema abierto a la ciudadanía, ¿o hay algo más? Este sistema, <strong>en</strong>principio abierto y transpar<strong>en</strong>te, de proponer, que no de elegir, ti<strong>en</strong>e <strong>una</strong> falla:el desconocimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral que existe al respecto. Si bi<strong>en</strong> cualquiera puededar <strong>en</strong>trada a <strong>una</strong> candidatura <strong>en</strong> cualquier registro municipal d<strong>en</strong>tro de unplazo señalado, muy poca g<strong>en</strong>te parece t<strong>en</strong>er conocimi<strong>en</strong>to de que esto es así,a no ser que se pert<strong>en</strong>ezca a ciertos círculos, particularm<strong>en</strong>te los tamborreros.En otro ord<strong>en</strong> de cosas, cabe resaltar que el Ayuntami<strong>en</strong>to dio un nuevo<strong>paso</strong> para garantizar que la pres<strong>en</strong>cia de las mujeres <strong>en</strong> los actos más destacadosno fuese ni anecdótica ni testimonial: al llegar a un acuerdo con la UniónArtesana para que <strong>una</strong> de sus aguadoras tuviera “un papel protagonista <strong>en</strong> elacto de <strong>en</strong>trega del Tambor de Oro, al mismo nivel que el Tambor Mayor” (DiarioVasco, 14/01/2012). La tamborrada de la Unión Artesana interpreta todos losaños el repertorio tamborrero <strong>en</strong> este acto y <strong>en</strong> 2012 lo hizo guiada por Estitxu<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>145


Eceiza como aguadora mayor. En este mismo acuerdo se convino que Estitxutambién estuviera pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el acto de la Arriada y que codirigiera junto altambor mayor el repertorio. Estitxu Eceiza es aguadora mayor de la tamborradafem<strong>en</strong>ina de la Peña Anastasio y nieta de su fundador.2. Otros premios y hom<strong>en</strong>ajesNo es únicam<strong>en</strong>te el consistorio qui<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e capacidad de hom<strong>en</strong>ajear yvalorar. Durante el día de San Sebastián, muchas de las tamborradas, además detocar el tambor y desfilar por las calles, también celebran hom<strong>en</strong>ajes, otorganpremios, impon<strong>en</strong> insignias, descubr<strong>en</strong> placas conmemorativas, y todo ellotambién con la finalidad de expresar ese reconocimi<strong>en</strong>to a ciertas personas o<strong>en</strong>tidades, a sus aportaciones, a lo que repres<strong>en</strong>tan. Cada <strong>una</strong> de ellas hacepúblicos así los valores <strong>en</strong> los que cree a través de personas o instituciones alas que están asociadas. Hemos de t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta, además, que para muchas<strong>en</strong>tidades la tamborrada es <strong>una</strong> forma de proyección pública, donde esperanque su idiosincrasia quede plasmada. En este s<strong>en</strong>tido, los premios y hom<strong>en</strong>ajesque realizan ese día son <strong>una</strong> manera más de concretar esa proyección, ya que<strong>en</strong> ellos se están haci<strong>en</strong>do explícitos los valores a los que se adhier<strong>en</strong>.Exist<strong>en</strong> multitud de premios y hom<strong>en</strong>ajes que otorgan y celebran lastamborradas, y pret<strong>en</strong>der hacer <strong>una</strong> lista exhaustiva es difícil, ya que setrata de <strong>una</strong> costumbre que se va ext<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do con los años y que no estánecesariam<strong>en</strong>te docum<strong>en</strong>tada. Euskal Billera parece haber sido la primerasociedad <strong>en</strong> realizar este tipo de actos. En 1943 se celebró el primer hom<strong>en</strong>ajede esta naturaleza, del que fueron protagonistas los hermanos Otam<strong>en</strong>di, cuatroing<strong>en</strong>ieros as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> Madrid. El objetivo de esta iniciativa era r<strong>en</strong>dir tributo aaquellas personas consideradas “embajadoras” donostiarras (Gurpegui y Sada,2012: 41). Con el tiempo, esta idea de hom<strong>en</strong>ajear a ciertas personas fue arraigando<strong>en</strong> otras tamborradas, y hoy <strong>en</strong> día pocas son las que no cu<strong>en</strong>tan con este tipode actos <strong>en</strong> sus programas.Algunos de estos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>una</strong> importante repercusión mediática, sobre todocuando se trata de ciertas sociedades gastronómicas de solera o de alg<strong>una</strong>stamborradas insignia. Entre los premios u hom<strong>en</strong>ajes más recogidos por lapr<strong>en</strong>sa <strong>en</strong>contramos el Barril de Oro de Gaztelubide, la Makila de Oro de EuskalBillera, el Perejil de Oro de Gizartea, el Manolo Mújica de la Peña Anastasio,la Herrada de Plata de la Unión Artesana y la Herrada de Oro de Kresala, solopor m<strong>en</strong>cionar algunos. Entre qui<strong>en</strong>es recib<strong>en</strong> sus galardones <strong>en</strong>contramos am<strong>en</strong>udo nombres muy conocidos, como el Orfeón Donostiarra, el actor AlfredoLanda, la Real Sociedad o Martín Berasategi, <strong>en</strong>tre otros personajes del mundode la cultura, la política, el deporte, la economía y la gastronomía que suel<strong>en</strong> serpremiados. Estos actos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> efectos de “contagio” y “bumerán”: el prestigio146 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


de la persona hom<strong>en</strong>ajeada contagia a la <strong>en</strong>tidad hom<strong>en</strong>ajeante, y aquella loaum<strong>en</strong>ta por estar si<strong>en</strong>do agasajada. Así, hay sociedades que aum<strong>en</strong>tan sucapital social gracias al gran número de personas ilustres galardonadas, y estas,a su vez, aum<strong>en</strong>tan el suyo gracias a los premios que aquellas les otorgan.En bastantes ocasiones podremos ver que los mismos nombres aparec<strong>en</strong><strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes galardones, como si un premio llamara a otro. Y también quepued<strong>en</strong> crearse algunos círculos de reconocimi<strong>en</strong>to un tanto curiosos cuando,por ejemplo, <strong>una</strong> tamborrada hom<strong>en</strong>ajea a <strong>una</strong> persona o grupo, la cual, a suvez hom<strong>en</strong>ajea a la tamborrada que le hom<strong>en</strong>ajeó. El círculo también puedeser un circuito de intercambio de honores más amplio y ser tres o hasta cuatrotamborradas las que <strong>en</strong>trecruzan reconocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>tre sí.Más allá de las cuestiones de prestigio y r<strong>en</strong>ombre, prácticam<strong>en</strong>te todas lastamborradas aprovechan este día para realizar este ejercicio de reconocimi<strong>en</strong>toy se realiza de formas más o m<strong>en</strong>os modestas. En muchas ocasiones, se trataúnicam<strong>en</strong>te de un s<strong>en</strong>cillo hom<strong>en</strong>aje a las personas que han participado <strong>en</strong> latamborrada durante un tiempo determinado, a las que han fallecido ese año,o a algui<strong>en</strong> que haya colaborado de manera particular <strong>en</strong> la organización de latamborrada. En estos casos, el acto puede consistir <strong>en</strong> <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a, un aurresku oun mom<strong>en</strong>to de sil<strong>en</strong>cio cuando se trata de recordar a las personas fallecidas,<strong>en</strong>tre otros gestos. Otra forma de hom<strong>en</strong>aje es invitar a alg<strong>una</strong>s de las personasde <strong>una</strong> tamborrada a participar activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> otra, sea <strong>en</strong> el acto de la Izadao sumándose a las filas para tocar o dirigir alg<strong>una</strong>s piezas y desfilar por lascalles de su barrio.En otras ocasiones, con los hom<strong>en</strong>ajes se trata de distinguir la aportaciónde ciertas personas o <strong>en</strong>tidades al barrio, a sus fiestas, a la tamborradao incluso a la ciudad (<strong>una</strong> asociación, <strong>una</strong> casa de cultura, <strong>una</strong> ikastola,incluso un supermercado del barrio), o de reconocer el significado que ti<strong>en</strong><strong>en</strong>ciertas personas para la <strong>en</strong>tidad que la organiza. En estos casos, los actospued<strong>en</strong> ser algo más solemnes y podremos ver <strong>en</strong> ellos la imposición de <strong>una</strong>insignia, la <strong>en</strong>trega de <strong>una</strong> placa o algo similar. Además de los ejemplos antesm<strong>en</strong>cionados, <strong>en</strong>contramos otros que van formando parte de la tradición decada tamborrada: Amara Berri ofrece el Pañuelo de Honor, Istingorra la Farolade B<strong>en</strong>ta Berri, la tamborrada Antiguoko el nombrami<strong>en</strong>to de Artillero de honor,Amaratarra el Tambor de Chocolate, la tamborrada del Colegio Oficial dePeritos e Ing<strong>en</strong>ieros Técnicos de Gipuzkoa el Pañuelo del Decano, Intxaur Txikiel Nogal de Oro, Unibertsitateko Danborrada el Tambor Universitario… y así,múltiples asociaciones, c<strong>en</strong>tros culturales, tamborradas, personas cercanas opersonalidades relevantes para cada grupo o barrio son hom<strong>en</strong>ajeados el día 20.Sea a través de un acto humilde o fastuoso, a las personas que están si<strong>en</strong>doreconocidas se les hace ocupar un lugar especial <strong>en</strong> el día de la <strong>Tamborrada</strong>,<strong>en</strong> la <strong>en</strong>tidad, <strong>en</strong> el barrio o <strong>en</strong> la ciudad, aunque solo sea durante ese día.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>147


Es <strong>una</strong> forma de situarlas <strong>en</strong> el mapa del reconocimi<strong>en</strong>to y, <strong>en</strong> cierto modo,también del prestigio.Pocos son los datos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa sobre estos hom<strong>en</strong>ajesmás íntimos o relativos a <strong>una</strong> variedad más ext<strong>en</strong>sa de tamborradas y,desafort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, las noticias que se recog<strong>en</strong> con más frecu<strong>en</strong>cia no serefier<strong>en</strong> precisam<strong>en</strong>te a las asociaciones más inclusivas. A m<strong>en</strong>udo se tratade sociedades predominante masculinas (aunque sus tamborradas ahora seanmixtas), donde las mujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pocas posibilidades de protagonizar este tipode actos o de participar <strong>en</strong> la toma de decisiones. Así, la pres<strong>en</strong>cia de mujeres<strong>en</strong> la gran cantidad de hom<strong>en</strong>ajes que se realizan a socios de sociedadesgastronómicas es nula <strong>en</strong> las masculinas, y muy reducida y reci<strong>en</strong>te <strong>en</strong> elresto. Hay excepciones, e incluso algunos casos de mujeres hom<strong>en</strong>ajeadas <strong>en</strong>sociedades masculinas, como Paquita M<strong>en</strong>dizabal, madrina de Gaztelubide,qui<strong>en</strong> recibió <strong>una</strong> placa con el título de Aguadora de Honor de Gaztelubide y lainsignia de la Herrada de Oro <strong>en</strong> 2006; o Loli Aomedo, qui<strong>en</strong> recibió el Perejilde Oro de Gizartea <strong>en</strong> reconocimi<strong>en</strong>to a su trabajo como cocinera <strong>en</strong> dichasociedad (nos preguntamos si acudiría a la c<strong>en</strong>a o no).3. Otras mujeres hom<strong>en</strong>ajeadasAfort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, las mujeres son premiadas y reconocidas <strong>en</strong> actosde todo tipo cada vez con más frecu<strong>en</strong>cia. Si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre las hom<strong>en</strong>ajeadas<strong>en</strong>contraremos muchas viudas, hom<strong>en</strong>ajes <strong>en</strong> los que ellas no son sino larepres<strong>en</strong>tación o ext<strong>en</strong>sión de su difunto marido, también veremos que, <strong>en</strong>otros casos, son las auténticas protagonistas.Sin duda, hay más de las que aquí se m<strong>en</strong>cionan, pero recogemos algunosde los ejemplos que están docum<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa: Luisa Zubizarreta, a qui<strong>en</strong>la tamborrada de Ibaeta le <strong>en</strong>tregó <strong>una</strong> placa conmemorativa <strong>en</strong> 1968 porsu colaboración; las madres de las personas presas, hom<strong>en</strong>ajeadas <strong>en</strong> 1996por S<strong>en</strong>ideak; Mari Carm<strong>en</strong> Alonso y Ainhoa Aldaz, pescateras del barrio deIntxaurrondo, hom<strong>en</strong>ajeadas por la tamborrada Irurak <strong>en</strong> un acto que celebrantodos los años <strong>en</strong> reconocimi<strong>en</strong>to a la dedicación al barrio de alg<strong>una</strong> de susvecinas y vecinos, <strong>en</strong> 2010; o Cristina López, a qui<strong>en</strong> la Peña Anastasio quisobrindar su reconocimi<strong>en</strong>to por su aportación a la tamborrada de Pasai Antxo,<strong>en</strong> 2013. También sabemos que Unibertsitateko Danborrada otorgó el TamborUniversitario a cuatro mujeres: Pilar Elgoibar (2004), Maite Erro (2007), ArantzaTapia (2008) y Carm<strong>en</strong> de las Cuevas (2012). Aparte, señalaremos como hitolos reconocimi<strong>en</strong>tos que han recibido las primeras aguadoras.Si bi<strong>en</strong> cuando las primeras mujeres de Kresala salieron, alg<strong>una</strong>s sociedadesles cerraron sus puertas, con el tiempo, su pres<strong>en</strong>cia no ha sido solo aceptadade forma g<strong>en</strong>eralizada, sino incluso celebrada. Esto demuestra el importante148 Capítulo 8. 20 de <strong>en</strong>ero al mediodía. Entrega del Tambor de Oro


cambio que ha sufrido la fiesta <strong>en</strong> lo que a la actitud fr<strong>en</strong>te a la participaciónde las mujeres se refiere. Es por ello que calificamos como hito el primerhom<strong>en</strong>aje dedicado a ellas, veinticinco años después de que salieran porprimera vez. Habrá que decir que no fue un solo acto de hom<strong>en</strong>aje, sinovarios: además de <strong>una</strong> c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> la sede de la asociación (a la que acudió, demanera muy significativa, la <strong>en</strong>tonces directora de Emakunde, Txaro Arteaga),también se les agasajó con <strong>una</strong> recepción <strong>en</strong> el Ayuntami<strong>en</strong>to (a petición dela propia asociación Kresala), con <strong>una</strong> comida organizada por la comisión detamborradas, y además se organizó un concurso fotográfico para tal ocasión.De manera similar, <strong>en</strong> 2007, otras pioneras, las de la Gazte Danborradadel Antiguo, gozaron de los mismos honores al cumplir veinticinco años suincorporación <strong>en</strong> esta tamborrada. Su comisión organizó un hom<strong>en</strong>aje donderecibieron como regalo un pañuelo con su nombre, el escudo de la tamborraday las fechas 1983-2007, además de s<strong>en</strong>das placas por parte de las sociedadesdel Antiguo y de Kresala. Se celebró <strong>una</strong> comida <strong>en</strong> la sociedad Istingorra a laque estaban invitadas todas las sociedades del Antiguo así como otras <strong>en</strong>tidadesy personalidades de la ciudad (Diario Vasco, 17/01/2007).El Ayuntami<strong>en</strong>to ha <strong>en</strong>contrado también maneras alternativas de reconocera las mujeres fuera de los galardones que otorga institucionalm<strong>en</strong>te. Comose dijo ya, <strong>una</strong> es dándoles un lugar visible y protagónico durante la Izadade la bandera <strong>en</strong> la plaza de la Constitución; otra, <strong>en</strong> otros espacios y actosinstitucionales. Por ejemplo, unos días antes de la <strong>Tamborrada</strong>, se celebra <strong>en</strong>el Teatro Victoria Eug<strong>en</strong>ia la fiesta de la pres<strong>en</strong>tación de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil.En ella, además de pres<strong>en</strong>tar a los cargos de la Infantil, participan personajes o<strong>en</strong>tidades reconocidas. Si bi<strong>en</strong> no se trata de un hom<strong>en</strong>aje, no deja de ser <strong>una</strong>forma de reconocimi<strong>en</strong>to y ahí, de manera cada vez más palpable, se busca lapres<strong>en</strong>cia fem<strong>en</strong>ina. En 2010 participaron <strong>en</strong> este acto La Oreja de Van Gogh,algunos jugadores del equipo de fútbol de la Real Sociedad, dos jugadoras de lasección fem<strong>en</strong>ina y todas las compon<strong>en</strong>tes del equipo fem<strong>en</strong>ino de balonmanoAkaba Bera Bera, <strong>en</strong>tre otras personas. Pero el 2013 fue particularm<strong>en</strong>te dedicadoa las mujeres y fueron hom<strong>en</strong>ajeadas exclusivam<strong>en</strong>te mujeres deportistas:las compon<strong>en</strong>tes del equipo fem<strong>en</strong>ino alevín del Club de Gimnasia RítmicaDonosti, ganadoras de varios certám<strong>en</strong>es a nivel estatal, y el equipo fem<strong>en</strong>inode hockey sobre hierba de la Real Sociedad, qui<strong>en</strong>es también cu<strong>en</strong>tan con unrecorrido deportivo merecedor de este reconocimi<strong>en</strong>to.


Capítulo 920 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche.La Arriada


La arriada de la bandera a las doce de la noche del día 20 constituye elacto de clausura de la fiesta de San Sebastián. Lo que se repres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la plazade la Constitución <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to no es solo la retirada de la bandera queha ondeado durante las veinticuatro horas, sino el fin de todo el desplieguefestivo de celebración colectiva. Al igual que la Izada, la Arriada es un actosolemne, porque ti<strong>en</strong>e el poder de cerrar el tiempo sagrado de la fiesta, y ti<strong>en</strong>ela misma carga id<strong>en</strong>titaria que la Izada. De hecho, se trata de <strong>una</strong> ceremonia deestructura casi idéntica, con la tamborrada tocando <strong>en</strong> el tablado, el alcalde<strong>en</strong> el balcón y la multitud <strong>en</strong> la plaza.La Arriada, que actualm<strong>en</strong>te completa el ritual festivo, fue tomandoimportancia poco a poco desde que <strong>en</strong> el 1957 la tamborrada de la UniónArtesana, la más antigua de la ciudad, aceptase la invitación del alcalde JuanPagola Birebén de protagonizar el acto que hasta ese mom<strong>en</strong>to no habíacaptado demasiado interés. Así fue como la Artesana decidió cambiar su horariohabitual, inscrito a primera hora de la mañana del día 20, por el de noche, paradar fin a la fiesta <strong>en</strong> la plaza de la Constitución. Hoy <strong>en</strong> día, y por la fuerza dela costumbre, la Unión Artesana se ha afianzado <strong>en</strong> el papel protagonista dela conclusión de la fiesta, y es casi incuestionable que siga si<strong>en</strong>do así, al igualque, como ya hemos visto, ocurre con Gaztelubide y la Izada.Aunque Izada y Arriada se pued<strong>en</strong> considerar los dos actos más importantesde la fiesta ya que marcan su inicio y su fin, exist<strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>treambos. Por un lado, <strong>en</strong> lo que se refiere a su carácter oficial, la Arriada difierede la Izada, puesto que, aunque asistan alg<strong>una</strong>s personalidades públicas,incluida la de la alcaldía, su pres<strong>en</strong>cia no ti<strong>en</strong>e obligatoriedad formal. Por otrolado, aunque es cierto que cada año más personas decid<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>ciar esteacto, la asist<strong>en</strong>cia de la Arriada es m<strong>en</strong>os numerosa que <strong>en</strong> el acto inaugural.Se trata de un público más local, vemos m<strong>en</strong>os g<strong>en</strong>te de fuera, y se consideraque es un mom<strong>en</strong>to más <strong>en</strong>trañable que la Izada.Si bi<strong>en</strong> la Arriada no es tan mediática como la Izada, no deja de ser por elloun acto de gran valor simbólico, emblemático y oficial, de modo que lo que <strong>en</strong>él se repres<strong>en</strong>ta es igualm<strong>en</strong>te significativo. Unos minutos antes de las doce dela noche del día 20, el tablado de la plaza de la Constitución vuelve a acaparartodas las miradas: por última vez <strong>en</strong> el año su<strong>en</strong>an las melodías del MaestroSarriegui mi<strong>en</strong>tras la bandera donostiarra se arría definitivam<strong>en</strong>te. Aunquea partir del primer minuto del día 21 la fiesta cambia de cariz al hacerse másinformal, el de la Arriada <strong>en</strong> esta plaza se convierte <strong>en</strong> otro de los esc<strong>en</strong>arios dela fiesta donde la pres<strong>en</strong>cia o la aus<strong>en</strong>cia de las mujeres no son anecdóticas.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>151


34. La arriada, <strong>en</strong> la plaza de la Constitución, 20/01/2013. Foto: Xabier Kerexeta1. Una aguadora mayor <strong>en</strong> el tabladode la plaza de la ConstituciónTodas las miradas estaban puestas <strong>en</strong> esa mujer que dirigiójunto a Ibiriku a los fornidos tamborreros, a los alegres barrilesy a las 22 aguadoras de la Artesana <strong>en</strong> el amplio repertoriointerpretado <strong>en</strong> el tablado de la Consti. Estitxu Eceiza,Aguadora Mayor de la tamborrada Anastasio fem<strong>en</strong>ina,tuvo este honor. La Unión Artesana le invitó <strong>en</strong> hom<strong>en</strong>ajea la tamborrada de su sociedad, Anastasio, que este añocumple 50 años (Diario Vasco, 21/01/2012).Así describe el Diario Vasco el acto de clausura de las fiestas de SanSebastián del año 2012 cuando, por primera vez, <strong>una</strong> mujer subía al tablado dela Constitución para dirigir a los cocineros y aguadoras de la Unión Artesana<strong>en</strong> el acto de la Arriada de la bandera. La protagonista de la noticia era EstitxuEceiza, tambor mayor de la tamborrada fem<strong>en</strong>ina de la Peña Anastasio. Estitxuaceptó asumir la dirección de las aguadoras de la veterana tamborrada invitadapor su directiva, después de que esta hubiera accedido a la petición delgobierno municipal de incorporar <strong>una</strong> nueva figura que permitiera visibilizarla participación de las mujeres también <strong>en</strong> los roles de mando.152 Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada


35. Estitxu Eceiza <strong>en</strong> la arriada. Fu<strong>en</strong>te: Diario Vasco, 21/01/2012Un año después otra mujer asumiría este rol de aguadora mayor de la UniónArtesana. Era Gurutze Egia, <strong>una</strong> mujer que ha dedicado muchos años a organizarla <strong>Tamborrada</strong> Infantil como responsable de la compañía del Liceo Santo Tomás,además de ser <strong>una</strong> de las impulsoras de la participación de las niñas tocandotambores y barriles <strong>en</strong> el desfile oficial. Ti<strong>en</strong>e <strong>una</strong> fuerte vinculación con lasociedad porque muchos de los padres de los niños y las niñas que supervisabaeran socios. Ahora t<strong>en</strong>ía el “privilegio” de subir al tablado dirigi<strong>en</strong>do. Nunca lohabía imaginado, salir tocando no era algo que estuviera <strong>en</strong>tre sus planes, ymucho m<strong>en</strong>os hacerlo como aguadora mayor. “¡El mom<strong>en</strong>to fue impresionante!La verdad es que subir al tablado como partícipe de la fiesta fue impresionante.Dirigir a todos los tamborreros -que los conozco prácticam<strong>en</strong>te todos- fue,hombre, pues emocionante y muy nerviosa. ¡Estaba histérica prácticam<strong>en</strong>te!”,com<strong>en</strong>ta la protagonista <strong>en</strong> <strong>una</strong> de nuestras <strong>en</strong>trevistas.Veinticuatro horas antes, otra mujer, Ainhoa Olasagasti, había coprotagonizadoeste hito histórico al asumir el mando de la compañía deaguadoras de la tamborrada de Gaztelubide <strong>en</strong> la Izada de la misma plaza dela Constitución. Pero la iniciativa de incorporar a <strong>una</strong> mujer dirigi<strong>en</strong>do no fuecoincid<strong>en</strong>cia, sino que estuvo motivada por el Ayuntami<strong>en</strong>to, qui<strong>en</strong> insistió paraque estas dos tamborradas se esforzas<strong>en</strong> <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar formas más igualitarias<strong>en</strong> sus actos públicos, no solo con la pres<strong>en</strong>cia de mujeres <strong>en</strong> el tablado, sinotambién <strong>en</strong> lugares con un protagonismo especial. Según nos cu<strong>en</strong>tan alg<strong>una</strong>smujeres de Gaztelubide, <strong>en</strong>tre ellas Ainhoa Olasagasti, cuando Gaztelubiderecibió la suger<strong>en</strong>cia del Ayuntami<strong>en</strong>to para que incorporara a <strong>una</strong> mujerdirigi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la Consti al m<strong>en</strong>os <strong>una</strong> pieza, la tamborrada ya t<strong>en</strong>ía planeadode antemano incorporar esta novedad, pero de forma perman<strong>en</strong>te: <strong>una</strong> mujerque se <strong>en</strong>cargara de dirigir a todo el grupo de aguadoras, de igual modo queel barril mayor dirigía a los cocineros.La tamborrada que no lo t<strong>en</strong>ía planeado era la Unión Artesana, por lo quetuvo que solicitar la colaboración de la aguadora mayor de la Peña Anastasio. Adifer<strong>en</strong>cia de Gaztelubide, qui<strong>en</strong> buscó <strong>en</strong>tre sus aguadoras a <strong>una</strong> mujer paraque las dirigiera y protagonizara durante dos piezas el mando de todo el grupo,<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>153


la Artesana decidió invitar a <strong>una</strong> mujer de fuera del grupo para que realizara esafunción. Este sistema se ha repetido <strong>en</strong> el año 2013, cuando se invitó a GurutzeEgia a ocupar el cargo de aguadora mayor. Ciertam<strong>en</strong>te, podemos considerarque este gesto supone un hom<strong>en</strong>aje a las mujeres que, por su implicación <strong>en</strong> lafiesta, son invitadas a co-protagonizar el acto de la Arriada. Pero, precisam<strong>en</strong>tepor ese carácter honorífico, también se trata de <strong>una</strong> excepción. “Yo con laUnión Artesana la única relación que t<strong>en</strong>go es a través de los críos. Porque yo heestado durante treinta años, <strong>en</strong> la ikastola donde trabajo, he sido la responsablede la tamborrada, y muchísimos niños t<strong>en</strong>ían los padres de la Unión Artesana.Y bu<strong>en</strong>o, he conocido a un montón de g<strong>en</strong>te de la Unión Artesana y este añome invitaron ellos. A mí no me correspondía…”, com<strong>en</strong>ta Gurutze Egia <strong>en</strong> <strong>una</strong><strong>en</strong>trevista. En este s<strong>en</strong>tido, a difer<strong>en</strong>cia del cargo de tambor mayor, qui<strong>en</strong> ocupael cargo por su capacidad y trabajo adquiri<strong>en</strong>do un lugar propio <strong>en</strong> el grupo, elrol de la aguadora mayor de la Artesana es algo temporal y sujeto a <strong>una</strong> decisiónde la comisión tomada, por cierto, <strong>en</strong>tre hombres.La insist<strong>en</strong>cia de los poderes locales para que las tamborradas de Gaztelubidey la Artesana introdujeran este tipo de cambios a favor de la <strong>igualdad</strong> no significaque otras tamborradas no hayan optado por realizar voluntariam<strong>en</strong>te algunosde esos cambios. Efectivam<strong>en</strong>te, hay otros grupos m<strong>en</strong>os mediáticos quepued<strong>en</strong> presumir de t<strong>en</strong>er mujeres como tambor mayor o cabo de barriles conanterioridad. La primera tambor mayor es Amaia Revuelta, de Eskaut Gia, <strong>en</strong>1996. La tamborrada del Club deportivo Bera Bera, desde que nació <strong>en</strong> el año2009, ti<strong>en</strong>e a dos mujeres al mando de todo el conjunto, Aitziber Aranburu alfr<strong>en</strong>te de los tambores y Raquel Olaizola de los barriles. También la tamborradade jubilados y jubiladas Club Jatorra del barrio Amara Viejo surgió, <strong>en</strong> 1998, con<strong>una</strong> mujer ocupando el cargo de tambor mayor: María Pilar Arroniz. Otro ejemplode otras tamborradas que apostaron por la inclusión de las mujeres <strong>en</strong> los puestosde mayor responsabilidad y prestigio es el grupo de Amaratarra, donde Ir<strong>en</strong>eMúgica, nieta del conocido miembro de Gaztelubide Manolo Múgica, tambiénocupa el cargo de tambor mayor desde que el grupo se estr<strong>en</strong>ara <strong>en</strong> 2007.37. <strong>Tamborrada</strong> Jatorra con su tambor mayor al fr<strong>en</strong>te. Fu<strong>en</strong>te: Irutxulo, 20/01/1998.154 Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada


Estos son algunos ejemplos que ilustran la exist<strong>en</strong>cia de tamborradas que,por iniciativa propia, han optado por pres<strong>en</strong>tar formas igualitarias de celebrarla fiesta de San Sebastián. En este s<strong>en</strong>tido, si es cierto que ya exist<strong>en</strong> otrastamborradas inclusivas, ¿por qué insistimos tanto <strong>en</strong> la conversión de la UniónArtesana y Gaztelubide? Como hemos com<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> capítulos anteriores, estasdos tamborradas ocupan lugares c<strong>en</strong>trales <strong>en</strong> la fiesta de la ciudad, lugares ytiempos tan compartidos por la ciudadanía donostiarra como la Izada y la Arriada.Esta iniciativa no fue un gesto aislado, sino que forma parte de todo unconjunto de políticas de acción positiva del Ayuntami<strong>en</strong>to para hacer la fiestade San Sebastián más igualitaria. Veamos cuál ha sido el recorrido de estasmedidas y de qué manera se han ido <strong>en</strong>cajando <strong>en</strong> el ambi<strong>en</strong>te tamborrero.2. El inc<strong>en</strong>tivo de las subv<strong>en</strong>cionesy el debate sobre la <strong>igualdad</strong>De acuerdo con los difer<strong>en</strong>tes planes <strong>en</strong> materia de <strong>igualdad</strong> impulsados porel Ayuntami<strong>en</strong>to de Donostia desde 1997 hasta la Ley de 2005, el departam<strong>en</strong>tode fiestas ha ido adoptando varias estrategias para impulsar <strong>una</strong> participaciónmás paritaria <strong>en</strong> las fiestas de la ciudad. En alg<strong>una</strong>s ocasiones, estas medidashan g<strong>en</strong>erado algún que otro malestar, sobre todo <strong>en</strong>tre ciertos sectores dela <strong>Tamborrada</strong> que, por la posición privilegiada que ocupan <strong>en</strong> la fiesta, hant<strong>en</strong>ido la capacidad de llevar la polémica a los medios de comunicación. Estasactuaciones estratégicas han consistido, por un lado, <strong>en</strong> la negociación conlas tamborradas que protagonizan los actos oficiales, a saber, Gaztelubide <strong>en</strong>la Izada y la Unión Artesana <strong>en</strong> la Arriada, para que respetaran los principiosde la <strong>igualdad</strong>. Fruto de esas negociaciones han sido la pres<strong>en</strong>cia de lasmujeres <strong>en</strong> ambos actos y su inclusión <strong>en</strong> los puestos de mando, tal y comoya se ha relatado <strong>en</strong> capítulos anteriores. Por otro lado, estas medidas se hanimplem<strong>en</strong>tado de un modo g<strong>en</strong>eralizado mediante la incorporación de criteriosde <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong> las bases de las subv<strong>en</strong>ciones a las tamborradas. Veamos cómoha sido el desarrollo de estas últimas.En 1998, la comisión de gobierno del Ayuntami<strong>en</strong>to aprobó nuevos criterios<strong>en</strong> las bases de las subv<strong>en</strong>ciones a las tamborradas, refr<strong>en</strong>dados por el CAT elmes de marzo. Se acordó conceder <strong>una</strong> “subv<strong>en</strong>ción duplicada (solo por <strong>una</strong>ño) a aquellas tamborradas de nueva creación cuya composición sea mixta y aaquellas tamborradas de creación anterior cuya composición fuese masculinay decidies<strong>en</strong> la incorporación de las mujeres <strong>en</strong> condiciones de <strong>igualdad</strong> conel resto de los compon<strong>en</strong>tes de la misma”. Concretam<strong>en</strong>te, las bases para lasubv<strong>en</strong>ción de 2002 pret<strong>en</strong>dían “fom<strong>en</strong>tar la participación de la mujer <strong>en</strong> lasdifer<strong>en</strong>tes tamborradas que toman parte <strong>en</strong> el día de San Sebastián”.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>155


EVOLUCIÓN A TAMBORRADA MIXTAMASCULINASMIXTASEvolución a tamborrada Cuadro mixta. 7. Evolución Elaboración a tamborrada propia. mixta. Elaboración propiaSuponemos que esta medida inc<strong>en</strong>tivadora tuvo sus frutos positivos. O alm<strong>en</strong>os eso constatamos al revisar las actas de las reuniones <strong>en</strong>tre el CAT y lasdelegaciones de zona (tan solo hemos t<strong>en</strong>ido acceso a las actas posteriores alaño 2000): <strong>en</strong> ellas se recoge cómo, año tras año, varios grupos manifestabansu voluntad de convertirse <strong>en</strong> mixtas, modificar su registro y acceder al pluspresupuestario.Esta política g<strong>en</strong>eró, como hemos dicho, descont<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre alg<strong>una</strong>s delas tamborradas, <strong>en</strong>tre las que <strong>en</strong>contramos a muchas de la Parte Vieja y delC<strong>en</strong>tro, ya que consideraban que promocionar la participación de las mujeres<strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> suponía <strong>una</strong> alteración de la forma <strong>en</strong> que se había celebradola fiesta hasta ese mom<strong>en</strong>to. Interpretaron estas medidas como <strong>una</strong> imposicióndel Ayuntami<strong>en</strong>to.Sin embargo, la postura del Consistorio fue cada vez más firme, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>doque, como institución pública, t<strong>en</strong>ía que velar por la erradicación de lasdiscriminaciones de género <strong>en</strong> la celebración de sus fiestas, por lo m<strong>en</strong>os <strong>en</strong>aquello <strong>en</strong> lo que t<strong>en</strong>ía compet<strong>en</strong>cia, es decir, <strong>en</strong> la gestión de la financiación.Desde el Ayuntami<strong>en</strong>to se abogaba por <strong>una</strong> gestión del presupuesto públicoque no reprodujera des<strong>igualdad</strong>es sociales.Así fue como <strong>en</strong> el 2008 se resolvió d<strong>en</strong>egar definitivam<strong>en</strong>te las ayudas aaquellos grupos que no permitieran la <strong>en</strong>trada de mujeres <strong>en</strong> sus filas tocandoel barril o el tambor. A partir de ese año, <strong>en</strong> las bases para la concesión de lasayudas se aplica la Ley de Igualdad para Mujeres y Hombres de la CAPV, aprobada<strong>en</strong> el 2005, según la cual “las administraciones públicas vascas no podrán darningún tipo de ayuda a las asociaciones y organizaciones que discrimin<strong>en</strong> porrazón de sexo <strong>en</strong> su proceso de admisión o <strong>en</strong> su funcionami<strong>en</strong>to” (Art. 24, 2).156 Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada


De este modo, se establece que solam<strong>en</strong>te podrán optar a las subv<strong>en</strong>cionesaquellas tamborradas compuestas por hombres y mujeres, recibi<strong>en</strong>do el doblede subv<strong>en</strong>ción aquellos grupos que se incorpor<strong>en</strong> por primera vez si<strong>en</strong>domixtas, y el 1’5 aquellas masculinas que pas<strong>en</strong> a formarse como mixtas. Seespecifica <strong>en</strong> las bases de las subv<strong>en</strong>ciones, para que no quepa duda, que“se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derá que <strong>una</strong> tamborrada es de composición mixta cuando mujeresy hombres particip<strong>en</strong> <strong>en</strong> la misma <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones”.Esta modificación fue anunciada primeram<strong>en</strong>te a los medios decomunicación, algo que mereció <strong>una</strong> reprim<strong>en</strong>da al <strong>en</strong>tonces concejal deCultura y Festejos Ramón Etxezarreta por parte de algunos delegados de zonade la <strong>Tamborrada</strong>. Este malestar queda recogido <strong>en</strong> el acta de la reunión <strong>en</strong>trela Unidad de Fiestas del Ayuntami<strong>en</strong>to y los delegados, donde también serecog<strong>en</strong> otras cuestiones, como dudas sobre el significado de estas nuevasbases: ¿qué significaba exactam<strong>en</strong>te que <strong>una</strong> tamborrada fuera mixta?, ¿cuálera el número mínimo de mujeres que t<strong>en</strong>ía que haber y <strong>en</strong> qué lugares t<strong>en</strong>íanque estar?, ¿por qué su participación como cantineras no era sufici<strong>en</strong>te paraconsiderar que <strong>una</strong> tamborrada fuese mixta? A lo que se respondió que “<strong>una</strong>tamborrada se puede considerar mixta cuando cualquier mujer que lo deseepueda participar <strong>en</strong> la misma <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones que sus compañeros,es decir, como tambor, barril, cabo de barriles, tambor mayor, aguadora”. Asímismo, esta posibilidad t<strong>en</strong>dría que estar reflejada <strong>en</strong> los reglam<strong>en</strong>tos delgrupo que pres<strong>en</strong>tara la solicitud y t<strong>en</strong>ía que ser demostrable <strong>en</strong> su actuación.De igual manera, <strong>en</strong> la reunión se acordó, después de <strong>una</strong> larga negociación,que el número mínimo de mujeres para que <strong>una</strong> tamborrada se considerasemixta t<strong>en</strong>ía que ser doce.Según este acta y las bases para la subv<strong>en</strong>ciones, <strong>una</strong> tamborrada seconsidera mixta siempre y cuando mujeres y hombres particip<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>de condiciones. Este supuesto, sin embargo, no se cumplió a rajatabla desdeun principio, al m<strong>en</strong>os si aceptamos la explicación del <strong>en</strong>tonces concejalde cultura sobre qué suponía ser mixta. En muchas de las tamborradasconsideradas “mixtas”, la única vía para participar es tocando la herrada o elbarril, y se dejan fuera otras formas de participación, como el acceso a todoslos roles (tambores, tambor mayor y cabo de barriles), y su inclusión <strong>en</strong> losórganos de decisión. Esto quiere decir que muchas de las tamborradas que<strong>en</strong> la actualidad recib<strong>en</strong> la subv<strong>en</strong>ción por considerarse mixtas aún incumpl<strong>en</strong>aquello de poder “participar <strong>en</strong> la misma <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones que suscompañeros”. Aunque no deja de ser, de todos modos, un <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> la totalinclusión, debemos t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que no es lo mismo ser mixta que serigualitaria, incorporar mujeres <strong>en</strong> las filas que hacerlas partícipes <strong>en</strong> pie de<strong>igualdad</strong>. Finalm<strong>en</strong>te, lo que parece que primó <strong>en</strong> la práctica como criteriopara determinar el carácter mixto de <strong>una</strong> tamborrada fue el número de mujeresque se incluyeran <strong>en</strong> las filas tocando, dejando de lado otras consideraciones,a todas luces importantísimas, si de <strong>igualdad</strong> estamos hablando.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>157


A pesar de que esta decisión municipal no se llevó hasta las últimasconsecu<strong>en</strong>cias, <strong>en</strong> aquel mom<strong>en</strong>to alg<strong>una</strong>s tamborradas respondieron ante lapostura del Ayuntami<strong>en</strong>to con un comunicado que llevaba por título “<strong>Tamborrada</strong><strong>en</strong> libertad”, firmado el 22 de octubre de 2008. En dicho docum<strong>en</strong>to estasalegaban estar a favor de la <strong>igualdad</strong>, pero <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dían que no t<strong>en</strong>ía que v<strong>en</strong>irimpuesta, sino que debería dejarse que las cosas ocurrieran de forma “natural”,tal y como había ocurrido hasta <strong>en</strong>tonces, ya que, <strong>en</strong> su opinión, “<strong>en</strong> latamborrada exist<strong>en</strong> múltiples espacios donde las personas pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrarsu lugar”. Así mismo, def<strong>en</strong>dían que cada tamborrada debería t<strong>en</strong>er libertadpara decidir quién puede formar parte de su grupo, sin que eso conllevasepolémicas ni <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos, puesto que “<strong>una</strong> de las cosas más bonitas deesta fiesta es que la tamborrada se ha v<strong>en</strong>ido desarrollando <strong>en</strong> libertad, perocada uno conforme a su idiosincrasia, consci<strong>en</strong>tes tanto de nuestras difer<strong>en</strong>ciascomo de nuestros objetivos comunes, desde el respeto mutuo”. No está demás recordar que veinte años atrás, cuando la tamborrada de Kresala decidió“<strong>en</strong> libertad” incorporar a las mujeres, siete de estas tamborradas optaronpor desautorizar su iniciativa: no solam<strong>en</strong>te demostraron su rechazo públicomediante <strong>una</strong> carta <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa y les cerraron las puertas durante el desfile,sino que también int<strong>en</strong>taron que el Ayuntami<strong>en</strong>to impidiera su participación.Los grupos firmantes del comunicado consideraban que “la composiciónactual de las tamborradas no sólo es adecuada y necesaria t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>tala tradición y s<strong>en</strong>sibilidad […], sino que además debe ser protegida segúnestablece la propia normativa”, cuyo primer artículo especifica que su objetoes “velar por la tradición y el prestigio <strong>en</strong> la celebración de la <strong>Tamborrada</strong>”. Conestas declaraciones, cuestionaban la posición adoptada por el Ayuntami<strong>en</strong>to<strong>en</strong> el cumplimi<strong>en</strong>to de la normativa, y abrieron el debate que contrapone elalcance de los derechos individuales y colectivos con la preservación de latradición popular.Listado de las veinte tamborradas firmantes del comunicado:Aizepe, Amigos del Europa, Anastasio (fem<strong>en</strong>ina, juv<strong>en</strong>il y s<strong>en</strong>ior),Baso Etxea, Cantábrico, Catedral C<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario, Euskal Billera, Gizartea, ItxasGain, Kainoieta, Kondarrak, La Espiga, Los Corcones, Mons, Ondar Gain,Antonio Bar, Umore Ona y Zubi Gain.No podemos olvidar que lo que se estaba discuti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to no eransino los criterios de concesión de ayudas que dejarían sin subv<strong>en</strong>ción a losgrupos masculinos. En ningún mom<strong>en</strong>to el Ayuntami<strong>en</strong>to planteó prohibir suparticipación <strong>en</strong> la fiesta, de modo que, aunque no contaran con la subv<strong>en</strong>ción,estas tamborradas t<strong>en</strong>drían igualm<strong>en</strong>te garantizados sus horarios y recorridos,además del soporte logístico que las instituciones aportan a todos los grupospor igual. A la hora de evaluar estas críticas también t<strong>en</strong>emos que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong>158 Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada


cu<strong>en</strong>ta que <strong>en</strong> muchas tamborradas se considera que las ayudas que recib<strong>en</strong>del Ayuntami<strong>en</strong>to, aunque siempre sean bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>idas, no llegan, ni de lejos,para cubrir todos los gastos, así, al m<strong>en</strong>os, lo han expresado la prácticatotalidad de las personas <strong>en</strong>trevistadas. Si<strong>en</strong>do así, ¿qué es lo que realm<strong>en</strong>temolestaba tanto a estos grupos? Tal vez, la discusión sobre la retirada de lasayudas públicas escondía otro debate más peliagudo sobre la deslegitimaciónpública de ciertas tamborradas.3. La Arriada se hace mixta y la<strong>Tamborrada</strong> ¿más igualitaria?En julio del 2005, algunos de los tamborreros de la Unión Artesanapropusieron a la junta directiva de la sociedad la posibilidad de que las mujeres<strong>en</strong>traran a formar parte de su tamborrada. La propuesta fue aprobada: el20 de <strong>en</strong>ero del 2006 las mujeres harían sonar sus herradas <strong>en</strong> la Arriada,protagonizando otro de los hitos <strong>en</strong> la historia de la participación de las mujeres<strong>en</strong> la fiesta.Listado de las aguadoras de la Unión Artesana <strong>en</strong> 2006:Idoia Yeregui, Eli Arregui, Visi Anguera, Eva S<strong>en</strong>dero, Eva Lazkanotegi,Idoia Ruiz de Egino, Arantza Egia, Arantza Cruzado, Mal<strong>en</strong> Vecino, AmparoUrbieta, Asun Maisterr<strong>en</strong>a, Oihane Garikano, Arantxa Cruzado, Yeyes SanMartín y Kati BallesterosUn proceso parecido se llevó a cabo <strong>en</strong> Gaztelubide, tal y como explicamos<strong>en</strong> el capítulo de la Izada. En cualquier caso, <strong>en</strong> el año 2006 estas dos tamborradas,protagonistas de los actos más importantes, emotivos y emblemáticos de la fiesta,acogían <strong>en</strong>tre sus filas a mujeres por primera vez <strong>en</strong> la historia. Recordemosque detrás de esta iniciativa se <strong>en</strong>contraba el propio Ayuntami<strong>en</strong>to.La participación de las mujeres <strong>en</strong> los actos de la plaza de la Constituciónfue aplaudida por los medios de comunicación, dejando atrás polémicas deantaño sobre la participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. Sin embargo,no todo el mundo celebró este cambio con tanto ímpetu. Durante los díasprevios a la gran fiesta de aquel año, el colectivo Bilgune Feminista lanzó uncomunicado de pr<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el que cuestionaba que la incorporación de lasmujeres como aguadoras <strong>en</strong> los actos de la plaza de la Constitución hubieseterminado con el sexismo <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> (Gara, 19/01/2006). A pesar delos avances conseguidos hasta <strong>en</strong>tonces, el camino <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong>realm<strong>en</strong>te igualitaria no había terminado.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>159


El colectivo feminista criticaba que las negociaciones sobre la participaciónde las mujeres se hubiera "cocinado <strong>en</strong>tre el Ayuntami<strong>en</strong>to y alg<strong>una</strong>s sociedades"sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la opinión de aquellas (Diario Vasco 19/01/2006). Ciertam<strong>en</strong>te,de los medios de comunicación parecía despr<strong>en</strong>derse la idea de que el cambioempr<strong>en</strong>dido había sido, sobre todo, un "pacto <strong>en</strong>tre caballeros".Así mismo señalaban la situación paradójica <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>contraba la Leyde Igualdad, puesto que esta no permitía la interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> <strong>en</strong>tidades privadas,organizadoras de las tamborradas. En este s<strong>en</strong>tido, se preguntan "cómo elAyuntami<strong>en</strong>to puede dejar <strong>en</strong> manos de sociedades privadas la organizaciónde <strong>una</strong>s fiestas populares" (ibid.: 19/01/2006). También subrayaban el hechode que existieran otras tamborradas mucho más igualitarias que las queprotagonizaban los actos oficiales <strong>en</strong> la plaza de la Constitución, alg<strong>una</strong>s delas cuales llevaban más de veinte años con mujeres <strong>en</strong> sus filas participando,además, <strong>en</strong> pie de <strong>igualdad</strong> con sus compañeros varones.Hay que señalar que <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa ap<strong>en</strong>as <strong>en</strong>contramos noticias quedieran cu<strong>en</strong>ta de actos que reivindicaran cambios <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> lo quese refiere a la participación de las mujeres. Además de este comunicado depr<strong>en</strong>sa, los únicos anteced<strong>en</strong>tes que <strong>en</strong>contramos fueron alg<strong>una</strong>s cartas a lapr<strong>en</strong>sa. Destacamos, por ser las que tuvieron más eco, la que la parlam<strong>en</strong>tariaKoro Garm<strong>en</strong>dia publicara <strong>en</strong> 1987, la que ses<strong>en</strong>ta y seis mujeres dirigieron alos repres<strong>en</strong>tantes políticos <strong>en</strong> 1988, la de Idoia Estornés <strong>en</strong> 1989 y la quejade Aralar y Ezker Batua <strong>en</strong> 2004, <strong>en</strong> todos los casos <strong>en</strong> torno a las polémicasc<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Gaztelubide, como ya se ha referido. También hay alg<strong>una</strong>s cartas deopinión al respecto, pero relativam<strong>en</strong>te pocas. Si el consistorio recibió alg<strong>una</strong>presión para decidirse a dar los <strong>paso</strong>s que dio, esta procedería más bi<strong>en</strong> de <strong>una</strong>cultura de <strong>igualdad</strong> que se habría ido asumi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la sociedad y que tambiénhabría llegado a la clase política, al m<strong>en</strong>os a la de esta ciudad, pero no de <strong>una</strong>movilización colectiva (como ha podido ocurrir <strong>en</strong> otras fiestas).En cualquier caso, si bi<strong>en</strong> las reivindicaciones de Bilgune son <strong>una</strong> excepción,no por ello dejan de señalar algunos aspectos complicados <strong>en</strong> lo que se refierea la participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>. De todo lo que m<strong>en</strong>cionan,nos quedamos aquí con la última reflexión que recogemos de su comunicado:el hecho de que hay otras tamborradas, sin duda más humildes que las queprotagonizan los actos principales de la fiesta, <strong>en</strong> las que mujeres y hombresparticipan <strong>en</strong> pie de <strong>igualdad</strong>. Este es el caso de la tamborrada de Bera Bera.La esc<strong>en</strong>a de su Arriada es bi<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>te de la que vemos <strong>en</strong> la plaza de laConstitución.160 Capítulo 9. 20 de <strong>en</strong>ero, 12 de la noche. La Arriada


36. Arriada de la tamborrada Bera Bera, 20/01/2013. Foto: Savina LafitaEn el barrio de Gros, la tamborrada del Club Deportivo Bera Bera llegaal polideportivo de Manteo después de <strong>una</strong>s horas de desfile por las calles.La tambor mayor, Aitziber Aranburu, dirige a tambores y barriles, guiando alconjunto hasta el mismo lugar donde iniciaron su recorrido. A la llegada alpabellón, dos filas de cocineros y escoceses hac<strong>en</strong> el pasillo a la charanga queles acompaña. Llevan cinco horas tocando sin parar y la fiesta está cerca dellegar a su fin. Faltan cinco minutos para las doce, tambores, barriles, gastadores,abanderados y la banda se sitúan <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de la pista. A las doce <strong>en</strong> punto yaestán ocupando sus sitios. Tan impecables como <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de empezar,los miembros de la compañía tocan la última canción de Sarriegui. En vez demiles de espectadores hay quizás un c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar, no hay banderas oficiales sino<strong>una</strong> sola bandera, la de la tamborrada Bera Bera, que se guardará <strong>una</strong> vezacabado el acto. No hay aguadoras <strong>en</strong> esta Arriada, porque las mujeres tocansus barriles y tambores vestidas de cocinero o de escocés. Cuando acaba lacanción, todos los miembros se quitan los sombreros; emocionados, hac<strong>en</strong> uncorro y se abrazan, gritan, alaban con sus palillos a la banda, que todavía nodeja de tocar. “Ha sido todo un éxito”, exclaman. Esta es “su” Arriada.Y es el final de la fiesta de San Sebastián, pero para alg<strong>una</strong>s personas lanoche todavía es larga, y el año también. Habrá más de <strong>una</strong> ocasión para volvera sacar el tambor o el barril, otros motivos de celebración, de reunión social,de participar <strong>en</strong> el vida del barrio o de la ciudad.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>161


Capítulo 10Más allá del 20 de <strong>en</strong>ero


Aunque la fiesta termine el día 20 de <strong>en</strong>ero, <strong>en</strong> cierto modo, la <strong>Tamborrada</strong>se exti<strong>en</strong>de a lo largo del año. De distintas maneras, las tamborradas o las<strong>en</strong>tidades que las organizan <strong>en</strong> los barrios manti<strong>en</strong><strong>en</strong> activas las redes eid<strong>en</strong>tidades tamborreras, a veces incluso sus instrum<strong>en</strong>tos sigu<strong>en</strong> sonando.Las y los integrantes de las tamborradas pued<strong>en</strong> reunirse, días o semanasdespués del 20 de <strong>en</strong>ero, para celebrar. A veces, los horarios o el ajetreo delos preparativos durante el mismo día de la fiesta no dejan mucho tiempopara <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros más pausados o para celebrar a las personas hom<strong>en</strong>ajeadasde la tamborrada ese año. La falta de espacio o las restricciones de alg<strong>una</strong>stamborradas no permit<strong>en</strong> que el día de la fiesta todo el mundo pueda estarpres<strong>en</strong>te. Es el caso, por ejemplo, de las aguadoras de Gaztelubide, que noacud<strong>en</strong> a la c<strong>en</strong>a de San Sebastián con el resto de la tamborrada, es decir,soldados y barriles, todos hombres. Pero, como com<strong>en</strong>ta <strong>una</strong> de ellas, y <strong>en</strong>este empeño segregacionista, <strong>en</strong> otras fechas “nos preparan <strong>una</strong> comida atodas las aguadoras. Ocupamos toda la sociedad las chicas. ¡Y además, nospreparan la comida <strong>en</strong>tre tres y a la comida no puede v<strong>en</strong>ir ningún chico!”.Igualm<strong>en</strong>te puede haber tamborradas “extraordinarias”, con compañíastocando y desfilando por alg<strong>una</strong> calle, cuando las <strong>en</strong>tidades o asociacionesfestejan sus aniversarios.También se suel<strong>en</strong> celebrar reuniones, sobre todo de las comisionesorganizadoras de las tamborradas, para hacer un recu<strong>en</strong>to de la fiesta eincluso para com<strong>en</strong>zar a prever preparativos para la del año sigui<strong>en</strong>te. Alg<strong>una</strong>scomisiones se reún<strong>en</strong> m<strong>en</strong>sualm<strong>en</strong>te, otras más esporádicam<strong>en</strong>te, pero suactividad no se limita a un solo día y, sin duda, se reún<strong>en</strong> con mayor frecu<strong>en</strong>cia<strong>hacia</strong> final del año, cuando la proximidad del sigui<strong>en</strong>te <strong>en</strong>ero se hace palpable.Organizar la fiesta y mant<strong>en</strong>er <strong>una</strong> tamborrada implica gestiones y accionesa lo largo de varios meses. Además Donostia Festak convoca, más o m<strong>en</strong>os amitad del año, <strong>una</strong> reunión <strong>en</strong> la que participan las tamborradas que formanparte de la comisión organizadora, con repres<strong>en</strong>tación de las siete zonas, conel fin de hacer <strong>una</strong> evaluación de la <strong>Tamborrada</strong> ya pasada y, si es el caso, tomardecisiones para la sigui<strong>en</strong>te.1. Mant<strong>en</strong>er relaciones vecinalesMás importante aún es que para la organización de la tamborrada y paraconseguir recursos se activan las redes vecinales. Muchas de las <strong>en</strong>tidades ogrupos tamborreros organizan ev<strong>en</strong>tos para recaudar fondos, tales como rifas,ferias u otro tipo de acciones. Las personas, barrios y otros organismos localesestablec<strong>en</strong> relaciones de cooperación, solidaridad y participación con esas<strong>en</strong>tidades o grupos: asist<strong>en</strong> a las fiestas, compran los productos que promuev<strong>en</strong>,o ayudan <strong>en</strong> el patrocinio u organización de alg<strong>una</strong> actividad. También puede<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>163


suceder que las tamborradas acudan a instituciones o comercios del barriopara solicitar su apoyo para el sigui<strong>en</strong>te año prestando algunos materiales, ofacilitando instalaciones para guardar los instrum<strong>en</strong>tos o uniformes o para los<strong>en</strong>sayos. La tamborrada como motor de las relaciones <strong>en</strong>tre vecinas y vecinosno termina el día 20 de <strong>en</strong>ero.Un ejemplo es el de la peña Txirritako Txuriurdinak, que organizó <strong>una</strong> “Fiestade la cerveza” con la que se buscaban varios objetivos: “dinamizar el barrio yrecaudar fondos para los trajes de Napoleón de nuestra tamborrada, que saleel 20 de <strong>en</strong>ero a las cinco y media de la tarde por el barrio desde el año 2010.Además, si conseguimos b<strong>en</strong>eficios sufici<strong>en</strong>tes, destinaremos el dinero paralas fiestas de Larratxo y Herrera, porque queremos que el dinero se quede <strong>en</strong>el barrio”. Se pret<strong>en</strong>dió, además, como recoge la nota del Diario Vasco, “dar aconocer Herrera y Larratxo al resto de la ciudad”, que “la g<strong>en</strong>te no se quede conla mala reputación que tuvimos hace unos años y que todos los donostiarras seacerqu<strong>en</strong> a esta zona que ha mejorado muchísimo últimam<strong>en</strong>te” (Diario Vasco,15/05/2012). Está claro que las acciones de, desde y para las tamborradas se<strong>en</strong>trelazan de muchas maneras con la vida de los barrios.La participación de las tamborradas <strong>en</strong> esta dinámica de construcción de laciudad puede t<strong>en</strong>er también otra cara: alg<strong>una</strong>s asociaciones de tamborradas soninterlocutoras <strong>en</strong> espacios <strong>en</strong> los que se discut<strong>en</strong> asuntos diversos como pued<strong>en</strong>ser el manejo de basura u obras públicas. Un ejemplo es el de las <strong>Tamborrada</strong>sde Amara que desde el 2010 han participado <strong>en</strong> foros vecinales y constituy<strong>en</strong><strong>una</strong> mesa de intermediación <strong>en</strong>tre las y los vecinos y las instituciones querepres<strong>en</strong>ta al barrio ante el gobierno municipal. Aborda, <strong>en</strong>tre otras cuestiones,temas relacionados con la estación de autobuses, temas de movilidad ypeatonalización, o el bidegorri (Diario Vasco, 07/02/2012).38. Pancarta reivindicativa <strong>en</strong> el barrio de Amara, 2014. Fotografía: Luz Maceira164 Capítulo 10. Más allá del 20 de <strong>en</strong>ero


2. Avalar actos de la vida social donostiarraOtra forma <strong>en</strong> que las tamborradas alargan su pres<strong>en</strong>cia es con su participación<strong>en</strong> distintos ev<strong>en</strong>tos que pued<strong>en</strong> suceder <strong>en</strong> cualquier fecha. P<strong>en</strong>semos, porejemplo, <strong>en</strong> alg<strong>una</strong> ocasión especial, como la instalación de alg<strong>una</strong> placa, ladevelación de <strong>una</strong> escultura <strong>en</strong> <strong>una</strong> plaza pública, o algún otro acto similar dealg<strong>una</strong> institución gubernam<strong>en</strong>tal o privada. Incluso, puede tratarse de actosm<strong>en</strong>os simbólicos o públicos, pero significativos por estar asociados a <strong>en</strong>tidadesimportantes para el barrio, como puede ser <strong>una</strong> escuela, o a personalidadesclave de la sociedad donostiarra. En ocasiones las podemos ver <strong>en</strong> la aperturao el aniversario de algún restaurante de los r<strong>en</strong>ombrados cocineros de la ciudado, por supuesto, <strong>en</strong> las efemérides de sociedades gastronómicas.No es extraño que se <strong>en</strong>víe alg<strong>una</strong> delegación tamborrera a otras ciudadeso países con la misión de repres<strong>en</strong>tar a Donostia e incluso con la responsabilidadde mant<strong>en</strong>er viva la relación <strong>en</strong>tre dos ciudades. Como decían un par deintegrantes de la tamborrada del Liceo Santo Tomás, elegida por sorteo paraparticipar <strong>en</strong> el carnaval de Wiesbad<strong>en</strong> <strong>en</strong> 2011, su <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>da era “llevarnuestra cultura y compartir <strong>una</strong> fiesta muy importante para nuestra ciudadhermanada” (Diario Vasco, 11/03/2011).Es interesante observar la pres<strong>en</strong>cia o la aus<strong>en</strong>cia de mujeres <strong>en</strong> este tipode actos <strong>en</strong> los que se recurre a la tamborrada o a figuras tamborreras paradar realce a un acto. En muchos de esos ev<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los que la tamborradainterpreta alg<strong>una</strong>s de las marchas o desfila por las calles, puede que no falte lapres<strong>en</strong>cia de mujeres. Probablem<strong>en</strong>te no sean la mitad del grupo, pero estarán.Sin embargo, puede haber casos <strong>en</strong> los que alg<strong>una</strong>s asociaciones recurran alas figuras de la tamborrada para <strong>en</strong>marcar un acto y prescindir de ellas. Estoocurrió <strong>en</strong> el lanzami<strong>en</strong>to de la trainera Kai Arriba. La nota sobre el ev<strong>en</strong>todice: “Es cada vez más frecu<strong>en</strong>te que <strong>en</strong> los prolegóm<strong>en</strong>os de la fiesta de SanSebastián surjan iniciativas. En esta ocasión la distinción la marcaron ayer lostambores mayores de quince tamborradas que acudieron al muelle, vestidoscon sus indum<strong>en</strong>tarias oficiales, para apoyar con su pres<strong>en</strong>cia y por supuestocon la de la tamborrada a la que repres<strong>en</strong>tan, a la trainera donostiarra KaiArriba” (Diario Vasco, 17/01/2010). Entre ellos no se <strong>en</strong>contraba ning<strong>una</strong> mujer.Los tambores mayores repres<strong>en</strong>tan la máxima autoridad <strong>en</strong> cada tamborraday su asist<strong>en</strong>cia es lo que interesa para apadrinar el ev<strong>en</strong>to. No hubo redobles,sino pura pres<strong>en</strong>cia de figuras poderosas. Y ahí no acudió ning<strong>una</strong> mujer.3. <strong>Tamborrada</strong> de veranoFinalm<strong>en</strong>te, no se puede dejar de m<strong>en</strong>cionar la “tamborrada de verano”.Alg<strong>una</strong>s tamborradas también sal<strong>en</strong> <strong>en</strong> otras fiestas, como las de San Ignacio, que<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>165


celebran <strong>en</strong> Loiola. Asimismo, las tamborradas de dos sociedades gastronómicasdesfilan este día: Umore Ona, <strong>en</strong> Gros, y Amaikak Bat <strong>en</strong> la Parte Vieja. En Amara,para las fiestas del Carm<strong>en</strong>, también hay tamborrada. En estos casos, comotocan <strong>en</strong> época estival, suel<strong>en</strong> conocerse como “tamborradas de verano”. Pareceque hay un cierto cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> que esa no es <strong>Tamborrada</strong>, es <strong>una</strong> especie defiesta más, aunque también tamborrera. Por un lado, alg<strong>una</strong>s de las personas<strong>en</strong>trevistadas, señalan que la de verano es “más des<strong>en</strong>fadada”, es más informal,“ti<strong>en</strong>e otro estilo”. Como resumía un <strong>en</strong>trevistado: “Es más relajada, o sea, dehecho el traje no es ni de cocinero ni de soldado ni nada. Es unos pantalonesblancos, un polo blanco con el escudo, <strong>una</strong> txapela y fuera, y ya está. […] Síque es verdad que el día de San Sebastián es más solemne”. Estas tamborradasse organizan más bi<strong>en</strong> por barrios, no por sociedades o <strong>en</strong>tidades, y no suelehaber problemas de cupo ni para el acceso.De hecho, suel<strong>en</strong> estar conformadas por g<strong>en</strong>te de difer<strong>en</strong>tes tamborradas.Aquí no se establece id<strong>en</strong>tificación con el grupo y la participación puede serinconstante: "la g<strong>en</strong>te está de vacaciones", a veces participa, a veces no lo hace,tampoco hay rigor con el tema de los <strong>en</strong>sayos. Es, sin duda, mucho más lúdicaque ritual. Por eso se distingue de la otra, y al difer<strong>en</strong>ciarse y contrastarse, serefuerza lo especial o sagrado de la "de verdad": "la tamborrada es para el día de la<strong>Tamborrada</strong>". Sin el ambi<strong>en</strong>te del mes de <strong>en</strong>ero, sin la activación de organizacionesque preparan y esperan su participación, sin un repertorio especial que tocar esedía, sin todas las figuras, sin la fuerza de la inercia e historia que hay detrás, sin lainstitucionalidad que sosti<strong>en</strong>e a la del día 20 de <strong>en</strong>ero, sin un día extraordinariode int<strong>en</strong>sa celebración, la tamborrada veraniega no se considera <strong>Tamborrada</strong>.Más allá de estas apreciaciones, las tamborradas de verano, por suscaracterísticas, han sido <strong>una</strong> puerta importante de acceso y participación delas mujeres. Justam<strong>en</strong>te su informalidad y flexibilidad han supuesto que no sehayan puesto restricciones, que desde que han ido surgi<strong>en</strong>do sean mixtas:“como que parece que rompe... o sea cuesta m<strong>en</strong>os romper un poco con lastradiciones, las famosas tradiciones que t<strong>en</strong>emos instauradas”. No está de másinsistir <strong>en</strong> que <strong>en</strong> esta tamborrada de “m<strong>en</strong>or estatus”, por decirlo de alg<strong>una</strong>manera, las mujeres han participado sin ningún obstáculo. Sin todo el peso de lasacralidad de un ritual tan instituido e importante para la ciudad, sin la oficialidadque implica, sin un esc<strong>en</strong>ario y tanta at<strong>en</strong>ción, no ha habido qui<strong>en</strong> cuestionasela capacidad de las mujeres para tocar y hacerlo bi<strong>en</strong>. Tampoco se cuestiona laidoneidad de un atu<strong>en</strong>do u otro, ni la estética, ni la acústica. Es decir, se dejande lado otros argum<strong>en</strong>tos que han servido para poner límites a la incorporaciónde integrantes <strong>en</strong> las tamborradas, sobre todo, mujeres.Aún así, estas tamborradas estivales han servido de ejercicio y de lección:no solo porque alg<strong>una</strong>s mujeres han com<strong>en</strong>zado su participación tamborrera<strong>en</strong> ellas, sino también porque han obligado a reconocer que <strong>una</strong> participaciónigualitaria es posible.166 Capítulo 10. Más allá del 20 de <strong>en</strong>ero


Hitos <strong>hacia</strong>la <strong>igualdad</strong>1928-29 <strong>Tamborrada</strong> de mujeres vestidas de soldados tocando el tambor.1968 Hom<strong>en</strong>aje de la tamborrada de Ibaeta a Luisa Zubizarreta.1972 Tambor de Oro a Josefina Carabias.1979 Tambor de Oro a Carm<strong>en</strong> Usobiaga.1980 Primera tamborrada que se hace mixta con las aguadoras de Kresala.1982 Primera tamborrada que nace igualitaria: Eskaut Gia.1984Se oficializa la participación igualitaria de las niñas <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>Infantil.Primeras niñas aguadoras <strong>en</strong> la tamborrada del Colegio Los Ángeles,fuera del desfile oficial.1987 Tambor de Oro a Pilar Miró.19881989Primera niña tambor mayor de la tamborrada de su colegio, AxularLizeoa.D<strong>en</strong>uncia pública de ses<strong>en</strong>ta y seis mujeres contra la participación deautoridades <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>a de Gaztelubide y la exclusión fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> ellas.La c<strong>en</strong>a oficial cambia de organización y sede, deja de celebrarse <strong>en</strong>Gaztelubide.Primera cabo de barriles, Lourdes Etxeberria <strong>en</strong> Kresala.19911995Primera Medalla al Mérito Ciudadano a <strong>una</strong> mujer: Pilar OlascoagaArrate.Primera tambor mayor niña <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil: Saioa Iranzo delcolegio San José de Calasanz.1996 Primera tambor mayor mujer: Amaia Revuelta de Eskaut Gia.1998Izan la bandera de la plaza de la Constitución dos mujeres: MariCarm<strong>en</strong> Mercero y María Jesús Muñoz Baroja, del Orfeón Donostiarra.Primera tamborrada fem<strong>en</strong>ina: Peña Anastasio.Primera subv<strong>en</strong>ción municipal que inc<strong>en</strong>tiva la creación detamborradas mixtas.168 Hitos <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong>


1999 Tambor de Oro a Ainhoa Arteta.1999Primeras mujeres <strong>en</strong> el tablado de la plaza de la Constitución <strong>en</strong> laIzada: tamborreras de difer<strong>en</strong>tes tamborradas.Solo la mitad de las tamborradas son masculinas, las demás mixtas y<strong>una</strong> fem<strong>en</strong>ina.2002 En la <strong>Tamborrada</strong> ya hay cuatro mixtas por cada tres masculinas.2003Se incorpora la figura de la aguadora <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil de lamano de la Ikastola Orixe.2004 La infantil de Euskal Billera, última infantil masculina, se hace mixta.Las Juntas G<strong>en</strong>erales de Gipuzkoa aprueban propuesta para querepres<strong>en</strong>tantes institucionales "no aval<strong>en</strong> con su pres<strong>en</strong>cia actosdiscriminatorios".Hom<strong>en</strong>aje a las aguadoras de Kresala <strong>en</strong> su 25 aniversario.2005 El Parlam<strong>en</strong>to Vasco aprueba la Ley de Igualdad de Mujeres y Hombres.2006Compañías de mujeres <strong>en</strong> las tamborradas protagonistas de los actosde Izada (Gaztelubide, con invitadas de Artzak Ortzeok) y Arriada(Unión Artesana, con compañía propia).2007 Gaztelubide se hace mixta, forma su propia compañía de aguadoras.Hom<strong>en</strong>aje a aguadoras de Gazte Danborrada.2008 Se retira la subv<strong>en</strong>ción a las tamborradas masculinas o discriminatorias.2010 Medalla del mérito ciudadano a la Lilatón.2012Primera aguadora mayor <strong>en</strong> Gaztelubide (Ainhoa Olasagasti) y <strong>en</strong> UniónArtesana (Estitxu Ezeiza).Primera ayudante de g<strong>en</strong>eral niña Rosa Salegui Legarra.2013 Aguadoras de Kresala <strong>en</strong> Izada del balcón de la plaza de Constitución.Primera g<strong>en</strong>erala <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil: Sara Huegun Iturrioz.Cuadro 5. Hitos <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong>. Elaboración propia<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>169


ÚltimasreflexionesAl llegar al final de este recorrido festivo e histórico por la participaciónde las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> donostiarra, constatamos grandes avances <strong>en</strong>lo que a la <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong>tre mujeres y hombres se refiere, tanto <strong>en</strong> la sociedadcomo <strong>en</strong> la fiesta. Pero, a su vez, debemos reconocer que todavía queda unlargo camino por recorrer, y al cerrar estas páginas, quisiéramos señalar loslogros indicando también lo que todavía queda por hacer.1. La fiesta es algo muy serioEn primer lugar, debemos recalcar la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de las fiestas comoesc<strong>en</strong>ificación de relaciones sociales, pautas culturales y problemas estructurales.La celebración ofrece mucha diversión, pero más allá de la juerga, están <strong>en</strong> juegocosas muy serias. Y qui<strong>en</strong> pi<strong>en</strong>se lo contrario, que contemple su dim<strong>en</strong>sión ysu difusión, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la multitud de personas que la sigue <strong>en</strong> directoy a través de los medios de comunicación, <strong>en</strong> Donostia y más allá:• De las fiestas donostiarras, la <strong>Tamborrada</strong> es la más popular.• Moviliza a miles y miles de personas.• Muchísimas personas más la sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong> directo a través de la televisión.• Durante semanas, ocupa muchísimo espacio <strong>en</strong> los medios decomunicación impresos, audiovisuales y digitales.• Las comunidades vascas de muchas ciudades también la celebran,ext<strong>en</strong>diéndola a lo largo y ancho del mundo.170 Últimas reflexiones


Además, es <strong>una</strong> fiesta que involucra a las autoridades locales y exti<strong>en</strong>delas relaciones interinstitucionales a un nivel más allá del local. Por lo tanto, es<strong>una</strong> fiesta que forma parte de la estructura formal de la sociedad:• Es la fiesta de la ciudad y ti<strong>en</strong>e carácter institucional.• Participan personalidades públicas y autoridades.• Se destinan recursos públicos.Pero, por <strong>en</strong>cima de todo es <strong>una</strong> fiesta que trasci<strong>en</strong>de las veinticuatrohoras de juerga para ocupar un sitio <strong>en</strong> el universo simbólico y afectivo de losindividuos a la hora de id<strong>en</strong>tificarse con su barrio o su ciudad. Al mismo tiempo,recrea las relaciones sociales con sus jerarquías y des<strong>igualdad</strong>es, situando alas personas <strong>en</strong> “su” lugar tanto <strong>en</strong> la fiesta como <strong>en</strong> la vida, pero tambiénpermite su transformación:• Despierta y refuerza el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a la comunidad.• Repres<strong>en</strong>ta y legitima el ord<strong>en</strong> social, aunque también lo cuestiona ylo transforma.2. Cambios <strong>en</strong> la sociedad,cambios <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>La fiesta y la vida cotidiana, si bi<strong>en</strong> parec<strong>en</strong> dos esferas totalm<strong>en</strong>teseparadas, están fuertem<strong>en</strong>te vinculadas. Así, lo que cambia <strong>en</strong> <strong>una</strong> repercute<strong>en</strong> la otra, y viceversa. No obstante, es también cierto que los cambios noocurr<strong>en</strong> necesariam<strong>en</strong>te al mismo tiempo y puede haber un desfase.Aún y todo, a lo largo de los más de ci<strong>en</strong> años de vida que ti<strong>en</strong>e la fiesta,ha habido <strong>una</strong> serie de transformaciones importantes.Ha cambiado <strong>en</strong> carácter:• De fiesta religiosa (<strong>en</strong> <strong>una</strong> fase previa a la <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> sí) a civil.• De comparsa de carnaval a fiesta de id<strong>en</strong>tidad donostiarra.Ha cambiado <strong>en</strong> dim<strong>en</strong>sión y ext<strong>en</strong>sión:• De contar con seis tamborradas (<strong>en</strong> 1910) a t<strong>en</strong>er ci<strong>en</strong>to veinticinco <strong>en</strong>2013 y ci<strong>en</strong>to veintiocho <strong>en</strong> 2014.• De celebrarse solo <strong>en</strong> la Parte Vieja a festejarse <strong>en</strong> todos los barrios dela ciudad.Ha cambiado <strong>en</strong> su grado de participación e inclusividad:• De ser <strong>una</strong> fiesta <strong>en</strong> la que desfilaban solo compañías de personas adultasa incluir también infantiles y juv<strong>en</strong>iles.• De haber exclusivam<strong>en</strong>te tamborradas masculinas a la exist<strong>en</strong>cia -ypredominio- de tamborradas mixtas de mujeres y hombres.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>171


No hay duda de que, desde su orig<strong>en</strong>, esta fiesta es <strong>una</strong> realidad dinámica,<strong>en</strong> continuo cambio.Sin embargo, el cambio <strong>en</strong> sí no garantiza mayor <strong>igualdad</strong>:• No todas las tamborradas de nueva creación son mixtas. En 2013, untotal de nueve de las que se crearon después de la incorporación de lasmujeres a la <strong>Tamborrada</strong> eran todavía masculinas.3. ¿La <strong>Tamborrada</strong> ha evolucionadode manera “natural”?Hemos detectado que existe <strong>una</strong> percepción de la evolución de laparticipación de las mujeres según la cual las cosas han ocurrido de manera“natural”. También hemos visto que cualquier int<strong>en</strong>to de interv<strong>en</strong>ción ha sido,y es, interpretada como <strong>una</strong> desviación o <strong>una</strong> imposición. Sin embargo, hemoscomprobado que:• No hay cambios “naturales”. Todos los cambios son producto de lainflu<strong>en</strong>cia y las decisiones de las personas, y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con otroscambios que acontec<strong>en</strong> <strong>en</strong> otros ámbitos de la sociedad.Como tal, es evid<strong>en</strong>te que la participación de las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>empieza con la propuesta de Kresala (obviam<strong>en</strong>te, sin contar el procesointerrumpido por la guerra y el franquismo), reflejo de la emancipación socialde las mujeres <strong>en</strong> aquel mom<strong>en</strong>to.• Si la evolución hubiese seguido un curso “natural”, la propuesta deKresala de incorporar mujeres no habría g<strong>en</strong>erado tanta polémica <strong>en</strong> sumom<strong>en</strong>to, y la hubo.• Si las instituciones gubernam<strong>en</strong>tales no hubieran interv<strong>en</strong>ido, la pres<strong>en</strong>ciade las mujeres no se habría g<strong>en</strong>eralizado, ni, muy probablem<strong>en</strong>te,participarían <strong>en</strong> los actos emblemáticos de la fiesta.Es posible que se perciba que la evolución ha sido “natural”, sin luchas,conquistas, avances y retrocesos, porque muchos de los hitos de la participaciónfem<strong>en</strong>ina no han sido recogidos:• De ahí la importancia de rescatar del olvido los episodios de conflicto onegociación de los cambios g<strong>en</strong>erados, y el esfuerzo de los grupos implicados.4. Aguadoras, <strong>una</strong> gran estrategiaLa figura de la aguadora ha sido, sin duda, la puerta de <strong>en</strong>trada de lasmujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>.172 Últimas reflexiones


• Cada vez hay más tamborradas <strong>en</strong> las que las mujeres pued<strong>en</strong> participarno solo como aguadoras, sino ocupando cualquier puesto, y <strong>en</strong> ocasionesha sido a partir de la incorporación de aguadoras.Es un rol nuevo, pero que ha logrado un gran arraigo popular:• Casi el 40% de las mujeres que participan, sal<strong>en</strong> de aguadoras.La aguadora ha reforzado la idea que se ti<strong>en</strong>e de la <strong>Tamborrada</strong> como<strong>una</strong> fiesta popular y no solo militar, como <strong>una</strong> fiesta de mujeres y hombres, yno solo de hombres:• Ha reforzado el imaginario “histórico” de la <strong>Tamborrada</strong>; concretam<strong>en</strong>te,ha reforzado el carácter civil y popular fr<strong>en</strong>te al aspecto militar.• Ha g<strong>en</strong>erado un imaginario sobre la participación y el lugar de las mujeres<strong>en</strong> la sociedad y <strong>en</strong> la fiesta.5. Aguadoras, ¿de solución a obstáculo?No obstante, la pres<strong>en</strong>cia de esta figura <strong>en</strong> las tamborradas puede llegara dificultar la participación fem<strong>en</strong>ina:• Cuando se restringe su acceso a este rol, y por tanto, se limita el accesoa otros.• Cuando la figura se asocia a un único instrum<strong>en</strong>to y las excluye de otros,particularm<strong>en</strong>te, los tambores.• Cuando las mujeres no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a otros puestos se dificulta laparticipación paritaria, porque el número de plazas para aguadoras esinferior al de soldados y cocineros.• Cuando se crean compañías separadas de aguadoras, pues esto supone<strong>una</strong> clara segregación sexual.Y también, porque esta figura, <strong>en</strong> sí misma, no es parte de los rolesasociados a los puestos de mando. Aunque hoy <strong>en</strong> día hay aguadoras mayores:• Puede ser que solo dirijan a <strong>una</strong> compañía de aguadoras, y no al restode compañías, lo cual refuerza su separación.• No alcanzan el mismo rango que el tambor mayor.Afort<strong>una</strong>dam<strong>en</strong>te, aquí también que se están empezando a romper moldes,y <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas, aunque muy pocas aún, podemos ver a mujeresvestidas de aguadoras ejerci<strong>en</strong>do de tambor mayor.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>173


6. Las niñas: la conquista sil<strong>en</strong>ciosaLa <strong>Tamborrada</strong> Infantil es <strong>una</strong> gran cantera. Las niñas y los niños queparticipan <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> Infantil se inoculan del virus de la fiesta y difícilm<strong>en</strong>teles abandonarán a lo largo de sus vidas las ganas de participar.• A medida que los colegios se fueron haci<strong>en</strong>do mixtos, las niñas seincorporaron a la <strong>Tamborrada</strong> Infantil. Su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>troshizo imposible negarles un espacio junto a sus compañeros y, demanera paulatina, y sin mayor oposición, han logrado t<strong>en</strong>er <strong>una</strong> ampliarepres<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> el desfile, hoy <strong>en</strong> día, mayoritaria.• La expansión de la fiesta y el surgimi<strong>en</strong>to de tantas compañías <strong>en</strong> losúltimos años se corresponde con el crecimi<strong>en</strong>to de esas primerasg<strong>en</strong>eraciones de niños -y más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de niñas- que desfilaron consus colegios, y que más tarde, han buscado salir <strong>en</strong> alg<strong>una</strong> tamborrada.Sin embargo, a excepción de la incorporación de las niñas a puestosde cargo, su paulatina participación <strong>en</strong> las filas no ha t<strong>en</strong>ido gran eco <strong>en</strong> losmedios de comunicación:• La <strong>igualdad</strong> no hace noticia: son pocos los docum<strong>en</strong>tos que registr<strong>en</strong>y permitan id<strong>en</strong>tificar el proceso de integración de las niñas <strong>en</strong> la<strong>Tamborrada</strong> y, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa, poco se ha escrito sobre cambiosque han supuesto hitos <strong>en</strong> la evolución de su participación.La Bella Easo <strong>en</strong> su carroza repres<strong>en</strong>ta un modelo de feminidad que es,cuando m<strong>en</strong>os, dudoso. Puesto que esto es algo que difícilm<strong>en</strong>te se pueda negar,estamos vi<strong>en</strong>do que se hace un esfuerzo por mejorar y cambiar su significado.• Los reci<strong>en</strong>tes cambios a la carroza de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil pued<strong>en</strong>significar un avance <strong>hacia</strong> la <strong>igualdad</strong>. Se han modificado alg<strong>una</strong>s desus figuras, y está <strong>en</strong> proceso la creación de un nuevo significado paraellas <strong>en</strong> un int<strong>en</strong>to por darle otro s<strong>en</strong>tido que implica, <strong>en</strong>tre otras cosas,un carácter más plural, con personajes característicos de la sociedad ym<strong>en</strong>os del carnaval, repres<strong>en</strong>tando así otros valores.7. ¿<strong>Tamborrada</strong> mixta = igualitaria?Lo que sí está claro es que, hablando de <strong>una</strong> tamborrada, ser mixta y serigualitaria no quiere decir lo mismo. Hoy <strong>en</strong> día, según datos del año pasado,el 90% de las tamborradas son mixtas. Sin embargo:• Solo ⅓ del total de participantes son mujeres, <strong>en</strong> otras palabras, no hayparidad.• En muy pocas tamborradas las mujeres pued<strong>en</strong> acceder a cualquier puesto.El acceso a los cargos no siempre es igual para hombres y mujeres, y174 Últimas reflexiones


solo <strong>en</strong> alg<strong>una</strong>s tamborradas las mujeres acced<strong>en</strong> a todos los puestos<strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> de condiciones.• Hay tamborradas <strong>en</strong> las que las plazas fem<strong>en</strong>inas no son fijas ni perman<strong>en</strong>tes.Las mujeres dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> del azar para volver a salir al sigui<strong>en</strong>te año, y ti<strong>en</strong><strong>en</strong><strong>una</strong> participación inestable. Esto ocurre, precisam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> las dos másrelevantes.• En muy pocas ocupan puestos de mando <strong>en</strong> las compañías.• Las mujeres ap<strong>en</strong>as están <strong>en</strong> los espacios de decisión, pues aún haym<strong>en</strong>os mujeres que hombres que participan <strong>en</strong> las comisiones directivasde los grupos tamborreros.• Hay tamborradas cuyas directivas son exclusivam<strong>en</strong>te masculinas y,además, no permit<strong>en</strong> ni prevén el acceso de las mujeres a ellas.• Hay pocas mujeres que repres<strong>en</strong>t<strong>en</strong> a su tamborrada <strong>en</strong> comisiones debarrio y ning<strong>una</strong> delegada de zona.• En alg<strong>una</strong>s tamborradas, las únicas mujeres que se han sumado a lasabanderadas y cantineras solo participan para llevar el champán a loshombres tamborreros.• Aún hay tamborradas mixtas <strong>en</strong> las que no se invita a las tamborrerasdel grupo ni a las mujeres de la charanga a la (gran) c<strong>en</strong>a.• No hay hombres a los que se vete su acceso a puestos de mando, ni dedirección, ni de repres<strong>en</strong>tación.• Las tamborradas que más sal<strong>en</strong> <strong>en</strong> los medios nos son necesariam<strong>en</strong>telas más igualitarias, es más, las que más espacio ocupan son alg<strong>una</strong>s que,aunque sean mixtas no incorporan a las mujeres <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong> y proced<strong>en</strong>de sociedades masculinas.8. ¿<strong>Tamborrada</strong> participativa = igualitaria?La <strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> fiesta muy participativa, sin embargo es muyjerárquica.• Una de las claras jerarquías que marcan la fiesta es la veteranía, tantod<strong>en</strong>tro de cada tamborrada como <strong>en</strong> su conjunto.• Esto dificulta que sea realm<strong>en</strong>te democrática <strong>en</strong> muchos aspectos, porejemplo, <strong>en</strong> lo que se refiere a las decisiones que se toman.• La incorporación de la aguadora mayor ha servido para equilibrar ahombres y mujeres <strong>en</strong> lo que se refiere al estatus de las figuras. Sinembargo, no hay que olvidar que la aguadora mayor ti<strong>en</strong>e el rango delcabo de barriles, y que sigue sin haber <strong>una</strong> equival<strong>en</strong>cia con el tambormayor.• A pesar del importante avance que ha t<strong>en</strong>ido lugar <strong>en</strong> el tablado de laplaza de la Constitución, las mujeres sigu<strong>en</strong> ocupando m<strong>en</strong>os espacioque los hombres.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>175


• En lo que se refiere a las medidas municipales para hacer que la <strong>Tamborrada</strong>sea más igualitaria, quedaría por ver el alcance que estas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> losgrupos tamborreros, si afecta o no a sus decisiones con respecto a laparticipación igualitaria de mujeres y hombres.9. ¿Las mujeres no merec<strong>en</strong> ser premiadas?En la fiesta de la ciudad, <strong>en</strong> actos oficiales se otorgan reconocimi<strong>en</strong>tosy condecoraciones sin preocuparse de que exista un cierto equilibrio <strong>en</strong>tremujeres y hombres:• De los Tambores de Oro, solo el 8,5% son mujeres.• De las Medallas al Mérito Ciudadano, solo el 21% son mujeres.Si bi<strong>en</strong> las candidaturas a optar por el Tambor de Oro pued<strong>en</strong> realizarsepor iniciativa popular, <strong>una</strong> gran parte de la población no ti<strong>en</strong>e conocimi<strong>en</strong>tode que esto es así.10. La tamborrada: algo privado pero públicoHay <strong>una</strong> falsa oposición <strong>en</strong>tre los ámbitos privado y público <strong>en</strong> lo querespecta a la organización de cada grupo tamborrero y a su participación <strong>en</strong>la <strong>Tamborrada</strong>. La organización de las tamborradas dep<strong>en</strong>de de <strong>en</strong>tidadesparticulares, pero:• Se celebran <strong>en</strong> el espacio público, haci<strong>en</strong>do uso de infraestructura yservicios municipales.• Recib<strong>en</strong> financiación pública.• Se coordinan a través de un órgano municipal.• En ellas participan cargos oficiales de instituciones públicas, comoel alcalde.• Es <strong>una</strong> fiesta que se celebra <strong>en</strong> toda la ciudad. Se participe o no <strong>en</strong> <strong>una</strong>tamborrada, es la fiesta de la ciudad.En este s<strong>en</strong>tido, los criterios de <strong>igualdad</strong> deb<strong>en</strong> ser aplicados sin necesidadde <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> disquisiciones sobre la muy discutible posibilidad de que las<strong>en</strong>tidades privadas deban quedar al marg<strong>en</strong>. Es decir, no podemos aceptarposturas del tipo “cada qui<strong>en</strong> hace lo que le parece”, pues se trata de un actopúblico, oficial y ciudadano.176 Últimas reflexiones


11. ¿La <strong>Tamborrada</strong> al marg<strong>en</strong> de la ley?En el artículo 24 de la Ley de Igualdad de 2005 se prohibe concederayudas a las asociaciones y organizaciones que discriminan, y <strong>en</strong> el artículo25 se prohibe la realización de actos discriminatorios <strong>en</strong> el espacio público,incluso los de carácter privado, pero:• Hay tamborradas exclusivam<strong>en</strong>te masculinas que:• Desfilan <strong>en</strong> la vía pública (y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> autorización para hacerlo,además de utilizar tablados y otras infraestructuras y serviciosmunicipales).• A las que se han respetado sus horarios y lugares “tradicionales”para hacer los recorridos, de este modo están incorporadas d<strong>en</strong>trodel programa y organización g<strong>en</strong>eral de la fiesta.• Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tantes que participan <strong>en</strong> espacios de coordinacióncolectiva e incluso pued<strong>en</strong> ser delegados de zona <strong>en</strong> el órgano decoordinación con el Ayuntami<strong>en</strong>to.• Hay tamborradas que recib<strong>en</strong> subv<strong>en</strong>ción municipal debido a que sonmixtas, sin embargo no son igualitarias.Por otro lado, cada vez se toman más medidas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes a cumplir, si nola letra, sí el espíritu de la ley:• Las autoridades ya no participan como tales <strong>en</strong> c<strong>en</strong>as vetadas a mujeres.• La política de subv<strong>en</strong>ciones ha sido el acicate para que muchas tamborradaspas<strong>en</strong> de ser masculinas a convertirse <strong>en</strong> mixtas.• La interv<strong>en</strong>ción municipal, a través de varias estrategias, ha favorecidola pres<strong>en</strong>cia y protagonismo de las mujeres <strong>en</strong> la fiesta.• La interv<strong>en</strong>ción de las instituciones públicas ha sido y es fundam<strong>en</strong>talpara la consecución de cambios para democratizar la fiesta y avanzar<strong>en</strong> la <strong>igualdad</strong>.12. ¿Historia o mito?El mito de la fu<strong>en</strong>te que da el hilo narrativo a la <strong>Tamborrada</strong> ha permitido,o al m<strong>en</strong>os facilitado, la introducción de las mujeres a través de la aguadora.Sin embargo:• La figura de la aguadora puede limitar, como hemos visto, la participaciónde las mujeres.• En g<strong>en</strong>eral se ti<strong>en</strong>de a confundir historia y tradición y justificar así actualessituaciones de privilegio con el argum<strong>en</strong>to de que son "históricas -esdecir, de siempre-" pese a que proced<strong>en</strong> de época franquista.• Unido a esa misma forma de p<strong>en</strong>sar, se ti<strong>en</strong>de a pres<strong>en</strong>tar el folklorecomo algo alejado de la realidad y por tanto de la sociedad actual parajustificar unos códigos inaceptables <strong>en</strong> otras circunstancias.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>177


La historia parece ser un argum<strong>en</strong>to que avala el formato de la fiesta.Sin embargo:• La <strong>Tamborrada</strong> no ti<strong>en</strong>e nada que ver con la historia bélica, esta ha sidoutilizada a posteriori para justificarla.• Aunque la historia fuera <strong>una</strong> base de la fiesta, eso no puede ser unpretexto para que <strong>en</strong> su nombre se cometan discriminaciones.• Los personajes masculinos no parec<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er necesidad de <strong>una</strong> legitimaciónhistórica, ¿por qué sí los fem<strong>en</strong>inos?• Si la <strong>Tamborrada</strong> fuera <strong>una</strong> repres<strong>en</strong>tación de un hecho histórico, que nolo es, esto tampoco justificaría que las mujeres no puedan repres<strong>en</strong>tarpersonajes masculinos.13. En conclusiónLa crítica feminista ha insistido <strong>en</strong> la necesidad de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el conceptode “<strong>igualdad</strong>”. Esta es un principio político que se espera sea la base de lasociedad. Cuando se habla de que todas las personas sean iguales no se estábuscando que su id<strong>en</strong>tidad sea la misma, que sean idénticas, sino que haya<strong>una</strong> base de <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong> la que cada persona o cada grupo social puedan serconsiderados difer<strong>en</strong>tes pero equival<strong>en</strong>tes, no desiguales (Amorós, 2005).No se puede negar, como se ha visto <strong>en</strong> este estudio de la fiesta donostiarra,que la participación de las mujeres <strong>en</strong> esta ha sido un proceso largo, <strong>en</strong> dondese han ido ganando posiciones a favor de esa <strong>igualdad</strong>. No obstante, <strong>una</strong> miradaque trasci<strong>en</strong>da las apari<strong>en</strong>cias hace evid<strong>en</strong>te que la ext<strong>en</strong>sión numérica de laparticipación de las mujeres no significa que el problema esté resuelto ni quese haya terminado la partida.Entre lo que queda por hacer, señalamos aquí aquello que consideramosmás importante: que la <strong>Tamborrada</strong> deje de ser mixta para ser, definitivam<strong>en</strong>te,igualitaria, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido arriba m<strong>en</strong>cionado de equival<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre suscompon<strong>en</strong>tes, sean estos mujeres u hombres. Esta meta se podrá dar poralcanzada si, y solo si, mujeres y hombres, por igual, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la posibilidad det<strong>en</strong>er voz y de que esta sea escuchada, y si ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la capacidad de hacer, deinterv<strong>en</strong>ir, de t<strong>en</strong>er la misma autoridad y valor simbólico para protagonizartodos los actos que compon<strong>en</strong> la fiesta, y los que se asocian a ella, <strong>en</strong> lasmismas condiciones. Circunstancia que, tal y como se ha demostrado <strong>en</strong> estainvestigación, todavía no se da <strong>en</strong> la actualidad.Sin ánimo de desdeñar todos los avances conseguidos <strong>en</strong> los últimos treintaaños, hemos de reconocer que este equilibrio <strong>en</strong>tre mujeres y hombres noexiste aún <strong>en</strong> la fiesta. Insistimos: esto se demuestra más que numéricam<strong>en</strong>te,cualitativam<strong>en</strong>te. Y d<strong>en</strong>tro de este aspecto cualitativo, destacaríamos lapres<strong>en</strong>cia aún marginal de mujeres <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es imaginan y decid<strong>en</strong> cómo es178 Últimas reflexiones


o cómo va a ser la fiesta. Si bi<strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> ha dejado de ser exclusivam<strong>en</strong>temasculina, hay inercias e intereses que aún dificultan que las mujeres particip<strong>en</strong>pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los espacios formales e informales donde se toman grandes ypequeñas decisiones.A pesar de que estas decisiones favorezcan a unos y perjudiqu<strong>en</strong> a otras,no son siempre cuestionadas. Muchos hombres disfrutan cómodam<strong>en</strong>te deciertos privilegios sin criticarlos. Y muchas mujeres “consi<strong>en</strong>t<strong>en</strong>” r<strong>en</strong>unciara sus derechos <strong>en</strong> lo que respecta a las difer<strong>en</strong>tes formas de participar <strong>en</strong> lafiesta (desfilar, tocar, decidir, protagonizar, repres<strong>en</strong>tar, etc.). Tanto la falta decrítica de unos como la r<strong>en</strong>uncia de otras no son necesariam<strong>en</strong>te consci<strong>en</strong>tes,sino fruto de asumir el estado de las cosas sin cuestionarlo, de aceptar sincontestación lo que se considera “normal”, “aceptable”.La reparación de situaciones <strong>en</strong> las que los derechos no son reconocidos oejercidos no ocurre por <strong>una</strong> inclinación “natural” de la sociedad. Es necesaria <strong>una</strong>reivindicación o <strong>una</strong> fractura, como sucede cuando alg<strong>una</strong>s “díscolas” no hac<strong>en</strong>lo que de ellas se espera, cuestionan lo establecido y si<strong>en</strong>tan preced<strong>en</strong>te. Estefue el caso de las mujeres de Kresala: se rebelaron ante lo que se consideraba“normal”, “lo que ha sido siempre así”, “lo tradicional”. No podemos sino alabara estas pioneras, como a muchas otras a lo largo de la historia, por su s<strong>en</strong>tidocrítico y por dejar de cons<strong>en</strong>tir a pesar de que ello supusiera ir <strong>en</strong> contra de<strong>una</strong> marea normalizada. Hoy <strong>en</strong> día las mujeres y hombres donostiarras, inclusoqui<strong>en</strong>es inicialm<strong>en</strong>te las c<strong>en</strong>suraron, se b<strong>en</strong>efician de los avances que nosacercan a <strong>una</strong> sociedad más igualitaria.Debemos interpretar los logros conseguidos <strong>en</strong> su justa medida y serconsci<strong>en</strong>tes del camino que resta por hacer, pero también reconocer algunospeligros que aún acechan la llegada de la <strong>igualdad</strong> <strong>en</strong> la fiesta a bu<strong>en</strong> puerto.Uno de ellos es que la participación de las mujeres se convierta <strong>en</strong> algoemblemático, que se acepte su pres<strong>en</strong>cia no por considerarlas iguales yequival<strong>en</strong>tes a sus colegas varones, sino por haberlas convertido <strong>en</strong> <strong>una</strong>“especie de símbolo fem<strong>en</strong>ino de la cofradía”, <strong>en</strong> <strong>una</strong> mascota, un mascarónde proa, un emblema, como dice Celia Amorós (ibid.: 431-432). Cuando estoes así, <strong>una</strong> muestra (alg<strong>una</strong> mujer destacada aquí, un grupito de mujeres allá)basta para aplacar conci<strong>en</strong>cias e impide que se establezca la claridad <strong>en</strong> losobjetivos legítimos de la <strong>igualdad</strong>.El <strong>paso</strong> definitivo y señal de que la <strong>Tamborrada</strong> es <strong>una</strong> fiesta igualitaria-además de mixta- se habrá dado cuando lo que las mujeres hac<strong>en</strong> <strong>en</strong> ella not<strong>en</strong>ga que ser ratificado <strong>en</strong> su calidad y su idoneidad por algunos hombres. Estoúnicam<strong>en</strong>te se conseguirá si el peso y las voces de <strong>una</strong>s y otros son totalm<strong>en</strong>teequival<strong>en</strong>tes -<strong>en</strong> cantidad, <strong>en</strong> calidad, <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> legitimidad, <strong>en</strong> rango,<strong>en</strong> capacidad de decisión, <strong>en</strong> prestigio-. Conseguir esto, <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong>igualitaria, está <strong>en</strong> manos de toda la sociedad donostiarra.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>179


Bibliografía1. Libros, artículos e informesAguirre, Rafael. 2006. Las Sociedades Populares, Donostia 1870-2005. Donostia:Hiria Liburuak.Amorós,Cèlia. 2005. La gran difer<strong>en</strong>cia y sus pequeñas consecu<strong>en</strong>cias… paralas luchas de las mujeres. Madrid: Cátedra – Universitat de Val<strong>en</strong>cia.Ansor<strong>en</strong>a Miner, Jose Ignazio. “Donostia eta musika 1813 urtear<strong>en</strong> inguruan”.Disponible <strong>en</strong>: http://www.donostia.org/info/ciudadano/2013_reconstruir.nsf/vowebCont<strong>en</strong>idosId/NT00000A2E? [consultado el 3/05/2013].Arrizabalaga Marín, Sagrario y Odriozola Oyarbide, Lourdes. 2004. La <strong>Tamborrada</strong>infantil de Donostia (1927-2004). Irun.Ayuntami<strong>en</strong>to de Donostia, Kutxa y Donostia 2016. 2011. 50 años <strong>en</strong> compañía.Recuerdos de la tamborrada infantil de San Sebastián 1961-2011.Azpiazu, José Antonio. 1995. Mujeres vascas: sumisión y poder. Donostia: R &B Ediciones.Baroja, Pío.1972. La ley<strong>en</strong>da de Jaun de Alzate. Caro Raggio. Madrid.B<strong>en</strong>goechea, Javier. 1913: “Exposición histórica”. En Euskal-Erria, RevistaVascongada.Emaku-ADDH. “Las mujeres participan por primera vez <strong>en</strong> la izada de la banderadonostiarra”. Emakume eta eskubidea. Núm. 11. Enero-marzo 2006. p. 3.Estornés, Idoia. 1998. “Las mujeres <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong>”. En: Enciclopedia Auñam<strong>en</strong>di.Disponible <strong>en</strong>: http://www.euskomedia.org/a<strong>una</strong>m<strong>en</strong>di/138985?ver=1FARAPI. 2008. Análisis de las fiestas del territorio de Gipuzkoa desde <strong>una</strong>perspectiva de género. Departam<strong>en</strong>to de Cultura y Deportes y Acción Exteriorde la Diputación Foral de Gipuzkoa.FARAPI. 2010. La relevancia e impacto social de las Sociedades Gastronómicas.Informe extraordinario. Vitoria-Gasteiz: Def<strong>en</strong>soría para la Igualdad de Mujeresy Hombres.Gurpegui, Mikel y Sada, Javier Mª. 2012. <strong>Tamborrada</strong>/Danborrada. Donostia: ACC.Gorosabel, Pablo de. 1967. Noticia de las cosas memorables de Guipúzcoa.Bilbao: Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca.Iztueta, Juan Ignazio. 1824. Gipuzkoako dantza gogoangarri<strong>en</strong> kondaira. Donostia.180 Bibliografía


Loiolatarra Kirol Elkartea. 1999. 75 Aniversario, 1924-1999. Donostia.Loiolatarra Kirol Elkartea. 2010. 50. urteurr<strong>en</strong>a 1961-2010 Danborrada. Donostia.Loza Serrano, Silvia, Ruiz Torrado, María y Tranche Iparragirre, Mertxe. 2011.Historia de las mujeres <strong>en</strong> Irun (1931-1992). Irun: Ayuntami<strong>en</strong>to de Irun.Maraña, Félix. 2004. Rataplan. Danbor hotsa Donostian 1836-1936. Donostia:Zum Edizioak.Sada, Javier. 1977. Dos siglos de <strong>Tamborrada</strong>. San Sebastián: Caja de AhorrosMunicipal de San Sebastián.Sada, Javier M a . 2011. “La <strong>Tamborrada</strong> de San Sebastián”. En Enciclopedia Auñam<strong>en</strong>di.Disponible <strong>en</strong>: http://www.euskomedia.org/a<strong>una</strong>m<strong>en</strong>di/138985/139863Unión Artesana. 2010. 140. UA. Donostia.2. Docum<strong>en</strong>tosLey 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la CAPV.Normativas de la <strong>Tamborrada</strong> Infantil.Reglam<strong>en</strong>tos de la <strong>Tamborrada</strong> de adultos.Bases para la concesión de ayudas a las tamborradas de adultos.Dossier de la <strong>Tamborrada</strong>. 2013. Donostia Festak. Ayuntami<strong>en</strong>to de San Sebastián.Dossier de la <strong>Tamborrada</strong>. 2013. Donostia Festak. Ayuntami<strong>en</strong>to de SanSebastián. Actas de las reuniones de Delegados de Zona de <strong>Tamborrada</strong> deAdultos (2000-2013).Datos de participación <strong>en</strong> la <strong>Tamborrada</strong> de personas adultas de DonostiaFestak (2000-2013).3. Fu<strong>en</strong>tes hemerográficasPr<strong>en</strong>sa: Deia. Diario Vasco. Egin. El País. Gara. La Voz de España. Noticias deGipuzkoa. Irutxulo Hitza.Fototeca Kutxa: www.kutxateka.com<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>181


4. SitografíaAralar: http://www.aralar.netAyuntami<strong>en</strong>to de San Sebastián: http://www.donostia.orgDonostia Festak: http://www.donostiakultura.comEITB Euskal Irrati Telebista: http://www.eitb.comSociedades Gastronómicas: http://www.sociedadesgastronomicas.com/<strong>Tamborrada</strong> de Donostia / San Sebastián:http://www.donostiasansebastian.com/tamborrada/http://www.ingeba.org/liburua/donostia/62ssfies/623ssfies.htmhttp://www.donostiasansebastian.com/tamborrada/historia.htmlPágina del facebook de la <strong>Tamborrada</strong> de Donostia / San Sebastián:https://pt-pt.facebook.com/tamborradaEitb. “La actriz porno Rebeca Linares, ¿Tambor de Oro 2012?”. 12/12/2011. Enhttp://www.eitb.com/es/noticias/sociedad/detalle/793064/la-actriz-pornorebeca-linares-tambor-oro-2012/[Consultado el 5/11/2013].Nota: se han excluido de este listado todas las páginas web y del Facebookde muchas tamborradas cuyos sitios se consultaron.182 Bibliografía


Agradecimi<strong>en</strong>tosAgradecemos la colaboración de las diversas tamborradas que nos hanabierto las puertas para realizar nuestra investigación a lo largo del 2013, y alas personas que nos han compartido su punto de vista, conocimi<strong>en</strong>to y gozode la fiesta:<strong>Tamborrada</strong>s Amara Berri, Antiguako Gazte<strong>en</strong> Danborrada, Arrano Beltza,Artzak Ortzeok, Baso Etxea, Bera-Bera, Gizartea, Gaztelubide, Erriberatarrak,Kondarrak, Kresala, Loiolatarrak, Peña Anastasio, Pres<strong>en</strong>tación de María, TxirritakoTxuriurdinak, Unión Artesana, <strong>Tamborrada</strong> del Colegio Público Amara Berri, y<strong>Tamborrada</strong> del Colegio San Ignacio - San Sebastián.Iñaki Albistur (Zapa), Aitziber Aranburu, Iratxe Aranburu, Idoia Arcelus Beti,Inés Arija, Aritz Arzelus, Jesús Ausejo, Tere Barr<strong>en</strong>etxea, Juantxo Bikandi, MarceConstanzo, Pilar Diez Mintegui, Gurutze Egia, Olatz Eceiza, Tasin Eceiza, GarbiñeElizegi, Maitane Etxebeste, Isabel Fernández, Enkarni G<strong>en</strong>ua, Enkarni Gómez, JuanGómez, Manuel Gómez, Mikel González, Begoña Gorospe, Idoia Ibero, JoseanIbiriku, Lourdes Irazusta, Maribel Jiménez, Ruth Larreta, Izaskun Larruskain,Txelu Lomas, Asc<strong>en</strong>sión Martínez, Pepi Mor<strong>en</strong>o, Jose Ramón M<strong>en</strong>dizabal, MarkelOrmazabal, Javier Oderiz, Ainhoa Olasagasti, Maite Olasagasti, Juanjo Pérez(Beltza), Ana Rekondo, Angel Rico, Ainhoa Ruiz de Arbulo, Begoña Sanz, PazSimón e Iñaki Zubim<strong>en</strong>di.Maria Jesús Torres, Idoia Estornés, José María Sada y José Ignacio Ansor<strong>en</strong>a,que <strong>en</strong> su calidad de expertas y expertos <strong>en</strong> distintos temas de la historiadonostiarra, o de la fiesta, aportaron información fundam<strong>en</strong>tal.También agradecemos a difer<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>tidades que han apoyado esteestudio mediante su participación <strong>en</strong> <strong>en</strong>trevistas y/o grupos de trabajo, o conla aportación de docum<strong>en</strong>tación: Departam<strong>en</strong>to de Donostia Festak, Casa delas Mujeres de Donostia, Bilgune Feminista, Donostiako Piratak, Diario Vasco,Koldo Mitxel<strong>en</strong>a Kulturgunea, Biblioteca de la Diputación Foral de Bizkaia,Bibliotecas Municipales de Bilbao.<strong>Paso</strong> a <strong>paso</strong> <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>Tamborrada</strong> <strong>en</strong> <strong>igualdad</strong>183

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!