Liahona 1996 Agosto - LiahonaSud

cuanto a cierto tema; asegura que la sabiduría y la experienciase concentren en un asunto antes de recibir lasexpresiones profundas e inconfundibles de la revelación;y finalmente protege contra las debilidades del hombre.La responsabilidad de determinar la divina validez delo que uno de los portavoces de Dios establece no descansasolamente sobre él. El presidente J. Reuben Clark,que anteriormente fue miembro de la PrimeraPresidencia, dijo:"Nos damos cuenta de que los oradores 'están inspiradospor el Santo Espíritu' sólo cuando nosotros mismosestamos 'inspirados por el Santo Espíritu'" (J. ReubenClark: Selected Papers on Religión, Education, and Youth,editado por David H. Yarn, hijo, Provo, Utah: BrighamYoung University Press, 1984, págs. 95-96).Este concepto coincide con el consejo del presidenteBrigham Young:"Temo que este pueblo tenga tanta confianza en suslíderes que no pregunte por sí mismo a Dios si Él es suguía. Temo que se encuentren en un estado de seguridadciega, poniendo su destino eterno en manos de sus líderescon una confianza negligente que, por sí misma, frustraríalos propósitos de Dios respecto a su salvación ydebilitaría su capacidad de influir en sus líderes, si supieranpor sí mismos, mediante la revelación de Jesucristo,que son guiados por la senda correcta. Que cada hombrey mujer sepa, por la inspiración del Espíritu de Dios a supropia persona, si sus líderes caminan por el sendero queel Señor dicta o no" (Discourses of Brigham Young, seleccionadospor John A. Widtsoe, Salt Lake City: DeseretBook Company, 1941, pág. 82).Para establecer la Iglesia, hacía falta la revelación, lacual ha existido en la Iglesia desde sus humildes comienzoshasta la actualidad y ha sido como una fuente deagua viva. La revelación continua la guiará hacia su destinofinal. Pero, tal como el presidente Clark dijo, nonecesitamos más profetas; necesitamos gente que "tengaoídos para oír" (en Conference Report, octubre de 1948,pág-82).No afirmamos que los profetas, videntes y reveladores,en forma individual, sean infalibles o perfectos. No obstante,humildemente declaro que yo me he sentado juntoa esos hombres y sé que el gran deseo de ellos es saber yhacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. Aquellosque se sientan en los consejos más altos de esta Iglesia yque han participado en ellos son testigos de la inspiraciónque se siente y de cómo se toman las decisiones; sabenque esa luz y verdad va más allá de la inteligencia o razonamientohumano. Esas profundas y divinas impresionescaen como el rocío del cielo y se posan sobre ellos, tantoen forma personal como colectiva. Con esa inspiraciónavanzamos en armonía y unión total.Humildemente testifico que yo sé que el Señor guía aSu Iglesia a través de Sus siervos. Sé que ellos son siervosdel Señor nobles, justos y dedicados. Ruego que seamosreceptivos a Su Espíritu y que prestemos atención alos profetas que El ha asignado, y lo hago porque sé que,como seres mortales, sin la guía de la revelación, nopodemos saber los propósitos de Dios. DIDEAS PARA LOS MAESTROS ORIENTADORES1. Los profetas, videntes y reveladores han tenido ytienen todavía la responsabilidad y el privilegio de recibiry declarar la palabra de Dios al mundo.2. Los miembros de la Iglesia no pueden estar en totalarmonía con el Salvador si no apoyan a Su Profetaviviente sobre la tierra, el Presidente de la Iglesia.3. Estaremos seguros si obedecemos lo que elPresidente de la Iglesia dice y seguimos su consejo.4- Para establecer la Iglesia, hacía falta la revelación,la cual ha existido en la Iglesia desde sus humildescomienzos hasta la actualidad. La revelación continua laguiará hacia su destino final.bibliotecasus.blogspot.com